LUGAR DE ENCUENTRO DE LOS MISIONEROS DE TODO EL MUNDO
MISIONEROS EN CAMINO: Dios es más humano que nosotros
NO DEJES DE VISITAR
www.caminomisionero.blogspot.com
El blog donde encontrarás abundante material para orar y meditar sobre la liturgia del Domingo. Reflexiones teológicas y filosóficas. Videos y música para meditar. Artículos y pensamientos de los grandes guías de nuestra Iglesia y Noticias sobre todo lo que acontece en toda la vida eclesial
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

domingo, 2 de enero de 2011

Dios es más humano que nosotros


(Domingo 2º de Navidad, 2 de enero de 2011)

Evangelio: Jn 1, 1-18

Por Bernardo Baldeón

Me ocurrió hace ya años en el norte de Argentina, cerca de la frontera con Paraguay.

Estaba encargado de la catequesis y nos dimos cuenta de que había un buen grupo de chicos y chicas que pasaban el día de la mañana a la noche en la estación de autobuses vendiendo comida a los viajeros que estaban de paso.

Si a la noche no llevaban a casa una cierta cantidad de dinero, la paliza que les esperaba era buena.

La mayoría no iban a la escuela y, por supuesto, mucho menos a la catequesis.

Organizamos un grupo de catequesis para ellos adaptado a su horario “laboral”. La respuesta superó con creces nuestras expectativas.

Les hicimos una pequeña encuesta para saber de dónde partíamos. Una de las preguntas era: “¿Has tenido alguna vez miedo de Dios? ¿Por qué?”.

Me sorprendió la respuesta de una niña de unos 12 años: “Yo nunca le he tenido miedo a Dios, porque es más humano que nosotros”.

Ya quisiera yo que muchos sacerdotes y cristianos de toda la vida tuviéramos esa misma visión de Dios.

Hemos “deshumanizado” a Dios. Y lo grave es con esa actitud hemos negado la encarnación de Dios. Hemos negado la raíz de nuestra fe.

Al alejar a Dios de nuestra vida diaria, colocándolo en cielos inaccesibles, como juez, como quien nos dice qué podemos y no podemos hacer, como quien un día decidirá nuestro futuro eterno… lo que hemos conseguido es que la mayoría de las personas se alejen de Dios y de una Iglesia que presenta a un Dios inhumano que supuestamente se disgusta cuando nosotros gozamos de la vida.

Dios se hizo Palabra. Palabra que nos dice “amad y no seáis egoístas”. Y hemos puesto en su boca “palabras” que tienden a amargarnos la vida y condenar el que seamos felices… Nada más lejos de la voluntad de Dios que cuando nos equivocamos en el camino para ser felices se manifiesta como perdón y misericordia.

No recuerdo el nombre de aquella niña, pero sí que quedó grabada en mi memoria su cara, su pelo rubio, la canasta donde llevaba las empanadillas para vender y su desparpajo a la hora de decir lo que pensaba.

Leía en estos días unas frases de José Antonio Pagola que me traían a la memoria aquella situación:

“Los cristianos no creemos en un Dios aislado e inaccesible, encerrado en su Misterio impenetrable.Nos podemos encontrar con él en un ser humano como nosotros. Para relacionarnos con él, no hemos de salir de nuestro mundo. No hemos de buscarlo fuera de nuestra vida. Lo encontramos hecho carne en Jesús.

Esto nos hace vivir la relación con él con una profundidad única e inconfundible. Jesús es para nosotros el rostro humano de Dios. En sus gestos de bondad se nos va revelando de manera humana cómo es y cómo nos quiere Dios. En sus palabras vamos escuchando su voz, sus llamadas y sus promesas. En su proyecto descubrimos el proyecto del Padre.

Todo esto lo hemos de entender de manera viva y concreta. La sensibilidad de Jesús para acercarse a los enfermos, curar sus males y aliviar su sufrimiento, nos descubre cómo nos mira Dios cuando no ve sufrir, y cómo nos quiere ver actuar con los que sufren. La acogida amistosa de Jesús a pecadores, prostitutas e indeseables nos manifiesta cómo nos comprende y perdona, y cómo nos quiere ver perdonar a quienes nos ofenden”.

Dios se hace “palabra” para dialogar de tú a tú con el hombre. Todo intento de alejarlo a los cielos se puede incluir en las palabras de Juan en el evangelio: “vino a los suyos y los suyos no lo reconocieron” (Jn 1, 11). Y la voluntad de Dios es que en ese diálogo vayamos transformando nuestro mundo. Que lo hagamos más humano para que Él y nosotros nos sintamos más a gusto.

Sin nuestra relación con Dios no nos lleva a ese diálogo transformador, no nos ayuda a ser más felices, estaremos traicionando las raíces de nuestra fe. Estaremos negando la encarnación de Dios que en estos días hemos celebrado.

0 comentarios:


WebJCP | Abril 2007