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sábado, 22 de enero de 2011

Palabra para la Misión: Llamados a la conversión, a la Misión y a la Unidad


III Domingo Tiempo Ordinario - Publicado por EUNTES
Año A- Domingo 23.1.2011

Isaías 8,23b-9,3 / Salmo 26 / 1Corintios 1,10-13.17 / Mateo 4,12-23

Reflexiones

Desde sus primeras apariciones públicas (Evangelio), Jesús se presenta como un misionero itinerante: de un poblado a otro, enseña, predica la Buena Nueva del Reino, sana a enfermos, llama a discípulos…(v. 23). No comienza su misión en lugares importantes y religiosos como Jerusalén, sino en zonas periféricas, entre los lejanos, los heterodoxos, los menos religiosos, semipaganos, los impuros en contacto con los paganos. Así se consideraba a los habitantes de Galilea (v. 15). Jesús deja Nazaret y se establece en Cafarnaún, ciudad de frontera, con una aduana para las mercancías de paso por el “camino del mar” (v. 13.15), la ruta imperial que unía Egipto, Palestina, Siria y la región de Mesopotamia. Desde la antigüedad, por tanto, Galilea era una zona de cruce de pueblos, sometida al paso de tropas y al control del comercio, con las consiguientes contaminaciones y recaídas morales. Se entiende así el llamamiento que el profeta Isaías dirige a los habitantes de la región (I lectura): pasar de la experiencia vergonzosa de la esclavitud (v. 23) y del yugo de la opresión (v. 3) a la vida en libertad, en luz grande (v. 1) y en el gozo (v. 2). Mateo (Evangelio) ve que la profecía de Isaías se ha cumplido con la presencia de Jesús (v. 14-17), cuya misión tiene un comienzo cargado de esperanza (v. 23), sobre la base, sin embargo, de un exigente programa de conversión a Dios y de compromiso por su Reino (v. 17).


Con esta opción inicial, Jesús muestra que los primeros destinatarios de su Evangelio y del Reino no son los justos, los observantes o los que se consideran tales, sino los lejanos, los excluidos… Este es el comienzo humilde de una misión que tendrá horizontes universales, que será llevada adelante por los discípulos y sus sucesores que están llamados a seguir a Jesús para ser, en cualquier parte del mundo, “pescadores de hombres” (v. 19). La vocación misionera conlleva siempre un éxodo, una salida, a menudo también geográfica, dejar algo y a alguien; alejarse del propio ambiente estrecho, salir del propio egoísmo. Aquí Jesús deja Nazaret (v. 13) y los tiempos de intimidad con su Madre, Él, que había optado por hacerse el Emanuel en carne humana. Así como Abrahán fue invitado a salir de su tierra y de su familia, ahora dos grupos de hermanos, llamados por Jesús a seguirle, abandonan redes, barca y padre (v. 20.22). En cada caso, la vocación no es una salida hacia el vacío: es dejar algo para seguir a Alguien; una salida al encuentro con Otro. En el primer lugar quedan siempre el encuentro y la adhesión a la persona de Jesús.


Esta vocación-misión se arraiga en una conversión (“Conviértanse…”: v. 17), en un cambio de mentalidad, una orientación nueva hacia Dios y su Reino, del que Jesucristo es la plenitud. La conversión a Cristo conlleva el seguimiento y la misión, estar bien arraigados en Él y bien insertados en los caminos del mundo: “los haré pescadores de hombres” (v. 19). Así le ha ocurrido a Pablo (II lectura), del cual en este tiempo se celebra la conversión (25 de enero). ¡Una conversión total y fiel hasta el martirio! En la ruta de Damasco no ha nacido solamente un cristiano, sino el más grande misionero entre los paganos, el enamorado predicador de Cristo crucificado y resucitado (v. 10). (*) El mensaje paulino es de actualidad, en el contexto de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, quienes están llamados a ponerse de acuerdo, evitar divisiones y discordias, estar bien unidos (v. 10-11), porque Cristo no está dividido (v. 13). Tomar conciencia de la amplitud y urgencia de los problemas del mundo ayuda a superar egoísmos, divisiones, discordias y tensiones locales. Con sabor de actualidad, Santa Teresa de Ávila decía: “Estase ardiendo el mundo, no es tiempo de tratar con Dios negocios de poca importancia… Cuando veo las grandes necesidades de la Iglesia, estas me afligen tanto, que me parece cosas de burla tener penas por otras cosas”.


La propuesta misionera y vocacional de Jesús (Evangelio) es global en el método y en el contenido; se articula en cuatro momentos:

1. mirada a la situación del mundo: pueblos alejados y periféricos, poco religiosos (v. 13-16);

2. invitación a la conversión del corazón hacia Dios y su Reino (v. 17);

3. encuentro y seguimiento de Cristo: “vengan tras de mí…” (v. 19.21);

4. misión en el mundo: “pescadores de hombres” (v. 19).


Palabra del Papa

(*) “La misión evangelizadora de la Iglesia es la respuesta al grito ‘¡Ven, Señor Jesús!’ que atraviesa toda la historia de la salvación y que sigue brotando de los labios de los creyentes... Acoger la Buena Nueva en la fe impulsa de por sí a comunicar la salvación recibida como un don... No hay nada más hermoso, urgente e importante que volver a dar gratuitamente a los hombres lo que hemos recibido gratuitamente de Dios. No hay nada que nos pueda eximir o dispensar de este exigente y fascinante compromiso... Que cada cristiano y cada comunidad experimenten la alegría de compartir con los demás la Buena Nueva de que Dios ‘tanto amó al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito para que el mundo se salve por medio de Él’ (Jn 3,16-17)”.

Benedicto XVI
En el Angelus del 23 de diciembre de 2007


Siguiendo los pasos de los Misioneros

- 23/1: S. Ildefonso, obispo de Toledo (607-667), escritor sagrado; dando impulso a la liturgia y a la devoción mariana, dio solidez a la Iglesia en España.

- 23/1: B. Marianne Cope (1838-1918), religiosa franciscana alemana, emigró a Estados Unidos y fue misionera durante algunas décadas entre los leprosos de las islas Hawai y en Molokai.

- 24/1: S. Francisco de Sales (1567-1622), obispo de Ginebra, doctor de la Iglesia, auténtico pastor de almas, escritor, gran evangelizador y fundador. Es el patrono de los periodistas.

- 25/1: Conversión de San Pablo, apóstol de los paganos. En el camino de Damasco no nació tan solo un cristiano, sino el mayor misionero de la historia.

- 26/1: SS. Timoteo y Tito, colaboradores de San Pablo, obispos de Éfeso y de Creta, respectivamente.

- 27/1: S. Ángela Merici (1474-1540), fundadora de la Compañía de S. Úrsula (Ursulinas), pionera en promover a las mujeres de vida consagrada en el mundo, fuera de los tradicionales monasterios.

- 28/1: S. Tomás de Aquino, doctor de la Iglesia; su Summa contra Gentiles es uno de los primeros manuales para misioneros que trabajan entre los no cristianos, en especial los musulmanes.

- 29/1: S. José Freinademetz (1852-1908), de la Sociedad del Verbo Divino, misionero en China

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WebJCP | Abril 2007