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martes, 31 de enero de 2012

Noticias Misioneras del Mundo: 31 de Enero de 2012


- Mundo Negro dedica el XXIV Encuentro de Antropología y Misión a las cooperativas africanas
- La Congregación Salesiana recuerda hoy a San Juan Bosco, su fundador
- El sueño de Andrea hecho realidad
- Concluye el Año Jubilar de la Fundación de las Hermanas Angélicas
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Mundo Negro dedica el XXIV Encuentro de Antropología y Misión a las cooperativas africanas
OMPRESS-MADRID (31-1-12) La revista Mundo Negro y los Misioneros Combonianos organizan los días 4 y 5 de febrero el XXIV Encuentro de Antropología y Misión, bajo el lema “Cooperativas, juntos por un desarrollo sostenible”, que tendrá lugar en Madrid, calle Arturo Soria, 101.
En el contexto del Año Internacional de las Cooperativas, declarado por la ONU, la publicación pretende profundizar en la importancia que tienen las cooperativas y las asociaciones comunitarias en la lucha contra la pobreza y la desertización, y en la defensa de la tierra en África. En algunas regiones, como en África Occidental, el cooperativismo y asociacionismo de mujeres y hombres con intereses comunes es una práctica habitual que surge de una manera espontánea, en consonancia con la manera de ser, de vivir y de sentir en África, donde lo comunitario está por encima de intereses individuales.
La primera charla del encuentro, el sábado 4 de febrero, titulada “Situación actual de las cooperativas en África: balance y perspectivas”, correrá a cargo de Juan José Martínez Viciana, responsable del área de Acceso a Mercados del Departamento de Comercio Justo de Intermón Oxfam, que ofrecerá una visión general sobre el movimiento cooperativo en el continente.
A continuación tendrá lugar un panel de experiencias con cooperativas en África, en la que participarán Manuel García Prats, cooperante de la ONG Zerca y Lejos en Camerún; Carmen García Molina, misionera de Nuestra Señora de África en Argelia y Mauritania; y Simona Basile, responsable de Comunicación y Sensibilización del Departamento de Comercio Justo de Intermón Oxfam, todos ellos conocedores sobre el terreno de cooperativas y asociaciones comunitarias africanas.
Por la tarde, Jaime Balaguer Lacasta, coordinador para África del Foro Rural Mundial, que está en contacto con asociaciones de agricultores y con la sociedad civil africana, centrará su ponencia en la colaboración, apoyo y promoción de cooperativas en África de cara a su sostenibilidad.
Al final de la primera jornada está previsto el testimonio de la keniana Anastasia Njambi Maina, galardonada con el Premio Mundo Negro a la Fraternidad 2011. Anastasia es líder de la cooperativa Badilisha Maisha (“Cambio de vida”), cuyo fin es apoyar pequeños negocios alternativos para las personas que viven junto al basurero de Dandora, en el macrosuburbio (slum) de Korogocho, cerca de Nairobi (Kenia). El programa del domingo día 5 se centrará en la Eucaristía de Solidaridad con la cooperativa Badilisha Maisha, que se celebrará a las 12:00 horas en la capilla de los Misioneros Combonianos, animada por el coro africano Karibu.



La Congregación Salesiana recuerda hoy a San Juan Bosco, su fundador
OMPRESS-MADRID (31-1-12) Hoy, 31 de enero, la Iglesia recuerda a San Juan Bosco, fundador de la Congregación Salesiana. Con este motivo, a lo largo de estos días se están desarrollando todo tipo de actividades educativas, religiosas, deportivas en los centros salesianos para recordar al santo de los jóvenes.
Según informan los salesianos, este año la fiesta de Don Bosco tiene un carácter especial ya que la congregación ha comenzado un camino de preparación para el bicentenario del nacimiento de San Juan Bosco, que tendrá lugar en 2015. En el trascurso de esta preparación la urna con una reliquia del santo recorrerá las obras salesianas de España, desde 1 de mayo hasta final de noviembre. Esta urna ya ha visitado las obras salesianas de Asia, África y América.
En España hay 1.160 salesianos repartidos en 140 comunidades, que trabajan en la educación y la evangelización de los jóvenes y de las clases populares a través de la escuela (100), especialmente con centros de Formación Profesional (36), parroquias (92), los oratorios-centros juveniles (100) y los proyectos específicos para jóvenes en situación de riesgo y exclusión social (24). Son algo más de 360 obras, de las que se benefician unas 400.000 personas, que cuentan con 12.400 colaboradores entre educadores, animadores y catequistas.
José Miguel Núñez, Consejero General salesiano para Europa Oeste, región salesiana a la que pertenece España, ha señalado los retos más inmediatos que tiene la Congregación en nuestro país: “El primero, un impulso renovador de la vida religiosa de los salesianos. El segundo, un anuncio evangélico más incisivo y una propuesta vocacional más audaz. El tercero, redimensionar nuestras presencias y nuestras inspectorías para responder mejor y con más fuerza a los desafíos que nos plantean especialmente las nuevas pobrezas juveniles”.
Los Salesianos de Don Bosco (SDB) fueron fundados por el santo turinés en 1859. En la actualidad son 15.762, incluidos 120 obispos y 6 cardenales, y están presentes en 130 países dedicados a la educación y evangelización de los jóvenes.
San Juan Bosco dio origen, también, a la Familia Salesiana, que en la actualidad forman 28 organizaciones diferentes, que han ido surgiendo a lo largo de los años. Son grupos de seglares, religiosas, religiosos, institutos seculares, que se inspiran en el sistema y carisma de Don Bosco. Los cuatros primeros grupos, que se crearon ya en tiempos del santo, son las Hijas de María Auxiliadora –Salesianas-, los Salesianos Cooperadores, los Antiguos Alumnos de Don Bosco y la Asociación de María Auxiliadora (ADMA). En nuestro país, además de estos cuatro, están presentes las Voluntarias de Don Bosco y Voluntarios con Don Bosco -dos institutos seculares-, los Hogares Don Bosco, la Asociación de Damas Salesianas y las Hijas de los Sagrados Corazones.



El sueño de Andrea hecho realidad: construcción de tres pozos en Etiopía
OMPRESS-ETIOPÍA (31-1-12) Hace un año, el 29 de enero, Andrea de Nando moría a causa de un atropello cuando volvía a casa tras pasar el día en un centro juvenil. El chico, de 15 años, vivía en Peschiera Borromeo, una localidad de la provincia de Milán, Italia. El sueño de Andrea, escrito en el diario que su madre encontró, se acaba de hacer realidad: construir un pozo en África.
La mamá del chico, Elizabetta, ha recogido fondos a través de una campaña para poder llevar a cabo la construcción de ese pozo con el que soñaba Andrea después de haber visto, en una visita a África, la pobreza extrema en que vivían miles de personas. Una de las causas era la falta de agua, la sequía y las dificultades para cultivar, por eso se empeñó en que quería construir un pozo.
El VIS, Voluntarios para el Desarrollo Internacional, una ONG de los salesianos de Italia, es la organización a la que la familia de Andrea confió la tarea de identificar y definir el proyecto hídrico "Un pozo para Andrea" que ya se ha llevado a cabo en Etiopía con los 60.000 euros recogidos. Pero no uno, sino tres, han sido los pozos que se han construido y la ONG VIS, junto con la familia de Andrea, está considerando la posibilidad de iniciar la construcción de otros más.



Concluye el Año Jubilar de la Fundación de las Hermanas Angélicas
OMPRESS-ZARAGOZA (31-1-12) El próximo jueves 2 de febrero tendrá lugar, en la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, en Zaragoza, la clausura solemne del Año Jubilar de la fundación de las Hermanas Angélicas, congregación fundada por Genoveva Torres Morales el 2 de febrero de 1911 en Valencia.
Mañana miércoles se presentarán en el salón de actos de la Residencia de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza los «Escritos Completos» de Santa Genoveva, en tres volúmenes. Intervendrán don Mariano Mainar, don Javier Obis y Mons. Julián Ruiz, Obispo de Huesca y Jaca. Presidirá el acto Mons. Manuel Ureña, Arzobispo Metropolitano de Zaragoza. Y en la parroquia de Nuestra Señora del Puig (Padres Mercedarios), antigua Iglesia de la Casa de Misericordia, presidirá la Santa Misa el Arzobispo de Valencia, Mons. Carlos Osoro Sierra. En esta circunstancia será allí trasladada, desde la Residencia de las Angélicas, la imagen de Nuestra Señora de la Misericordia que acogió la vida de Genoveva como asilada en aquel centro benéfico.
El jueves, a las 11,30 horas, en la Residencia de Nuestra Señora del Pilar, la hermana María Jesús Aramayona, Religiosa Angélica pronunciará una conferencia sobre la Congregación. Y a las 18,30, en el altar mayor de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, se celebrará la Santa Misa presidida por el Nuncio Apostólico en España, Mons. Renzo Fratini. Por concesión del Santo Padre se impartirá la Bendición Papal con indulgencia plenaria.
Otro de los actos previstos para esta clausura es la presentación del musical “Testimonio y esperanza” que tendrá lugar el sábado, 4 febrero, a 17,30 horas, en el salón de actos del Colegio del Sagrado Corazón (Hermanos Corazonistas).
El año jubilar de las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Santos Ángeles, el nombre oficial de la congregación, comenzó el 11 de febrero 2011 en Valencia concluye este año en Zaragoza por estar aquí la Casa General. También el Noviciado, un hermoso edificio, junto a una espaciosa Casa de Espiritualidad, que también regentan las Angélicas.

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Evangelio Misionero del Día: 01 de Febrero de 2012 - IV SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO - Ciclo B


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 6, 1-6

Jesús se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: «¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?» y Jesús era para ellos un motivo de escándalo.
Por eso les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa». Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y Él se asombraba de su falta de fe.
Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.

Compartiendo la Palabra
Por Severiano Blanco, cmf

Queridos hermanos:

Cuando el mensaje resulta urticante, el recurso más sencillo consiste en deshacerse del mensajero. Por el momento esto no sucede con Jesús, sino que a los críticos les basta con descalificarle; pero el evangelista nos va preparando para ese doloroso desenlace.

El pasaje evangélico de hoy tiene un escenario pequeño (una mera intervención didáctica de Jesús en la sinagoga de Nazaret en un sábado) y un trasfondo mucho más grande: esa sabiduría que se le ha dado y esas acciones poderosas que realiza con sus manos.

