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MISIONEROS EN CAMINO: abril 2010
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viernes, 30 de abril de 2010

Palabra de Mision: Mandamiento nuevo para una humanidad nueva / Quinto Domingo de Pascua – Ciclo C – Jn. 13, 31-35



La escena de hoy comienza, en la liturgia, decapitada. Si no nos extendemos en la lectura del Evangelio según Juan, no podemos saber de qué habla Jesús y por qué habla de esa manera. El sentido de los tópicos que se mencionan aquí, clásicos de la teología joánica, como la glorificación y el amor, adquieren su sentido pleno en el gran contexto de la última cena, que ha dado inicio en Jn. 13, 1. El primer evento de esta cena es el lavatorio de los pies (cf. Jn. 13, 2-17). A continuación, el tema de la traición de Judas se hace más evidente, y el redactor le dedica un espacio considerable al relato de las diferentes dimensiones de esta traición: la mirada profética de Jesús (cf. Jn. 13, 18-21), la reacción de los discípulos en conjunto ante el anuncio (cf. Jn. 13, 22), el trípode Pedro-Discípulo Amado-Jesús (cf. Jn. 13, 23-26), la posesión demoníaca de Judas y su salida (cf. Jn. 13, 27-30). En este punto comienza la perícopa litúrgica de hoy. Al finalizar, en el versículo 35, se añade una situación posterior, que es el anuncio que hace Jesús de la negación de Pedro antes de que cante el gallo (cf. Jn. 13, 36-38). El discurso que leemos, entonces, queda enmarcado por las dos traiciones de los íntimos. Uno lo entregará al proceso, el otro rechazará su condición de discípulo, negando andar con Él. En este marco, cualquier cosa que pueda decirse es terriblemente profunda y, antropológicamente, es la revelación de lo íntimo del ser humano. Ciertamente, las posturas que se toman en momentos tan críticos, como lo son las traiciones en manos de los seres queridos, ponen de manifiesto las verdaderas convicciones del traicionado. En este caso, a pesar de ser un hombre herido por sus amigos, Jesús sigue hablando del amor.

El amor en Juan se liga a la glorificación y, paradójicamente, a la muerte. El pasaje inmediato que hace las veces de inter-texto es el de Jn. 12, 23-28. Allí, Jesús exclama que ha llegado la hora de la glorificación del Hijo del Hombre (título cristológico que vuelve a aparecer aquí); esta glorificación, metafóricamente, se da cuando el grano de trigo cae en tierra y muere (imagen para su propia pasión, a la que Judas da inicio con su traición); quien muere para dar fruto, en realidad está amando la vida verdadera, la vida eterna, y no se aferra a esta existencia como lo absoluto (Jesús habla hoy de ir a un lugar a donde no pueden acompañarlo); para alcanzar esa vida eterna es necesario ser servidor (como lo explica plásticamente el gesto del lavatorio de los pies), como es servidor el Hijo del Hombre dando la vida; mediante ese servicio, el Hijo glorifica al Padre y el Padre glorifica al Hijo.

El lavatorio de los pies aparece como clave hermenéutica de la pasión de Jesús, y de toda su vida. Su convencimiento está en la transmisión de la vida de Dios. El Hijo ha venido al mundo para que lo seres humanos participen en la dinámica de la vida de Dios, que es amor. El amor se expresa de muchas maneras, pero su máxima y definitiva palabra está en el martirio. En la misma situación de los discursos de la última cena, Jesús les dirá a sus íntimos: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos” (Jn. 15, 13). Esta frase, como es clásico en la escritura joánica, hace inter-texto con la perícopa litúrgica en dos puntos:

El mandamiento nuevo. Jn. 15, 12 les repite el mandamiento que tenemos en Jn. 13, 34. Este es el mandamiento nuevo y propio de Jesús. Para ser claros, no podemos afirmar que el amor sea ajeno al Dios reflejado en el Antiguo Testamento, y por eso es preciso aclarar qué significan estas dos cualidades. Lo nuevo no es un invento jesuánico, sino la calidad de ese amor. Es novedoso porque no se rige por las leyes del amor social y legislativo de amar a quien nos corresponde, o devolver bien por bien, o amar a los que piensan igual, creen igual y nos aceptan. El amor propuesto por Jesús es, como bien lo supo expresar Mateo, amar a los enemigos (cf. Mt. 5, 44), “porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener?” (Mt. 5, 46a). En esta línea podemos entender, también, que Jesús se apropie del mandamiento como suyo. Él puede apropiárselo porque lo ha hecho carne, ha amado a los enemigos, ha dado la vida por aquellos que se la quitan.

Los amigos traidores. En Jn. 15, 13 Jesús asegura que nadie tiene mayor amor que aquel que da la vida por los amigos. Así a secas, sin contexto, este versículo parece contradecir lo que acabamos de presentar. ¿No tendría mayor amor el que da la vida por los enemigos? Pues bien, la frase cambia de sentido cuando recordamos que, al inicio de la cena, las traiciones de Judas y Pedro se hicieron evidentes y palpables. Ahora podemos decir que nadie tiene mayor amor que aquel que da la vida por los amigos, aún y sobre todo, cuando éstos lo han traicionado.

¿Cómo se glorifica, Dios, entonces? En el amor. No se glorifica en la venganza, en el poder destructivo, en su condición soberana, en su eternidad ni en su omnipresencia. La gloria de Dios es el amor. Y el Hijo, que da gloria a Dios, ama hasta el extremo de ser fiel a ese amor, aún cuando todo indica lo contrario, cuando la traición de los amigos demuestra que el amor puede no ser correspondido, y que quien ama con pasión, puede terminar asesinado. Persistir en el amor, a pesar de esta situación contraria, a pesar de experimentar, de primera mano, que el amor es rechazado, es glorificar a Dios. A veces predomina la imagen celestial de la gloria, del éxito, del triunfo aplastante. Y en Jesús tenemos la imagen terrenal de la gloria, que se hace parábola en el lavatorio de los pies. Dios se glorifica sirviendo, en la cruz, en la entrega, en la vida dada.

¿Y cómo se glorifica el hombre, entonces? ¿Es válido pensar en la glorificación humana? De alguna manera, el título cristológico de Hijo del Hombre apunta en la dirección de la plenitud humana. El Hijo del Hombre es el Humano Pleno. En el Evangelio según Juan, este episodio que leemos hoy es la última oportunidad en que se utiliza el título hasta el final del libro. Y considerando la clásica división del Evangelio en dos partes, la primera hasta el final del capítulo 12 (el libro de los signos) y la segunda a partir del capítulo 13 (el libro de la hora), esta es la única mención de la segunda parte al Hijo del Hombre. Jesús, el Humano por excelencia, revela que el Hijo del Hombre se glorifica lavando los pies y siendo fiel a pesar de la traición de sus amistades. En esa trama, la verdadera glorificación se da cuando ocurre el abajamiento o la des-glorificación social. Si para el mundo es glorioso el triunfador, el rico, el que ostenta el poder, el que manda sobre otros; para el Evangelio es glorioso el que sirve, el que fracasa por ser fiel a Dios y al Reino, el pequeño, el pobre, el que se hace último, el que da la vida. Es glorioso el que ama y no deja de amar, aunque alrededor todo invite a abandonar la fidelidad. El reflejo de la verdadera humanidad está en Jesús, quien se glorifica amando.

El mandamiento nuevo es un cimiento eclesiológico y misionológico. ¿Cómo damos a conocer al Maestro que seguimos? Amando. ¿Cómo predicamos el Evangelio? Amando. ¿Cómo concretamos la utopía del Reino? Amando. Esta novedad del mandamiento del amor exige una transformación en consecuencia. Si es novedoso, quiere decir que los cánones antiguos y establecidos jurídicamente para amar no sirven, han caducado. Este es un amor nuevo porque, para la Iglesia, significa amar a sus detractores, esos que con mala saña buscan desprestigiar la comunidad; significa amar a los que abandonan la comunión; significa amar al que piensa distinto, al de teología diferente, al que celebra con otro rito. La propuesta es ser Iglesia desde la eliminación de los grandes anatemas hasta el perdón de las actitudes cotidianas que lastiman. Verdaderamente, nadie está exento de amar al otro, ni en el Vaticano ni en la pequeña comunidad eclesial de base del barrio.

A la Iglesia le cuesta siempre el discernimiento sobre cuál es el punto de partida para la evangelización. En algunos casos se elige la apocalíptica mal entendida, con las imágenes tenebrosas de rigor y el mensaje de condenación; en otros casos se elige la negociación con detrimento del Evangelio, adaptando lo inadaptable para no ser rechazado. El hecho de amarse los unos a los otros como puntapié de la evangelización se sitúa en una situación superior a las dos opciones que mencionamos. El amor, al contrario que la condenación, es puerta siempre abierta a la esperanza. Dios no es un monstruo ávido de almas para enviar al infierno; Dios es el Amor incondicional, el Único que está cuando todos se han ido, el que permanece al lado en la tribulación. Cuando la Iglesia ama, reproduce la puerta abierta que es Dios; amando, la comunidad eclesial abre una oportunidad al que no la tiene, al que no la esperaba, al que se daba por condenado. Por otro lado, el hecho de amarse los unos a los otros evita la negociación, porque lo absoluto es el amor, y lo demás se vuelve secundario, periférico o accesorio. Amando, no se negocia la vida de los pobres ni la exclusión de los discriminados. Se ama y punto; quien está dispuesto a abrirse a esa novedad, es bienvenido, y quien la rechaza, se autoexcluye, porque el amor está, pero sólo lo experimenta el que lo deja entrar a su existencia.

Pastoralmente, la otra gran preocupación de la Iglesia es cómo presentar no sólo el Evangelio del Reino, sino a su revelador, a Jesús. ¿Qué decir de un hombre que parece haber sido reducido a un judío profeta, itinerante, místico e inconformista de hace veinte siglos? Quizás convenga presentarlo desde esta dinámica de fidelidad al amor que lo llevó a permanecer convencido de Dios hasta en el peor momento. Cualquiera puede reconocer, hace dos mil años o ayer mismo, que la traición del amigo es demasiado dolorosa como para seguir confiando y creyendo. Pues bien, Jesús es ese que confió y creyó cuando los amigos lo traicionaban, y no contento con eso, los siguió amando hasta el final, sin renunciar ni rechazar las consecuencias de ese amor, en el peor de los casos para el que ama, que es no ser correspondido. Jesús es más que un judío gustoso de caminar; Jesús es el modelo de la humanidad nueva y plena, capaz de amar a pesar de los disgustos y las decepciones. La humanidad nueva puede transformar el mundo y las relaciones, puede soñar con la paz, con la dignidad igualitaria, con la justicia omnipresente, con el Reino de Dios. La humanidad nueva ama, y lo demás viene por añadidura.

