DIOS HABLA
1ª lectura: Is 52, 13 - 53, 12 / 2ª lectura: Hb 4, 14-16; 5, 7-9
Evangelio: Jn 18, 1 - 19, 42
EXÉGESIS
1ª lectura: Is 52, 13 - 53, 12 / 2ª lectura: Hb 4, 14-16; 5, 7-9
Evangelio: Jn 18, 1 - 19, 42
EXÉGESIS
PRIMERA LECTURA
Estamos acostumbrados a contemplar cómo los justos cargan con el peso de los malvados o apáticos que no nos duele el pecado, el desajuste, la injusticia. Cómo los pacientes asumen la irascibilidad de los iracundos; cómo el inteligente y sabio soporta la idiocia del soberbio, y el humilde la inutilidad del fantasioso… Más aún, en cuanto cada uno de nosotros alguna vez participamos de esa maldad, de esa ira o de esa injusticia, nos auto justificamos desacreditando al justo: ¡Es un pobre hombre, un ‘don nadie’!, ¡Esa mujer está loca!, ¡Ese no sabe aprovechar las oportunidades! (vv.53, 3-5).
Todos conocemos la realidad de muchas vidas y muchas familias, incluso instituciones, o cuadrillas de amigos o grupos sociales donde desde lo más sencillo a lo más complejo se mantiene en pie porque siempre hay ‘un burro de carga’. Siempre hay quien se ofrece a organizar, llevar adelante, programar… pagar con su tiempo, dedicación y paciencia las adversidades, enfermedades, desajustes de las familias, las discrepancias de los amigos, las carencias de la sociedad ( 53, 4-5). Encima nos permitimos juicios sin sentido y crueles: ¡No sirve para otra cosa!, ¡No sabe más que trabajar!, ¡No tiene personalidad!, ¡Eso no hay quien lo aguante!… Y además ¿qué mérito tiene si no sabe hacer otra cosa…? ¡Para lo que se lo van a agradecer!..
Se le estremece a uno el corazón cuando ve la reacción ante el ‘fracaso’ de estas personas. En casos de violencia doméstica ¡si ella se lo ha buscado!. “Y quedan sus hijos solos y desamparados y sus padres abandonados” (v.8 en la versión de la B.de J. ‘y de sus contemporáneos, ¿quién se preocupa?’)
Y sin embargo gracias a esas personas el mundo puede vivir; las familias permanecen unidas, los enfermos atendidos, son acompañados los ancianos, se vislumbran atisbos de paz en algunos países (v.53,11).
No hay que esperar que nadie se lo agradezca, morirá sin un gracias, o sin ver que su tarea ha servido para algo. Pasado el tiempo, alguien recapacitará, otros justos, que viven los mismos valores. A veces, los mismos que los han perseguido (Mat 5, 11-12).
¿Cómo entender este desorden de la naturaleza humana? ¿que el justo sea perseguido y el necio triunfe?, ¿Qué el bueno cargue con los pecados del pecador y el pecador se beneficie de los sacrificios del justo?.
Apunta el texto una solución enigmática: por una parte son los ‘caminos escondidos de Dios’. Es el Señor quien hace y deshace. El es quien provoca la injusta situación del justo y quien repondrá al mismo en justicia, vida y abundancia. El Señor recompensa con creces la obediencia del Siervo (vv.53,11-12).
A las personas de hoy no nos cuadran estos valores: que tenga que ser el cansancio, la sumisión y la obediencia a la vida, a las cosas como vienen, un ‘camino de salvación’….
Pero lo entendemos mejor si recordamos que en Cristo y en los justos no hay ningún refugio ni ceguera, ni fatalismo, sino la aceptación con todas sus consecuencias del camino del amor. Recuerdo en una ocasión la respuesta que una señora dio a quienes le reprochaban que aguantara la intemperancia, el mal trato y todo lo que supone convivir con un esposo y un hijo borrachos con frecuencia: “Y si yo nos los quiero ¿quién los va a querer…?”
Sin llegar a este punto de amor auténticamente cristiano (‘de locura’, como el de Jesús) no estaría mal repasar como si fuese un espejo y mirarme: ¿Y yo qué soy ¿’Siervo de Dios’ o el necio impío que lo machaca?.
TOMÁS RAMÍREZ
tomas@dabar.net
SEGUNDA LECTURA
El primer párrafo de estos dos es una exhortación a la confianza y seguridad, a la adhesión incondicional a la fe. Para ello se nos ofrece una motivación sin parangón: el que tenemos como mediador a nuestro favor al mismo Jesús Hijo de Dios.
Para animar a esta adhesión se apela también a nuestros propios sentimientos: Jesús Sacerdote no es alguien lejano o envuelto en ritos especiales, sagrados o misteriosos, sino alguien que nos comprende desde dentro, porque Él mismo ha experimentado, a pesar de ser Hijo, lo que es ser humano en toda la extensión de la palabra. Se "compadece" de nosotros porque ha "padecido con" nosotros (v.15). Podemos acercarnos a Dios, al "trono de la gracia" con toda confianza porque, sentado en él, hay alguien que nos ha aceptado absolutamente, nos entiende y nos acoge.
El autor quiere suscitar en nosotros este afecto y, para ello, mejor que hacer reflexiones o teorías nos pone delante la realidad del Hijo que ha pasado por donde nosotros pasamos. Se ha hecho semejante en todo a nosotros excepto en el pecado personal; y sin embargo... también ha sido afectado por las consecuencias del pecado humano. Su muerte es consecuencia de tal situación de pecado. Y puede, por ello, estar cerca de quienes, de un modo u otro, también se ven metidos en tal situación, aunque con una mayor responsabilidad personal.
En la misma línea va el segundo texto (5,7-9). En un tono más expositivo, pero no demasiado diferente se nos recuerda un episodio de la Pasión, la oración del Huerto, en el cual Jesús aparece como un hombre total, con repugnancia grande ante la muerte inminente, pero también con total aceptación de los planes de Dios, que Él mismo ha asumido. Ora y pide ser liberado de su destino, como haría cualquiera de nosotros en circunstancias parecidas, pero acepta el resultado que Dios ha querido y previsto. "Aprende" aceptación y con ello nos resulta alguien también aquí cercano a nosotros mismos. Jesús no es un superhombre ajeno a las debilidades y sentimientos humanos,
Tampoco se olvida el punto final. Pasando por la muerte y la resurrección, Él es la causa de la salvación para todos quienes creemos en Él. No ha sido un sufrimiento en vano, sino ha abierto la posibilidad de comunicación con Dios.
La muerte de Cristo, pues, es un acontecimiento que nos lo acerca todavía más que otros de su vida, con los que está unido. Es, además, la manifestación absoluta del amor de Dios por los hombres y nos invita a responder de modo semejante y, al hacerlo así, a unirnos a Él y salvarnos.
FEDERICO PASTOR
federico@dabar.net
EVANGELIO
REFLEXIONES DESDE LA PASIÓN SEGÚN S. JUAN
Coincidiendo con el sacrificio de los corderos en el Templo para la cena de Pascua, es sacrificado Jesús en el Gólgota, no lejos del Templo. Adquieren así todo su sentido las palabras de Juan Bautista al ver acercarse a Jesús: Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (1,29). Jesús es el cordero pascual al que, según el ritual de la Pascua descrito en el libro del Éxodo, no se le podía quebrar ningún hueso.