Los nazaretanos asistentes al culto sabático parece que conocen algo de la estela que Jesús va dejando tras de sí. Ahora le escuchan directamente en su pueblo, y “se pasman” al oírle. Pero no parece que ese pasmo sea en positivo; más bien, parece que queda redefinido por un verbo que viene después: “se escandalizaban de él”. Tal vez le tilden de presuntuoso, de audaz, de demasiado idealista y sincero. Jesús no solía descafeinar “prudentemente” su mensaje sobre el proyecto de Dios; en ningún momento buscó “agradar”; no usaba “paños calientes”. Más bien nos deja la impresión de que le gustaba “provocar”, ser incisivo, aun arriesgando: “he venido a traer fuego a la tierra y qué ganas tengo de que arda” (Lc 12,49). Es evidente que, cuando Jesús habla, en la sinagoga no se duermen.

De todos es sabido que en aquella época no existía escolarización de niños. Pero siempre hubo maestros que alfabetizaban en su casa. Los así alfabetizados, que habían gastado una parte de sus haberes en ese aprendizaje privado, adquirían una legitimación para exponer públicamente sus ideas y proyectos. Al parecer, Jesús no fue uno de ellos, sino que fue alfabetizado en el seno de la propia familia; y esto no era reconocido. Pero tampoco él pretende que se le reconozca: su autoridad tiene otra procedencia; de su sabiduría se dice que “le ha sido dada”, verbo en pasiva que introduce el evangelista entre las expresiones de los presentes y que se refiere a la acción de Dios (es el llamado “pasivo divino”): le ha legitimado el Padre, como dirá con frecuencia el IV evangelio.

La propia sabiduría y poder serían suficientes para acreditar a Jesús en lo novedoso de su propuesta; pero sus compaisanos deben de tener una predisposición al cómodo inmovilismo. Por otro lado, el conocimiento directo de Jesús y su parentela les proporciona una excesiva familiaridad con él; se parecen al sacristán que, de tanto pasearse por el templo y limpiar el polvo a los santos, les ha perdido el respeto.

Ninguno de los dos riesgos nos es extraño a nosotros. Gran parte de los lectores de este comentario sois, como yo, creyentes desde hace mucho tiempo; por ello ya “sabemos muy bien” cómo se es cristiano, y quizá “ponemos el escudo” frente a nuevas llamadas. Además, estamos en constante contacto con la Palabra, tan familiarizados con ella que apenas contamos con que nos pueda aportar algo nuevo… Probablemente no somos el Jeremías que “devoraba” las palabras de Yahvé que iba encontrando, porque –dice él- “eran mi gozo y la alegría de mi corazón” (Jr 15,16).

Quizá nos sea necesario, y urgente, provocar que resurja en nosotros la sorpresa ante la novedad que la Palabra siempre trae consigo y el sobrecogimiento ante la autoridad que en ella nos sale al paso.

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domingo, 29 de enero de 2012

JESÚS, EL LIBERTADOR


IV Domingo del T.O - Ciclo B (Mc 1,21-28)

El Evangelio de Marcos tiene una estructura que revela bien su intención. En el primer capítulo se presenta a Jesús, a partir del testimonio de Juan: pasada la experiencia de oración y ayuno, y la tentación, en la montaña, llama a los primeros discípulos y empieza su ministerio: recorre Galilea enseñando en las sinagogas y curando toda clase de enfermedades.

En esta parte, Marcos va alternando los discursos con las curaciones, en un mensaje claro: "Esta es su autoridad: él viene de parte de Dios".

El texto de hoy presenta como un resumen programático: las palabras y las obras. Y ambas cosas producen admiración. Las palabras, porque son algo nuevo, diferente de la enseñanza de los escribas, en contenido y en autoridad. Los escribas no hacían otra cosa que comentar La Ley y Los Profetas. Jesús "es diferente". Y el pueblo está sorprendido. Y además, Jesús avala sus enseñanzas con curaciones sorprendentes, tenidas por la gente como milagros.

Por tanto, el mensaje de este comienzo del evangelio de Marcos se refiere ante todo a "autentificar a Jesús": "éste es El Profeta anunciado", se nota en sus obras y en sus palabras. Dios está con él, es necesario creerle. Pero es conveniente analizar un poco más la escena, porque tiene significados profundos.

Se trata de la reunión ritual de los judíos, el sábado, en la sinagoga: se lee y explica, por parte de los escribas, la Ley, como enseñanza "autorizada". Jesús y su grupo, como personas piadosas, acuden; pero Jesús, sin ser escriba, pasa a enseñar. Se indica así lo "oficial" de la predicación de Jesús.

En contraposición a los escribas, Jesús muestra "otra autoridad", sin basarse en otros maestros o tradiciones, no como mero repetidor de la Ley, sino con autoridad propia.

Nosotros la Iglesia no hemos subrayado lo suficiente la enorme distancia que hay entre Jesús y el Antiguo Testamento. Haríamos bien en recordar lo del vino nuevo y los odres viejos. Pero me temo que a buena parte de la Iglesia le gusta más vivir en el Antiguo Testamento: por ejemplo, les gusta mucho más el culto esplendoroso que la Cena del Señor, la teología metafísica que las parábolas.

Esta autoridad se ve refrendada por sus curaciones, en este caso de un "poseído por un espíritu impuro". En el NT aparecen con frecuencia personas afectadas de males morales, presiones internas que son superiores a ellos, que les hacen no ser dueños de sí mismos. Se les considera poseídos por "espíritus", y estos espíritus son considerados "inmundos", es decir, opuestos al Señor, alejadores de Dios.

Jesús se muestra como un poder liberador de las personas respecto de esos espíritus, capaz de devolver a la persona su libertad, su capacidad de ser dueño de sí mismo. Su autoridad se manifiesta más aún por cuanto la curación se verifica con la sola fuerza de su Palabra.

Por lo demás, Jesús está curando en sábado. Empieza, ya desde el principio, una costumbre de Jesús que va a llegar a resultar "agresiva". El cumplimiento del descanso sabático era tan estricto que curar en sábado se consideraba como quebrantar la Ley. Jesús pasará una y otra vez sobre esta prohibición, y este será un tema de grave enfrentamiento con las autoridades religiosas.


Todos los textos son un ejemplo bonito de provisionalidad. Está en el fondo la semilla de la Palabra, pero arropada -mal- en las creencias y deficiencias del momento.

En el texto del Deuteronomio:
Yahvé es temible. Hace falta un intermediario, el profeta. Los que no le escuchen serán castigados: el falso profeta morirá.

En el texto de Pablo:
Los últimos tiempos. No merece la pena ni casarse. Se sirve mejor a Dios en el celibato.

En el Evangelio:
"Una doctrina nueva". Prodigios para demostrar poder…

Ninguna de estas afirmaciones son aceptables sin más.

· Dios no es terrible.

· El único intermediario es Jesús, pero no porque ver a Dios resulte mortal.

· No se está acabando la historia: el matrimonio y "las cosas del mundo", y toda nuestra vida, forman parte de nuestra misión y tienen -todas las actividades- el mismo valor: cumplir "mi" misión.

· Los milagros no son una manifestación del poder del Amo sino de la voluntad de curar del Libertador.

Puede parecer sorprendente que apliquemos esta noción de "provisionalidad" tanto al Antiguo como al Nuevo Testamento. Sin embargo, así es. "Los testigos" ven y oyen a Jesús, creen en él y nos cuentan lo que han visto y oído, y su fe. Y la Palabra está ahí, una vez más, encarnada. Si los testigos fueran daltónicos, nos describirían a Jesús en blanco y negro. Lo que los testigos nos cuentan es lo que pueden captar.

Pero el Espíritu sigue animando a la Iglesia; el pueblo peregrino avanza en el conocimiento de Dios. No entiende lo mismo Moisés que Isaías, ni Juan Bautista que Pedro, ni Juan Evangelista que nosotros. Y no porque seamos más listos o tengamos más medios, sino porque el Espíritu de Jesús sigue trasformando a la Iglesia.

De aquí sacamos consecuencias importantes para nuestra vida, bien representadas las dos en frase de la gente sobre Jesús: "¿Quién es éste, qué es esto...?". ¿En quién creemos, en qué creemos?

¿Creemos en un taumaturgo que arregla los males del mundo por arte de magia? ¿Por qué hacían milagros los apóstoles y no los hacen los obispos? ¿Sólo porque ellos tenían más fe?

¿Creemos en una Palabra de Dios dictada al oído a los autores sagrados, sin posibilidad de sombra de error o interpretación?

¿Creemos en Jesús Dios con apariencia de hombre, lleno de poder, que simula ser como nosotros?

¿Creemos en un Dios terrible, al que tenemos acceso por intermedio de elegidos que se interponen entre el pueblo y El Amo?

¿Creemos que las cosas corrientes de la vida son inútiles para el Reino de Dios?

Creemos que todo lo que los hombres pueden entender de Dios está dicho en Jesús. Y no entendemos más, aunque tenemos más preguntas.

Creemos que Religión no es lo extraordinario, sino el sentido y valor de lo ordinario.

Creemos que todos los hombres van entendiendo mejor a Dios.

Creemos que en eso consiste nuestra vida: en caminar hacia más conocimiento, fiados en Jesús, la Palabra.

Pero podemos estar confusos: ¿por qué recibimos unas cosas de la Escritura y otras no, o unas más y otras menos­?. ¿No corremos el riesgo de entender la Palabra de Dios a nuestra conveniencia?

En efecto, corremos ese riesgo, e incluso caemos en él, como cayó Pedro y Pablo y todos. El riesgo está en aceptar lo que nos parece razonable. El acierto está en compararlo todo con las líneas claras, profundas, de Jesús:

· vemos como "provisional" el Dios terrible del Sinaí porque Jesús nos ha mostrado a "Abbá",

· vemos como insuficiente la fe en Jesús "ser divino de apariencia humana con poderes mágicos", porque le hemos visto nacer de María y morir en la cruz...

· Y sabemos que nuestra tentación es siempre aceptar lo que nos parece razonable; y sabemos que lo sensato es ir a buscarle a él, a ver cómo es.

Uno de los aspectos del evangelio que más nos molestan hoy son, quizá, los milagros. No estamos dispuestos a aceptar lo maravilloso, probablemente porque nuestro pensamiento tiene mucho de exclusivamente racional, exclusivamente científico. Incluso a algunos nos parecería más aceptable el Evangelio sin milagros, porque nos resulta más verosímil.

Y sin embargo, los milagros están ahí, nos guste o no. No todas las narraciones de milagros que hay en los evangelios son crónicas de sucesos que ocurrieron: algunos son fruto de la exageración legendaria, otros tienen sentido simbólico. Pero muchas sí que son narraciones de sucesos.