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EL MENSAJE DEL DOMINGO : V Domingo de Pascua (JUAN 13,31 33a.34 35) - Ciclo C



Hoy la Palabra de Dios nos invita a meditar sobre el mandamiento nuevo que Jesús les dio a sus primeros discípulos, y a través de ellos a todas las personas que iban a creer en Él. Profundicemos en su significado, para que este mandamiento vaya calando en nuestra vida y nos identifiquemos cada día más con él.

1. “Les doy este mandamiento nuevo”

En primer lugar, Jesús habla de un mandamiento. Pero ¿puede el amor ser objeto de un mandato? ¿No es más bien la consecuencia obvia del reconocimiento del amor recibido? Sin embargo, Jesús dice que es un mandamiento. ¿Por qué? La razón la podemos encontrar en su contenido. Jesús no dice ámenme a mí, sino ámense los unos a los otros. Todas las sabidurías han expresado de distintas formas la llamada regla de oro de las relaciones humanas: no le hagas a otros lo que no quieres que te hagan a ti, o trata a los demás como esperas que los demás te traten a ti, lo cual equivale a la famosa máxima bíblica que dice: ama a tu prójimo como a ti mismo.

Jesús le da un nuevo sentido a esta norma ética. Por eso dice que se trata de un mandamiento nuevo, porque nunca antes la regla de oro había sido expresada en los términos empleados por Él, indicando como referente definitivo no el amor que uno se tiene a si mismo, sino el ejemplo dado por Él mismo con la entrega de su propia vida. Los amó hasta el extremo (Jn 13, 1) dice el Evangelio al comienzo del mismo capítulo del cual se ha extractado el texto de este domingo. ¿Hasta qué extremo? Pues hasta derramar la última gota de su sangre desde su corazón abierto, como lo indica el mismo Evangelio más adelante al concluir el relato de lo sucedido en el Calvario (Jn 19, 34).

2. “Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros”

Hemos indicado anteriormente que Jesús no dice ámenme a mí, sino ámense los unos a los otros. Esto quiere decir que el amor, la más importante de las tres llamadas teologales -fe esperanza y amor-, en el nuevo sentido que le ha dado Jesús tiene como referente inmediato al prójimo, precisamente porque es amando al prójimo como podemos mostrar nuestro amor a Dios, y como dice otro texto procedente del mismo apóstol Juan, si alguno dice “Yo amo a Dios” y aborrece a su hermano, es un mentiroso. Pues el que no ama a su hermano, al que ve, no es posible que ame a Dios, a quien no ve” (1ª Carta de Juan 4, 20).

Ahora bien, Jesús se nos presenta a sí mismo como el modelo de este amor: como yo los amo a ustedes, como yo los he amado. Se trata del amor compasivo que canta el salmo responsorial -El Señor es tierno y compasivo, es paciente y todo amor [Salmo 145 (144), 8-9. 10-11.12-13ab]- hasta las últimas consecuencias. Ante esta muestra de su amor, ¿cómo estamos nosotros respondiendo? Siempre tendremos que reconocer que aún nos falta mucho para identificarnos con el amor de Dios manifestado en Jesucristo, y por eso sigue vigente lo que en la primera lectura (Hechos de los Apóstoles 14, 21b-27), se nos cuenta que decían los apóstoles Pablo y Bernabé: que para entrar en el Reino de Dios hay que sufrir muchas aflicciones”, es decir, hay que solidarizarse compasivamente con todos los seres humanos, en especial con los que sufren.

3. “Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son
discípulos míos”

La comunidad cristiana que empezó a formarse en Jerusalén a partir de la resurrección de Jesús se distinguió por el amor que se tenían los unos a los otros. Esta era y sigue siendo la forma más eficaz de proclamar la Buena Nueva de Jesús resucitado, consistente en el anuncio de lo que nos indica la segunda lectura de este domingo: un cielo nuevo y una tierra nueva, simbolizados en la imagen de la nueva Jerusalén descrita en el Apocalipsis (21, 1-5a), de acuerdo con lo que significa el nombre Jeru-salem: lugar de paz. Vean cómo se aman, escribió Tertuliano, a fines del siglo II después de Cristo, que exclamaba la gente ante el testimonio vivo de la forma en que se trataban unos a otros los creyentes en Cristo. ¿Podríamos decir nosotros lo mismo hoy de nuestra Iglesia, en la que a menudo encontramos odios, envidias, intrigas, rencores, abusos y manifestaciones de violencia o de indiferencia ante la miseria y el dolor de los demás? La Palabra de Dios nos invita hoy a preguntarnos qué hemos hecho, qué estamos haciendo y qué debemos hacer para cumplir a cabalidad el mandamiento nuevo del amor que nos dejó Jesús como su última voluntad antes de su muerte en la cruz, y que nos repite hoy desde su vida resucitada y gloriosa.

En el conocimiento y la práctica de este mandamiento debe centrarse la educación cristiana. Tal es el sentido de la Jornada Mundial de la Infancia Misionera que celebra este domingo la Iglesia Católica. La institución así llamada, nacida en 1843, tiene como objetivos formar a los niños en la universalidad de la misión de dar a conocer el amor de Jesús e iniciarlos en el desprendimiento y la generosidad, llamando la atención sobre los niños que sufren hambre y deficientes condiciones de salud, falta de educación, situaciones de guerra y conflictos armados, esclavitud laboral, abandono social, explotación sexual. En 1922, el Papa Pío XI la constituyó como Obra Pontificia para suscitar en los niños el deseo de ayudar a otros niños con la oración y la colaboración económica, y así promover en los más pequeños la dimensión misionera universal. La Infancia Misionera ha prestado ayuda a millones de niños y niñas de todo el mundo, y sus ofrendas se emplean cada año para colaborar con las Iglesias de destino en la ejecución de unos 4.000 proyectos a favor de los niños más necesitados del mundo.

Al iniciar este mes de mayo, dedicado especialmente a la veneración de María santísima, la Madre de Jesús y Madre de la Iglesia de la que formamos parte todos los bautizados en Cristo, invoquemos su intercesión para que ella nos ayude identificarnos cada día más con su Hijo, de modo que nos amemos de verdad los unos a los otros como Él mismo nos mostró que Dios nos ama, y así demos un auténtico testimonio de la fe que profesamos.-

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Comentario seglar al Evangelio del domingo 2 de mayo 2010, V de Pascua

Publicado por Ciudad Redonda

NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)
Jesús aborda dos temas, favoritos del evangelista: la gloria y el amor.
Acaece durante la última cena, tras lavar los pies a sus discípulos, e inmediatamente después de que le diera un trozo de pan mojado al que lo traiciona. El texto litúrgico trae un añadido para poner el contexto: "Cuando salió Judas del Cenáculo..."
Jesús dice que la entrega de su vida -que va a ser "pronto"- manifiesta su gloria (se refiere a sí mismo como "Hijo del hombre") y la gloria de Dios.
Como le "queda poco tiempo de estar entre vosotros", da a conocer su última voluntad, a la que llama "mandamiento nuevo", presentándose así como un nuevo Moisés (que había dado los diez mandamiento). Tal será "la señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos" -por tanto es algo que pide sólo a su comunidad de seguidores- y consiste en el amor mutuo ("unos a otros", por dos veces insiste en que ha de ser recíproco entre sus discípulos) concretado en el servicio mutuo ("como yo os he amado", siendo así que nos "amó hasta el extremo" -13,1- expresado con el gesto de "lavar los pies de los discípulos" -13,5-). Ya había hablado antes sobre este servicio recíproco ("también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros" -13,14) y cómo es Él el punto de referencia ("os he dado ejemplo para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros" -13,15). Por tanto, se modifica el antiguo punto de referencia: "Ama a los demás como a ti mismo". Este "amor extremo" de Jesús se manifiesta en la entrega de su vida, también sus discípulos han de desvivirse unos por otros.
El texto litúrgico omite 13,33b que introduce un tema del que hablará más tarde: "a donde yo voy vosotros no podéis venir"


DESDE EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
(matrimonio, padres de dos niños, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana)
Qué maravillosas palabras en un día como el 2 de Mayo. Primero porque es el mes de María,la madre de Dios y después, porque, aunque desconozcamos la razón, hay muchos que dicen que solo hay detrás motivos comerciales, es el día de la madre. Y este día, hablamos de amor. Lo primero que se nos viene a la mente, es que una madre sacrifica muchas cosas por amor, pero eso también es una bendición. Lo otro es secundario. Lo otro, aunque no se entienda bien por algunas personas: trabajo, ocio, estar estupenda, los amigos... todo se queda atrás por preparar meriendas, curar pupitas, (de todo tipo, desde heridas en la piel, dolores de barriga y fiebre, hasta dolores de desamor, e incluso, en ocasiones, por desgracia, cuestiones algo más graves), bañarlos a diario, hacer sus deberes, estudiar sus exámenes, sonreir a sus amigos aunque no te gusten demasiado, abrazar sus intereses, tener paciencia con sus devaneos y aguantar incluso sus desplantes. Pero, fíjate que, solo el amor, es señal de Dios, así y solo así, nuestros hijos, nuestros padres, o nuestros hermanos, conocerán a Dios, y nos conocerán como sus discípulos. No por lo que digamos, no por lo maravillosos que somos como padres, o como hijos, o como hermanos, sino únicamente, por amar. No hay otra. Que Dios bendiga a todas las madres, es decir, aquellas mujeres que aman como El ama.

DESDE LA ENFERMEDAD
(mujer casada, dos hijas, de baja laboral, padece cáncer)
El evangelio de este domingo nos da la clave para solucionar los problemas que vivimos en este mundo: El amor.
Nuestra condición humana egoísta, vanidosa, envidiosa.... nos dificulta una y otra vez el ejercicio de amar. Desde que nacemos recibimos el amor de nuestros padres gratuitamente, pero incluso ellos, acrecientan este sentimiento a medida que crecemos, sólo por el mero hecho de sentirse correspondidos. Realmente necesitamos que nos quieran para poder querer o tal vez para querer más.
Es posible que algunos les cueste querer a Dios porque todavía no son conscientes del inmenso amor que el derrocha con nosotros cada día. Si cada uno de nosotros nos detuviéramos y pensáramos en las manifestaciones diarias del amor de Dios, no sería mucho más fácil imitarle. Dios nos manifiesta su amor constantemente, con nuestra familia, amigos, en el trabajo y también en nuestros `problemas, contrariedades, desengaños,en la enfermedad. Nos ayuda a ser optimistas y a confiar en El.
Si todos nosotros manifestáramos nuestro amor a los demás diariamente, ¿no se acabarían los problemas de éste nuestro mundo?

