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viernes, 10 de diciembre de 2010

10 de Diciembre: Día de los derechos humanos


Publicado por CONFER

Un año más, se celebra el Día de los Derechos Humanos. Son 62 años desde su proclamación. Es un buen día para poner ante nuestros ojos y nuestro corazón todo el sufrimiento de millones de personas cuyos derechos se conculcan por todas partes y todos los días, comenzando por los inmigrantes, los presos de conciencia, los condenados a muerte, las mujeres maltratadas, los niños soldado, los parados definidos e indefinidos, pueblos enteros condenados a la pobreza y al hambre...

Jesús de Nazaret, "el compasivo", nos invita a no perder sensibilidad por todas estas cosas y a aunar en nuestra vida oración y compromiso por un mundo donde pueda llegar a vivirse, en la teoría y en la práctica, una nueva ética mundial en la que estos Derechos Humanos abarquen también las nuevas realidades que, con los tiempos, van apareciendo: derechos de los pueblos, indígenas o no, derechos de la tierra, etc.

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Oración

1. Introducción

Ahí están, como la puerta de Alcalá, "viendo pasar el tiempo…" Han pasado 62 años desde su promulgación, se han traducido a 330 idiomas, la mayoría de las constituciones y decretos que se han elaborado en el mundo desde el 10 de Diciembre de 1948 se basan en sus principios para su redacción, infinidad de juicios se fundamentan en sus decretos para dictaminar sentencias, muchos millones de personas los conocemos, yo los tengo a mi alcance, los he leído y meditado muchas veces…, y a pesar de todo, más de dos millones de personas, se mueren de hambre en el mundo, cada día…

¿Qué podemos hacer hoy…? ¿Qué puedo hacer yo…?

Lo primero de todo, nos hacemos conscientes de que estamos en la presencia del Señor y pedimos a su Espíritu que nos ayude a ser lúcidas/os en nuestros pensamientos y generosas/os en nuestras decisiones, para conocer nuestros DEBERES HUMANOS UNIVERSALES


2. SIETE PALABRAS PARA INTENTAR CAMBIAR EL MUNDO

-->PRIMERA PALABRA: ¿podremos cambiar el mundo CON GRATUIDAD?

"Te regalo el Sol, nos ha dicho Dios esta mañana. Ha amanecido con una luz cegadora, y nos imaginamos que el sol ha penetrado hasta el fondo de nuestro ser, barriendo las "telarañas" que fuimos acumulando ayer. Con este regalo, cada una de nosotras/os nos sentimos únicas/os al tiempo que este sol, que amanece y anochece, nos vincula a la vida y a la muerte, nos incrusta en la historia y nos hace sentirnos "muchedumbre". Hace Sol, vamos amaneciendo con la mañana y nos dejamos invadir del agradecimiento de quienes se saben presentes a la misericordia y a la gracia, porque sabemos que con este sol nos llega la vida "redonda" y abundante, que nos ha prometido nuestro Padre-Madre- Dios.
Sentimos que Alguien besa nuestra vida y la acaricia. Cerramos los ojos para saborear este instante único, conscientes de la fuerza sanadora de su paso, a la vez que también tomamos conciencia de que este sol es una compensación histórica al hambre y a la desnudez. Porque nosotras sabemos que nunca nadie puede robarnos el sol sobre la tierra.
Si vemos el sol, sabemos también que cuando llueve está presente sobre las nubes, porque a este regalo que nos proporciona la vida nadie puede detenerle en su camino.
Esta es la hora del Sol, de la luz, de la esperanza.
Volvemos a imaginarnos que nos arrodillamos en la tierra, ponemos el oído sobre ella y escuchamos germinar la vida que bulle, alimentada misteriosamente por el sol que nos alumbra. Te regalo el Sol- nos ha dicho Dios esta mañana-.
Y en este gesto aprendemos cómo es su relación con nosotras/os y lo que tenemos que hacer con sus regalos.

-->SEGUNDA PALABRA: ¿podremos cambiar el mundo CON LA MÚSICA?

Recordamos que esta canción pone palabra a la 9ª sinfonía de Beethoven, himno que adoptó en 1972 la Unión Europea. Cantamos el “Himno de la Alegría”:

Escucha hermano, la canción de la alegría,
el canto alegre del que espera un nuevo día.
Ven, canta, sueña cantando,
vive soñando el nuevo sol
en que los hombres volverán a ser hermanos.

Si en tu camino solo existe la tristeza,
y el llanto amargo de la soledad completa,
ven, canta, sueña cantando,

vive soñando el nuevo sol
en que los hombres volverán a ser hermanos.

Si es que no encuentras la alegría en esta tierra,
búscala hermano más allá de las estrellas.
Ven, canta, sueña cantando,
vive soñando el nuevo sol
en que los hombres volverán a ser hermanos.


-->TERCERA PALABRA, ¿podremos cambiar el mundo CON LA CONFIANZA?

"He confiado en la lealtad de mis enemigos. Once veces me pagaron la lealtad con el engaño, y a la duodécima vez me pagaron con lealtad y ellos mismos se sorprendieron de su propia lealtad" (Mahatma Gandhi)

-->CUARTA PALABRA ¿podremos cambiar el mundo CON LA EDUCACIÓN?