Afloran los recuerdos y las emociones: la esclavitud, la liberación, la libertad. ¡Qué terribles experiencias! ¡Qué hermosas experiencias! ¡Qué grandes palabras! ¡Qué arduo trabajo!
Extenuado, Jesús grita su sed desde lo alto de la cruz. Al igual que, cansado del camino, había pedido de beber a una mujer de Samaría. El vocabulario laboral y las secuelas fisiológicas del trabajo recorren el cuarto evangelio de principio a fin. Mi Padre sigue trabajando y yo también trabajo (5,17). Ahora, en el Gólgota, desde lo alto de la cruz, Jesús dice escuetamente: Está cumplido. Trabajo cumplido, el trabajo que el Padre le había encomendado. Aquí está el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
El mundo somos todos, también yo y tú, en mayor o menor medida, según el grado de opacidad, de falta de transparencia, de encubrimiento, de autosuficiencia, de mentira, es decir, de pecado. Esto es mundo; éste es el mundo: la mentira hecha carne esclava en mí y en ti.
Levantado en alto, Jesús desenmascara este mundo, erradica este mundo, aniquila este mundo. Es la hora de la verdad para todos, para ti y para mí. Cuando yo sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí (12,32).
Jesús, sabiendo todo lo que le iba a pasar, se adelantó y les dice: -¿A quién buscáis? Le respondieron: -A Jesús el Nazareno. Les dice: -Yo soy. Al decirles Yo soy, retrocedieron y cayeron al suelo (18,4-6). El diálogo es entre los que vienen a arrestar y el que va a ser arrestado. A nivel de realidad empírica, perceptible a los ojos de la carne, la correlación de fuerzas no deja lugar a dudas: el fuerte y dominador es la patrulla; el débil y dominado, Jesús. Pero el evangelista no narra a nivel de realidad empírica y visible, sino de realidad profunda, trascendente, no perceptible por los ojos de la carne, pero perceptible por los ojos del espíritu. ¡Y a este nivel profundo de realidad el dueño y señor de la situación era Jesús y no la patrulla. Como también lo era Jesús, cuando Pilato, el representante de la todopoderosa Roma, lo sentó en el tribunal. También aquí el autor hace narración a partir del nivel profundo de la realidad: Jesús no era el acusado, sino el juez. Ahora comienza el juicio de este mundo y el príncipe de este mundo será expulsado (12,31).
Después de tomar el vinagre, Jesús dijo: -Está cumplido. E inclinando la cabeza entregó/transmitió el espíritu/Espíritu (19,30). La formulación narrativa está tan comprimida, que una misma palabra expresa dos niveles de la realidad, el empírico y el trascendente. Con demasiada frecuencia pensamos exclusivamente en el nivel empírico y visible: inclinando la cabeza, expiró. Por supuesto, el evangelista no niega este nivel, pero es muy probable que no esté pensando exclusivamente en él. La expresión empleada en el original griego es un claro ejemplo de polisemia, tan del agrado del cuarto evangelista: punto final (morir); eslabón (transmitir). Muriendo Jesús transmite el Espíritu que él, a su vez, ha recibido del Padre.
A partir de ahora toca a los discípulos correr con el relevo que Jesús les entrega desde lo alto de la cruz. El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso en pie y exclamó: -Quien tenga sed acuda a mí. Se refería (comenta el evangelista) al Espíritu que habían de recibir los creyentes en él, pues todavía no había Espíritu, ya que Jesús no había sido aún glorificado (7,37-39).
La glorificación de Jesús tiene lugar en el Gólgota, en lo alto de la cruz. Aquí está el cordero de Dios quitando el pecado del mundo. En la cruz irrumpe la Realeza y la Verdad. Yo soy rey: para eso he venido, para atestiguar la Verdad. Todo el que es de la Verdad escucha mi voz (18,37).
Plegaria: Levanto, Jesús, mis ojos a lo alto de tu cruz. Líbrame de la Mentira y enséñame la Verdad, para que, desde ella, sea libre.
ALBERTO BENITO
alberto@dabar.net
NOTAS PARA LA HOMILÍA
Hoy es el día clave. El día que nos hace comprender la misión de Jesús, que nos acerca a la comprensión de su encarnación y de su nacimiento entre nosotros. Hoy Jesús nos muestra en sí mismo todo lo que había predicado, la realización de toda su enseñanza. Para San Juan es “la hora”, el momento culmen del evangelio, de la vida de Jesús. Jesús acaba de consumar su total ofrenda a Dios. Ha vivido para Dios y ha entregado su vida para el Padre. Ha sido fiel en lo pequeño y en la hora de la verdad. El sufrimiento no le ha hecho mirar atrás. El miedo no le ha hecho abandonar. Tal ha sido su abajamiento; tal su anonadamiento. No sólo se ha sometido a la muerte como nosotros, sino a una muerte de cruz; a una pasión cruel; a una humillación total.
La teología de la Iglesia ha buscado el sentido de la muerte de Jesús, llevada por la inspiración del Espíritu Santo, en las lecturas proféticas del Antiguo Testamento. Allí encontramos a un personaje anónimo que es obediente a Dios hasta su propia muerte, una muerte expiatoria de todo el pecado del mundo; un nuevo modelo de hombre que venció el pecado en un árbol, justo donde, antes, el pecado había vencido. Por eso se aplica a Jesús el título de “Nuevo Adán”. El primer prefacio de la pasión del Señor proclama que “en su pasión, el mundo es juzgado como reo y el crucificado, exaltado como Juez poderoso. Y es que en la condena de Cristo está la propia condena de la humanidad. Esa condena sería para nosotros definitiva si Jesús no hubiera resucitado. Pero, si hoy seguimos viviendo en el pecado, es porque hemos sucumbido a él en la condena a Jesús; porque nos hemos quitado de encima a Dios; porque lo desalojamos de nuestras vidas y no vivimos según la enseñanza del Nazareno. Verdaderamente, la enseñanza de Jesús tiene una fuerza transformadora tal que es capaz de establecer unas nuevas relaciones entre los hombres, de crear una humanidad nueva fundamentada en el amor. Pero la condición para eso es renunciar a uno mismo. Sólo renunciando puede uno darse: darse a los demás, darse a Dios. Sólo confiando en Dios puede la humanidad superar pecados como la injusticia, la violencia, la enemistad y rivalidad, la envidia, el orgullo, el egoísmo, la avaricia, el hedonismo, la falsedad y la mentira. Sólo volviendo a Dios su mirada podrá el hombre confiar en el hombre. Sólo así podrá recuperar la esperanza a la que un día renunció. Sólo así podrá obtener el amor que un día adulteró. Sólo así podrá sentir con gozo que es criatura de Dios, hecho hijo por su fe en el Hijo.
San Juan nos presenta la crucifixión de Jesús como el trono real del Hijo de Dios-Rey. Flanqueado por dos ladrones, que habían sido crucificados con él, se encuentra elevado sobre la tierra, pero bajo la bóveda del cielo. Como Dios, alzado; como hombre, abajado; como rey, entronizado; como siervo obediente, haciendo de su vida una ofrenda expiatoria en la cruz. Así, pese al dolor que nos deja ver, nos muestra cosas más profundas y vitales para la humanidad: la obra de la salvación; la victoria sobre el pecado y la muerte; el compromiso de Dios con la humanidad; el sentido positivo y salvífico que pueden tener el dolor y el sufrimiento humano. La cruz contiene las claves del amor de Dios, de la reconciliación de los hombres, de la obediencia y del perdón. La cruz tiene la clave de la vida para la resurrección, para la eternidad. La imagen de Cristo crucificado es una imagen de amor entregado, de renuncia de uno mismo y de obediencia a Dios.