DESDE LOS ABUELOS
(matrimonio, jubilados, ocho nietos, pertenecen a grupo de matrimonios)
Han pasado dos milenios desde que Jesús nos dejo el mandamiento nuevo del Amor Fraterno y no digamos los siglos que han pasado desde que Moisés transmitió a su pueblo los diez Mandamientos, que Dios esculpió en las tablas en el monte Horeb. Pues bien, la atención que, en este dilatado tiempo, hemos prestado los humanos, incluidos, por supuesto, los que nos llamamos cristianos, a estos mandamientos ha ido dirigida, fundamentalmente, al quinto, al sexto, al séptimo, al octavo, al noveno, al décimo, más de pasada al tercero y al cuarto y ya, como algo decorativo y que quedan muy bonito, EL PRIMERO Y EL SEGUNDO, pero que son, salvo para los seres cuyos nombres figuran en el santoral (y no todos), muy difíciles o imposibles de cumplir. Tampoco, creo, nos hemos puesto con el debido ardor a esa tarea. No hay más que leer la prensa o ver y escuchar a los distintos medios de información. No digamos en las relaciones particulares y privadas de todos nosotros. Por supuesto que hay excepciones, pero la mayoría de nosotros hacemos muy poco porque el Reino de Dios progrese. Las palabras están muy desacreditadas, hay que actuar. Si Dios hubiese querido resaltar otros mandamientos, lo habría hecho, pero la mayor importancia se la dio al primero, agregándole que además de a Dios hay que amar al prójimo como a nosotros mismos. ¿Cómo vamos a querer a Dios, al que no vemos, si no amamos (y a veces incluso odiamos) al ser humano que tenemos al lado y que vemos todos los días?.
Nos aterra que nuestros nietos, a la vista de estos ejemplos, se desvíen de los caminos del Señor. Principalmente es nuestra responsabilidad. Que Dios haga alardes de su misericordia con nosotros.

DESDE LAS PERSONAS SIN HOGAR
(hombre, casado, trabaja, pertenece a comunidad cristiana, voluntario de patrulla de calle en ONG católica)
Como hacemos con cualquier persona a la que conocemos, a las personas sin hogar las saludamos con un beso o un abrazo. Sin embargo, un gesto tan común en la vida de la gran mayoría de las personas, es visto de manera distinta cuando al menos uno de los implicados es un sin techo. Me explico: situaciones tan cotidianas como sentarse a hablar con un amigo en un banco, tomarse un café en un bar con un familiar o estrechar la mano a un conocido, dejan de ser situaciones normales si una de las personas es un sin hogar; hagan la prueba y verán cómo al poco tiempo se sentirán observados, pues son gestos que sin duda llaman la atención de muchas personas, que miran extrañadas lo inusual del “acontecimiento”. No termino de acostumbrarme a estas situaciones, y no lo digo porque me importe lo que puedan pensar los demás, sino porque a mi juicio demuestran la progresiva deshumanización que sufre una buena parte de la sociedad. A pesar de ello prefiero ver el vaso medio lleno, ya que también conozco a otros muchos hombres y mujeres que, viviendo el mandamiento del amor, no como una obligación, sino como la razón de su existencia, demuestran con sus obras ser auténticos discípulos de Jesús resucitado.

DESDE EL TRABAJO
(hombre, casado, dos hijas, empleado de empresa; el matrimonio pertenece a comunidad cristiana)
Me llama la atención que Jesús diga esto al final de su vida, "que os améis los unos a los otros como yo os he amado". Su ejemplo nos lo ha dado durante toda su vida y al final nos dice que nos fijemos en él.
Se nos reconocerá porque nos amamos entre nosotros, pero resulta difícil encontrar en el trabajo a algún compañero que sea cristiano. En mi empresa éramos unos 200 y sólo encontré a uno, que al tiempo se fue. Tomándome la libertad de extrapolar, en lugar de fijarme sólo en los discípulos de Jesús me fijo en aquellos que aún no llamándose cristianos sí tienen actitudes cristianas, y me doy cuenta de que no me he esforzado en entablar una relación con ellos lo suficientemente real como para dar amor.
En el trabajo nos encontraremos con muchos tipos de gente distinta y con algunos será difícil la convivencia, pero si con los que son más afines no nos esforzamos en dar amor, cuánto más difícil será el trato con el resto.

PARA REZAR
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Padre Bueno y Dios nuestro, Tú eres Amor
y tan sólo Tú puedes enseñarnos a amar.
Sólo si nos dejamos iluminar por la Luz de tu Amor,
podremos ser verdaderos discípulos y testigos tuyos.
Tu Voz, Dios Padre nuestro, y tus consejos
alientan y fortalecen nuestro corazón.
Padre Misericordioso, ayúdanos
y no permitas nunca que la negatividad,
nuestras contradicciones y nuestra fragilidad
nos hagan sucumbir ni nos alejen de tu Amor.
Tú, Dios Padre nuestro, eres Misericordia
y nos enseñas cada día que la verdadera fuerza
y el Gran Poder que da sentido a nuestra vida
es el amor a Ti y a nuestro hermanos.
Nosotros queremos seguirte a través del amor solidario,
mostrando, con alegría, Tu Amor a cada persona
del mismo modo que Tú nos amas.
Perdona nuestras faltas de caridad con el prójimo
y permanece siempre con nosotros en medio del mundo
para enseñarnos a amar cada día. Amén.


PARA VIVIR ESTA SEMANA
(matrimonio, trabajan ambos, pertenecen a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
Si Jesús no hubiese resucitado, si el fin de todo hubiese sido el sepulcro, las cosas hubieran sido bien distintas... Pero la resurrección llegó, para dar gloria al Señor, para dar gloria a su vida, para darle un verdadero sentido. Y desde esa resurrección, llegó también la gloria de Dios; Él es el misterio que lo envuelve todo, que supera toda palabra y todo pensamiento. Llegó la gloria de su poder, la gloria de su bondad…
Os proponemos durante esta semana dar un paso de gigante en vuestra resurrección, salir de cualquier “sepulcro” por pequeño que sea en el que estéis metidos. Y os invitamos a hacerlo alabando a Dios cada día al iniciar la jornada o al terminarla, en un momento concreto, sintiendo el poder de su grandeza, el cobijo de su amparo. No hay medio más eficaz para el crecimiento personal, para "lograr lo insospechado", que el encuentro constante con el Padre, como lo hacía Jesús. Él mismo, además, nos propone el medio para resucitar a cualquier muerte en la que nos encontremos… AMAR. Pero no de cualquier modo, sino como Él nos amó. Amarnos los unos a los otros. A los ojos del mundo, esta es una tarea poco cómoda y nos dirían que de pocos beneficios a corto plazo. Lo que prima en nuestra sociedad es el “yo primero y el yo más”. Pero el amar a los demás hasta que nos duela, como hizo Jesús, no sólo nos construye como personas o nos lleva a sacar lo mejor de nosotros mismos, sino que es fuente de paz y de refuerzos constantes… A la larga será VIVIR EN PLENITUD…

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Noticias Misioneras del Mundo: 30 de Abril de 2010


* Intención misionera para el mes de mayo
* Exposición carteles del Domund en Tarragona y Jornada Misionera
* Una comunidad religiosa en la sede nacional de OMP en Argentina
* La diócesis brasileña del Bom Jesus do Gurguéia celebra los 50 años de sacerdocio de Mons. Ramón Carrozas

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Intención misionera para el mes de mayo

OMPRESS-ROMA (30-04-10) Para que los ministros ordenados, las religiosas, religiosos y los laicos comprometidos en el apostolado, sepan infundir entusiasmo misionero a las comunidades confiadas a su cuidado, es la intención misionera indicada por el Santo Padre Benedicto XVI para el mes de mayo.

Benedicto XVI, en su exhortación apostólica postsinodal Sacramentum Caritatis, recordaba a los sacerdotes fidei donum, verdaderos promotores del entusiasmo misionero en sus comunidades:

“Es necesario tener mayor fe y esperanza en la iniciativa divina. Aunque en algunas regiones haya escasez de clero, nunca debe faltar la confianza en que Cristo seguirá suscitando hombres que, dejando cualquier otra ocupación, se dediquen totalmente a la celebración de los sagrados misterios, a la predicación del Evangelio y al ministerio pastoral. Deseo aprovechar esta ocasión para dar las gracias, en nombre de la Iglesia entera, a todos los Obispos y presbíteros que desempeñan fielmente su propia misión con dedicación y entrega. Naturalmente, el agradecimiento de la Iglesia se dirige también a los diáconos, a los cuales se les imponen las manos no para el sacerdocio sino para el servicio. Como ha recomendado la Asamblea del Sínodo, expreso un agradecimiento especial a los presbíteros fidei donum, que con competencia y generosa dedicación, sin escatimar energías en el servicio a la misión de la Iglesia, edifican la comunidad anunciando la Palabra de Dios y partiendo el Pan de Vida. Por último, hay que dar gracias a Dios por tantos sacerdotes que han sufrido hasta el sacrificio de la propia vida por servir a Cristo. En ellos se ve de manera elocuente lo que significa ser sacerdote hasta el fin. Se trata de testimonios conmovedores que pueden impulsar a muchos jóvenes a seguir a Cristo y a dar su vida por los demás, encontrando así la vida verdadera”.


Exposición carteles del Domund en Tarragona y Jornada misionera

OMPRESS-TARRAGONA (30-04-10) Con motivo del Año Jubilar Sacerdotal y bajo el lema “Fidelidad de Cristo, fidelidad de los sacerdotes”, se ha realizado una exposición en Tarragona en la que se muestra una recopilación temática de carteles del Domund de diversas épocas, con el título: “14 imágenes en el mundo”. Una exposición de gran interés para poder seguir la evolución del mensaje que se transmite en el Domingo Mundial de la Propagación de la Fe.

