Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 14, 6-14
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos:
«Yo soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto».
Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta».
Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?
El que me ha visto, ha visto al Padre.
¿Cómo dices: "Muéstranos al Padre"?
¿No crees
que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?
Las palabras que digo no son mías:
el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí.
Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro
que el que cree en mí
hará también las obras que Yo hago,
y aún mayores,
porque Yo me voy al Padre.
Y Yo haré todo lo que ustedes
pidan en mi Nombre,
para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si ustedes me piden algo en mi Nombre, Yo lo haré».
Celebramos hoy la fiesta de los Apóstoles Felipe y Santigo, el menor. Ambos fueron seguidores cercanos del Señor a lo largo de su vida. Ambos también aparecen en varias ocasiones en los Evangelio y en las cartas paulinas. A Santiago se le conoció en los tiempos de la Iglesia primitiva, por ser el encargado de la comunidad de Jerusalén, es decir, el obispo.
En la primera lectura encontramos los primeros versículos del 1Cor 15. En este pasaje vemos como Pablo en pocas palabras hace un preciso resumen de la fe para los primeros cristianos. Pablo parece recordar a los cristianos de Corinto lo fundamental de la fe, debido a algunas a las malas interpretaciones que se estaban haciendo de Jesucristo. Pablo, sin dudar, afirma que mantenerse en esta fe es mantenerse en la Felicidad, en la Salvación. Mantenerse firmes en que en el Amor se encuentra nuestra Felicidad.
El fragmento evangélico que nos presente hoy la liturgia en la festividad de los apóstoles Felipe y Santiago, es uno de esos pasajes que necesitan ser leído varias veces para poder entender lo que nos quiere decir. Más allá de entender, comprender, lo que dice cada frase me parece interesante dejarse empapar por algunas de las frases o algunas ideas que nos sugiere el texto. Dos ideas me parecen interesantes resaltar:
Felipe lanza una petición a Jesús: “Muéstranos al Padre” Y Jesús le responde: ¿aún no me conoces?... Y es que puede que a veces nos quedemos con los aspectos más superficiales de nuestros interlocutores, con un pequeño gesto que nos llame la atención o nos haga reflexionar. Sin embargo, la experiencia de conocer a Jesús de Nazaret necesita de un periódico “vaciamiento” para poder llenar, de nuevo, la vida con la experiencia de la Divinidad que salva, que es el camino de la felicidad para los hombres y mujeres de este mundo.
Otra idea a la que nos invita el fragmento evangélico es a poner en práctica la fe. La fe no es sólo una cuestión de pensar, de reflexionar… hay que poner en obras nuestra fe para que sea podamos predicar al Resucitado no sólo con la Palabra, sino también con las obras.
Fray José Rafael Reyes González
«Yo soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto».
Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta».
Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?
El que me ha visto, ha visto al Padre.
¿Cómo dices: "Muéstranos al Padre"?
¿No crees
que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?
Las palabras que digo no son mías:
el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí.
Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro
que el que cree en mí
hará también las obras que Yo hago,
y aún mayores,
porque Yo me voy al Padre.
Y Yo haré todo lo que ustedes
pidan en mi Nombre,
para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si ustedes me piden algo en mi Nombre, Yo lo haré».
Compartiendo la Palabra
Por Dominicos.org
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Celebramos hoy la fiesta de los Apóstoles Felipe y Santigo, el menor. Ambos fueron seguidores cercanos del Señor a lo largo de su vida. Ambos también aparecen en varias ocasiones en los Evangelio y en las cartas paulinas. A Santiago se le conoció en los tiempos de la Iglesia primitiva, por ser el encargado de la comunidad de Jerusalén, es decir, el obispo.
En la primera lectura encontramos los primeros versículos del 1Cor 15. En este pasaje vemos como Pablo en pocas palabras hace un preciso resumen de la fe para los primeros cristianos. Pablo parece recordar a los cristianos de Corinto lo fundamental de la fe, debido a algunas a las malas interpretaciones que se estaban haciendo de Jesucristo. Pablo, sin dudar, afirma que mantenerse en esta fe es mantenerse en la Felicidad, en la Salvación. Mantenerse firmes en que en el Amor se encuentra nuestra Felicidad.
El fragmento evangélico que nos presente hoy la liturgia en la festividad de los apóstoles Felipe y Santiago, es uno de esos pasajes que necesitan ser leído varias veces para poder entender lo que nos quiere decir. Más allá de entender, comprender, lo que dice cada frase me parece interesante dejarse empapar por algunas de las frases o algunas ideas que nos sugiere el texto. Dos ideas me parecen interesantes resaltar:
Felipe lanza una petición a Jesús: “Muéstranos al Padre” Y Jesús le responde: ¿aún no me conoces?... Y es que puede que a veces nos quedemos con los aspectos más superficiales de nuestros interlocutores, con un pequeño gesto que nos llame la atención o nos haga reflexionar. Sin embargo, la experiencia de conocer a Jesús de Nazaret necesita de un periódico “vaciamiento” para poder llenar, de nuevo, la vida con la experiencia de la Divinidad que salva, que es el camino de la felicidad para los hombres y mujeres de este mundo.
Otra idea a la que nos invita el fragmento evangélico es a poner en práctica la fe. La fe no es sólo una cuestión de pensar, de reflexionar… hay que poner en obras nuestra fe para que sea podamos predicar al Resucitado no sólo con la Palabra, sino también con las obras.
Fray José Rafael Reyes González
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