Pero, por desgracia, la cruz de Cristo no acabó el Viernes Santo en el Gólgota. Demasiadas personas son también hoy condenadas a la cruz. En cada una de ellas sigue sufriendo y sigue muriendo Cristo, el Señor. No hemos aprendido porque seguimos condenando al inocente, exaltando al que es injusto y burlándonos del que nos habla de Dios. En el Via Crucis que propongo para este día hay catorce ejemplos de víctimas en las que hoy sigue muriendo Jesús. Podríamos poner otros catorce y otros catorce... Sólo nos cabe pedir, humildemente a Dios, que nos haga dóciles al mensaje de Jesús, para que no haya más cruces injustas, para que no haya más viernes santos. Amén.
JUAN SEGURA
juan@dabar.net
LA LITURGIA DE HOY
MONICION DE ENTRADA
Hoy comenzamos con el silencio. Desde la actitud propia de quien se siente abrumado por lo que celebra. No olvidemos que celebramos la muerte de Jesús. Y si todas las muertes nos producen estupor, la de hoy nos crea muchas inquietudes y preguntas.
En las tres partes de que consta (Liturgia de la Palabra, Adoración de la Cruz, Comunión) la muerte y el instrumento de muerte que era la cruz en el imperio romano, constituyen el centro de atención.
Dolor humano, víctimas inocentes, crueldad sádica, sufrimiento, Dios. ¿Cómo se relacionan y qué efecto tienen en nuestra vida?
Desde las lecturas hasta la comunión todo invita a celebrar la vida con un Dios que se hace víctima y lo es con todos los sufridores de la historia.
LECTURA PROFÉTICA
No es mayor el que más tiene ni el que mejor se lo pasa ni el que más aparenta. Lo humano se mide por la capacidad de ser humanos, es decir, de ponerse en el lugar del que sufre, lo pasa mal, es despreciado o marginado y no cuenta.
El gran ser humano es el que vive la realidad cruda y cruel del mundo sin dejarse aniquilar por la desesperanza ni atrapar por el odio.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 30)
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú que eres justo, ponme a salvo.
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás.
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
Soy la burla de todos mis enemigos, la irrisión de mis vecinos, el espanto de mis conocidos; me ven por la calle y escapan de mí.
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
Me han olvidado como a un muerto, me han desechado como a un cacharro inútil. Pero yo confío en ti, Señor, te digo: «Tú eres mi Dios.» En tu mano están mis azares; líbrame de los enemigos que me persiguen.
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor.
LECTURA APOSTOLICA
El gran sentido religioso es el que acompaña a quien experimenta el mal pero le hace sentir a Dios muy cerca, porque proclama que Dios no es otro más en el lejano olimpo de las divinidades que juegan caprichosamente con la humanidad ni se recluye en el ritualismo de un culto insignificante e insensible. El Dios cristiano es el que se nos hace presente en las víctimas, como lo ha hecho con Jesús, a quien confesamos Señor de nuestra fe e Hijo de Dios.
LECTURA EVANGELICA
El premio a la búsqueda de la verdad es la libertad. Y la verdad del ser humano es su condición de necesitado para lograr mantener la esperanza de un futuro. Pero eso se hace posible en la Cruz, en la visión de Dios solidario con las víctimas humanas. Él mismo hecho víctima de tantas cosas nuestras, pero Él mismo Señor de un mundo que no quiere contar con Él y en quien se encuentra nuestra salvación.
ORACION UNIVERSAL
Desde un mundo lleno de situaciones problemáticas y muchas necesidades. Con los pies muy en el suelo a la vez que abiertos al mundo entero nos dirigimos a Dios enumerando los grandes problemas de la sociedad actual que nos sirven de recordatorio y de despertar a una realidad que, a veces, tenemos olvidada.
ADORACIÓN DE LA CRUZ
Este es nuestro signo, ella es nuestra señal, es nuestra identidad, nuestro resumen religioso y el símbolo de lo que creemos. No es en grandezas y signos prepotentes, no es en la superioridad ni en la riqueza ni en el dominio de la explicación conceptual de todo. Es en la unión del cielo con la tierra, es en el árbol bien plantado que hundiendo sus raíces en el suelo se eleva señalando nuestro horizonte y nuestra vocación. Es en la sencillez de la solidaridad humana y divina donde encontramos a Dios, aguantando nuestras decisiones y anunciando nuestro futuro.
RITO DE LA COMUNION
Hoy adquiere especial significado el compartir el pan (consagrado ayer) que simboliza y hace presentes a todos los que en el mundo sufren, necesitan, trabajan, se agobian y buscan. El símbolo del esfuerzo humano y de la necesidad es el mismo que Dios ha elegido como símbolo de su presencia. Es el símbolo de la vida, pero su fecundidad procede de la entrega y esfuerzo de muchos que, como Cristo, han dado su vida por los demás.
DESPEDIDA
La terminación de esta celebración nos deja en la perplejidad que siempre suscita la muerte. ¿Hay algo más allá de su sombrío rostro? ¿Representaba Jesús un horizonte de esperanza real o solo era la expresión de una ingenua ilusión? ¿Muere Dios arrollado por quienes tienen el poder y la influencia o le queda la última palabra por pronunciar? ¿Qué sería de la humanidad sin Dios y sin esperanza y sin perdón y sin compasión? ¿Morirá el ser humano con Dios o tienen futuro ambos?
Es tiempo de pensar y es tiempo de esperar. El sábado nos espera con su liturgia llena de símbolos y de historias que nuestros antepasados vivieron y contaron.
JOSÉ ALEGRE ARAGÜÉS
pepe@dabar.net
Cantos para la Celebración
Entrada: en total silencio.
Salmo: LdS; A tus manos, Señor, mi Dios (disco “Viviremos con Él”).
Aclamación antes de la Pasión: Cristo por nosotros (como el día de Ramos).
Lectura de la Pasión: Se pueden intercalar aclamaciones, como el día de Ramos.
Adoración de la Cruz: Victoria, tu reinarás; Perdona a tu pueblo; Amante Jesús mío; A la hora de nona (disco “Cristo Libertador”, 1CLN-155).
Comunión: Cerca de Ti, Señor; Acerquémonos todos al altar (1CLN-O 24); Delante de Ti, Señor, mi Dios (disco “Cantos para participar y vivir la Misa”); Oh Señor, delante de Ti (disco “16 Cantos para la Misa”).
VIA CRUCIS
Propongo para este año un Via Crucis diferente. Otros años escribí el clásico y los que podemos obtener de las narraciones evangélicas en sus cuatro versiones. Este Via Crucis de la actualidad nos recuerda y nos hace presente que Jesús sigue sufriendo en la violencia y la injusticia de hoy. El Viernes Santo no acabó con el dolor de Dios. Hoy Dios continúa muriendo en los hombres que mueren por causa de otros hombres. Comencemos, pues, el Via Crucis de 2011.
PRIMERA ESTACIÓN
COMUNIDADES CRISTIANAS SON MASACRADAS EN EGIPTO, AFGANISTÁN E IRAK
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Señor, en los cristianos perseguidos, tú sigues siendo perseguido hoy. Dales la fortaleza que dan la fe y la esperanza para no decaer en su pasión particular. Que su sangre sea semilla de paz para el mundo. Amén.
