DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(Matrimonio con dos hijos, trabajan ambos, pertenecen a movimiento conyugal)
Como padres cristianos, nos compete una tarea que ni de lejos resulta sencilla. En casa y ante nuestros hijos, somos nosotros los llamados a continuar esa tarea “pedagógica” en la que Jesús también empleaba su tiempo, tanto con sus discípulos como con quien se mostrara interesado en sus enseñanzas. Nos corresponde ahora a nosotros sucederle en esa labor de mostrarles los valores evangélicos y lograr que éstos les enamoren.
Es evidente que en ese empeño, por bienintencionados que podamos ser o muchos conocimientos que tengamos, no podremos nunca alcanzar la autoridad que investía al Señor en cada una de sus palabras, en cada uno de sus gestos. Asumida esa limitación, nos queda centrarnos en, al menos, no caer en la imagen del escriba que el evangelio emplea en contraste con la autoridad de Jesús, intentando que nuestras enseñanzas no sean palabras desnudas, sino que broten de nuestro corazón y que inunden nuestra vida.
DESDE LA SOCIO-ECONOMÍA
(hombre, casado, con tres hijos, trabaja, miembro activo de dos movimientos sociales, pertenece a comunidad cristiana)
Enseñar con autoridad, es básicamente, enseñar con el ejemplo y hacer lo que se dice. Jesús anunciaba que el Reinado de Dios estaba llegando y lo hacia realidad sanando y curando, es decir, acogiendo y amando, a los excluidos de entonces. Esto es lo que nos toca también a nosotros. Si nos decimos cristianos, es decir, seguidores de Jesús, debemos de curar, acoger, sanar, animar y acompañar a las personas que nuestra sociedad apalea y deja medio muerta en el camino. Esto significa trabajar y apoyar a estas personas y a las instituciones que luchan
con ellas por cambiar su situación. Y también significa comprometerse, para que nuestra vida y nuestros actos promuevan la transformación de un modelo económico social injusto que crea cada vez más víctimas.
Es lo único que merece la pena y nos hará realmente felices, ponernos de parte de la vida, de todas las vidas, de todas las vidas más débiles.
DESDE DESDE EL TERCER MUNDO
(matrimonio con dos hijos, voluntario de ONG en país musulmán, trabajan en la misión, pertenece a comunidad cristiana)
En el evangelio de este domingo se nos habla de un Jesús que era famoso por las cosas que hacía, aunque lo realmente importante es cómo las hacía. Trasladado a nuestro proyecto tenemos que ser conscientes de que existen diferentes talantes a la hora de tratar con los beneficiarios del mismo, debemos ser capaces de atender, escuchar y mostrarnos cercanos, es fundamental la manera en la que estamos aquí pues, al ser miembros de una religión minoritaria en este entorno, se nos analiza por aquellas cosas que hacemos.
Por otro lado Jesús nos invita a no tener miedo, a ser íntegros, libres. Seamos conscientes de que quien le traslada la pregunta que centra la lectura es el mismísimo demonio, debemos encontrar nosotros también en nuestra vida la respuesta a esa pregunta: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?”, no seamos temerosos a la hora de dar la respuesta, tomemos como ejemplo la figura de Jesús.
Y es que a día de hoy sigue habiendo demonios, si bien se muestran de otra manera. Son demonios que hacen que a la gente les invadan una serie de sentimientos que los alejan de Dios, del Padre. Uno de esos sentimientos por ejemplo es la indiferencia, que se apodera del interior de muchos cristianos transformándoles el corazón de carne en uno de piedra, no siendo conscientes de que cerca de ellos existen hermanos que los necesitan.
Pidámosle a Dios que nos dé consciencia y valentía para seguir adelante con nuestros proyectos, para encontrar, sin vacilación alguna, la respuesta a las preguntas que se nos puedan plantear.
PARA REZAR
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Te damos Gracias, Señor y Dios nuestro, porque Tú
nos sanas y nos libera de todo lo que nos daña,
restituyendo la libertad y la paz en nosotros.
Gracias porque Tú estás atento a nuestras necesidades
y nos proteges de todo mal que intenta dañarnos.
Gracias porque la fuerza de tu Palabra de Vida
nos libera de nuestros miedos, dudas y sufrimientos
que nos paralizan, esclavizan y nos alejan de Ti.
Te damos Gracias, Señor y Dios nuestro,
porque Tú predicas y a la vez actúas con eficacia.
Ayúdanos a seguir cada día tu ejemplo de vida
para ser solidarios y mejores con nuestro prójimo.