Joan Solé Fa, hermano de un misionero tarraconense, explica a Ompress que “contemplando los carteles de la primera época no pude evitar verme transportado a un domingo de octubre, cargado de ilusión, y con una “cabeza de chino” amarillo y brillante en las manos, por las calles de Tarragona compitiendo encarnizadamente con los compañeros de clase para llenarlo de dinero hasta arriba. Creo que, quien más quien menos, todos los de una cierta edad tuvimos evocaciones parecidas y un poco de nostalgia. Ciertamente, los tiempos, los mensajes y las formas cambian, y la exposición es una acertada muestra”.

Por otro lado, y como cada año, la familia misionera de la diócesis se reunía el pasado día 17 de abril en una nueva Jornada de Tarragona Misionera, esta vez, cumpliendo con el carácter itinerante del Encuentro, en el Arciprestazgo del Baix Penedès. La jornada se inició con el encuentro de misioneros, familiares y amigos de misioneros en la iglesia parroquial de Sant Salvador del Vendrell, recibidos por el sacerdote Josep Mª Barenys. “Esta iglesia”, les dijo mosén Barenys, “no es sólo un edificio o un organigrama de grupos o servicios. Por encima de todo es familia, pueblo de bautizados, que camina con gozo con la idea de vivir el Evangelio de Cristo”.

Los participantes visitaron la iglesia, reconstrucción barroca de la del siglo XV, acabada en 1739 y marcada por la huella del gran arquitecto Jujol, especialmente presente en el altar mayor y en la capilla del Santísimo. También visitaron la casa nativa de Pau Casals, y la nueva escuela de música “Pau Casals” y del auditorio anexo.

Finalizó la jornada misionera en la ermita de Sant Salvador, iglesia de origen románico situada en el barrio marítimo y que fue parroquia del Vendrell en tiempos pasados. Las pequeñas dimensiones y el cuidado estado del recinto invitaban al recogimiento. El canto del “Ave” a la Madre de Dios de Sant Salvador de Mar, dirigido por Mª Dolors Jané, fue el preludio de la Eucaristía, concelebrada por todos los sacerdotes presentes en el Encuentro. “Las palabras de Mn. Barenys hicieron volar nuestros pensamientos hasta tierras lejanas”, cuenta Joan que participó en dicho encuentro, en el que todos tuvieron la oportunidad de aportar sus experiencias, anécdotas, opiniones, y todo aquello que en el entorno del mundo misionero querían compartir con sus amigos, compañeros y familiares.



Una comunidad religiosa en la sede nacional de OMP en Argentina

OMPRESS-ARGENTINA (30-04-10) A partir del 1 de junio de 2010 la sede nacional de las Obras Misionales Pontificias de Argentina contará con la presencia de una comunidad religiosa de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José.

El padre Osvaldo Pablo Leone, director nacional de OMP Argentina, manifiesta estar “profundamente agradecido a Dios y a la intercesión de San José, a quien he encomendado este deseo de tener en la sede nacional una comunidad de esta Congregación de origen argentino, cuya fundadora es la Venerable Madre Camila Rolón, quiero compartir con todos esta gracia que el Señor nos ha concedido.

Agradezco de corazón la generosidad de esta querida congregación, que ha aceptado este servicio a la Iglesia, con una gran confianza en la Providencia de Dios, que no se deja ganar en generosidad. Destaco la apertura misionera de su Superiora General, la Madre Raquel Brambilla y de cada una de las hermanas de la Congregación”.


La diócesis brasileña del Bom Jesus do Gurguéia celebra los 50 años de sacerdocio de Mons. Ramón Carrozas

OMPRESS-BRASIL (30-04-10).El obispo de la diócesis del Bom Jesus do Gurguéia, Brasil, Mons. Ramón López Carrozas, presidió el sábado, día 24, la Santa Misa en Acción de Gracias por sus 50 años de sacerdocio. Participaron en dicha celebración varios obispos del Regional Nordeste 4 de la CNBB (Piauí) y todo clero diocesano, seminaristas, autoridades y comunidad católica de la región.

La misa fue transmitida en directo por las radios Cultura FM de San Raimundo Nonato, Cultura FM de Picos y Cristo Rey de Oeiras. La familia del obispo pudo acompañarle en la celebración a través de internet, y en la web de las radios.

Durante la homilía, Mons. López Carrozas habló sobre la convivencia en colaboración con el prójimo, narró algunas experiencias de los años como sacerdote en el estado de Río de Janeiro y como obispo en el Piauí, y agradeció a sus padres y profesores que lo educaron para la vida, y a los fieles que trabajan en beneficio de cada parroquia.

Este obispo español nació en Sarria, Lugo, el día 31 de agosto de 1937, estudió Filosofía en Mosteiro de Poyo, Pontedreva; estudió Teología en la Universidad de Salamanca, donde también obtuvo la licenciatura en Teología Dogmática. Se ordenó sacerdote el día 10 de abril de 1960.

Antes del episcopado fue rector del Seminario Menor durante siete años, profesor de Psicología en la escuela Normal y Seminarios, y párroco en Río de Janeiro durante siete años. Ordenado obispo el día 27 de mayo de 1979, fue obispo auxiliar del Bom Jesus do Gurguéia hasta 1989.

El obispo de Parnaíba, Mons. Alfredo Schaffler hizo uso de la palabra, y en nombre de todos los obispos presentes, ensalzó y agradeció la figura del obispo, toda su historia y conquistas adquiridas a lo largo de estos años. El alcalde de la ciudad de Bon Jesus, Alcino Piauilino, le agradeció también el trabajo realizado al frente de la diócesis.

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Evangelio Misionero del Día: Sabado 01 de Mayo de 2010 - CUARTA SEMANA DE PASCUA


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 14, 7-14

A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos:
«Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto».
Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta».
Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?
El que me ha visto, ha visto al Padre.
¿Cómo dices: "Muéstranos al Padre"?
¿No crees
que Yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?
Las palabras que digo no son mías:
el Padre que habita en mí es el que hace las obras.
Créanme: Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí.
Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro
que el que cree en mí
hará también las obras que Yo hago,
y aún mayores,
porque Yo me voy al Padre.
Y Yo haré todo lo que ustedes
pidan en mi Nombre,
para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si ustedes me piden algo en mi Nombre, Yo lo haré».

Compartiendo la Palabra
Por Rosa Ruiz, rmi

Pablo y Bernabé anunciaron el Evangelio sin contemplaciones ni paños calientes… y claro, eso molesta. Así que “los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad y provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé expulsándolos del territorio”. Hasta ahí, posiblemente, nada que nos extrañe y que no se vaya repitiendo a lo largo de la Historia. Sí me llama la atención su reacción: ellos se fueron tranquilos, sacudiendo el polvo de los pies. Y en medio de todo, “los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo”. ¡Qué interesante actitud! ¿Te imaginas que nosotros, los discípulos de hoy, nos quedáramos llenos de alegría y Espíritu Santo cuando se someta a la Iglesia o a algunos de sus miembros a la persecución social o escarnio público?

Más aún: ¿podría ser un criterio apostólico irnos de donde nos echan y sacudir el polvo de los pies donde no se nos quiere? ¿Tendremos que hacerlo más en vez de apoltronarnos en algunas posiciones como si fueran lugares obligados y eternos de nuestro anuncio y presencia?

Difícil este discernimiento. Quizá incluso nos parezca que sobrepasa nuestras fuerzas, pero el mismo Jesús nos recuerda en el Evangelio que si permanecemos en Él –y con Él, en el Padre-, haremos sus obras… ¡y aún mayores! Permanecer, permanecer… ¡qué hermosa palabra!

Permanecer y no encallarme amarrado a nada. Pues quien se queda al grito de: “¡y nadie me mueve de aquí!”, cierra las puertas y ventanas a la novedad del Espíritu, se convierte él mismo en Dios y Señor de su vida, aunque quiera seguir al Resucitado….
Permanecer y no andar de un lado a otro como una veleta. Pues quien permanece apuesta por aquello donde se queda. Quien sólo se queda “mientras dure el momento”, no apostará, no invertirá sus bienes y su vida a tiempo completo…

San José, que hoy celebramos como obrero, en la Fiesta del Trabajo, supo permanecer: ni cambiar a mi gusto ni empeñarme en para siempre. José, el obediente, no el sumiso. José el hombre realista y sereno, trabajando para sacar adelante a su familia. Y no de cualquier forma. No a cualquier precio. Quizá por eso fue tan significativo que la Iglesia transformara un día marcado por el odio y el enfrentamiento social (¡era 1955!: diferencia de clases, injusticias, gritos, lucha, explotación…) en una fiesta litúrgica. Pío XII decía:

"Tomado en este sentido por los obreros cristianos el 1 de mayo… lejos de ser fomento de discordias, de odios y de violencias, es y será una invitación constante a la sociedad moderna a completar lo que aún falta a la paz social. Fiesta cristiana, por tanto; es decir, día de júbilo para el triunfo concreto y progresivo de los ideales cristianos de la gran familia del trabajo. A fin de que os quede grabado este significado... nos place anunciaros nuestra determinación de instituir, como de hecho lo hacemos, la fiesta litúrgica de San José Obrero”.

Igual en el ámbito social, como en el religioso, como en tu vida cotidiana y en tu vocación, no todo vale. La fidelidad es otra cosa. La fidelidad permanece, no se estanca ni depende del viento o de mis gustos y sentimientos. Es la fidelidad silenciosa, discreta y eficaz a la vez en la que permaneció José, el obrero.

Vuestra hermana en la fe,
Rosa Ruiz, misionera claretiana

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Bicentenario de Argentina: Con María construyamos una Patria para todos


Publicado por OMP Comunicacion

El próximo 8 de mayo a las 15, el Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina, invita a todos los argentinos a realizar un gesto nacional para celebrar el Bicentenario.
El mismo consiste en encender una vela y en rezar una oración por la Patria.
Habrá un Acto Central frente a la Basílica de Luján como así también en distintos puntos de la Argentina
Bajo el lema “Con María, construyamos una Patria para todos”, el Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina (DEPLAI), convoca a las 15 horas a todo el país a encender una vela, que simbolizará el pedido de una luz nueva de Esperanza para la Argentina, y a rezar una oración por la Patria, por lo que se sugiere que se haga en todas las plazas, en todos los hogares y en todas las calles del país.
Ese día, el acto central que será transmitido por el Canal 21 del Arzobispado de Buenos Aires, se hará en la plaza frente a la Basílica de Luján, con una misa presidida por el cardenal Jorge Bergoglio a las 15.15hs. Luego se realizará una celebración ciudadana que consistirá en un gesto de convivencia interreligiosa con el testimonio de creyentes cristianos y de otros credos. Luego un relato entre Mamerto Menapace y Luis Landriscina sobre los valores que construyeron la Patria, y la lectura de un manifiesto de la Esperanza por parte de los laicos.