SEGUNDA ESTACIÓN
TODA UNA ALEDA CRISTIANA ES INCENDIADA Y ARRASADA EN LA INDIA
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Señor, llama tú a las puertas de todas las religiones. Que los fanáticos no causen mayores perjuicios. Que nadie pueda hacer daño a sus semejantes invocando tu nombre. Que tu nombre sea fuente de paz y de amor para las religiones. Amén.
TERCERA ESTACIÓN
INTENTAN QUEMAR, POR NAVIDAD, UN TEMPLO CRISTIANO EN MADRID
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Señor, ayuda a los cristianos a no ser intolerantes con los que con nosotros son intolerantes. No es fácil pagar con un bien un mal tan grande. Sobre todo, no dejes que el odio se adueñe de nosotros, y haz que las autoridades defiendan en toda circunstancia la libertad de expresión, de religión y de conciencia. Amén.
CUARTA ESTACIÓN
LOS ABORTOS PROVOCADOS SUPERAN EN ESPAÑA CADA AÑO LOS CIEN MIL CASOS
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Ya ves, Jesús. Tantos siglos después y se sigue condenando a muerte a los que no tienen ningún pecado, a los inocentes. Y lo peor es que crece la aceptación social de esta masacre en nombre de la libertad. Que tu luz nos ayude a diferenciar cuándo un bien en conflicto es superior a otro, que nadie puede decidir sobre la vida de otros. Amén.
QUINTA ESTACIÓN
LA PENA DE MUERTE SIGUE VIGENTE EN MUCHOS PAÍSES, DE ORIENTE Y DE OCCIDENTE
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Parece que no fue suficiente con tu muerte, Señor. Algunos estados han suprimido la pena capital en este año, pero otros muchos usan de la horca, de los fusiles, de la lapidación para impartir una "justicia" que no cree en la evolución de la madurez en el ser humano, ni en la rehabilitación, ni en la misericordia. Sólo mira el castigo... ¿merecido? Que los cristianos levantemos nuestra voz contra la misma pena que a ti te aplicaron. Amén.
SEXTA ESTACIÓN
LLEGAN A CIFRAS DE ESCÁNDALO LOS CASOS DE MUJERES MALTRATADAS Y ASESINADAS
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Es otra de las circunstancias en las que vemos la desviación de la conciencia humana. Ayúdanos a entender, Señor, que ni el hombre es superior a la mujer en derechos y dignidad ni al revés. Que el poder de la fuerza no se imponga a la razón. Que las parejas diriman sus diferencias desde el amor que las unió. Amén.
SÉPTIMA ESTACIÓN
MÉXICO VIVE EN UNA OLEADA PERMANENTE DE ASESINATOS EN MASA
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Lo peor de todo es que podemos acabar acostumbrándonos a que haya muertos hoy y mañana también; que integremos la violencia de tal modo en nuestras vidas que ya no nos llame la atención. Dicen que son ajustes por drogas. Pero caen los políticos que quieren poner orden. Ayuda al pueblo de México, al pueblo de Ntra. Sra. de Guadalupe, a salir de este calvario. Amén.
OCTAVA ESTACIÓN
UN NIÑO DE 14 AÑOS ES TIROTEADO A QUEMARROPA POR LA POLICÍA EN BRASIL
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
¿Qué delito puede justificar algo así? Si los que tienen la responsabilidad de mantener el orden llegan a ese grado de corrupción y de inhumanidad... Señor, inspira a todos, con tu cruz y tu resurrección, la paz interior y la serenidad de corazón, para que no vuelvan a suceder cosas como éstas. Amén.
NOVENA ESTACIÓN
UN MENOR ASESINA A UN SACERDOTE DE 26 AÑOS EN PLENA CALLE EN COLOMBIA
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
- Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
No sabemos qué "crímenes" habría cometido un sacerdote recién ordenado que estaba jugando con los niños, pero el asesino era un sicario. ¿Qué sociedad es ésta, que convierte a niños en asesinos a sueldo? No dejes, Señor, que la humanidad pueda degenerar tanto. Que escuche tu Evangelio, que aprecie y que abrace tu ejemplo de sacrificio. Amén.
DÉCIMA ESTACIÓN
UN SOLDADO DE LOS ESTADOS UNIDOS AMETRALLABA CIVILES EN AFGANISTÁN "POR DIVERSIÓN"
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
- Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Otro duro golpe a la racionalidad de la condición humana. ¿Estamos creando agentes del orden o estamos creando monstruos? ¿No detectaron los informes psicológicos el desorden de la mente en ese muchacho? Señor, que el creernos más fuertes que otros sólo nos lleve a servirles más y mejor; que descubramos que toda guerra es, en sí, un fracaso. Amén.
UNDÉCIMA ESTACIÓN
EL TERRORISMO SIGUE SEMBRANDO LA SANGRE Y EL DOLOR EN EL MUNDO
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
- Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Es un problema mundial muy serio, pero tiene las raíces y las causas más diversas. Al final, siempre se manifiesta en forma de violencia, de muerte y de dolor. Otorga, Señor, a los que ejercen el terrorismo una luz que les ayude a ver el sin sentido del dolor que causan; y a los que deben luchar contra él, dales lealtad a sus ciudadanos y responsabilidad en su misión. Amén.
DUODÉCIMA ESTACIÓN
LOS DESASTRES NATURALES DESENMASCARAN LA INSOLIDARIDAD INTERNACIONAL
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
- Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Un año después, Haití sigue arrasado y la gente, bajo plásticos o lonas. El desastre de Japón está más reciente. ¿Han tocado nuestra solidaridad las catástrofes de Haití y de Japón? ¿O seguimos quietos porque "no podemos hacer nada"? Señor, que ningún sufrimiento sea visto como ajeno por aquellos que creemos en ti; en ellos se prolonga tu pasión. Amén.
DECIMO TERCERA ESTACIÓN
GADAFI LANZA AL EJÉRCITO CONTRA LA POBLACIÓN CIVIL EN LIBIA
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
- Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Creíamos que ningún ser humano sería capaz de tal perversión. Ahora vemos que el apego al poder no tiene límites ni moral. Asiste y socorre, Señor, al pueblo libio; líbralo de tan perverso gobernante y que tu fuerza le sostenga y acompañe para superar este momento difícil y pueda, reconstruido su país, vivir en paz y en libertad. Amén.
DÉCIMO CUARTA ESTACIÓN
SE UTILIZA EL RECURSO A LA GUERRA SIN INTENTAR LA VÍA DIPLOMÁTICA
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Lo defienden los periodistas con experiencia en coberturas bélicas: Es imposible bombardear objetivos militares y no hacer daño a la población civil, sobre todo cuando es usada como escudos humanos. Era el camino más corto y rápido. ¿Por qué no se puso en marcha la vía diplomática antes de actuar en Libia? Ayúdanos, Señor, a que no nos acostumbremos a justificar las guerras; que busquemos antes, siempre, las soluciones pacíficas y negociadas. Amén.
El Via Crucis, el Camino de la Cruz, culmina en el Gólgota. Pero el Gólgota no es la última etapa, sino la resurrección. La sangre y el dolor dan paso al gozo y a la eternidad. Sabemos que también el Señor hará de todo este dolor causa de felicidad eterna. Ojala que, mientras ese día llega, sepamos hacer cada vez más de esta tierra el cielo anticipado que Jesús nos enseña en su Evangelio. Amén.