Haz Tú que nuestras palabras y acciones
busquen siempre hacer el bien para no causar dolor,
y danos sabiduría para oponernos al mal e injusticias.
¡Tú eres curación y vida donde hay dolor y sufrimiento!
Nosotros queremos anunciarte a los demás
con nuestras obras y predicando tu Evangelio…
¡Ayúdanos Tú a que nuestros actos reflejen tu Amor!
Transfórmanos, Dios nuestro, en colaboradores tuyos
que luchen contra el mal en nuestro mundo,
e incluso con el mal que nace de nosotros mismos.
Tú que eres Dios Padre Bueno y Misericordioso,
danos la fuerza necesaria para enfrentarnos al mal,
y lograr vencerlo, para que nada ni nadie nos separen de Ti,
ni nos impidan jamás creer en tu Presencia. Amén
PARA VIVIR ESTA SEMANA
(matrimonio, tres hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Algunas veces, nos hemos quedado impresionados de la actitud o la respuesta de una persona ante una situación. Y seguro que hemos pensado: "Realmente, es una persona que encierra un gran fondo interior, con una integridad y una sabiduría fuera de duda".
Eso es algo que se va consiguiendo con una experiencia continuada de renunciar a todo aquello que nos aleja de Dios.
Por ejemplo, dentro de una conversación en la cual se está criticando a alguien, nos deja cortados una persona que permanece callada, distraída, no interviniendo en la conversación, y si se le pregunta, nos dice: "creo que no debo ni intentar juzgar a esta persona, sus razones tendrá, que para mí, son imposibles de conocer, y que incluso, no me considero nadie para valorar". Cuando, en lo poco somos fieles al Señor, cuidando cada detalle, cuando llegue una situación mucho más complicada, seguro que tendrán muy en cuenta nuestra opinión, valorarán nuestra manera de afrontar las situaciones, de amar a los demás...
Y todo esto, no por vanagloriarnos ante los otros, sino por que de esa manera alcanzaremos una libertad que nos hará felices por que cada día estaremos más cerca de Dios ("Bienaventurados los puros de corazón por que verán a Dios).
Y pensemos, que la mayor o menor autoridad de nuestras contestaciones, depende de la dosis de amor que pongamos en todos nuestros actos.
(Matrimonio con dos hijos, trabajan ambos, pertenecen a movimiento conyugal)
Como padres cristianos, nos compete una tarea que ni de lejos resulta sencilla. En casa y ante nuestros hijos, somos nosotros los llamados a continuar esa tarea “pedagógica” en la que Jesús también empleaba su tiempo, tanto con sus discípulos como con quien se mostrara interesado en sus enseñanzas. Nos corresponde ahora a nosotros sucederle en esa labor de mostrarles los valores evangélicos y lograr que éstos les enamoren.
Es evidente que en ese empeño, por bienintencionados que podamos ser o muchos conocimientos que tengamos, no podremos nunca alcanzar la autoridad que investía al Señor en cada una de sus palabras, en cada uno de sus gestos. Asumida esa limitación, nos queda centrarnos en, al menos, no caer en la imagen del escriba que el evangelio emplea en contraste con la autoridad de Jesús, intentando que nuestras enseñanzas no sean palabras desnudas, sino que broten de nuestro corazón y que inunden nuestra vida.
DESDE LA SOCIO-ECONOMÍA
(hombre, casado, con tres hijos, trabaja, miembro activo de dos movimientos sociales, pertenece a comunidad cristiana)
Enseñar con autoridad, es básicamente, enseñar con el ejemplo y hacer lo que se dice. Jesús anunciaba que el Reinado de Dios estaba llegando y lo hacia realidad sanando y curando, es decir, acogiendo y amando, a los excluidos de entonces. Esto es lo que nos toca también a nosotros. Si nos decimos cristianos, es decir, seguidores de Jesús, debemos de curar, acoger, sanar, animar y acompañar a las personas que nuestra sociedad apalea y deja medio muerta en el camino. Esto significa trabajar y apoyar a estas personas y a las instituciones que luchan
con ellas por cambiar su situación. Y también significa comprometerse, para que nuestra vida y nuestros actos promuevan la transformación de un modelo económico social injusto que crea cada vez más víctimas.
Es lo único que merece la pena y nos hará realmente felices, ponernos de parte de la vida, de todas las vidas, de todas las vidas más débiles.