El gesto del encendido de la vela y el rezo de la oración por la Patria, se hará en forma simultánea en distintos centros de devoción mariana del país como: Ntra. Sra. de Itatí en Corrientes, Ntra. Señora del Rosario de San Nicolás, Ntra. Sra. de Guadalupe de Santa Fe y Ntra. Sra. del Valle de Catamarca. Además en las catedrales de las ciudades de Salta, Jujuy, La Rioja y San Juan; como así también se realizarán actos en el Monumento a la Bandera de Rosario, en el monumento a San Martín de la ciudad de Neuquén, y en Bariloche, entre otras.
El evento continuará con una presentación de BANUEV con el Fragmento de Belgrano, El Musical y el cierre será con el Himno Nacional argentino.
Para mayor información comunicarse con:

Dr. Justo Carbajales, Director Ejecutivo del DEPLAI: (011) 154-404-5826
Claudia Avila, Prensa y Comunicación: (011) – 155-496-4520
info@deplai.org.ar
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CATEQUESIS: V Domingo de Pascua (JUAN 13,31 33a.34 35) - Ciclo C: Despedida de Jesús


Publicado por Catequistas.org

1. Notas sobre la Sagrada Escritura. Lecturas Litúrgicas del Domingo actual

Reflexiones sobre la Palabra de Dios

Los Apóstoles, después de la partida de Jesús, se sintieron persuadidos de lo que era la voluntad de Jesús que fueran por el mundo entero anunciado la salvación. Sintieron el deber de anunciar su mensaje a todo el mundo. San Pablo fue uno de lo primeros mensajeros, una vez que se convirtió por la acción del Señor.

La Iglesia le venera de modo especial por ser la figura de la que más datos se conservan, al haber quedado sus viajes misioneros recogidos en el libro de los Hechos. Pero la tradición nos dice que los demás apóstoles hicieron lo mismo y se extendieron por todo el mundo, desde la India (Santo Tomás), hasta Africa (S. Mateo) y hasta el fin de la tierra (finis terrae) en Iberia (Santiago). Todos ellos llevaron el mensaje de que el amor al prójimo era el principal distintivo del cristiano, pues era el único mandato dado por el Señor.

1ª Lectura. Hech 14. 21 a 27

La lectura nos recuerda las primeras actividades apostólicas de los discípulos de Jesús. En concreto se habla de San Pablo en su primer viaje misional. Son reflejos de cómo el celo y el amor a los hermanos, eco del amor de Jesús a sus discípulos, acompañó siempre sus admirables hazañas evangelizadoras.

Habiendo evangelizado aquella ciudad y conseguido bastantes discípulos, se volvieron a Listra, Iconio y Antioquia, confortando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a perseverar en la fe y diciéndoles: "Es necesario que pasemos por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios."
Designaron presbíteros en cada Iglesia y, después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
Atravesaron Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge la Palabra y bajaron a Atalía. Allí se embarcaron para Antioquía, de donde habían partido, encomendados a la gracia de Dios para la obra que habían realizado. A su llegada reunieron a la Iglesia y se pusieron a contar todo cuanto Dios había hecho juntamente con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. Permanecieron no poco tiempo con los discípulos.

Lectura 2ª . Apocalipsis 21. 1- 5

El mensaje de Jesús esta para ser entendido y vivido en el contexto de la Iglesia, esa comunidad que, como esposa celeste, ama a su Señor y refleja el amor de Dios a los hombres

“Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva - porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya.
Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo.
Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: "Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá = su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él Dios, con ellos, será su Dios.
Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado."
Entonces dijo el que está sentado en el trono: "Mira que hago un mundo nuevo."
Y añadió: "Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas."

Lectura 3ª . Juan 13. 31 a 35

Ese mensaje de ir anunciado el amor fraterno como distintito del cristiano procedía de las palabras de Jesús en la despedida, en el sermón, en la conversación final, que tuvo en la Ultima Cena. Fue entonces cuando, según relata San Juan, le dijo que sólo les daba un mandato, el del amor fraterno.

Cuando salió [Judas], dijo Jesús: "Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en El, Dios también le glorificará en sí mismo y le glorificará pronto."
"Hijos míos, ya poco tiempo voy a estar con vosotros. Vosotros me buscaréis; pero lo mismo que les dije a los judíos, os digo a vosotros: que adonde yo voy, vosotros no podéis venir, os digo también ahora a vosotros.
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros."



2. Reflexión. ¿Qué nos dicen estas lecturas?

Habla la liturgia de esta jornada de un mandato nuevo, pues en la expresión se recoge todo el espíritu del Nuevo Testamento. Está situado este mandamiento dentro de las palabras que Jesús dijo al despedirse y pocos momentos antes de ser apresado por los adversarios. Es un mandamiento con sabor a despedida, pero es también el eco que siempre se mantendría entre los seguidores de Jesús: el amor a los hombres, el amor al prójimo, el amor a los enemigos, el amor semejante al que Jesús había manifestado e iba a culminar con su muerte.
Este es el sentido que tienen en los recuerdos de Juan el amor nuevo que Jesús quiere para señal de sus seguidores: En esto conocerán que sin mis discípulos.
Los cristianos no pueden cerrar sus oídos y su corazón a esas palabras de Jesús, si desean de verdad ser discípulos del maestro que las pronunció. La realidad cotidiana del mundo no es precisamente el predominio de la paz y de la solidaridad. Se multiplican las tensiones, las rivalidades, los egoísmos. El mensaje del cristiano es, o debe ser, ir sembrando el testimonio del amor al prójimo. El mundo sobre por falta de amor. Hay hambres, guerras, atropellos, explotaciones, violencia… Incluso entre los cristianos aparecen divisiones, rivalidades, rebeldías, disensiones.


Sin embargo la misión del seguidor de Cristo, del cristiano, es ir diciendo por todas partes, con el ejemplo de su vida más que con sus palabras que la paz, la solidaridad, la justicia, el amor son ideales posibles de alcanzar. Por eso el ideal del amor al prójimo se presenta como un sello del cristiano. “En esto conocerán que sois mis discípulos, en que os amáis los unos a los ojos como yo os he amado”.
En la medida en cada hombre se acerca a ese estilo de vida, al amor y a la solidaridad, en esa medida es cristiano. Con la resurrección de Jesús se tiene la impresión de que una nueva etapa comienza en la humanidad.
Es la del Nuevo Testamento, la superación del Antiguo estilo. Y a ese estilo o a ese espíritu están llamados todos los hombres, no sólo los judíos, sino todos los gentiles que forman el nuevo pueblo de Dios y abarca a toda la humanidad.
Los seguidores de Jesús se sienten libres de la Ley de Moisés y de las tradiciones y prácticas de los judíos. Y llenan el vacío que supone dejar la Ley de Moisés, con la nueva Ley del amor, la que Cristo ha mandado algo diferente. Si el cristiano quiere libremente asumir y aceptar esa Ley Nueva tiene con persuadirse que no se reduce ya a un sentimientos, sino que tiene que traducirse en obras concretar y reales.


Conscientes de ese mandato de Jesús, los cristianos deben ser conscientes de que para manifestar al mundo el verdadero rostro del Padre y hacer de esta tierra una tierra de esperanza y de vida, han de practicar el mandamiento "nuevo". El amor es algo más que sentimientos. Es compromisos, son obras buenas en beneficio de los demás. Jesucristo es el modelo. Llegó hasta el extremo de dar la vida por lo que amaba. Esa es la medida del amor cristiano.
Por eso, si nos amamos como el Señor nos amó, renovamos su misterio de salvación y actuamos de corredentores. El mundo es mejor y la esperanza renace en torno a cada uno e nosotros. Damos razón a quienes confían en Dios rompemos las cadenas del pecado del mundo, los odios, las ambiciones, las venganzas, la guerra. Sólo el cumplimiento del mandamiento del amor puede hacer hombres nuevos del cielo nuevo y de la tierra nueva.
Toda la Ley evangélica está contenida en el «mandamiento nuevo» de Jesús: “amarnos los unos a los otros como El nos ha amado” dice la Iglesia, por que lo dijo Jesús. Desde ese mandato, la Iglesia no ofrece otras consignas diferentes. Todas se resumen en el amor a Dios y en el amor al prójimo por amor a Dios.


3. Esquema directivo para una Catequesis

1. Experiencia

Empezar haciendo un repaso de las cosas que en el mundo parece actos de amor a los hombres, que hay muchas. Y las cosas que parecen faltas de amor, que también las hay. Con los muchachos un poco mayores se puede tomar un periódico y repasar las noticias.
Se puede ver que en los periódicos surgen fácilmente las cosas malas: atropellos, asesinatos, robos… Y no se ponen los hechos de personas que ayuda, que rezan, que dan limosnas..

2. Reflexión

. Después de la lluvia de idea, se entra a fondo en lo que es de verdad amar… Su puede tomar un índice en una Biblia y se buscan textos en los Evangelio que impliquen amor. Después de los cuatro Evangelio sería interesante leer fragmentos de las Epístola primera y segunda de San Juan.
Ambientados con estos dos textos se puede llevar la reflexión y las opiniones a la vida personal y del grupo..
Se relatan las cosas que se ven o se han visto recientemente que indican falta de amor: ofensas, insultos, desprecios, abandonos, envidias… Y conviene también resaltar las cosas o las acciones buenas que se han visto: favores, apoyos y ayudas, aceptación de diferencias, actos de respeto mutuo… etc.
Una buena reflexión sobre lo que el amor al más próximo, al prójimo sería interesante. Y se puede concluir la reflexión con una resolución para unos días: respetar y ayudar a los compañeros.

3. Acción

Interesante ejercicio será construir entre todo un programa para hacer el mundo más solidario. Se puede trabajar por grupos, haciendo cada grupo un plan concreto sobre un aspecto pactado: atención a enfermos, cuidado de niños abandonados o marginados, distribución de las riquezas, protección de la naturaleza, etc. Cada grupo elabora la propuesta, la fundamenta, la convierte en consignas prácticas y la sitúa en el mural que entre todos hace para mostrar el amor al prójimo

4. Participación

Durante varios días o en encuentros de clases posteriores se hace frecuente referencia al mural y a la necesidad de hacer prácticas las consignas colocadas en el mural. Se intenta que sean los alumnos y los catequizandos los que aportan algunas pistas de vida cristiana
Acaso se puede proyectar una acción de caridad, una limosna, una ayuda, un servicio que se hace en forma de colaboración y se presenta como respuesta a la invitación de Jesús para amar al prójimo.