JUAN SEGURA
juan@dabar.net
Publicado por DABAR
Estamos acostumbrados a contemplar cómo los justos cargan con el peso de los malvados o apáticos que no nos duele el pecado, el desajuste, la injusticia. Cómo los pacientes asumen la irascibilidad de los iracundos; cómo el inteligente y sabio soporta la idiocia del soberbio, y el humilde la inutilidad del fantasioso… Más aún, en cuanto cada uno de nosotros alguna vez participamos de esa maldad, de esa ira o de esa injusticia, nos auto justificamos desacreditando al justo: ¡Es un pobre hombre, un ‘don nadie’!, ¡Esa mujer está loca!, ¡Ese no sabe aprovechar las oportunidades! (vv.53, 3-5).
Todos conocemos la realidad de muchas vidas y muchas familias, incluso instituciones, o cuadrillas de amigos o grupos sociales donde desde lo más sencillo a lo más complejo se mantiene en pie porque siempre hay ‘un burro de carga’. Siempre hay quien se ofrece a organizar, llevar adelante, programar… pagar con su tiempo, dedicación y paciencia las adversidades, enfermedades, desajustes de las familias, las discrepancias de los amigos, las carencias de la sociedad ( 53, 4-5). Encima nos permitimos juicios sin sentido y crueles: ¡No sirve para otra cosa!, ¡No sabe más que trabajar!, ¡No tiene personalidad!, ¡Eso no hay quien lo aguante!… Y además ¿qué mérito tiene si no sabe hacer otra cosa…? ¡Para lo que se lo van a agradecer!..
Se le estremece a uno el corazón cuando ve la reacción ante el ‘fracaso’ de estas personas. En casos de violencia doméstica ¡si ella se lo ha buscado!. “Y quedan sus hijos solos y desamparados y sus padres abandonados” (v.8 en la versión de la B.de J. ‘y de sus contemporáneos, ¿quién se preocupa?’)
Y sin embargo gracias a esas personas el mundo puede vivir; las familias permanecen unidas, los enfermos atendidos, son acompañados los ancianos, se vislumbran atisbos de paz en algunos países (v.53,11).
No hay que esperar que nadie se lo agradezca, morirá sin un gracias, o sin ver que su tarea ha servido para algo. Pasado el tiempo, alguien recapacitará, otros justos, que viven los mismos valores. A veces, los mismos que los han perseguido (Mat 5, 11-12).
¿Cómo entender este desorden de la naturaleza humana? ¿que el justo sea perseguido y el necio triunfe?, ¿Qué el bueno cargue con los pecados del pecador y el pecador se beneficie de los sacrificios del justo?.
Apunta el texto una solución enigmática: por una parte son los ‘caminos escondidos de Dios’. Es el Señor quien hace y deshace. El es quien provoca la injusta situación del justo y quien repondrá al mismo en justicia, vida y abundancia. El Señor recompensa con creces la obediencia del Siervo (vv.53,11-12).
A las personas de hoy no nos cuadran estos valores: que tenga que ser el cansancio, la sumisión y la obediencia a la vida, a las cosas como vienen, un ‘camino de salvación’….
Pero lo entendemos mejor si recordamos que en Cristo y en los justos no hay ningún refugio ni ceguera, ni fatalismo, sino la aceptación con todas sus consecuencias del camino del amor. Recuerdo en una ocasión la respuesta que una señora dio a quienes le reprochaban que aguantara la intemperancia, el mal trato y todo lo que supone convivir con un esposo y un hijo borrachos con frecuencia: “Y si yo nos los quiero ¿quién los va a querer…?”
Sin llegar a este punto de amor auténticamente cristiano (‘de locura’, como el de Jesús) no estaría mal repasar como si fuese un espejo y mirarme: ¿Y yo qué soy ¿’Siervo de Dios’ o el necio impío que lo machaca?.
TOMÁS RAMÍREZ
tomas@dabar.net
SEGUNDA LECTURA
El primer párrafo de estos dos es una exhortación a la confianza y seguridad, a la adhesión incondicional a la fe. Para ello se nos ofrece una motivación sin parangón: el que tenemos como mediador a nuestro favor al mismo Jesús Hijo de Dios.
Para animar a esta adhesión se apela también a nuestros propios sentimientos: Jesús Sacerdote no es alguien lejano o envuelto en ritos especiales, sagrados o misteriosos, sino alguien que nos comprende desde dentro, porque Él mismo ha experimentado, a pesar de ser Hijo, lo que es ser humano en toda la extensión de la palabra. Se "compadece" de nosotros porque ha "padecido con" nosotros (v.15). Podemos acercarnos a Dios, al "trono de la gracia" con toda confianza porque, sentado en él, hay alguien que nos ha aceptado absolutamente, nos entiende y nos acoge.
El autor quiere suscitar en nosotros este afecto y, para ello, mejor que hacer reflexiones o teorías nos pone delante la realidad del Hijo que ha pasado por donde nosotros pasamos. Se ha hecho semejante en todo a nosotros excepto en el pecado personal; y sin embargo... también ha sido afectado por las consecuencias del pecado humano. Su muerte es consecuencia de tal situación de pecado. Y puede, por ello, estar cerca de quienes, de un modo u otro, también se ven metidos en tal situación, aunque con una mayor responsabilidad personal.
En la misma línea va el segundo texto (5,7-9). En un tono más expositivo, pero no demasiado diferente se nos recuerda un episodio de la Pasión, la oración del Huerto, en el cual Jesús aparece como un hombre total, con repugnancia grande ante la muerte inminente, pero también con total aceptación de los planes de Dios, que Él mismo ha asumido. Ora y pide ser liberado de su destino, como haría cualquiera de nosotros en circunstancias parecidas, pero acepta el resultado que Dios ha querido y previsto. "Aprende" aceptación y con ello nos resulta alguien también aquí cercano a nosotros mismos. Jesús no es un superhombre ajeno a las debilidades y sentimientos humanos,
Tampoco se olvida el punto final. Pasando por la muerte y la resurrección, Él es la causa de la salvación para todos quienes creemos en Él. No ha sido un sufrimiento en vano, sino ha abierto la posibilidad de comunicación con Dios.
La muerte de Cristo, pues, es un acontecimiento que nos lo acerca todavía más que otros de su vida, con los que está unido. Es, además, la manifestación absoluta del amor de Dios por los hombres y nos invita a responder de modo semejante y, al hacerlo así, a unirnos a Él y salvarnos.
FEDERICO PASTOR
federico@dabar.net
EVANGELIO
REFLEXIONES DESDE LA PASIÓN SEGÚN S. JUAN
Coincidiendo con el sacrificio de los corderos en el Templo para la cena de Pascua, es sacrificado Jesús en el Gólgota, no lejos del Templo. Adquieren así todo su sentido las palabras de Juan Bautista al ver acercarse a Jesús: Este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (1,29). Jesús es el cordero pascual al que, según el ritual de la Pascua descrito en el libro del Éxodo, no se le podía quebrar ningún hueso.
Afloran los recuerdos y las emociones: la esclavitud, la liberación, la libertad. ¡Qué terribles experiencias! ¡Qué hermosas experiencias! ¡Qué grandes palabras! ¡Qué arduo trabajo!