Y es histórico que muchas de estas actuaciones de Jesús fueron interpretadas por la gente como milagros. Las personas "poseídas por malos espíritus" eran enfermos, desde luego. Y Jesús las curaba. Y muchas veces sin tratamiento, sin contacto físico. Si estas cosas no nos gustan, es nuestro problema. Se trata de creer en el Jesús que existió, no de que nos guste o no.

José Enrique Galarreta

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La Palabra y los silencios necesarios


Publicado por De Todos los Días

Para el día de hoy (29/01/12):
Evangelio según San Marcos 4, 35-41

No es un lugareño, es un artesano, casi un campesino nazareno. Cumple como todo varón judío la asistencia sabatina a la sinagoga ahí en la Cafarnaúm del mar de Galilea, de pescadores y publicanos, de escribas y fariseos.
Si se hubiera limitado como todos los demás a participar sumisamente del Shabbat, no estaríamos aquí discurriendo. Pero Él, en abierto desafío y para escándalo de acartonadas almas, se pone a enseñar.

Seguramente habla de Dios como Abbá!, habla desde lo que conoce en las honduras de su ser, a partir de su identidad plena, enseña desde lo que vive y respira, y entonces se desatan los asombros: se expresa con autoridad, no como los fariseos y los escribas. Ellos citaban -haciendo gala de una profusa erudición- las diversas interpretaciones que otros habían hecho de la Ley de Moisés, llevando su análisis a zonas demasiado intrincadas, que poco tenían de humanidad y mucho menos de Dios. Pura doctrina, habían resignado todo afecto y corazón en pos de la pureza fundamentalista.

Pero Jesús de Nazareth es Palabra Viva, y su autoridad -augere, esa fuerza que hace crecer- nace de sus entrañas mismas, de su corazón sagrado.
No tiene que referirse a puntillosos intérpretes de la ley, porque Él expresa a Aquel que es la vida misma, y así su relato es la mejor y más nueva de las noticias.

Allí entre la gente había un hombre poseído por un espíritu impuro, un espíritu despreciable; alienado de sí mismo, está reducido al silencio impuesto y se vuelve un objeto sin comunidad y sin Dios. Esa misma habla coartada es la que permite que grite su queja fiera ese estigma que lo hace diferente, anormal, enfermo.
Su queja es extraña: desde la singularidad de un hombre enajenado, arrecia su grito en tono plural.

Los alaridos en realidad son la rabia quejumbrosa de un sistema opresor e inhumano que retrocede frente a la presencia liberadora del Maestro. Pero siempre, indefectiblemente han de prevalecer la vida y la salud, en horizonte de plenitud. Así el Maestro acalla la brutalidad de la exclusión, la pretendida normalidad de unos pocos para que haya vida abundante para todos.

Quizás se nos haya adormecido el hambre de cierto silencio, el silencio de la tierra fértil que permite que germina y crezca fiel la semilla de eternidad, la sed insaciable de que finalice todo silencio impuesto y que por fin, en un mundo renovado, se llamen al silencio y al olvido tantos demonios de dolor y soledad.

Paz y Bien

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sábado, 28 de enero de 2012

Palabra para la Misión: Misión: Evangelio y liberación del mal


IV Domingo del Tiempo Ordinario
Año B – 29.1.2012 / Por EUNTES

Deuteronomio 18,15-20 / Salmo 94 / 1Corintios 7,32-35
Marcos 1,21-28

Reflexiones

“¡Dios es médico y también medicina!” Repetía con razón el santo capuchino P. Leopoldo Mandic (1866-1942) a sus penitentes en el confesionario de Santa Cruz en Padua. Palabras en plena sintonía con el pasaje evangélico de hoy. Desde el comienzo de su Evangelio, Marcos presenta a Jesús como un personaje extraordinario en palabras y gestos: un maestro que provoca estupor, porque enseña con autoridad moral (v. 22); un taumaturgo que, con un simple gesto y una orden (‘calla, sal’) es capaz de expulsar de un hombre a un espíritu impuro (v. 25-26). Temor, sorpresa, fama, admiración, y, a la vez, también tantas esperanzas, son los sentimientos que ese nuevo Rabí misterioso suscita en el corazón de todos “enseguida y en todo lugar” (v. 28). De esta manera, toma cuerpo en Jesús ese profeta ideal que Dios había prometido a su pueblo por medio de Moisés (I lectura). En pocas palabras, Marcos pone las bases para que el catecúmeno –y cada cristiano– pueda realizar un progresivo camino en el descubrimiento de Cristo, en un itinerario de escucha y de búsqueda, desde la oscuridad hacia la luz, hacia la Pascua y la misión.

El episodio del hombre poseído por un espíritu inmundo que grita y se retuerce, nos lleva a algunas reflexiones sobre la existencia de los espíritus malignos que, a menudo y de forma dramática, atormentan a las personas en el cuerpo, en la psicología y en el espíritu. Es cosa sabida que algunas manifestaciones que se atribuyen al diablo eran -y son todavía hoy- verdaderas enfermedades, aunque poco conocidas. Esto, sin embargo, no debe fomentar dudas sobre la existencia del espíritu maligno o sobre su acción negativa en las personas. Negarlo sería una ingenuidad que favorecería tan solo la expansión del mal en el mundo. Los Evangelios nos dan cuenta de numerosos milagros de Jesús en favor de las víctimas de males extraños de tipo psicofísico. La acción sanadora de Jesús abarca la persona en su totalidad: Él sana, a la vez, el cuerpo, la psique y el alma.

En el intento de dominar el mal, el destino y las fuerzas negativas en general, todos los pueblos han hecho uso de medios como el espiritismo, la adivinación, el ocultismo, poniendo su confianza en magos, brujos, hechiceros, astrólogos, videntes, adivinos, nigromantes, etc. Desde antiguo, Dios prohibió estas prácticas a su pueblo (Dt 18,10-11). Se trata de un oscuro mundo de engaños, que explota –a cambio incluso de grandes sumas de dinero- los miedos, la ingenuidad, la credulidad de la gente, la ignorancia sobre Dios, causando falsos consuelos, seguidos puntualmente de frustraciones y desesperación. Según la experiencia común de los misioneros que trabajan en varias partes del mundo, el miedo y los engaños son signos típicos del paganismo. Pero son hechos que siguen cundiendo también en los cristianos, cuando estos no están del todo convertidos interiormente, cuando no han aprendido, de un lado, a aceptar algunos límites naturales de la vida hmana y, de otro, a confiar en la guía amorosa y providente del Padre de la Vida. A menudo, algunos residuos de paganismo siguen conviviendo en personas creyentes, e incluso en personas de vida consagrada.

Un camino de conversión es necesario para cada uno y por toda la vida, ya que cada persona nace pagana, es decir, no cristiana. Cristiano no se nace; se llega a serlo. En efecto, el bautismo no es sino el comienzo de un proceso de crecimiento espiritual. La conversión cristiana consiste en la progresiva liberación de los miedos, de los ídolos y de múltiples formas de falsedad. Exponiéndose sin tapujos a la verdad del Evangelio, cada persona experimenta y demuestra la libertad interior que brota de la adhesión a Cristo. Los santos son las personas que, con la ayuda divina, han alcanzado un mayor grado de liberación de las formas de paganismo. De hecho, la adhesión a Cristo genera libertad, porque Él -y solo Él- es la luz y la verdad que nos hacen libres (Jn 8,32; 14,6). Porque Jesús sufriente da sentido a nuestro sufrimiento y nos da serenidad en las pruebas. (*)

La predicación evangelizadora, aunque siempre ha de ser comprensiva hacia las personas que se equivocan o están enfermas, debe ser enérgica e incisiva contra el mal. El hecho de que el endemoniado del Evangelio de hoy, en un primer momento se quede calladito en la sinagoga y, tras la enseñanza de Jesús, empiece a rebelarse y a gritar contra Él, invita a reflexionar sobre la fuerza y autenticidad de nuestra predicación: esta no puede ser indulgente o tibia hacia el mal, por miedo a incomodar. Debe, al contrario, sacudir las conciencias, estimular las personas a un cambio de vida e indicar el camino que lleva al encuentro auténtico con Dios y los hermanos, en la comunidad de los creyentes en Cristo. Solamente así el anuncio misionero del Evangelio de Jesús ejerce su fuerza liberadora y salvadora: expulsa a los demonios, sana heridas, renueva y transforma a las personas.


Palabra del Papa

(*) “Jesús sufre y muere en la cruz por amor. De este modo, bien considerado, ha dado sentido a nuestro sufrimiento, un sentido que muchos hombres y mujeres de todas las épocas han comprendido y hecho suyo, experimentando profunda serenidad incluso en la amargura de duras pruebas físicas y morales... Estemos seguros de que ninguna lágrima, ni de quien sufre ni de quien está a su lado, se pierde delante de Dios”.
Benedicto XVI
Angelus domingo 1 de febrero de 2009


Siguiendo los pasos de los Misioneros

- 29/1: 59 Jornada Mundial de los Enfermos de Lepra, fundada por Raoul Follereau en 1954.
Tema para 2012: “Haz de tu vida algo que vale”.
- 29/1: S. José Freinademetz (1852-1908), de la Sociedad del Verbo Divino, misionero en China.
- 30/1: Memoria de Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948), llamado el “Mahatma” (alma grande) de India, líder de la “no-violencia-activa”, asesinado en Delhi.
- 31/1: S. Juan Bosco (1815-1888), fundador de la familia salesiana; envió a los primeros misioneros salesianos a Argentina.
- 31/1: B. Candelaria de S. José (Susana Paz-Castillo Ramírez), nació y vivió en Venezuela (1863-1940), fundadora de una congregación para el servicio a enfermos y necesitados.
- 1/2: B. Luis Variara (1875-1923), misionero salesiano, que vivió entre los leprosos en Colombia.
- 2/2: Presentación del Señor Jesús, proclamado como “la salvación preparada a la faz de todos los pueblos, la luz para alumbrar a las naciones” (Lc 2,31-32). - Jornada de la Vida Consagrada.
- 2/2: S. Juan Teófano Vénard (1829-1861), sacerdote de la Sociedad para las Misiones Extranjeras de París, mártir en Hanoi (Vietnam). Sus cartas inspiraron también a S. Teresa de Lisieux en su amor y entrega por las misiones
- 3/2: B. María Elena Stollenwerk (+1900), cofundadora en Steyl (Holanda), junto con S. Arnoldo Janssen, de las Misioneras Siervas del Espíritu Santo.
- 4/2: S. Juan de Brito (1647-1693), misionero jesuita portugués, martirizado en India.
- 4/2: En 1794 en Haiti se aprobó la primera ley que abolía la esclavitud en América Latina y Caribe.