5. Interiorización

Se puede terminar con una plegaria por los más alejados del mensaje cristiano: lo que abusan y explotan a los demás, lo que escandalizan, los que promueven guerras. Se fabrica entre todos una plegaria, por ejemplo en una hoja que circula entre la clase y cada uno va añadiendo una frase



4. Ejercicios para realizar con los catequizandos

Niños pequeños

Pintar a Jesús haciendo un milagro en beneficio de un enfermo y explicar en qué se manifiesta el corazón compasivo del Señor. Comentar con ellos lo que es amar a los demás: hacer favores, ayudar, comprender, perdonar…

Niños medianos

Preparar una encuesta sobre lo que los hombres piensas del amor a los demás. Y tratar de organizar un debate en la clase, simulando uno que son egoístas y dicen “Los primero es amarse a si mismo” y los que dicen “Lo primero es amar a los demás

Niños mayores

Perfilar un vocabulario del amor: estima, abnegación, servicio, sacrificio, fidelidad… Aprovechar para purificar el concepto del amor y resaltar lo que el amor tienen de dar a los demás y lo que refleja menos que es el recibir para el propio yo.
Relacionar amor y fecundidad, amor y sacrificio del propio yo… Elaborar un beta sobre lo que es amar y lo que no amar. Afrontar el falso concepto de amor vinculado a sexo…
Resaltar la idea de que Jesús entiende amor la entrega sin medida… Explicar las frases del texto evangélico
Buscar en el Nuevo Testamento textos o consignas que tienen que ver con el prójimo. Resolver la pregunta: ”¿Quien es mi prójimo?” haciendo una tipología de personas cercanas o lejanas, agradables o desagradable, amigo o enemigo, buenos y malos… Hacer una exploración o encuesta de lo que cada persona de nuestro entorno entiende por prójimo. Sacar las consecuencias en una puesta en común y elaborar un proyecto de amor sincero y limpio al prójimo…




5. Elementos para la reflexión

Datos complementarios

Vocabulario básico

Amor. Prójimo. Perdón. Mandato de Jesús. Compasión. Generosidad. Ecumenismo. Misión. Venganza. Quinto mandamiento. Paz.


Libros buenos


El amor, mandamiento nuevo. Madrid. Federación agustinianaza. 2003
El prójimo lejano: una espiritualidad de solidaridad internacional. Jean Claude Lavigne. Santander. Sal Tarreae. 1994
Lo que importa es amar. C. Carreto. Ediciones San Pablo. Madriud. 2001
Ver, amar, servir a Cristo en los pobres. Teresa de Caulcuna. Edit San Pablo. 1997
El arte de amar. Clara Lubich. Editorial Ciudad Nueva . 2006
Mi evangelio para amar a Jesús. Varios. Editorial San Pablo . 2007
El mirar a Dios es amar.. José Rodríguez. Burgos. Monte Carmelo. 2007

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V Domingo de Pascua (JUAN 13,31 33a.34 35) - Ciclo C: Nuestro Carné de identidad


Todos tenemos nuestro Carné de identidad nacional. Incluso el Carné de miembros de un Club. También como cristianos llevamos nuestro Carné: El Carné que define e identifica al cristiano es, según Jesús:
“si os amáis unos a otros, como yo os he amado”.
“La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros”.
Con frecuencia llevamos demasiados signos creyendo que con ellos ya nos reconocen como cristianos. No es que estén mal esos signos: medallas, escapularios, cruces etc. Todos ellos son maneras de expresar nuestra pertenencia religiosa. Pero esos signos serán vacíos, si no mostramos lo que verdaderamente nos identifica: “si amo a mis hermanos, si amo a mi prójimo”. Jesús no patentó signo alguno. Jesús lo único que patentó fue “el amor a los demás”.
Por eso: Decir que soy cristiano, pero no amo a los demás, es una mentira.
Participar en la misa dominical, pero luego salir y no amar a los demás, es un engaño.
Confesarme, pero no perdonar y no amar a los demás, puede ser una mentira.
Rezar, pero no amar, es decir palabras vacías de vida.
El cristiano está llamado a ser el testigo de Jesús y está llamado a darlo a conocer a los hombres. Pero el verdadero camino que Jesús nos presenta para que los demás crean en él y sientan que somos sus discípulos es si “nos amamos”.
“Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado”.
La credibilidad de la encarnación de Jesús no depende de argumentos racionales, ni de grandes razonamientos. El verdadero argumento de la encarnación de Jesús es el testimonio del amor. La gran filosofía del cristiano es amar.
Y esto no es una exigencia de la Iglesia. Al contrario, es una exigencia también para la Iglesia. Es la gran exigencia de quien reveló el amor del Padre y quien lo reveló precisamente siendo capaz de amar hasta la entrega de su propia vida.
Si la Cruz es la señal del cristiano, es precisamente porque en la Cruz se revela como Dios ama, hasta las últimas consecuencias y ama a todos, hasta a sus propios enemigos.
La Iglesia necesita emitir señales de Dios al mundo. Tiene que ser una Iglesia que ama, no una Iglesia que condena.
El cristiano tiene que emitir señales de Dios a los hombres. Por eso tiene que ser un cristiano que ama. El cristiano tiene que emitir señales de su identidad. “En esto conocerán que sois discípulos míos”. Por eso tiene que ser un cristiano que ama, que se revela en el amor a los demás. Este es su único mandamiento. El mandamiento nuevo, el que manifiesta la novedad del crucificado resucitado. Y este es el gran reto para cuentos nos decimos cristianos, creyentes y seguidores de Jesús. Solemos decir: “atrévete a creer”. Pero tendríamos que decir también ¿y te atreves a amar?
¿Te atreverías a amar? Piénsalo bien. El amor es paciente y lo excusa todo. ¿Cuánta capacidad tienes tú hoy de aguantar a los demás y disculparlos de sus debilidades y flaquezas? Porque amar a los demás, es excusarlos y comprenderlos en sus equivocaciones. ¿Te atreves a amar así hoy?
¿Te atreverías a amar? Piénsalo bien. El amor no es envidioso. Al contrario, goza y celebra todo lo bueno que descubre en los demás. ¿Estarías tú dispuesto hoy a hacer fiesta en tu corazón por las cosas buenas que descubres en los demás, por lo que tú no tienes y tienen los demás? ¿Te atreves a amar así hoy?
¿Te atreves a amar? Piénsalo bien. El amor no se engríe. El que ama no es un creído, un autosuficiente. Al contrario, el que ama es humilde, sencillo y noble. Es vidrio transparente. ¿Te animas a ser transparente hoy con todos, comenzando por ser transparente contigo mismo? ¿Te atreves a amar así hoy?
¿Te atreves a amar? Piénsalo bien. El amor es servicial. El que ama tiene que estar siempre al servicio de los demás. Quien no sabe servir no ha aprendido a amar. Quien no es capaz de servir, no es capaz de amar. ¿Cuál es tu espíritu de servicio hasta hoy? ¿Y qué reservas de servicialidad hay en ti aún? ¿Te atreves a amar así hoy?
¿Te atreves a amar? Piénsalo bien. El amor no busca su propio interés. Quien ama por intereses personales ya no ama. Busca hacer inversiones en el corazón de los demás. Y eso más que amor se llama negocio. Amar no puede ser un negocio sino una gratuidad. ¿Te atreves a amar así hoy?
¿Te atreves a amar? Piénsalo bien. El amor no se irrita. No se encoleriza. No se le calienta la cabeza. Al contrario, el amor es paciente, sereno y tranquilo. El corazón que ama tiene más la serenidad del lago que la violencia de las aguas torrenciales del río. ¿Estarías dispuesto a no calentarte hoy con los tuyos, por más que las cosas no te salgan bien o los demás te fallen? ¿Te atreves a amar así hoy?
Ah, y no te olvides que amar en cristiano es “amar como yo os he amado”. Es decir, hasta dar la vida por los demás.
Oración
Señor: Nos has pedido que seamos testigos tuyos.
Que hagamos creíble que eres el enviado del Padre.
Y nos has dicho: “amaos como yo os he amado”.
Si quieres que amemos así danos un corazón como el tuyo.
Porque sólo un corazón como el tuyo es capaz de amar “hasta el extremo”.

Clemente Sobrado C. P.

www.iglesiaquecamina.com

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Evangelio Misionero del Día: Viernes 30 de Abril de 2010 - CUARTA SEMANA DE PASCUA


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 14, 1-6

A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús dijo a sus discípulos:
«No se inquieten.
Crean en Dios y crean también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones;
si no fuera así, ¿les habría dicho a ustedes
que voy a prepararles un lugar?
y cuando haya ido y les haya preparado un lugar,
volveré otra vez para llevarlos conmigo,
a fin de que donde Yo esté,
estén también ustedes.
Ya conocen el camino del lugar adonde voy».
Tomás le dijo: «Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo vamos a conocer el camino?»
Jesús le respondió:
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida.
Nadie va al Padre, sino por mí».


COMPARTIENDO LA PALABRA
Por Rosa Ruiz, rmi

“Os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a los hijos resucitando a Jesús”. Somos anunciadores de una Buena Noticia que nos supera, nos envuelve: es mayor que nosotros porque nos precede y nos continuará, no terminará cuando nosotros terminemos. A veces escucho hablar de la Iglesia -también de la Vida Consagrada-, como si tuviera fecha de caducidad…. Quizá la tenga, pero desde luego no nos toca a nosotros tirar el envase a la basura. Si la Buena Noticia de Cristo es Él mismo y vive para siempre; si la Iglesia es “carne” y encarnación diminutiva de este Evangelio, entonces vivirá también para siempre. Caducarán las apariencias, las normas, las expectativas, las personas, los estilos y acentos… Pero no la Iglesia. Nos ha precedido y nos verá morir engendrando nuevos hijos, igual que la Vida Consagrada, el Matrimonio, el Sacerdocio y toda Vocación vivida en la Iglesia como tal.
Por cierto, hablando de vocaciones, la Casa del Padre tiene estancias tan infinitas como infinito es su amor. Lo importante no es habitar una u otra, ¿no?… Lo importante es ser huéspedes de Dios. ¿Quién temblará habitando su morada, sabiendo que Dios en persona nos está preparando sitio? Recuerda la última vez que recibiste en tu casa a alguien para unos días: aireas la habitación, barres, haces la cama con nuevas sábanas, pones toallas, mueves muebles si hace falta, preparas una flor para la mesa, cuidas cada detalle… Ahora imagínate a Cristo haciendo eso para ti. Y todo para algo tan sencillo como humano: poder estar juntos… que donde esté el Señor, podamos estar nosotros con Él. Él es la casa, la habitación, el Dueño, el gerente, el portero, el guía, el amigo… ¡todo!
No hay medios para llegar a Él; Él es el camino.
No hay vida para vivirla de tal manera que se nos “premie” con Él; Él es la Vida a vivir.
No hay verdad que valga la pena sin Él; Él es el criterio de verdad de todo cuanto vivas.