Extenuado, Jesús grita su sed desde lo alto de la cruz. Al igual que, cansado del camino, había pedido de beber a una mujer de Samaría. El vocabulario laboral y las secuelas fisiológicas del trabajo recorren el cuarto evangelio de principio a fin. Mi Padre sigue trabajando y yo también trabajo (5,17). Ahora, en el Gólgota, desde lo alto de la cruz, Jesús dice escuetamente: Está cumplido. Trabajo cumplido, el trabajo que el Padre le había encomendado. Aquí está el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
El mundo somos todos, también yo y tú, en mayor o menor medida, según el grado de opacidad, de falta de transparencia, de encubrimiento, de autosuficiencia, de mentira, es decir, de pecado. Esto es mundo; éste es el mundo: la mentira hecha carne esclava en mí y en ti.
Levantado en alto, Jesús desenmascara este mundo, erradica este mundo, aniquila este mundo. Es la hora de la verdad para todos, para ti y para mí. Cuando yo sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí (12,32).
Jesús, sabiendo todo lo que le iba a pasar, se adelantó y les dice: -¿A quién buscáis? Le respondieron: -A Jesús el Nazareno. Les dice: -Yo soy. Al decirles Yo soy, retrocedieron y cayeron al suelo (18,4-6). El diálogo es entre los que vienen a arrestar y el que va a ser arrestado. A nivel de realidad empírica, perceptible a los ojos de la carne, la correlación de fuerzas no deja lugar a dudas: el fuerte y dominador es la patrulla; el débil y dominado, Jesús. Pero el evangelista no narra a nivel de realidad empírica y visible, sino de realidad profunda, trascendente, no perceptible por los ojos de la carne, pero perceptible por los ojos del espíritu. ¡Y a este nivel profundo de realidad el dueño y señor de la situación era Jesús y no la patrulla. Como también lo era Jesús, cuando Pilato, el representante de la todopoderosa Roma, lo sentó en el tribunal. También aquí el autor hace narración a partir del nivel profundo de la realidad: Jesús no era el acusado, sino el juez. Ahora comienza el juicio de este mundo y el príncipe de este mundo será expulsado (12,31).
Después de tomar el vinagre, Jesús dijo: -Está cumplido. E inclinando la cabeza entregó/transmitió el espíritu/Espíritu (19,30). La formulación narrativa está tan comprimida, que una misma palabra expresa dos niveles de la realidad, el empírico y el trascendente. Con demasiada frecuencia pensamos exclusivamente en el nivel empírico y visible: inclinando la cabeza, expiró. Por supuesto, el evangelista no niega este nivel, pero es muy probable que no esté pensando exclusivamente en él. La expresión empleada en el original griego es un claro ejemplo de polisemia, tan del agrado del cuarto evangelista: punto final (morir); eslabón (transmitir). Muriendo Jesús transmite el Espíritu que él, a su vez, ha recibido del Padre.
A partir de ahora toca a los discípulos correr con el relevo que Jesús les entrega desde lo alto de la cruz. El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso en pie y exclamó: -Quien tenga sed acuda a mí. Se refería (comenta el evangelista) al Espíritu que habían de recibir los creyentes en él, pues todavía no había Espíritu, ya que Jesús no había sido aún glorificado (7,37-39).
La glorificación de Jesús tiene lugar en el Gólgota, en lo alto de la cruz. Aquí está el cordero de Dios quitando el pecado del mundo. En la cruz irrumpe la Realeza y la Verdad. Yo soy rey: para eso he venido, para atestiguar la Verdad. Todo el que es de la Verdad escucha mi voz (18,37).
Plegaria: Levanto, Jesús, mis ojos a lo alto de tu cruz. Líbrame de la Mentira y enséñame la Verdad, para que, desde ella, sea libre.
ALBERTO BENITO
alberto@dabar.net
NOTAS PARA LA HOMILÍA
Hoy es el día clave. El día que nos hace comprender la misión de Jesús, que nos acerca a la comprensión de su encarnación y de su nacimiento entre nosotros. Hoy Jesús nos muestra en sí mismo todo lo que había predicado, la realización de toda su enseñanza. Para San Juan es “la hora”, el momento culmen del evangelio, de la vida de Jesús. Jesús acaba de consumar su total ofrenda a Dios. Ha vivido para Dios y ha entregado su vida para el Padre. Ha sido fiel en lo pequeño y en la hora de la verdad. El sufrimiento no le ha hecho mirar atrás. El miedo no le ha hecho abandonar. Tal ha sido su abajamiento; tal su anonadamiento. No sólo se ha sometido a la muerte como nosotros, sino a una muerte de cruz; a una pasión cruel; a una humillación total.
La teología de la Iglesia ha buscado el sentido de la muerte de Jesús, llevada por la inspiración del Espíritu Santo, en las lecturas proféticas del Antiguo Testamento. Allí encontramos a un personaje anónimo que es obediente a Dios hasta su propia muerte, una muerte expiatoria de todo el pecado del mundo; un nuevo modelo de hombre que venció el pecado en un árbol, justo donde, antes, el pecado había vencido. Por eso se aplica a Jesús el título de “Nuevo Adán”. El primer prefacio de la pasión del Señor proclama que “en su pasión, el mundo es juzgado como reo y el crucificado, exaltado como Juez poderoso. Y es que en la condena de Cristo está la propia condena de la humanidad. Esa condena sería para nosotros definitiva si Jesús no hubiera resucitado. Pero, si hoy seguimos viviendo en el pecado, es porque hemos sucumbido a él en la condena a Jesús; porque nos hemos quitado de encima a Dios; porque lo desalojamos de nuestras vidas y no vivimos según la enseñanza del Nazareno. Verdaderamente, la enseñanza de Jesús tiene una fuerza transformadora tal que es capaz de establecer unas nuevas relaciones entre los hombres, de crear una humanidad nueva fundamentada en el amor. Pero la condición para eso es renunciar a uno mismo. Sólo renunciando puede uno darse: darse a los demás, darse a Dios. Sólo confiando en Dios puede la humanidad superar pecados como la injusticia, la violencia, la enemistad y rivalidad, la envidia, el orgullo, el egoísmo, la avaricia, el hedonismo, la falsedad y la mentira. Sólo volviendo a Dios su mirada podrá el hombre confiar en el hombre. Sólo así podrá recuperar la esperanza a la que un día renunció. Sólo así podrá obtener el amor que un día adulteró. Sólo así podrá sentir con gozo que es criatura de Dios, hecho hijo por su fe en el Hijo.
San Juan nos presenta la crucifixión de Jesús como el trono real del Hijo de Dios-Rey. Flanqueado por dos ladrones, que habían sido crucificados con él, se encuentra elevado sobre la tierra, pero bajo la bóveda del cielo. Como Dios, alzado; como hombre, abajado; como rey, entronizado; como siervo obediente, haciendo de su vida una ofrenda expiatoria en la cruz. Así, pese al dolor que nos deja ver, nos muestra cosas más profundas y vitales para la humanidad: la obra de la salvación; la victoria sobre el pecado y la muerte; el compromiso de Dios con la humanidad; el sentido positivo y salvífico que pueden tener el dolor y el sufrimiento humano. La cruz contiene las claves del amor de Dios, de la reconciliación de los hombres, de la obediencia y del perdón. La cruz tiene la clave de la vida para la resurrección, para la eternidad. La imagen de Cristo crucificado es una imagen de amor entregado, de renuncia de uno mismo y de obediencia a Dios.