DESDE DESDE EL TERCER MUNDO
(matrimonio con dos hijos, voluntario de ONG en país musulmán, trabajan en la misión, pertenece a comunidad cristiana)
En el evangelio de este domingo se nos habla de un Jesús que era famoso por las cosas que hacía, aunque lo realmente importante es cómo las hacía. Trasladado a nuestro proyecto tenemos que ser conscientes de que existen diferentes talantes a la hora de tratar con los beneficiarios del mismo, debemos ser capaces de atender, escuchar y mostrarnos cercanos, es fundamental la manera en la que estamos aquí pues, al ser miembros de una religión minoritaria en este entorno, se nos analiza por aquellas cosas que hacemos.
Por otro lado Jesús nos invita a no tener miedo, a ser íntegros, libres. Seamos conscientes de que quien le traslada la pregunta que centra la lectura es el mismísimo demonio, debemos encontrar nosotros también en nuestra vida la respuesta a esa pregunta: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?”, no seamos temerosos a la hora de dar la respuesta, tomemos como ejemplo la figura de Jesús.
Y es que a día de hoy sigue habiendo demonios, si bien se muestran de otra manera. Son demonios que hacen que a la gente les invadan una serie de sentimientos que los alejan de Dios, del Padre. Uno de esos sentimientos por ejemplo es la indiferencia, que se apodera del interior de muchos cristianos transformándoles el corazón de carne en uno de piedra, no siendo conscientes de que cerca de ellos existen hermanos que los necesitan.
Pidámosle a Dios que nos dé consciencia y valentía para seguir adelante con nuestros proyectos, para encontrar, sin vacilación alguna, la respuesta a las preguntas que se nos puedan plantear.
PARA REZAR
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Te damos Gracias, Señor y Dios nuestro, porque Tú
nos sanas y nos libera de todo lo que nos daña,
restituyendo la libertad y la paz en nosotros.
Gracias porque Tú estás atento a nuestras necesidades
y nos proteges de todo mal que intenta dañarnos.
Gracias porque la fuerza de tu Palabra de Vida
nos libera de nuestros miedos, dudas y sufrimientos
que nos paralizan, esclavizan y nos alejan de Ti.
Te damos Gracias, Señor y Dios nuestro,
porque Tú predicas y a la vez actúas con eficacia.
Ayúdanos a seguir cada día tu ejemplo de vida
para ser solidarios y mejores con nuestro prójimo.
Haz Tú que nuestras palabras y acciones
busquen siempre hacer el bien para no causar dolor,
y danos sabiduría para oponernos al mal e injusticias.
¡Tú eres curación y vida donde hay dolor y sufrimiento!
Nosotros queremos anunciarte a los demás
con nuestras obras y predicando tu Evangelio…
¡Ayúdanos Tú a que nuestros actos reflejen tu Amor!
Transfórmanos, Dios nuestro, en colaboradores tuyos
que luchen contra el mal en nuestro mundo,
e incluso con el mal que nace de nosotros mismos.
Tú que eres Dios Padre Bueno y Misericordioso,
danos la fuerza necesaria para enfrentarnos al mal,
y lograr vencerlo, para que nada ni nadie nos separen de Ti,
ni nos impidan jamás creer en tu Presencia. Amén
PARA VIVIR ESTA SEMANA
(matrimonio, tres hijos, él trabaja, el matrimonio pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Algunas veces, nos hemos quedado impresionados de la actitud o la respuesta de una persona ante una situación. Y seguro que hemos pensado: "Realmente, es una persona que encierra un gran fondo interior, con una integridad y una sabiduría fuera de duda".
Eso es algo que se va consiguiendo con una experiencia continuada de renunciar a todo aquello que nos aleja de Dios.
Por ejemplo, dentro de una conversación en la cual se está criticando a alguien, nos deja cortados una persona que permanece callada, distraída, no interviniendo en la conversación, y si se le pregunta, nos dice: "creo que no debo ni intentar juzgar a esta persona, sus razones tendrá, que para mí, son imposibles de conocer, y que incluso, no me considero nadie para valorar". Cuando, en lo poco somos fieles al Señor, cuidando cada detalle, cuando llegue una situación mucho más complicada, seguro que tendrán muy en cuenta nuestra opinión, valorarán nuestra manera de afrontar las situaciones, de amar a los demás...
Y todo esto, no por vanagloriarnos ante los otros, sino por que de esa manera alcanzaremos una libertad que nos hará felices por que cada día estaremos más cerca de Dios ("Bienaventurados los puros de corazón por que verán a Dios).
Y pensemos, que la mayor o menor autoridad de nuestras contestaciones, depende de la dosis de amor que pongamos en todos nuestros actos.
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