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Evangelio Misionero del Día: 29 de Enero de 2012 - IV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - Ciclo B


Hablaba con autoridad y expulsaba los demonios

Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 1, 21-28

Jesús entró en Cafamaúm, y cuando llegó el sábado, fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga de ellos un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar; «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios».
Pero Jesús lo increpó, diciendo: «Cállate y sal de este hombre». El espíritu impuro lo sacudió violentamente, y dando un alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y éstos le obedecen!» Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.

Compartiendo la Palabra
Por José Antonio Pagola

CURADOR

Según Marcos, la primera actuación pública de Jesús fue la curación de un hombre poseído por un espíritu maligno en la sinagoga de Cafarnaún. Es una escena sobrecogedora, narrada para que, desde el comienzo, los lectores descubran la fuerza curadora y liberadora de Jesús.

Es sábado y el pueblo se encuentra reunido en la sinagoga para escuchar el comentario de la Ley explicado por los escribas. Por primera vez Jesús va a proclamar la Buena Noticia de Dios precisamente en el lugar donde se enseña oficialmente al pueblo las tradiciones religiosas de Israel.

La gente queda sorprendida al escucharle. Tienen la impresión de que hasta ahora han estado escuchando noticias viejas, dichas sin autoridad. Jesús es diferente. No repite lo que ha oído a otros. Habla con autoridad. Anuncia con libertad y sin miedos a un Dios Bueno.

De pronto un hombre «se pone a gritar: ¿Has venido a acabar con nosotros?». Al escuchar el mensaje de Jesús, se ha sentido amenazado. Su mundo religioso se le derrumba. Se nos dice que está poseído por un «espíritu inmundo», hostil a Dios. ¿Qué fuerzas extrañas le impiden seguir escuchando a Jesús? ¿Qué experiencias dañosas y perversas le bloquean el camino hacia el Dios Bueno que él anuncia?

Jesús no se acobarda. Ve al pobre hombre oprimido por el mal, y grita: «Cállate y sal de él». Ordena que se callen esas voces malignas que no le dejan encontrarse con Dios ni consigo mismo. Que recupere el silencio que sana lo más profundo del ser humano.

El narrador describe la curación de manera dramática. En un último esfuerzo por destruirlo, el espíritu «lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió». Jesús ha logrado liberar al hombre de su violencia interior. Ha puesto fin a las tinieblas y al miedo a Dios. En adelante podrá escuchar la Buena Noticia de Jesús.

No pocas personas viven en su interior de imágenes falsas de Dios que les hacen vivir sin dignidad y sin verdad. Lo sienten, no como una presencia amistosa que invita a vivir de manera creativa, sino como una sombra amenazadora que controla su existencia. Jesús siempre empieza a curar liberando de un Dios opresor.

Sus palabras despiertan la confianza y hacen desaparecer los miedos. Sus parábolas atraen hacia el amor a Dios, no hacia el sometimiento ciego a la ley. Su presencia hace crecer la libertad, no las servidumbres; suscita el amor a la vida, no el resentimiento. Jesús cura porque enseña a vivir sólo de la bondad, el perdón y el amor que no excluye a nadie. Sana porque libera del poder de las cosas, del autoengaño y de la egolatría.

Difunde la fuerza curadora de Jesús. Pásalo.

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Palabra de Misión: En la sinagoga, un hombre se liberó / Cuarto Domingo del Tiempo Ordinario – Ciclo B – Mc. 1, 21-28 / 29.01.12



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El relato de Marcos cambia inmediatamente de lugar y de tiempo. Desde el llamado vocacional anterior a los dos grupos de hermanos nos trasladamos a Cafarnaún, a una sinagoga, un día sábado. Los tres datos son determinantes para entender esta escena. En primer lugar tenemos la ciudad de Cafarnaún, nunca mencionada por el Antiguo Testamento y pocas veces citada en la literatura rabínica. Sin embargo, no se trata de una ciudad menor. Los arqueólogos la identifican como el sitio donde se ubicaba la más grande las sinagogas de Galilea en tiempos de Jesús. Era, además, como típica ciudad portuaria, a orillas del lago, un sitio de recaudación de impuestos, con la presencia de algún alto funcionario romano residiendo allí. Sobre su situación precisa, geográfica, hoy en día, hay disputas. Pero a los fines catequísticos del libro de Marcos, lo importante es reconocer su importancia social. Esta ciudad será muy importante para la actividad de Jesús, al punto que el autor parece indicarla como el centro de operaciones, desde donde Jesús va y vuelve evangelizando.

En esta escena particular, los hechos trascurren en una sinagoga (lugar cultual, sagrado). Este dato es importante para contrastar con la próxima escena, que ocurrirá en una casa (lugar profano, con impurezas). Las sinagogas parecen remontarse a la época del destierro en Babilonia, cuando el pueblo de Israel, cinco siglos antes de Jesús, se quedó sin Templo y tuvo que ingeniárselas para continuar celebrando la fe en Yahvé. Así se habrían iniciado reuniones en las casas que, con el tiempo, dieron origen a la institución sinagogal. Lo que en un principio fue una asamblea de personas solamente, con el tiempo llegó a tener un edificio, que también se llamó sinagoga. Estos edificios (casas de reuniones) solían construirse fuera de las localidades, junto a algún curso de agua. En la sinagoga se celebraba culto los sábados y se enseñaba, ocupando el rol de escuelas para los jóvenes. En las celebraciones de los sábados se leían textos de las Escrituras, se los explicaba y se oraba. La mención a Jesús enseñando en las sinagogas no es extraña, ya que cualquier adulto considerado idóneo podía predicar, como lo siguieron haciendo los primeros cristianos (baste el ejemplo de Pablo en los Hechos de los Apóstoles). De esta manera, Marcos traza un paralelo entre la situación misionera actual de sus comunidades y la situación de Jesús.

Como iremos viendo, la sinagoga se constituye en una institución pervertida en sus principios, y por eso en enfrentamiento con Jesús. Lo que Marcos narra como suceso rápido, es probable que se tratase de un proceso más lento. Jesús ha ido descubriendo que la sinagoga representa un modo de religión que aleja a las personas de Dios, en lugar de acercarlas, una institución que ha perdido de vista el Reino. En la sinagoga prima una visión del mundo que se rige por las leyes de pureza/impureza. La sinagoga sería un espacio puro, sagrado, dirigido por los justos, y quien queda fuera de ella (excomulgado) es un impuro, rechazado por Dios. Ahora bien, la pureza estaría dada por el respeto a una cantidad de normativas, sobre todo relacionadas con lo litúrgico, y no por la actitud de vida de cara al Reino de Dios. A una sinagoga no pueden ingresar los publicanos, no pueden ingresar los leprosos (impuros por su enfermedad), y las mujeres quedan relegadas a un segundo plano, en un espacio separado del de los varones. La sinagoga, que debería reflejar la asamblea en comunión que tiene como Padre a Dios, en realidad refleja la separación humana, la discriminación y la marginación. El mismo sentido del sábado se encuentra pervertido. El sábado (sabbát en hebreo) es una institución social judía, y desde Éxodo lo encontramos como decreto divino: “Recuerda el día del sábado para santificarlo” (Ex. 20, 8), repitiéndose su importancia en Ex. 23, 12 y Dt. 5, 12, asociándolo a la liturgia en Lev. 23, 3, con el fundamento teológico en la Creación, cuando Dios descansa al séptimo día (cf. Gen. 2, 2-3). La raíz de sabbát significa parar, descansar. Al principio, el sábado era un día dedicado a Dios y funcionaba como verdadera institución de protección a los más débiles, pues cesando el trabajo ese día, descansaban los esclavos y hasta los animales. Con el tiempo, el sábado se convirtió en un día en el que nada podía hacerse, llegando los rabinos a prohibir treinta y nueve clases de trabajo, inclusive limitando la cantidad de kilómetros que se podían caminar. Así, el sábado abandonó su esencia y comenzó a significar el aparato de opresión religiosa judía.

El mensaje que lanza Jesús contra la sinagoga de su tiempo, será el mensaje para la comunidad cristiana de Marcos, también. Cualquier religión, cualquier culto, cualquier manera de vivir la fe, puede pervertirse y convertirse en opresora. El cristianismo no queda exento. Marcos recuerda a sus lectores/oyentes que las comunidades cristianas pueden comenzar a funcionar igual que la sinagoga que combatió Jesús.



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Entre los tres Evangelio Sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas), los escribas son mencionados 42 veces, pero la mitad de ellas corresponde a Marcos (21). Podemos ver que este grupo es importante para el autor, y sobre todo, importante en su papel de oposición (aunque el autor deja la puerta abierta a los escribas cuando Jesús dice a uno de ellos que no está lejos del Reino en Mc. 12, 34). En este caso, dentro de Galilea, aparecen como los primeros opositores directos. Los escribas eran un conjunto de judíos expertos en la Ley de Moisés, tradicionalmente entendidos como herederos de Esdras, el primer escriba (cf. Esd. 7, 6). Se supone que algunos sacerdotes eran escribas, pero la mayoría habrían sido laicos, sobre todo a partir del tiempo de los Macabeos. En cuanto a las sectas, había muchos más escribas fariseos que saduceos. Eran tratados con el título de rabí, que significa maestro. Además de la enseñanza, en las sinagogas y entre sus discípulos, impartían jurisprudencia en litigios legales, aplicando la Ley de Moisés y su interpretación sobre la misma. Como jueces y maestros ocupaban un sitio de privilegio en la sociedad. Eran los cultos, los dueños de la Palabra, los que más sabían cuál era el decir de Dios, los portavoces de Yahvé. Con esta descripción, entendemos que habían ocupado el rol de los profetas, desaparecidos de la escena por mucho tiempo, hasta Juan el Bautista. El punto central de acción era Jerusalén, pero había algunos dispersos en el interior, y suponemos que también en Galilea. Su influencia venía del respeto con el que eran considerados.

