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MISIONEROS EN CAMINO: Evangelio Misionero del Dia: 18 de Diciembre de 2010 - SEMANA III° DE ADVIENTO - CICLO A
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viernes, 17 de diciembre de 2010

Evangelio Misionero del Dia: 18 de Diciembre de 2010 - SEMANA III° DE ADVIENTO - CICLO A


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 1, 18-24

Éste fue el origen de Jesucristo:
María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.
Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta:
“La Virgen concebirá
y dará a luz un hijo
a quien pondrán el nombre de Emanuel",
que traducido significa:
"Dios con nosotros".
Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.

Compartiendo la Palabra
Por CELAM - CEBIPAL

Los orígenes de Jesús (II): un nuevo comienzo por la obra del Espíritu Santo
“Lo engendrado en ella es del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará a su pueblo de sus pecados”

Nuestra lectura de ayer dejó pendiente la pregunta: ¿De dónde viene Jesús? El pasaje de Mateo 1,18-25 responde así: Jesús no le debe su existencia a una generación humana sino a la obra creadora de Dios. Profundicemos este mensaje.

La idea central del pasaje está subrayada en los versículos 18 y 20: “Lo engendrado en ella es obra del Espíritu Santo”. Esto quiere decir que el Espíritu Santo está en el origen de la vida de Jesús. Tanto es así, que al final del pasaje se recalca que José no tuvo nada que ver con el nacimiento del niño, que Jesús no es el resultado de una relación conyugal entre José y María: “Y no la conocía hasta que ella dio a luz un hijo” (v.25).

Jesús no es hijo de José sino creatura del Espíritu Santo. Por lo tanto, Jesús no es el fruto natural de esta historia humana, no depende únicamente de la serie de generaciones y de los nacimientos humanos que vimos ayer. Jesús es el cumplimiento y al mismo tiempo un comienzo completamente nuevo realizado por el poder creador de Dios. Éste es el “origen” de Jesús, como dice el primer versículo del relato de hoy: “la generación de Jesucristo fue de esta manera” (1,18).

Observémoslo más de cerca en los puntos principales del relato:

1. Una situación difícil en la relación de pareja de José y María (vv.18-19)

Notemos dos frases importantes:

“María estaba desposada con José” (v.18b). Según el derecho hebreo los futuros esposos, son considerados como Marido y Mujer pero no conviven sino hasta un año y después de haberse comprometido, este período de tiempo se llama “el desposorio”. Solo después la mujer es llevada a la casa del esposo para iniciar la vida conyugal.

“Se encontró en cinta por obra del Espíritu Santo” (v.18c). Precisamente en ese período José descubre que María está embarazada y toma la decisión de repudiarla en secreto. Es tanto el amor de José por María que no la quiere exponer a la pena de muerte por un supuesto adulterio. Él decide dejar vivir a María y realizarse con su nueva familia.


2. Dios cambia los planes de José y lo pone al servicio de su plan de salvación (vv.20-23)

El Señor interviene y e involucra a José en su plan. Le da como tarea el tomar consigo a María y darle el nombre al niño. Es así como José se responsabiliza de la vida de María y de la del niño, reconociéndolos ante la Ley como sus legítimos mujer e hijo.

Y puesto que José asume la paternidad legal de Jesús, el niño se convierte en su heredero y así entra en la genealogía davídica, llevando la historia de la salvación a su culmen y cumplimiento.

3. En el fondo de todo está la obra de Dios

Con relación a Jesús la tarea de José es ésta: “Tú le pondrás por nombre Jesús” (1,21). El mismo Dios que le da existencia a Jesús, también le da un nombre y en este nombre está implicada su misión.

El nombre: “Jesús” (en hebreo Jeshua o Jehoshua, que traduce “Dios es salvación”). En la Biblia, dar un nombre significa dar una nueva vida que se realiza en una misión. En el pasaje que estamos leyendo es Dios quien decide cuál será el nombre del niño, así queda claro que la existencia y la misión de Jesús provienen de Dios Padre.

La misión: “Él salvará a su pueblo de sus pecados”. La frase nos recuerda el Salmo 130,8 donde dice: “Y Él redimirá a Israel de todas sus culpas”. Jesús es mucho más que un hijo de David en el sentido político o militar, Él es el salvador del hombre, quien recupera a las personas perdidas en su lejanía de Dios para traerlas de nuevo a la comunión plena con Él.

Con términos muy precisos, el evangelio de hoy, nos enseña que Jesús es el verdadero Mesías que toma sobre sus hombros a su pueblo y lo conduce a la plenitud de vida. Es para eso viene Jesús vino al mundo. La misión de Jesús desciende hasta las raíces de la vida humana dándole un vuelco profundo a nuestra manera de vivir.

Con este acontecimiento, se realiza lo que Dios anunció por boca de los profetas. En Jesús está Dios salvando al hombre. Y este “estar” de Dios se resume en el nombre “Enmanuel”, que significa “Dios está con nosotros”, el cual expresa que en Jesús se revela el rostro misericordioso de Dios, que nos ayuda y nos salva, y también su proyecto amoroso para nosotros los hombres.

Dios no nos abandona. En la base de la obra de Dios en el mundo está Jesús, a quién Él le dio la existencia, el nombre y la misión. Jesús es el regalo, el don auténtico de Dios a su pueblo, para que no sufra más con tanta maldad, para que viva plenamente en la comunión con Él y con los hermanos, porque Él es el “Dios que está con nosotros”.



Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón:

1. Jesús le debe su existencia no a una generación humana, sino a la obra creadora de Dios, ¿Qué significa esto?

2. ¿Qué dones de Dios para la humanidad están contenidos en el nombre “Jesús”? ¿Cuál es el don más importante que Dios me ofrece en esta Navidad?

3. ¿Qué función tiene el Espíritu Santo en el originarse terreno de Jesús? ¿Qué lugar ocupa en mi vida cristiana?

4. ¿Cuál es el sentido del nombre de Jesús? ¿Qué tiene que ver conmigo?

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WebJCP | Abril 2007