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domingo, 31 de julio de 2011

Evangelio Misionero del Día: 01 de Agosto de 2011 - XVIII Semana DEL T.O - CICLO A


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 14, 22-36

Después de la multiplicación de los panes, Jesús obligó a los discípulos que subieran a la barca y pasaran antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la multitud. Después, subió a la montaña para orar a solas. Y al atardecer, todavía estaba allí, solo.
La barca ya estaba muy lejos de la costa, sacudida por las olas, porque tenían viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos, caminando sobre el mar. Los discípulos, al verlo caminar sobre el mar, se asustaron. «Es un fantasma», dijeron, y llenos de temor se pusieron a gritar.
Pero Jesús les dijo: «Tranquilícense, soy Yo; no teman».
Entonces Pedro le respondió: «Señor, si eres Tú, mándame ir a tu encuentro sobre el agua».
«Ven», le dijo Jesús. Y Pedro, bajando de la barca, comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Él. Pero, al ver la violencia del viento, tuvo miedo, y como empezaba a hundirse, gritó: «Señor, sálvame». En seguida, Jesús le tendió la mano y lo sostuvo, mientras le decía: «Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?»
En cuanto subieron a la barca, el viento se calmó. Los que estaban en ella se postraron ante Él, diciendo: «Verdaderamente, Tú eres el Hijo de Dios».
Al llegar a la otra orilla, fueron a Genesaret. Cuando la gente del lugar lo reconoció, difundió la noticia por los alrededores, y le llevaban a todos los enfermos, rogándole que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y todos los que lo tocaron quedaron sanados.

Compartiendo la Palabra
Por Bonifacio Fernández, cmf

Cuando Mateo narra episodios comunes con Marcos, se nota que Mateo tiene a la concentración. Simplifica los datos. El milagro de la multiplicación de los panes es narrado como un regalo de Jesús; es Jesús quien tiene la iniciativa. Es una expresión de su conmoción y compasión ante las necesidades de las personas y de los grupos. Jesús se deja afectar y se deja tocar por la situación de las personas necesitadas. Los discípulos son los mediadores y testigos del milagro.

Para una lectura sapiencial del relato es importante caer en la cuenta de las acciones que se atribuyen a Jesús: tomó los panes; alzó la mirada; pronunció la bendición; partió el pan; se lo dio a los discípulos. La referencia a la eucaristía es bastante clara. Pero la idea central en la multiplicación de los panes es la idea del compartir. Es lo que crea comunidad. Poner en común lo que cada uno tiene, sea lo que sea, hace que se multiplique y que crezca la comunidad.

Otra dimensión que hay que tener en cuenta en este relato es la unidad entre la satisfacción de las necesidades materiales y las espirituales: “dadle vosotros de comer”. La misión de Jesús no es nada espiritualista.

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WebJCP | Abril 2007