Pero, por desgracia, la cruz de Cristo no acabó el Viernes Santo en el Gólgota. Demasiadas personas son también hoy condenadas a la cruz. En cada una de ellas sigue sufriendo y sigue muriendo Cristo, el Señor. No hemos aprendido porque seguimos condenando al inocente, exaltando al que es injusto y burlándonos del que nos habla de Dios. En el Via Crucis que propongo para este día hay catorce ejemplos de víctimas en las que hoy sigue muriendo Jesús. Podríamos poner otros catorce y otros catorce... Sólo nos cabe pedir, humildemente a Dios, que nos haga dóciles al mensaje de Jesús, para que no haya más cruces injustas, para que no haya más viernes santos. Amén.
JUAN SEGURA
juan@dabar.net
LA LITURGIA DE HOY
MONICION DE ENTRADA
Hoy comenzamos con el silencio. Desde la actitud propia de quien se siente abrumado por lo que celebra. No olvidemos que celebramos la muerte de Jesús. Y si todas las muertes nos producen estupor, la de hoy nos crea muchas inquietudes y preguntas.
En las tres partes de que consta (Liturgia de la Palabra, Adoración de la Cruz, Comunión) la muerte y el instrumento de muerte que era la cruz en el imperio romano, constituyen el centro de atención.
Dolor humano, víctimas inocentes, crueldad sádica, sufrimiento, Dios. ¿Cómo se relacionan y qué efecto tienen en nuestra vida?
Desde las lecturas hasta la comunión todo invita a celebrar la vida con un Dios que se hace víctima y lo es con todos los sufridores de la historia.
LECTURA PROFÉTICA
No es mayor el que más tiene ni el que mejor se lo pasa ni el que más aparenta. Lo humano se mide por la capacidad de ser humanos, es decir, de ponerse en el lugar del que sufre, lo pasa mal, es despreciado o marginado y no cuenta.
El gran ser humano es el que vive la realidad cruda y cruel del mundo sin dejarse aniquilar por la desesperanza ni atrapar por el odio.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 30)
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo nunca defraudado; tú que eres justo, ponme a salvo.
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás.
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
Soy la burla de todos mis enemigos, la irrisión de mis vecinos, el espanto de mis conocidos; me ven por la calle y escapan de mí.
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
Me han olvidado como a un muerto, me han desechado como a un cacharro inútil. Pero yo confío en ti, Señor, te digo: «Tú eres mi Dios.» En tu mano están mis azares; líbrame de los enemigos que me persiguen.
Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, sálvame por tu misericordia. Sed fuertes y valientes de corazón, los que esperáis en el Señor.
LECTURA APOSTOLICA
El gran sentido religioso es el que acompaña a quien experimenta el mal pero le hace sentir a Dios muy cerca, porque proclama que Dios no es otro más en el lejano olimpo de las divinidades que juegan caprichosamente con la humanidad ni se recluye en el ritualismo de un culto insignificante e insensible. El Dios cristiano es el que se nos hace presente en las víctimas, como lo ha hecho con Jesús, a quien confesamos Señor de nuestra fe e Hijo de Dios.
LECTURA EVANGELICA
El premio a la búsqueda de la verdad es la libertad. Y la verdad del ser humano es su condición de necesitado para lograr mantener la esperanza de un futuro. Pero eso se hace posible en la Cruz, en la visión de Dios solidario con las víctimas humanas. Él mismo hecho víctima de tantas cosas nuestras, pero Él mismo Señor de un mundo que no quiere contar con Él y en quien se encuentra nuestra salvación.
ORACION UNIVERSAL
Desde un mundo lleno de situaciones problemáticas y muchas necesidades. Con los pies muy en el suelo a la vez que abiertos al mundo entero nos dirigimos a Dios enumerando los grandes problemas de la sociedad actual que nos sirven de recordatorio y de despertar a una realidad que, a veces, tenemos olvidada.
ADORACIÓN DE LA CRUZ
Este es nuestro signo, ella es nuestra señal, es nuestra identidad, nuestro resumen religioso y el símbolo de lo que creemos. No es en grandezas y signos prepotentes, no es en la superioridad ni en la riqueza ni en el dominio de la explicación conceptual de todo. Es en la unión del cielo con la tierra, es en el árbol bien plantado que hundiendo sus raíces en el suelo se eleva señalando nuestro horizonte y nuestra vocación. Es en la sencillez de la solidaridad humana y divina donde encontramos a Dios, aguantando nuestras decisiones y anunciando nuestro futuro.
RITO DE LA COMUNION
Hoy adquiere especial significado el compartir el pan (consagrado ayer) que simboliza y hace presentes a todos los que en el mundo sufren, necesitan, trabajan, se agobian y buscan. El símbolo del esfuerzo humano y de la necesidad es el mismo que Dios ha elegido como símbolo de su presencia. Es el símbolo de la vida, pero su fecundidad procede de la entrega y esfuerzo de muchos que, como Cristo, han dado su vida por los demás.
DESPEDIDA
La terminación de esta celebración nos deja en la perplejidad que siempre suscita la muerte. ¿Hay algo más allá de su sombrío rostro? ¿Representaba Jesús un horizonte de esperanza real o solo era la expresión de una ingenua ilusión? ¿Muere Dios arrollado por quienes tienen el poder y la influencia o le queda la última palabra por pronunciar? ¿Qué sería de la humanidad sin Dios y sin esperanza y sin perdón y sin compasión? ¿Morirá el ser humano con Dios o tienen futuro ambos?
Es tiempo de pensar y es tiempo de esperar. El sábado nos espera con su liturgia llena de símbolos y de historias que nuestros antepasados vivieron y contaron.
JOSÉ ALEGRE ARAGÜÉS
pepe@dabar.net
Cantos para la Celebración
Entrada: en total silencio.
Salmo: LdS; A tus manos, Señor, mi Dios (disco “Viviremos con Él”).
Aclamación antes de la Pasión: Cristo por nosotros (como el día de Ramos).
Lectura de la Pasión: Se pueden intercalar aclamaciones, como el día de Ramos.
Adoración de la Cruz: Victoria, tu reinarás; Perdona a tu pueblo; Amante Jesús mío; A la hora de nona (disco “Cristo Libertador”, 1CLN-155).
Comunión: Cerca de Ti, Señor; Acerquémonos todos al altar (1CLN-O 24); Delante de Ti, Señor, mi Dios (disco “Cantos para participar y vivir la Misa”); Oh Señor, delante de Ti (disco “16 Cantos para la Misa”).
VIA CRUCIS
Propongo para este año un Via Crucis diferente. Otros años escribí el clásico y los que podemos obtener de las narraciones evangélicas en sus cuatro versiones. Este Via Crucis de la actualidad nos recuerda y nos hace presente que Jesús sigue sufriendo en la violencia y la injusticia de hoy. El Viernes Santo no acabó con el dolor de Dios. Hoy Dios continúa muriendo en los hombres que mueren por causa de otros hombres. Comencemos, pues, el Via Crucis de 2011.
PRIMERA ESTACIÓN
COMUNIDADES CRISTIANAS SON MASACRADAS EN EGIPTO, AFGANISTÁN E IRAK
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Señor, en los cristianos perseguidos, tú sigues siendo perseguido hoy. Dales la fortaleza que dan la fe y la esperanza para no decaer en su pasión particular. Que su sangre sea semilla de paz para el mundo. Amén.