Vuestra hermana en la fe,
Rosa Ruiz, misionera claretiana

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miércoles, 28 de abril de 2010

LA HOMILÍA MÁS JOVEN: COMUNICACIÓN PERSONAL


V Domingo de Pascua (JUAN 13,31 33a.34 35) - Ciclo C
Por Pedrojosé Ynaraja

Los viajes, las aventuras apostólicas de Pablo, pasan casi todas en lo que hoy son tierras turcas o griegas. Tuve ocasión el año pasado de efectuar un corto viaje por el primer país y recordaba textos del libro de los Hechos de los Apóstoles, que no podía uno imaginarse en aquel paisaje. Todo eran ruinas, piedras antiguas muy venerables y apreciables para historiadores y arqueólogos, pero carentes totalmente de sugerencias de vida cristiana. El fenómeno de la casi extinción de la Fe en aquellas tierras es complejo, pero uno teme que un día, de lo nuestro de hoy, solo queden edificios y documentos.

El Cristianismo nace en un mundo dividido en compartimentos muy diversos. El mundo judío con fariseos, saduceos y sectas menores. El imperio de la ciudad de Roma con sus niveles de poder e influencia. Aristocracia, soldados, juristas, esclavos, sacerdotes y sacerdotisas. En un mundo de tanta diversidad, surge la pequeña comunidad de discípulos de Jesús, cuyo único poder es la Fe, vivida amorosamente, que les dota de una sublime Esperanza. Tenían todas las de perder o, más bien, la seguridad de una rápida extinción, siguiendo apreciaciones humanas, pero no fue así. Existía en ellos un ansia de comunión personal. Era comunicación de corazón y de experiencias, tanto las que tenían éxito como aquellas cuya consecuencia era la persecución. No ocultaban nada.

Pasamos una temporada públicamente mala. Se nos acusa a todos, para desacreditarnos, de delitos que únicamente se pueden imputar a muy pocos. Sufrimos. Con toda seguridad sufrirá Joseph Ratzinger, nuestro Papa actual. Rezo especialmente por él. Os confieso, mis queridos jóvenes lectores, que en mi trato personal con los que nos encontramos los domingos en misa o en otras ocasiones, no he constatado que me traten ahora de diferente manera. Me refiero desde chiquillos de tres años, hasta adultos. Pasa, creo yo, porque nos conocemos no solo de vista. Pero no estoy satisfecho del todo. Leo hoy, y quisiera que vosotros leyerais conmigo, que Pablo y Bernabé, salen a evangelizar. No es una decisión suya, es la comunidad que los envía. En cada población que visitan, designan presbíteros que continuaran su labor, rezan juntos, ayunan y les encomiendan al Señor. Nos ha adelantado que empezaban por animarles, advirtiéndoles que es preciso pasar malos ratos, si se quiere ser fiel a Jesús. Nada de encontrase, cantar y disfrutar y basta, como por desgracia, se piensa a veces, que es la manera de ganarse a la juventud. Sus éxitos no se los reservan, lo cuentan. Los descubrimientos que hacen, eso de que hasta los extranjeros se adhieren a la Fe, también lo explican. Hay que compartir. Las empresas comerciales tienen sus órganos de dirección, su staff que coordina iniciativas, su control de calidad. Seguramente que la prudencia y el secretismo, son necesarios para el progreso de la entidad. Pero en la Iglesia estos criterios no valen, por más que se obre según ellos. Lo decía el Maestro: vosotros sois mis amigos, porque lo que he recibido del Padre os lo he comunicado, no me lo he reservado para mí y mis socios, (Juan 15,15).

El evangelio de este domingo es muy corto, pero su contenido muy importante. Jesús invita a los discípulos a que se amen. Si se hubiera limitado a decir esto, no hubiera sido demasiado original. Es la recomendación que puede hacer cualquiera y, en nombre del amor, se cometenmuchos disparates y obran según se les ocurre, de acuerdo con el humor que en aquel momento tengan. Jesús les dice, y nos lo dice a nosotros, que debemos amarnos como Él nos ama. Y esto ya son palabras mayores. Deberíamos hacer cada noche examen de conciencia de los dones que en la jornada hemos recibido del Señor, y darle gracias a continuación. Me gusta, cuando me meto en la cama, que las últimas palabras que pronuncio, sean: ¡buenas noches nos des, Dios! Y añado: ¡muchas gracias, te doy, Dios!. Al despertarme, repito lo mismo y desde este agradecimiento por darme un nuevo día, me levanto empezando a proyectar lo que deseo hacer en beneficio de los demás. Mi propósito es poner en práctica el amor que he aprendido, para que todos sepan que soy discípulo de Jesús. No me gusta vestir distintivos, pretendo que mi conducta generosa, sea provocativo anuncio de mi pertenencia a Cristo, para que observándome, se animen a seguir el Camino de Jesús y vivir compartiendo en la comunidad en la que estoy injertado.

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V Domingo de Pascua (JUAN 13,31 33a.34 35) - Ciclo C: TENEMOS QUE PASAR, Y MUCHO



Lo señala la primera lectura de este domingo; Pablo y Bernabé animaban a aquellas primitivas comunidades cristianas y, entre otras cosas, les recordaban que creer en Jesús no siempre iba a ser algo dulce al paladar. Tal vez, Pablo, intuía que en el horizonte de la naciente Iglesia, la fortaleza de los cristianos y su valentía a la hora de profesar la fe, iba a ser determinante para que el mensaje del cristianismo siguiese adelante.
1.- Hoy, esta lección, sigue estando de total actualidad en el marco en el que nos encontramos. La Iglesia, una y otra vez, está siendo sometida a un constante examen ¿Es fiel al Señor? ¿Es reflejo del Evangelio? Si San Pablo apareciese entre nosotros nos recordaría de nuevo aquello que, en la primera lectura, acabamos de escuchar: “hay que pasar mucho”. “El que algo quiere algo le cuesta” (dice un viejo refrán). La vida cristiana, tesoro escondido y perla preciosa para millones de personas, ha de tener una consecuencia: el testimonio vivo y convencido de lo que somos. El amor, como distintivo o la confianza en Dios, como seguridad, han de ser –entre otros muchos- los apoyos o muletas para perseverar y morir como lo que somos: cristianos.
2. ¿Hay que pasar mucho? Tampoco es cuestión de exagerar. Nos cuesta ser signo de contradicción. Si comparásemos un poco la situación un tanto Light en la que vivimos muchos católicos con aquella otra, radical y nítida, de los primeros cristianos, comprenderíamos que no es tanto lo que estamos sufriendo por nuestra fe (por lo menos en la mayoría de los países). La Iglesia, desde el mismo momento de su nacimiento, ha estado y lo sigue estando, sujeta a una constante purificación (y eso es bueno). Siglos después, con tantos acontecimientos y contradicciones, con luchas y pesares, con persecuciones o aplausos, seguimos apostando por Aquel en el que están puestas nuestras esperanzas y por el que, muchos de nosotros, ponemos la cara: Cristo.
--¿Hay que pasar mucho? ¡Lo suficiente y justo! Defendiendo, sin temor ni temblor, nuestros ideales cristianos. Ofreciendo buenas obras y desparramando lo mejor de nosotros mismos, aún a riesgo de ser tildados de débiles o necios.
--¿Hay que pasar mucho? ¡Claro que sí! No renunciando a lo que es esencial en nuestra fe y en nuestra identidad como cristianos. No somos ninguna “ONG”. Nuestro resorte y sustento está en Cristo que, entre otras muchas más cosas, es fuente de la bondad y del bien que realizamos en pro de los demás.
¿Hay que perseverar? ¡Por supuesto que sí! Nos alienta el testimonio de los apóstoles. La multitud de hermanos nuestros (incluso nuestros antepasados con padres incluidos) que murieron con la firme convicción de que Dios nunca defrauda a los que esperan en El
¿Hay que aguantar? ¡Claro está! La fe no se impone pero, tampoco, se renuncia a ella a la primera de cambio. No ha sido nunca fácil creer y, en los tiempos que vivimos donde todo se relativiza y hasta se trataa Dios de “tú”, se hace necesario un volver a las fuentes de la fe. A interrogarnos sobre si, nuestra vida cristiana, es algo real o solamente un maniquí que no sirve para nada, ni dice nada a nadie porque no existe como tal.
3.- Recientemente, en la televisión, uno de los contertulios de un programa intervenía diciendo lo siguiente: “la Iglesia, digan lo que digan, siempre será signo de contradicción. Siempre, y eso es lo grande en ella, nos hará ver el otro lado de lo que la sociedad nos oculta”. Se refería, claro está, a la confusión entre amor y placer, derechos y caprichos, libertad o libertinaje, respeto o falsa tolerancia. Que el Señor, en este tiempo de la Santa Pascua, nos ayude a descubrir la razón y el motor de nuestra fe: su Resurrección.

4.- POR TI, SEÑOR

Daremos razón de tu nombre,
aunque, el hablar de Ti,
nos cause desasosiego o incomprensión
Ofreceremos, nuestras manos abiertas,
aún a riesgo de ser tratados como ilusos
de que, lo que damos o hacemos,
no sirve de nada ante un mundo
en el que sólo se valora lo que se paga

POR TI, SEÑOR
Miraremos al cielo buscando un rasgo de tu presencia
Miraremos hacia el duro asfalto
para llevar tu Buena Noticia
la alegría de tu ser resucitado
tu Palabra, como aliento y vida
tu rostro que tonifique nuestra triste existencia.