Esta autoridad de enseñanza de los escribas, según Marcos, es menor a la autoridad de Jesús, lo cual asombra a la gente. Acostumbrado el pueblo a escuchar los conocimientos de los escribas, se sienten consternados ante la aparición de un nuevo Maestro que habla distinto. Ya veremos en qué consiste esa diferencia, pero por lo pronto, tenemos que pensar cómo Marcos incrementa el hincapié en el cuidado que se debe tener con los sistemas religiosos. Advertencia para los cristianos. Cuando los maestros del cristianismo empiezan a actuar como los escribas que combate Jesús, hay que replantearse muchas cosas. Pero por encima de todo, volver a la enseñanza con autoridad de Jesús. Una autoridad que no está en el conocimiento científico (en saber más o menos sobre la Ley de Moisés), sino en el conocimiento de la humanidad y de la naturaleza de Dios, en el conocimiento del sentido del Reino y de la Buena Noticia, en el deseo de vida que surge del Padre y se dirige hacia todos los humanos.



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Marcos utiliza, en todo su libro, 12 veces el término demonio y otras 12 veces la expresión espíritu impuro. En todo el relato, esta presencia de lo espiritual es patente. Quizás no sea Marcos el Evangelio con más referencias a los espíritus, tanto buenos como malos, pero sin dudas que hay un trasfondo donde lo invisible se entrama con lo visible. Marcos ha sido analizado muchas veces de manera materialista, y hasta se lo ha entendido como un texto puramente materialista, pero lo sobrenatural está allí, como telón de fondo. Siempre hay una lucha, implícita, entre el Espíritu de Dios y los espíritus inmundos, impuros, malignos. No por nada, la primera expresión patente de la liberación y del poder que trae el Reino a Galilea es un exorcismo en la sinagoga de Cafarnaún. Tras el llamado de los discípulos, el Reino no tiene como primera acción una curación ni un ritual de culto, sino un exorcismo, una expulsión demoníaca.

Lo más interesante de este exorcismo es que el poseso está dentro de la sinagoga. El lugar que se presenta como el faro de la pureza, como el dictaminador de los estados de pureza e impureza de las personas, no puede reconocer al demonio que lo habita. Y es que esas leyes que defiende la sinagoga, son inútiles frente a la situación de este hombre; no definen si lo excomulgan o si lo mantienen dentro. ¿Cómo excomulgar una impureza que no depende de la persona, que le ha venido de fuera? ¿Cómo mantener dentro de la sinagoga a un demonio? ¿Qué hacer? La presencia del endemoniado es la burla irónica de Marcos para con la sinagoga. Es más: el verdadero endemoniado es el sistema sinagogal.

La respuesta la trae Jesús a este dilema: liberación. El poseso debe recibir liberación, libertad. Y la sinagoga también, por ende. La sinagoga necesita volver a respirar libertad, desatar las pesadas cargas, tornar al ser humano antes que a la Ley de Moisés, a Dios antes que a las tradiciones.



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El poseso habla en plural, lo cual parece una incongruencia, pero en realidad es el demonio hablando en nombre de los escribas (plural), y en ellos en nombre de la sinagoga. Nuevamente, con ironía, Marcos arremete contra la institución religiosa pervertida.

El reconocimiento que hacen los espíritus inmundos de Jesús, de su personalidad y de su ser, contrasta con la falta de reconocimiento que tendrá el pueblo y los mismos discípulos en varias oportunidades. Aquí queda patente lo que decíamos del mundo espiritual y sobrenatural siempre presente en el libro de Marcos. Las cosas no sólo suceden en el plano de lo material y terreno, sino también espiritualmente. Los demonios reconocen a Jesús, saben quién es y saben de quién viene. Los escribas, en cambio, no ven a Dios actuando en Jesús. Más ironía. El reconocimiento de Jesús viene de los derrotados, del mal. Los demonios, amenazados, saben quién es este Santo de Dios que viene hacia ellos. Pueden ver que el Reino ha llegado y que culmina la hora de las tinieblas. Para la comunidad cristiana que oye este Evangelio en primera instancia, el dato es sorprendente y un llamado al mismo tiempo. Si los demonios reconocen a Jesús y a la Buena Noticia que traen, la Iglesia no puede dudar. Si el mal se reconoce a sí mismo derrotado, expulsado, la Iglesia no puede dudar de la victoria de la vida sobre la muerte. Los espíritus inmundos en persona se declaran fuera de combate, inútiles ante la acción de Jesús Nazareno. Y así lo llaman: Nazareno, de Nazaret. Es el Jesús histórico que Marcos quiere recuperar desde su relato.

Llamarlo Santo de Dios tiene su base veterotestamentaria en Sansón, que es un consagrado a Dios (un nazireo); Aarón, que es santo del Señor; Eliseo, santo hombre de Dios; y Elías, hombre de Dios. Todas estas expresiones conservadas en el Antiguo Testamento pueden haber servido de base para que Marcos acuñara el título que los espíritus inmundos asignan a Jesús. Pero más que Marcos, puede que el título proviniese de una tradición anterior. Para los cristianos, Jesús es la presencia de la santidad divina que se opone a los espíritus del mal. Es el Santo de Dios, no porque se separe de los impuros, sino todo lo contrario, porque con su acercamiento a los impuros declarados por la religión, demuestra por dónde va la santidad de Yahvé.



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La orden de callarse está emparentada con el tópico del secreto mesiánico que utiliza Marcos a lo largo de su libro. Por alguna razón, quienes reconocen el mesianismo de Jesús (en este caso los espíritus impuros), reciben la orden de ocultarlo, no darlo a conocer. En un contexto de evangelización, resulta extraño, pero en un contexto de persecución, puede ser la validación de la práctica de muchos cristianos que viven su fe en el secreto de las casas, en los encuentros clandestinos, a espaldas de las sinagogas y del Imperio. Algunos biblistas asumen, exegéticamente, que estamos ante un recurso literario y posiblemente histórico, mediante el cual Jesús no da vía libre para la proclamación de su mesianismo, ya que corre el riesgo de ser malinterpretado, en sentido político-militar.

Además, la orden directa de callarse tiene un fuerte sentido de autoridad (tema presente desde el inicio de la escena en la sinagoga). Jesús manda a callar a los espíritus impuros, para que dejen de hablar en nombre de las personas, para que dejen de engañar. La palabra de Jesús tiene la fuerza suficiente para exorcizar, sin valerse de gestos ni maniobras ni rituales. En otra oportunidad narrará Marcos milagros con la intervención de gestos, pero en este caso es una cuestión de palabra. La proclamación de Jesús es Buena Noticia que sale de sus labios y libera.



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El resultado es el exorcismo, la salida del espíritu impuro, con gran teatralidad, sacudidas y gritos. Ante lo que parece ser una acción tranquila y con mansedumbre de Jesús, se opone la sobreactuación de las fuerzas del mal. Hay un claro controlador de la situación y un reino maligno invisible (representado por Belcebú, por los espíritus impuros) que comienza a sentir sus pérdidas.

En contraposición, el reino maligno visible (el imperialismo conquistador y la religión opresora) no parece estar tan desesperado. En todo caso, nunca se desesperará por completo, tomando la decisión de crucificar a Jesús. Ilusoriamente, el reino maligno visible se cree vencedor, a la par del invisible que sabe, concienzudamente, que ha llegado el final de los tiempos.



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Este versículo coincide con el versículo 22 en sus expresiones y en su tema, enmarcando así la acción de Jesús del exorcismo. Hay algo nuevo en Jesús, algo novedoso y nunca antes visto. Parece ser una doctrina, una manera de enseñar y de dar a conocer a Dios. La novedad no está tanto en el contenido de Buena Noticia, sino más bien en su desarrollo palpable. No es una Buena Noticia desencajada de la historia, aislada, que se queda en mero discurso. Esta Buena Noticia influye de lleno en las personas, por ejemplo en la expulsión de un espíritu inmundo. Efectivamente, alguien se libera a causa del Evangelio. No es una doctrina retórica, académica, sino una realidad que se puede vivir a flor de piel.

La autoridad de Jesús ha logrado sacar de combate a los espíritus inmundos. Los escribas, en cambio, convivían con este espíritu en la sinagoga, sin darle respuesta adecuada. Jesús ha generado una respuesta, y en eso parece residir su autoridad superior y novedosa. No deja a las personas esperando, no las engaña, no las utiliza. Transforma sus situaciones de muerte en vida. La comunidad de Marcos está invitada a exclamar junto a los asistentes a la sinagoga la novedad y validez de la Buena Noticia. En sus penurias de persecución, necesitan afirmarse en la autoridad de Jesús, que no es como las otras autoridades (opresivas, verticales), ganadas por decreto, sino que da vida incidiendo para bien, liberando.



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La fama de Jesús se expande por la Galilea. Marcos no deja de recalcar que esta provincia es el centro del Evangelio. Poco a poco todos se van enterando de la acción de este profeta y maestro. Se corre la noticia de que exorcizó a un hombre dentro de la sinagoga. El Evangelio corre a través de la provincia. Como debe correr por la expansión de los cristianos.

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IV Domingo del T.O - Ciclo B (Mc 1,21-28): Poder no es autoridad


Publicado por Antena Misionera Blog

Creían tener un “poder” otorgado por Dios. Por eso desde los rabinos hasta los Sumos Sacerdotes del pueblo judío creían hablar en nombre de Dios cuando condenaban como “pecadores” al resto del pueblo. Una actitud repetida en muchas religiones y en la historia de la Iglesia Católica. Se habían arrogado el lugar de Dios y por ello con capacidad para juzgar y condenar. A través del miedo mantenían su poder sobre las personas.


Enseñar con autoridad

El modo de enseñar de Jesús provocó en la gente la impresión de que estaban ante alguien desconocido y admirable. Lo señala la fuente cristiana más antigua y los investigadores piensan que fue así realmente. Jesús no enseñaba como los «letrados» de la Ley. Lo hacía con «autoridad»: su palabra liberaba a las personas de «espíritus malignos».

No hay que confundir «autoridad» con «poder». El evangelista Marcos es muy preciso en su lenguaje. La palabra de Jesús no proviene del poder. Jesús no trata de imponer su propia voluntad sobre los demás. No enseña para controlar el comportamiento de la gente. No utiliza la coacción ni las amenazas.

Su palabra no es como la de los letrados de la religión judía. No está revestida de poder institucional. Su «autoridad» nace de la fuerza del Espíritu. Proviene del amor a la gente.

Busca aliviar el sufrimiento, curar heridas, promover una vida más sana. Jesús no genera sumisión, infantilismo o pasividad.

Libera de miedos, infunde confianza en Dios, anima a las personas a buscar un mundo nuevo.

Volver a Jesús

A nadie se le oculta que estamos viviendo una grave crisis de autoridad. La confianza en la palabra institucional está bajo mínimos. Dentro de la Iglesia se habla de una fuerte «devaluación del magisterio». Las homilías aburren. Las palabras están desgastadas.