SEGUNDA ESTACIÓN
TODA UNA ALEDA CRISTIANA ES INCENDIADA Y ARRASADA EN LA INDIA
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Señor, llama tú a las puertas de todas las religiones. Que los fanáticos no causen mayores perjuicios. Que nadie pueda hacer daño a sus semejantes invocando tu nombre. Que tu nombre sea fuente de paz y de amor para las religiones. Amén.
TERCERA ESTACIÓN
INTENTAN QUEMAR, POR NAVIDAD, UN TEMPLO CRISTIANO EN MADRID
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Señor, ayuda a los cristianos a no ser intolerantes con los que con nosotros son intolerantes. No es fácil pagar con un bien un mal tan grande. Sobre todo, no dejes que el odio se adueñe de nosotros, y haz que las autoridades defiendan en toda circunstancia la libertad de expresión, de religión y de conciencia. Amén.
CUARTA ESTACIÓN
LOS ABORTOS PROVOCADOS SUPERAN EN ESPAÑA CADA AÑO LOS CIEN MIL CASOS
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Ya ves, Jesús. Tantos siglos después y se sigue condenando a muerte a los que no tienen ningún pecado, a los inocentes. Y lo peor es que crece la aceptación social de esta masacre en nombre de la libertad. Que tu luz nos ayude a diferenciar cuándo un bien en conflicto es superior a otro, que nadie puede decidir sobre la vida de otros. Amén.
QUINTA ESTACIÓN
LA PENA DE MUERTE SIGUE VIGENTE EN MUCHOS PAÍSES, DE ORIENTE Y DE OCCIDENTE
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Parece que no fue suficiente con tu muerte, Señor. Algunos estados han suprimido la pena capital en este año, pero otros muchos usan de la horca, de los fusiles, de la lapidación para impartir una "justicia" que no cree en la evolución de la madurez en el ser humano, ni en la rehabilitación, ni en la misericordia. Sólo mira el castigo... ¿merecido? Que los cristianos levantemos nuestra voz contra la misma pena que a ti te aplicaron. Amén.
SEXTA ESTACIÓN
LLEGAN A CIFRAS DE ESCÁNDALO LOS CASOS DE MUJERES MALTRATADAS Y ASESINADAS
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Es otra de las circunstancias en las que vemos la desviación de la conciencia humana. Ayúdanos a entender, Señor, que ni el hombre es superior a la mujer en derechos y dignidad ni al revés. Que el poder de la fuerza no se imponga a la razón. Que las parejas diriman sus diferencias desde el amor que las unió. Amén.
SÉPTIMA ESTACIÓN
MÉXICO VIVE EN UNA OLEADA PERMANENTE DE ASESINATOS EN MASA
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Lo peor de todo es que podemos acabar acostumbrándonos a que haya muertos hoy y mañana también; que integremos la violencia de tal modo en nuestras vidas que ya no nos llame la atención. Dicen que son ajustes por drogas. Pero caen los políticos que quieren poner orden. Ayuda al pueblo de México, al pueblo de Ntra. Sra. de Guadalupe, a salir de este calvario. Amén.
OCTAVA ESTACIÓN
UN NIÑO DE 14 AÑOS ES TIROTEADO A QUEMARROPA POR LA POLICÍA EN BRASIL
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
¿Qué delito puede justificar algo así? Si los que tienen la responsabilidad de mantener el orden llegan a ese grado de corrupción y de inhumanidad... Señor, inspira a todos, con tu cruz y tu resurrección, la paz interior y la serenidad de corazón, para que no vuelvan a suceder cosas como éstas. Amén.
NOVENA ESTACIÓN
UN MENOR ASESINA A UN SACERDOTE DE 26 AÑOS EN PLENA CALLE EN COLOMBIA
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
- Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
No sabemos qué "crímenes" habría cometido un sacerdote recién ordenado que estaba jugando con los niños, pero el asesino era un sicario. ¿Qué sociedad es ésta, que convierte a niños en asesinos a sueldo? No dejes, Señor, que la humanidad pueda degenerar tanto. Que escuche tu Evangelio, que aprecie y que abrace tu ejemplo de sacrificio. Amén.
DÉCIMA ESTACIÓN
UN SOLDADO DE LOS ESTADOS UNIDOS AMETRALLABA CIVILES EN AFGANISTÁN "POR DIVERSIÓN"
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
- Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Otro duro golpe a la racionalidad de la condición humana. ¿Estamos creando agentes del orden o estamos creando monstruos? ¿No detectaron los informes psicológicos el desorden de la mente en ese muchacho? Señor, que el creernos más fuertes que otros sólo nos lleve a servirles más y mejor; que descubramos que toda guerra es, en sí, un fracaso. Amén.
UNDÉCIMA ESTACIÓN
EL TERRORISMO SIGUE SEMBRANDO LA SANGRE Y EL DOLOR EN EL MUNDO
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
- Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Es un problema mundial muy serio, pero tiene las raíces y las causas más diversas. Al final, siempre se manifiesta en forma de violencia, de muerte y de dolor. Otorga, Señor, a los que ejercen el terrorismo una luz que les ayude a ver el sin sentido del dolor que causan; y a los que deben luchar contra él, dales lealtad a sus ciudadanos y responsabilidad en su misión. Amén.
DUODÉCIMA ESTACIÓN
LOS DESASTRES NATURALES DESENMASCARAN LA INSOLIDARIDAD INTERNACIONAL
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
- Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Un año después, Haití sigue arrasado y la gente, bajo plásticos o lonas. El desastre de Japón está más reciente. ¿Han tocado nuestra solidaridad las catástrofes de Haití y de Japón? ¿O seguimos quietos porque "no podemos hacer nada"? Señor, que ningún sufrimiento sea visto como ajeno por aquellos que creemos en ti; en ellos se prolonga tu pasión. Amén.
DECIMO TERCERA ESTACIÓN
GADAFI LANZA AL EJÉRCITO CONTRA LA POBLACIÓN CIVIL EN LIBIA
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
- Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Creíamos que ningún ser humano sería capaz de tal perversión. Ahora vemos que el apego al poder no tiene límites ni moral. Asiste y socorre, Señor, al pueblo libio; líbralo de tan perverso gobernante y que tu fuerza le sostenga y acompañe para superar este momento difícil y pueda, reconstruido su país, vivir en paz y en libertad. Amén.
DÉCIMO CUARTA ESTACIÓN
SE UTILIZA EL RECURSO A LA GUERRA SIN INTENTAR LA VÍA DIPLOMÁTICA
-Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.
-Pues, por tu santa cruz, redimiste al mundo.
Lo defienden los periodistas con experiencia en coberturas bélicas: Es imposible bombardear objetivos militares y no hacer daño a la población civil, sobre todo cuando es usada como escudos humanos. Era el camino más corto y rápido. ¿Por qué no se puso en marcha la vía diplomática antes de actuar en Libia? Ayúdanos, Señor, a que no nos acostumbremos a justificar las guerras; que busquemos antes, siempre, las soluciones pacíficas y negociadas. Amén.
El Via Crucis, el Camino de la Cruz, culmina en el Gólgota. Pero el Gólgota no es la última etapa, sino la resurrección. La sangre y el dolor dan paso al gozo y a la eternidad. Sabemos que también el Señor hará de todo este dolor causa de felicidad eterna. Ojala que, mientras ese día llega, sepamos hacer cada vez más de esta tierra el cielo anticipado que Jesús nos enseña en su Evangelio. Amén.
JUAN SEGURA
juan@dabar.net
Publicado por DABAR
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