POR TI, SEÑOR
Amaremos, aún no siendo amados
Y, en medida rebosante y sin cuenta,
colmaremos y calmaremos
los corazones que necesitan paz
las almas que se han tornado en tibias
los pies que se resisten a caminar
los ojos que se han quedado en el vacío

POR TI, SEÑOR
Mantendremos, eternamente nuevo,
el mandamiento que Tú nos dejaste:
amar, sin mirar a quién
amar, sin contar las horas
amar, con corazón y desde el corazón
amar, buscando el bien del contrario
amar, buscándote en el hermano
POR TI, SEÑOR

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Noticias Misioneras del Mundo: 28 de Abril de 2010


* Tres sacerdotes diocesanos con destino a misiones
* Los niños de Primera Comunión de Vitoria solidarios con los niños de Uganda
* Rastrillo misionero diocesano en Zaragoza
* Las misiones en la Feria de Muestras de Almazán, Soria

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Tres sacerdotes diocesanos con destino a misiones

OMPRESS-MADRID (28-04-10) El próximo 19 de junio concluirá el año sacerdotal por lo que es motivo de especial alegría la decisión tomada por tres sacerdotes diocesanos españoles que partirán en breve a misiones gracias al Instituto Español de Misiones Extranjeras, el IEME: Francisco González Jiménez, Luis Miguel González Sastre y Enrique Córdoba Valle.

Francisco González Jiménez, de la diócesis de Coria-Cáceres, partirá para Mozambique el día 6. Se licenció en Derecho Civil en la Universidad de Extremadura. Con inquietudes misioneras, durante un verano trabajó en la República Dominicana. Después con una asociación misionera (OCASHA), apostó por un compromiso más serio en Mozambique, donde, descubrió la vocación sacerdotal y misionera. Ahora va a realizar un sueño acariciado durante estos años: ser sacerdote y misionero en África. El día 1 de mayo, a las 20:00 h., tendrá lugar en la Parroquia de Fátima, en Cáceres, una Eucaristía presidida por el obispo de Coria-Cáceres, en la que recibirá el crucifijo misionero.

Luis Miguel González Sastre, de 39 años, de la archidiócesis de Valladolid, partirá en breve para la República Dominicana. En el 2006, este licenciado en Filosofía y Teología, regresó de Perú tras una estancia de dos meses. En aquel momento recomendaba esta experiencia a sacerdotes y laicos y ya deseaba repetir la experiencia en Perú o en cualquier otro sitio, algo que se hace ahora realidad.

Enrique Córdoba Valle, de la diócesis de Ciudad Real, tiene como destino Nicaragua. Enrique estuvo trabajando con el IEME hace años en Mozambique y en Brasil. Párroco de la parroquia de la Visitación de Nuestra Señora, en Argamasilla de Calatrava, también era capellán del Hospital Santa Bárbara de Puertollano. Este viernes, 30 de abril tendrá lugar su celebración del envío.

El IEME es una sociedad de vida apostólica de sacerdotes seculares españoles y candidatos al sacerdocio que se asocian entre sí para dedicarse a la actividad misionera de la Iglesia. Tiene como fin asociar a los sacerdotes diocesanos que quieran dedicar su vida a la misión ad gentes. Esta institución les facilita la formación, la asistencia y la distribución en el mundo según los compromisos adquiridos.


Los niños de Primera Comunión de Vitoria solidarios con los niños de Uganda

OMPRESS-VITORIA (28-04-10) El Secretariado Diocesano de Misiones de Vitoria, con el objetivo de crear una conciencia misionera entre los pequeños que se preparan para la Primera Comunión, pone a su disposición un proyecto a favor de la infancia desfavorecida en el que pueden colaborar y solidarizarse con los niños de la parroquia de Bukalagi, en Mpigi, Uganda. Este año el proyecto que han asumido como diócesis va dirigido a la adquisición de una motocicleta y cuarenta bicicletas para los misioneros y catequistas de esta parroquia de Bukalagi.

“Los niños de esta zona de Uganda tienen muchas dificultades para acudir a la escuela y a catequesis, y no es fácil que lleguen los catequistas ni los sacerdotes para que les acompañen y les preparen para hacer la comunión, aprender a leer, a escribir, a conocer a Jesús como vosotros lo estáis conociendo. Los misioneros quieren llegar a algunos sitios que tienen muy difícil acceso, pero no es fácil, porque no cuentan con medios económicos para conseguir vehículos. Nos han pedido ayuda para comprar una motocicleta y llegar a estos niños”, así explican desde el Secretariado de Misiones a los niños de Vitoria la importancia de su colaboración en este proyecto.

La parroquia de Bukalagi está formada por 20 comunidades separadas unas de otras. A causa de los escasos medios económicos y las malas condiciones de las carreteras, es muy difícil llegar a todas. La población es muy pobre y sufre constantes guerras y las consecuencias del Sida. Esta parroquia se encuentra en la parte sur del país, cerca de la capital, Kampala. La cantidad solicitada para este proyecto es de 6.200 €. Lo que se recaude se hará llegar, que se hará llegar a través de la Infancia Misionera de las Obras Misionales Pontificias de Vitoria.

Durante los últimos cinco años, los niños de Primera Comunión de Vitoria han colaborado con algunos proyectos de infancia en varios continentes. Concretamente en la ampliación de una casa para niños huérfanos en la archidiócesis de Pontianak. Madang (Indonesia); en la construcción de un colegio parroquial en San Martín de Porres, en la Costa Atlántica de Nicaragua; y en la adquisición de una motocicleta para la diócesis de Kikwit" en la República Democrática del Congo.


Rastrillo misionero diocesano en Zaragoza

OMPRESS-ZARAGOZA (28-04-10) Como viene siendo habitual por estas fechas, el próximo viernes 30 de abril a las 18:30 h. se inaugurará en Zaragoza el X Rastrillo misionero diocesano instalado en la Puerta del Carmen, Monasterio de la Encarnación, MM. Carmelitas, Pº María Agustín, s/n, bajos. Estará abierto hasta el domingo 9 de mayo, de 10:30 a 13:00 y de 17:00 a 20:00 h.

La finalidad de este Rastrillo es dar a conocer la labor encomiable de los misioneros zaragozanos, que están trabajando pastoralmente en diversas partes del mundo, y en segundo lugar, recabar recursos para financiar proyectos de tipo pastoral y social que nuestros misioneros presentan a la Delegación de Misiones. Con la ayuda recogida en el Rastrillo del año pasado y las aportaciones particulares que, a lo largo del año, van llegando a la Delegación, se ha podido responder a peticiones hechas desde Bolivia, Ecuador, Honduras, Chile, Argentina, Venezuela, Camerún, Mozambique y Zimbabwe, por un total de 28.292,03 euros.

La organización y coordinación del Rastrillo corre a cargo de voluntarios y animadores misioneros de la Delegación Episcopal de Misiones (Pza. La Seo 6-2ª planta, 50001 Zaragoza – 976 294 645 – De 9:30 a 13:30 h.


Las misiones en la Feria de Muestras de Almazán, Soria

OMPRESS-SORIA (28-04-10) La delegación de Pastoral Juvenil de Osma-Soria, en colaboración con la delegación de Misiones, en su compromiso de animación misionera durante el año, va a participar en la Feria de Muestras de Almazán que, en su 50 edición, se celebrará del 14 al 16 de mayo. Esta participación se centrará en un stand dónde se presentará la experiencia misionera de jóvenes a través de un vídeo y un tríptico informativo. Se ambientará con fotos de la experiencia y habrá posibilidad de que la gente pueda comprar artesanía de Ecuador y Camerún con la finalidad de poder colaborar en un proyecto en Camerún.

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Evangelio Misionero del Día: Jueves 29 de Abril de 2010 - CUARTA SEMANA DE PASCUA


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 13, 16-20

Antes de la fiesta de Pascua, Jesús lavó los pies a sus discípulos, y les dijo:
«Les aseguro que
el servidor no es más grande que su señor,
ni el enviado más grande que el que lo envía.

Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican. No lo digo por todos ustedes; Yo conozco a los que he elegido. Pero es necesario que se cumpla la Escritura que dice:
"El que comparte mi pan
se volvió contra mí".

Les digo esto desde ahora,
antes que suceda,
para que cuando suceda,
crean que Yo Soy.
Les aseguro
que el que reciba al que Yo envíe
me recibe a mí,
y el que me recibe, recibe al que me envió».


Compartiendo la Palabra
Por Rosa Ruiz, rmi

La Iglesia celebra hoy a Santa Catalina de Siena, canonizada por Pío II el 29 de junio de 1461, nombrada doctora de la Iglesia junto a Teresa de Jesús por Pablo VI en 1970 (reconocimiento dado hasta ese momento sólo a varones); y finalmente, declarada Patrona de Europa junto a Brígida de Suecia y Edith Stein por Juan Pablo II. Maestra de espiritualidad, acompañante y directora de todo tipo de personas, desde los más sencillos a los más alto cargos, cardenales, obispos…, en continua búsqueda de la paz y la renovación para la Iglesia. Todo esto en una mujer analfabeta que sin más conocimientos que su experiencia de Dios, fue sacando luz de sus propias tinieblas y mediocridades.

“Dios es luz sin tiniebla alguna”, dice la 1ª lectura hoy. ¡Qué gran noticia! ¡Un lugar donde no hay sitio para la oscuridad! Ese lugar es el regazo de Dios, su corazón, lugar luminoso y de reposo, como un “área de descanso” permanente en la autopista de nuestra vida.

Y desde luego, lo necesitamos. ¿Acaso alguno de nosotros es luz y solo luz? Nadie… Nos engañamos si decimos que nada hay oscuro en nuestra vida, tibio, frío… ¿Pero será esto acaso motivo de tristeza y culpa? ¡No! Tenemos un abogado defensor a tiempo completo, más allá de honorarios (¡no tiene precio!), más allá de cláusulas y condiciones… El salmo de hoy lo expresa muy bien:

Dios perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades,
rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura.
Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por nosotros
porque él conoce nuestra masa, se acuerda de que somos barro.

Sí, somos de barro. Pero un barro modelado por el mejor de los Artistas; Aquel que sabe plasmar hombres y mujeres de un puñado de arena y agua: “hijos en el Hijo”, moldeados por Sus Manos, llamados a vivir en la transparencia del propio barro, dejando traslucir la Luz que nos habita, esa Luz que Dios mismo prende en nosotros y crece entre nuestras tinieblas.

Esta es la gran noticia, ¡el secreto de nuestro descanso!… ¡Venid a mí!, dice Jesús. ¡Vayamos a Él!, responde nuestro corazón… Y entonces podemos cargar con su yugo sin que el peso quiebre nuestras fuerzas. Más aún, podremos compartir la carga de los demás, alumbrados por su Luz y su Presencia. Él se acuerda que somos de barro, no lo olvides tú; no lo desprecies tú, que Dios lo ama y lo convierte en portador de su Luz.

Vuestra hermana en la fe,
Rosa Ruiz, misionera claretiana

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WebJCP | Abril 2007