¿No es el momento de volver a Jesús y aprender a enseñar como lo hacía él? La palabra de la Iglesia ha de nacer del amor real a las personas. Ha de ser dicha después de una atenta escucha del sufrimiento que hay en el mundo, no antes. Ha de ser cercana, acogedora, capaz de acompañar la vida doliente del ser humano.

Necesitamos una palabra más liberada de la seducción del poder y más llena de la fuerza del Espíritu. Una enseñanza nacida del respeto y la estima positiva de las personas, que genere esperanza y cure heridas. Sería grave que, dentro de la Iglesia, se escuchara una «doctrina de letrados» y no la palabra curadora de Jesús que tanto necesita hoy la gente para vivir.

Dios salva, no condena

Ésta es la Buena Noticia del evangelio: No hay desesperación definitiva; siempre se puede seguir esperando incluso «contra toda esperanza». Dios es Salvador para todos aquellos que se ven desbordados por el mal, el pecado, la impotencia o la fragilidad. Esto es lo que descubren con admiración aquellas gentes de Galilea que son testigos del poder y la bondad de Jesús que libera del «espíritu inmundo» a aquel pobre hombre que se retuerce poseído por el mal.

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Comentario al Evangelio del Domingo 29 de Enero del 2012


Publicado por Ciudad Redonda
Por José María Vegas, cmf
Asombrados de su doctrina

La admiración y el asombro que suscita la predicación de Jesús índica muy a las claras la índole de esa predicación y, sobre todo, la de quien predica. Jesús no es sólo un “predicador” que transmite una nueva filosofía de la vida o una elevada doctrina moral, ni siquiera una nueva religión. De hecho, el texto de hoy nos da a entender que no es sobre todo el contenido de su predicación, sino el modo de transmitirla lo que provoca el asombro de sus oyentes: no predica como los escribas, sino con autoridad. Con autoridad significa que enseña desde sí mismo: no se limita a transmitir o comentar una palabra ajena, sino que por medio de sus palabras es Él mismo el que se revela y se da. Jesús es el cumplimiento de una antigua promesa, la que hoy leemos en la primera lectura: la promesa de un profeta al que se puede escuchar, que habla palabras de vida y no de muerte, un profeta que no suscita el terror sagrado porque es uno sacado de entre nosotros, “de entre tus hermanos”. Pero Jesús, además, supera con creces esa promesa, porque no se limita a transmitir palabras verdaderas de parte de otro, sino que Él mismo es la Palabra encarnada, que porta en sí la Verdad de Dios. De ahí la autoridad que despierta la sorpresa de una novedad inaudita.
La autoridad de la palabra y persona de Jesús se manifiesta, además de en la novedad de la doctrina y en el modo de comunicarla, en su eficacia: Jesús cura o, como queda patente en el evangelio de hoy, somete a las fuerzas del mal.
A veces sentimos desaliento y desánimo ante la potencia y la omnipresencia de estas fuerzas, de los espíritus inmundos. Tenemos la impresión de que esos espíritus son más fuertes y eficaces que el espíritu del bien. Están por todas partes, no sólo en los “centros oficiales del mal”, sino que se sientan también en la Sinagoga, en la Iglesia, en los lugares santos. Esto significa que debemos evitar la frecuente tentación simplificadora de identificarlos con una causa única, que además solemos colocar fuera de nosotros, que siempre se encuentra en “los otros”. Unos hablan de “los mercados” o el “neoliberalismo”, otros del “marxismo” o del “ateísmo”, los de más allá de los masones o qué sé yo que grupos, como queriendo así exorcizarlos de sí, del propio entorno. Pero el evangelio de hoy nos dice que el espíritu inmundo lo tenía “un hombre”, uno cualquiera, en nada distinto de cada uno de nosotros. Y que se sentaba “precisamente” en la sinagoga. La raíz del mal anida en nuestro interior, está entre nosotros, incluso en los que se sientan o nos sentamos en el ámbito de lo sagrado. Todas esas otras expresiones del mal a que hemos aludido lo serán en una u otra medida, pero al final, si queremos combatirlo en su raíz, tenemos que mirarnos a nosotros mismos, y tratar de identificar qué espíritus inmundos nos habitan en concreto.
Los espíritus inmundos, que poseen tantos rostros y tantas formas de presencia, tienen en común que no escuchan la Palabra, sino que, al contrario, se encaran con ella, y la desafían a gritos. Aunque al hacerlo ya están reconociendo con temor la autoridad de Jesús. Nosotros, que sabemos por experiencia (propia y ajena) la enorme dificultad, la casi imposibilidad de vencer a esos espíritus inmundos en nosotros y en nuestro mundo, podemos hacer la experiencia de someternos a la Palabra de la Verdad que es Jesús, y sentir así el asombro de su autoridad y la admiración de su eficacia. Sólo esa Palabra cercana (es uno de nuestros hermanos) es capaz de desenmascarar, mandar, hacer callar y expulsar al espíritu inmundo. Jesús vence al mal, pero salva al que está poseído por él, destruye el pecado pero salva y libera al pecador. La Palabra, la persona de Jesús es el único exorcismo eficaz contra las fuerzas del mal, contra los espíritus inmundos, porque, allí donde suena y actúa, y donde es acogida, va abriendo espacios al Reino de Dios. Por eso no suscita terror, sino asombro y, sobre todo, confianza. La confianza es la dimensión central de la fe en Dios, en el Dios cercano que es Jesucristo.
Esta fe confiada hace reales posibilidades inéditas de vida nueva. Las palabras de Pablo en la segunda lectura de hoy son una buena ilustración a este respecto. Percibimos en ellas una exhortación a un género de vida que en nuestros días no goza de buena prensa. Son muchos los “espíritus inmundos” que gritan desafiantes contra él declarándolo imposible e inhumano. Lo más curioso (y triste) es que esos gritos se escuchan con frecuencia dentro de la misma Iglesia (aunque después de leer el evangelio de hoy no debe extrañarnos). Pablo, que en ningún momento rechaza o cuestiona el matrimonio, antes bien, lo ensalza como una vocación cristiana de extraordinario valor, señala también el camino de la plena consagración a Dios, en una vida célibe, la que él mismo ha elegido para sí. Es un ideal realmente inaudito, que requiere una libre elección (cf. 1Cor 7, 25), y que, por muy imposible que le pueda parecer al espíritu del mundo, es una posibilidad abierta por el mismo Cristo, que vivió con un corazón indiviso, completamente entregado a las cosas del Padre. Para poder hacer propio ese género de vida es preciso abrirse a la eficacia y la autoridad de la Palabra que nos libra de nuestros espíritus inmundos, que nos habilita para lo que a nosotros mismos nos parece fuera de nuestro alcance, cada uno en su vocación: el casado en entrega fiel a su cónyuge y sus hijos, el llamado a la virginidad consagrada en un género de vida célibe, preocupado de los asuntos del Señor; unos y otros abiertos en fe a la admiración y el asombro ante esta Palabra nueva, cercana, eficaz, llena de autoridad y de vida.

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LA HOMILIA MÁS JOVEN: AUDACIA



1.- Me ha tocado visitar bastantes anfiteatros romanos, os digo que me ha tocado, mis queridos jóvenes lectores, porque no son edificios que me entusiasmen. Admiro su solidez y su acústica, cualidades que repiten todos los guías turísticos, pero su monotonía de líneas, me aburre. El Evangelio nos dice que Jesús había establecido su “campamento base” en Cafarnaún. En la actualidad quedan las ruinas de la población, que fue lugar fronterizo. Hoy queda un pequeño puerto, el trazado de unas cuantas calles, los muros de las casas no superarán el metro de altura, creo recordar, y, lo que más interesante, allí donde vivió el Señor y una sinagoga. Otro día os hablaré de la mansión, ya que el fragmento que leemos en la misa de hoy se refiere al edificio religioso. El que visitamos en la actualidad no es el que frecuentó el Maestro, es unos siglos posterior a aquel. El que queda es de piedra caliza blanca, extraña, pues, ya que por aquellos lugares las rocas son basálticas, negras y duras. Está asentado siguiendo el mismo perímetro de un edificio anterior, que se supone fue la sinagoga de la que hablan los evangelios. Se han hecho catas buscando pruebas, pero no se ha llegado a la certeza absoluta. No os quiero cansar con hipótesis arqueológicas.

2.- Asombra el comportamiento de Jesús y os quiero comentar hoy dos aspectos. Si Él quería predicar, lo lógico es que escogiera una edificación que permitiera un cierto acomodo de los oyentes y tuviera acertada acústica. No muy lejos, en Bet-Shean, había uno de esos anfiteatros de los que os hablaba al principio. Quienes influyen en la sociedad son los que ocupan lugares o responsabilidades y poderes importantes: militares, universitarios, potentados. Es este el criterio general. Jesús, en cambio, huye de estas normas. Cuando visito el lugar recuerdo que un día predicando a una multitud tuvo que subir a una barca, para que el gentío pudiera escucharle. Admiro el tesón del Maestro y la capacidad auditiva del pueblo, que era capaz de entender la doctrina que predicaba a cierta distancia. Escoger a aquellos discípulos era una imprudente utopía. Se trata de la paradoja de la que el pasado domingo os hablaba.

3.- Israel tenía centrada su religiosidad en el Templo de Jerusalén, era el lugar fundamental del culto sacrificial, al que se le añadían algunos otros menesteres. Ahora bien, desde el tiempo del destierro, abundaron en las comunidades judías las sinagogas, que eran lugares fundamentalmente de oración y aprendizaje de la Ley. Allí, y aun hoy en día ocurre lo mismo, el judío fiel acude los sábados. El que llamaríamos, con más o menos propiedad, gerente, custodio o conserje, encargaba la lectura bíblica al que para ello estaba capacitado. Algunos días especiales tenían señalado el texto que se debía proclamar y comentar, pero no existía una estructura ordenada, semejante a nuestro “año litúrgico”.

Sorprendía a la gente que las enseñanzas de Jesús no fueran del estilo al que estaban acostumbrados a escuchar. Yo imagino algo parecido a lo que hoy en día diríamos de muchos conferenciantes o escritores, son un dechado de erudición. Los oyentes piensan ¡cuántas cosas sabe este hombre! ¡Qué listo es! Sin que lo escuchado tenga aplicación directa en su vida. El Maestro habla convencido, sin acudir a citas de los demás.

4.- Quienes le escuchamos ahora, debemos estar persuadidos de nuestra Fe, pese a que, por ser auténtica, su contenido de misterio divino, suponga al aceptarla, un riesgo. Quiero decir que estaremos convencidos, pero no seguros. Por eso nuestra Fe, como la de Abrahán, es meritoria ante Dios. Quienes sí estaban seguros eran los demonios. No es hoy momento de hablar del tentador, es suficiente recordar el inciso. El Señor tiene potestad hasta sobre ellos.

5.- La amistad de Jesús, la que buscamos y la que Él nos concede, debe satisfacernos. Si conociéramos muy bien sus teorías, si supiéramos de memoria todo lo que hizo y pronunció, pero en nuestro interior fuera un personaje tan importante como el moro Muza, seríamos muy pobres espiritualmente. La Fe es conocimiento, pero fundamentalmente es experiencia amorosa. Quisiera, mis queridos jóvenes lectores, que os lo preguntarais hoy y siempre ¿Quién es para mí Jesús? ¿Le tengo simpatía? ¿Me siento amigo suyo?, ¿estoy dispuesto a todo por Él, como Él lo estuvo conmigo?

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viernes, 27 de enero de 2012

Comentario Seglar al Evangelio del Domingo IV del Tiempo Ordinario (Ciclo B) (29 - Enero - 2012)



Publicado por Ciudad Redonda

COMENTARIOS DE SEGLARES

DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(Matrimonio con dos hijos, trabajan ambos, pertenecen a movimiento conyugal)

Como padres cristianos, nos compete una tarea que ni de lejos resulta sencilla. En casa y ante nuestros hijos, somos nosotros los llamados a continuar esa tarea “pedagógica” en la que Jesús también empleaba su tiempo, tanto con sus discípulos como con quien se mostrara interesado en sus enseñanzas. Nos corresponde ahora a nosotros sucederle en esa labor de mostrarles los valores evangélicos y lograr que éstos les enamoren.
Es evidente que en ese empeño, por bienintencionados que podamos ser o muchos conocimientos que tengamos, no podremos nunca alcanzar la autoridad que investía al Señor en cada una de sus palabras, en cada uno de sus gestos. Asumida esa limitación, nos queda centrarnos en, al menos, no caer en la imagen del escriba que el evangelio emplea en contraste con la autoridad de Jesús, intentando que nuestras enseñanzas no sean palabras desnudas, sino que broten de nuestro corazón y que inunden nuestra vida.

DESDE LA SOCIO-ECONOMÍA
(hombre, casado, con tres hijos, trabaja, miembro activo de dos movimientos sociales, pertenece a comunidad cristiana)

Enseñar con autoridad, es básicamente, enseñar con el ejemplo y hacer lo que se dice. Jesús anunciaba que el Reinado de Dios estaba llegando y lo hacia realidad sanando y curando, es decir, acogiendo y amando, a los excluidos de entonces. Esto es lo que nos toca también a nosotros. Si nos decimos cristianos, es decir, seguidores de Jesús, debemos de curar, acoger, sanar, animar y acompañar a las personas que nuestra sociedad apalea y deja medio muerta en el camino. Esto significa trabajar y apoyar a estas personas y a las instituciones que luchan
con ellas por cambiar su situación. Y también significa comprometerse, para que nuestra vida y nuestros actos promuevan la transformación de un modelo económico social injusto que crea cada vez más víctimas.
Es lo único que merece la pena y nos hará realmente felices, ponernos de parte de la vida, de todas las vidas, de todas las vidas más débiles.

DESDE DESDE EL TERCER MUNDO
(matrimonio con dos hijos, voluntario de ONG en país musulmán, trabajan en la misión, pertenece a comunidad cristiana)

En el evangelio de este domingo se nos habla de un Jesús que era famoso por las cosas que hacía, aunque lo realmente importante es cómo las hacía. Trasladado a nuestro proyecto tenemos que ser conscientes de que existen diferentes talantes a la hora de tratar con los beneficiarios del mismo, debemos ser capaces de atender, escuchar y mostrarnos cercanos, es fundamental la manera en la que estamos aquí pues, al ser miembros de una religión minoritaria en este entorno, se nos analiza por aquellas cosas que hacemos.
Por otro lado Jesús nos invita a no tener miedo, a ser íntegros, libres. Seamos conscientes de que quien le traslada la pregunta que centra la lectura es el mismísimo demonio, debemos encontrar nosotros también en nuestra vida la respuesta a esa pregunta: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?”, no seamos temerosos a la hora de dar la respuesta, tomemos como ejemplo la figura de Jesús.
Y es que a día de hoy sigue habiendo demonios, si bien se muestran de otra manera. Son demonios que hacen que a la gente les invadan una serie de sentimientos que los alejan de Dios, del Padre. Uno de esos sentimientos por ejemplo es la indiferencia, que se apodera del interior de muchos cristianos transformándoles el corazón de carne en uno de piedra, no siendo conscientes de que cerca de ellos existen hermanos que los necesitan.
Pidámosle a Dios que nos dé consciencia y valentía para seguir adelante con nuestros proyectos, para encontrar, sin vacilación alguna, la respuesta a las preguntas que se nos puedan plantear.

PARA REZAR
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Te damos Gracias, Señor y Dios nuestro, porque Tú
nos sanas y nos libera de todo lo que nos daña,
restituyendo la libertad y la paz en nosotros.
Gracias porque Tú estás atento a nuestras necesidades
y nos proteges de todo mal que intenta dañarnos.
Gracias porque la fuerza de tu Palabra de Vida
nos libera de nuestros miedos, dudas y sufrimientos
que nos paralizan, esclavizan y nos alejan de Ti.
Te damos Gracias, Señor y Dios nuestro,
porque Tú predicas y a la vez actúas con eficacia.
Ayúdanos a seguir cada día tu ejemplo de vida
para ser solidarios y mejores con nuestro prójimo.
Haz Tú que nuestras palabras y acciones
busquen siempre hacer el bien para no causar dolor,
y danos sabiduría para oponernos al mal e injusticias.
¡Tú eres curación y vida donde hay dolor y sufrimiento!
Nosotros queremos anunciarte a los demás
con nuestras obras y predicando tu Evangelio…
¡Ayúdanos Tú a que nuestros actos reflejen tu Amor!
Transfórmanos, Dios nuestro, en colaboradores tuyos
que luchen contra el mal en nuestro mundo,
e incluso con el mal que nace de nosotros mismos.
Tú que eres Dios Padre Bueno y Misericordioso,
danos la fuerza necesaria para enfrentarnos al mal,
y lograr vencerlo, para que nada ni nadie nos separen de Ti,
ni nos impidan jamás creer en tu Presencia. Amén

PARA VIVIR ESTA SEMANA
(matrimonio, tres hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)

Algunas veces, nos hemos quedado impresionados de la actitud o la respuesta de una persona ante una situación. Y seguro que hemos pensado: "Realmente, es una persona que encierra un gran fondo interior, con una integridad y una sabiduría fuera de duda".
Eso es algo que se va consiguiendo con una experiencia continuada de renunciar a todo aquello que nos aleja de Dios.
Por ejemplo, dentro de una conversación en la cual se está criticando a alguien, nos deja cortados una persona que permanece callada, distraída, no interviniendo en la conversación, y si se le pregunta, nos dice: "creo que no debo ni intentar juzgar a esta persona, sus razones tendrá, que para mí, son imposibles de conocer, y que incluso, no me considero nadie para valorar". Cuando, en lo poco somos fieles al Señor, cuidando cada detalle, cuando llegue una situación mucho más complicada, seguro que tendrán muy en cuenta nuestra opinión, valorarán nuestra manera de afrontar las situaciones, de amar a los demás...
Y todo esto, no por vanagloriarnos ante los otros, sino por que de esa manera alcanzaremos una libertad que nos hará felices por que cada día estaremos más cerca de Dios ("Bienaventurados los puros de corazón por que verán a Dios).
Y pensemos, que la mayor o menor autoridad de nuestras contestaciones, depende de la dosis de amor que pongamos en todos nuestros actos.

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IV Domingo del T.O - Ciclo B (Mc 1,21-28): UNA MAÑANA EN LA SINAGOGA


Por P. Félix Jiménez Tutor, escolapio .

Una abuela le dijo a su nieta: Mañana nos levantaremos pronto para ver algo sorprendente.
A la mañana siguiente, antes del amanecer, las dos estaban sentadas en la puerta de la casa mirando hacia el este. Mira al horizonte, le dijo la abuela, pronto aparecerá una curva roja de luz. Miraban y la curva se iba ensanchando cada vez más y más.
Ensimismada, la niña presenció su primera salida de sol, su primer amanecer. En voz muy baja, le preguntó a su abuela: ¿Sucede esto todos los días?

La vida, rutinaria y triste, está llena de los pequeños y grandes regalos que Dios nos ofrece cada día. Asombrémonos y demos gracias.

“Se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad”.

La gente que acudió aquella mañana a la sinagoga de Cafarnaún quedó más que sorprendida, quedó asombrada con la enseñanza de Jesús. Enseñaba con autoridad.

La autoridad humana tiene casi siempre connotaciones negativas. Es la autoridad de la prohibición, del NO.

Los padres se imponen a los hijos con sus noes.

A los profesores hay que darles autoridad ya que su saber, sus castigos y consignas no funcionan.

Los militares nos silencian con sus armas.

La Iglesia nos amenaza con el infierno.

La autoridad de Jesús no se parece en nada a la de los hombres.

Marcos no nos dice nunca, cosa sorprendente, el contenido de la enseñanza de Jesús. Mateo nos entrega el Sermón de la Montaña, Lucas las parábolas maravillosas y Juan nos deleita con los siete signos de Jesús.

El Jesús de Marcos nos manda callar y el calló ante Pilatos.

Jesús es más importante que su enseñanza porque él es la enseñanza, su vida entera es su gran enseñanza.

La autoridad de Jesús consiste no en condenar y excomulgar sino en perdonar los noes que cualquier otra autoridad nos impone.

La autoridad de Jesús consiste en amar a las personas más y mejor que a las normas y las tradiciones humanas.

La autoridad de Jesús consiste en incluir a todos los excluidos de la sociedad: los pecadores, los leprosos, los impuros, las mujeres, los niños, los extranjeros, todos los que eran excluidos por ser pobres, por ser impuros, por ser samaritanos...

La autoridad de Jesús consiste en que no mira al pasado sino al presente y al futuro que le pertenecen a Dios. Jesús nos enseña a vivir de cara al futuro.

La autoridad de Jesús consiste no en la palabra del orador sagrado o político sino en la palabra del profeta que relativiza el culto y prioriza la compasión y el amor.

La autoridad de Jesús consiste en que es el único que ha visto y viene de Dios y es el único cualificado para hablar y hacer hablar a Dios. Los hombres son malos intérpretes de una realidad que desconocen.

La palabra autoridad viene de autor y autor indica creación, novedad, crecimiento. Jesús nos hace crecer y nos recrea cada mañana. Los hombres nos ponen en nuestro sitio, nos disminuyen.

Jesús es el contenido de su enseñanza. Debemos prestar atención a su vida entera, incluidos sus silencios, hasta confesar que es el Hijo de Dios, el Salvador.

Lo que sorprendió a su auditorio aquella mañana en la sinagoga no fue la presencia del loco, endemoniado o poseído que gritaba sino la autoridad de Jesús.

El mal, obra de los hombres, existe porque somos libres y elegimos ser poseídos y atados por nuestros propios demonios. No echemos las culpas a ningún demonio del mal que hacemos o sufrimos. Responsables que somos de nuestras vidas, expulsemos el demonio del miedo, del odio, de la envidia, de la lujuria, de los prejuicios, de nuestra absoluta independencia…y, si no puedes, deja que Jesús limpie tu interior, esta mañana, en esta iglesia-sinagoga, y te ayude a descubrir la verdad, el perdón y el amor. Que Jesús sea tu autoridad.

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Evangelio Misionero del Día: 28 de Enero de 2012 - TIEMPO ORDINARIO - Ciclo B


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 4, 35-41

Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: «Crucemos a la otra orilla». Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron en la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya.
Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua. Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal.
Lo despertaron y le dijeron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?»
Despertándose, Él increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio! ¡Cállate!» El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.
Después les dijo: «¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?»
Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: «¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?»

Compartiendo la Palabra
Por Carlos Latorre, cmf

El texto evangélico de hoy nos presenta los momentos de angustia que vivió el grupo de los apóstoles cuando la tempestad se desató en el lago en plena noche, pero el poder de Jesús que la calmó.

Siempre las fuerzas del mal han obstaculizado por todos los medios la difusión del evangelio. El obstáculo en este momento se presenta en forma de una tempestad. La narración refleja una experiencia vivida, pero pretende ser ante todo una instrucción acerca de la fe que los discípulos necesitan para seguir a Jesús. Esa fe ha de ser suficientemente madura como para infundir paz y serenidad incluso en los momentos de tempestad y oposición.

Por otra parte, las buenas nuevas que Jesús trae son para toda la humanidad y por eso se dirige ahora a tierra de paganos. Para ello debe cruzar el mar o lago de Galilea. En la tradición judía el mar era símbolo del mal. Desde esta perspectiva el viento huracanado puede ser considerado obra de los espíritus del mal que intentan impedir que el reino de Dios llegue a los pueblos paganos. Pero Jesús entra en escena. Como si estuviera expulsando un demonio, ordena calma al mar y al viento. Luego desenmascara la falta de fe de los discípulos, evidenciando lo mucho que les falta por aprender. Los discípulos, por su parte, quedan perplejos ante el poder de Jesús, pues sólo Dios es el único capaz de dominar el mar.

Los discípulos han vivido la tempestad como si estuvieran solos y abandonados a su suerte; como si Jesús no estuviera con ellos en la barca.

¿Qué enseñanza ofrece este relato a quienes estamos leyendo hoy la Palabra de Dios? En primer lugar hemos de estar bien convencidos de que Jesús no quiere que nos hundamos. Hay días de dudas, fracasos, tempestades… Pero Él SIEMPRE está en la barca.

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miércoles, 25 de enero de 2012

Evangelio Misionero del Día: 26 de Enero de 2012 - Santos Timoteo y Tito (Obispos)


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 4, 26-34

Jesús decía a sus discípulos:

«El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha».
También decía: «¿Con qué podríamos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola nos servirá para representarlo? Se parece a un grano de mostaza. Cuando se la siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra, pero, una vez sembrada, crece y llega a ser la más grande de todas las hortalizas, y extiende tanto sus ramas que los pájaros del cielo se cobijan a su sombra».
Y con muchas parábolas como estas les anunciaba la Palabra, en la medida en que ellos podían comprender. No les hablaba, sino en parábolas, pero a sus propios discípulos, en privado, les explicaba todo.

Compartiendo la Palabra
Por Carlos Latorre, cmf

Timoteo y Tito fueron discípulos predilectos de Pablo, que escribió dos cartas a Timoteo y una a Tito. Timoteo fue Obispo de Éfeso y Tito de Creta. Hoy leemos un fragmento entrañable, lleno de cariño, que revela los sentimientos de Pablo hacia la familia de Timoteo: “tengo siempre tu nombre en mis labios cuando rezo de noche y de día”.

Lucas nos habla de una misión bien numerosa de discípulos. Él sabe que la misión universal no empezará hasta después de la Pascua, pero ya en vida de Jesús hay como un primer ensayo de la tarea que les va a encomendar.

El texto del evangelio nos muestra cómo es el Señor el que elige y el que envía. En la cifra 72 se acentúa la universalidad de los mensajeros y del mensaje que debe llegar a las setenta y dos naciones entonces conocidas. En este número elevado de evangelizadores se subraya la universalidad de la vocación y del anuncio que deben transmitir.

El Señor designa y el Señor envía. Y es la fuerza de la Palabra que transmiten sus enviados la que transforma los corazones y suscita nuevas comunidades.

Y los envía de dos en dos para que su testimonio tenga el valor jurídico que pedía la ley judía y para que sean como el primer núcleo de las comunidades que van a nacer gracias a la Palabra que proclaman.

El rechazo de Jesús y de sus enviados tendrá consecuencias irreparables.

Los misioneros y misioneras del reino de Dios no surgen de largas y complicadas carreras y métodos de selección. Surgen de una seducción misteriosa que Jesús, el Señor, ejerce en los hombres y mujeres que escuchan su Palabra.

Cada vez que leo estos relatos me admiro de la rapidez con que el mensaje de Jesús se extendió por todas las naciones entonces conocidas y la infinidad de pequeñas comunidades que se organizaron por todas partes. ¡Qué hubiera sido en esta época de la globalización!

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Enseñanza universal - 4º domingo del Tiempo Ordinario, Ciclo B

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martes, 24 de enero de 2012

Evangelio Misionero del Día: 25 de Enero de 2012 - LA CONVERSIÓN DE SAN PABLO (FIESTA)


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 16, 15-18

Jesús resucitado se apareció a los Once y les dijo:

«Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación. El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.
Y estos prodigios acompañarán a los que crean: arrojarán a los demonios en mi Nombre y hablarán nuevas lenguas; podrán tomar a las serpientes con sus manos, y si beben un veneno mortal no les hará ningún daño; impondrán las manos sobre los enfermos y los sanarán».

Compartiendo la Palabra
Por Dominicos.org

Celebramos en este miércoles 25 de enero, la conversión de San Pablo. Curiosamente solo de San Pablo celebramos su conversión. Del resto de los santos celebramos su día, su fiesta… pero de San Pablo celebramos su fiesta el 29 de junio, junto con San Pedro, y su conversión en este miércoles. Además, con esta fiesta cerramos la semana de oración por la unidad de los cristianos.

Se nos ofrece una elección para la primera lectura. Ambas opciones nos cuentan el relato de la conversión de San Pablo. Yo voy a elegir el relato de Hch 9.

En el relato de Hch 9, 1-22 encontramos narrados los hechos que acompañaron al momento de la conversión, “de la caída” de San Pablo y de la escucha de la voz del Señor diciendo: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?. Muchas predicadores presentan la conversión de San Pablo como un momento en el que Pablo pasó de una vida equivocada, errónea, inmoral a una vida moral. Otros presentan la conversión de San Pablo como el paso de la fe judía a la fe verdadera. La conversión de San Pablo no tiene nada que ver con estas interpretaciones. Si leemos con atención el pasaje encontramos los ingredientes de una conversión:

Una luz que no nos deja continuar nuestra vida en su devenir cotidiano. Una luz que nos impacienta en la conciencia. Una luz que interrumpe, que para, la forma habitual de acercarnos a la realidad, de ver el mundo, de interpretar nuestra vida….Una luz cegadora que pone nuestra propia vida delante de nosotros mismos para que la contemplemos.
La conversión implica, a continuación, un momento de turbación, de incomprensión, de no saber, no entender… junto con un deseo ardiente de comprender lo que nos ha pasado, de saber porqué, las causas… Un momento de lucha buscando la razón de lo que nos ha pasado.
Y siempre una causa segunda, como decía Tomás de Aquino, una persona, Alguien que nos ayuda a comprender por nosotros mismo qué es lo que nos ha pasado.
Por tanto, una conversión es una llamada de Dios a una persona, la cual no entiende, no es capaz de ver lo que está pasando, pero, al mismo tiempo, la persona desea buscar un porqué para conocer qué ha pasado en su vida. Por ello, me parece interesantísimo el papel fundamental que juega Ananías que, en el relato, representa a toda la Iglesia. Ananías nos da claves para saber cuál es la tarea de la Iglesia: hacer descubrir a las personas de nuestro alrededor por si mismas que Dios está actuando ya en sus vidas. Esta es la tarea predicadora de la Iglesia.

La conversión de San Pablo, por tanto, es una llamada personal de Dios. Dios no llama para pasar de lo inmoral a lo moral, sino que llama a la puerta de la vida de las personas para establecer una relación personal que se irá desarrollando, creciendo, ahondando… como todas las relaciones.

La semana de oración por la unidad de los cristianos se cierra con la celebración de esta fiesta. ¿Por qué? Porque la unidad requiere una conversión. La unidad tanto dentro de la Iglesia Católica como entre las iglesias cristianas, requiere la conversión personal y, como consecuencia, de las instituciones. Esta conversión, en pro de la unidad, es al mismo tiempo: regalo de Dios, gracia de Dios, y esfuerzo humano.

Por último, en el pasaje evangélico encontramos en final del Evangelio de Marcos. Marcos al final de su Evangelio quiere animar a todos los creyentes a tomar en serio, con responsabilidad, nuestra tarea en la expansión de la fe en Jesucristo. Nada nos puede achicar frente a las dificultades de predicar el Evangelio. Esta es la fuerza que nos quiere transmitir Marcos: No os achiquéis; es más creceos cuando prediquéis.

Fray José Rafael Reyes González
Convento de San Clemente - Roma

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WebJCP | Abril 2007