Vamos a educar y a educarnos para que nuestra tierra sea buena, para que consigamos entre todos/as que vayamos siendo "buena tierra" donde se pueda dar buenos frutos.

Mc 4,14-20

-->QUINTA PALABRA ¿podremos cambiar el mundo CON NUESTROS SUEÑOS?

"Yo tengo un sueño: que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo. Creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales. Yo tengo un sueño: que un día, en las coloradas colinas de Georgia, los hijos de los ex-esclavos y los hijos de los ex-propietarios de esclavos serán capaces de sentarse juntos en la mesa de la hermandad. Yo tengo un sueño: que un día, incluso el estado de Mississippi, un estado desierto sofocado por el calor de la injusticia y la opresión, será transformado en un oasis de libertad y justicia. Yo tengo un sueño: que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter. ¡Yo tengo un sueño hoy! Yo tengo un sueño: que un día, allá en Alabama, con sus racistas despiadados, con un gobernador cuyos labios gotean con las palabras de la interposición y la anulación, un día, allí mismo en Alabama, pequeños niños negros y pequeñas niñas negras serán capaces de unir sus manos con pequeños niños blancos y niñas blancas como hermanos y hermanas.
¡Yo tengo un sueño hoy! Yo tengo un sueño: que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada, y toda la carne la verá al unísono. Esta es nuestra esperanza. Esta es la fe con la que regresaré al sur. Con esta fe seremos capaces de esculpir de la montaña de la desesperación una piedra de esperanza.
Con esta fe seremos capaces de transformar las discordancias de nuestra nación en una hermosa sinfonía de hermandad. Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres.
Este será el día, este será el día en que todos los niños de Dios serán capaces de cantar con un nuevo significado: "Mi país, dulce tierra de libertad, sobre ti canto. Tierra donde mis padres murieron, tierra del orgullo del peregrino, desde cada ladera, dejen resonar la libertad". Y si Estados Unidos va a convertirse en una gran nación, esto debe convertirse en realidad.
Y cuando esto ocurra, cuando dejemos resonar la libertad, cuando la dejemos resonar desde cada pueblo y cada caserío, desde cada estado y cada ciudad, seremos capaces de apresurar la llegada de ese día, cuando todos los hijos de Dios, hombres negros y hombres blancos, judíos y gentiles, protestantes y católicos, serán capaces de unir sus manos y cantar las palabras de un viejo spiritual negro: "¡Por fin somos libres! ¡Por fin somos libres! Gracias a Dios todopoderoso, ¡por fin somos libres!" (Martín Luther King)

-->SEXTA PALABRA ¿podremos cambiar el mundo CON AMOR?

1 Cor 13, 1-13

-->SEPTIMA PALABRA, vamos a cambiar el mundo, POCO A POCO

Mirando la realidad global, analizando mi realidad concreta, realizando lo que pueda en mi realidad concreta que la transforme poco a poco, teniendo incidencia en lo de cerca y, a ser posible, en lo de lejos también.
Escuchamos esta canción y la vemos en video:
http://espanol.video.yahoo.com/watch/73281?fr=yvmtf

Ven por los que te esperan.
Haz renacer la esperanza, ven.
Ven a curar las heridas,
ven a traer alegría,
aliméntanos de vida,
transforma los corazones,
cambia el odio por amor.
Ven a llevarte muy lejos
la miseria y el terror.
Te esperan los maltratados,
los hambrientos y olvidados;
te esperan los explotados
por patrones empachados.
Te esperan los que no tienen
ni prestigio ni respeto,
te esperan los indefensos,
los que mil veces han muerto.
Te esperan miles de obreros
con ridículo jornal;
también te espera el minero,
que ha perdido hasta su hogar;
te esperan los campesinos
cansados de explotación;
te esperan los estudiantes
sin futuro ni ilusión.
Te espera el desempleado
sin trabajo y sin comida;
te espera el abandonado
y los que no tienen familia.
Te espera la prostituta
maltratada y sin salida;
te esperan miles de enfermos
sin esperanza de vida.
Te espera el niño mendigo
ambulante y sin defensa;
te espera el preso inocente
que entre lágrimas te reza.
Te esperan los perseguidos
y las víctimas de guerra;
te espera el desesperado
y los que no tienen tierra.


3. ORACIÓN

Respondemos con nuestra oración comprometida:

"Toma, Señor, y recibe...

... toda mi libertad, mi capacidad de hacer proyectos y mi vida afectiva, mis deseos de agradecer y de perdonar, mi carisma personal en la relación y todo lo que me ayuda a ir hacia Ti.

Toma mi memoria, mi capacidad de recordar y de anticipar. Acoge la historia de mi vida y la de toda la humanidad. Recibe mi imaginación, mis deseos de creación y de sueño, la estructura de mi cerebro y el mapa de mi sensibilidad.

Quiero articularlo todo en ti y gastar mi vida potenciando los derechos humanos en el mundo. Unos derechos que se correspondan con los deberes que todos tenemos, potenciarlos y respetarlos en los demás.

Todo lo que soy y lo que tengo, tómalo. Tú me lo diste. A ti, Señor, te lo quiero devolver. Todo lo que es mío, es tuyo. Regálame tu amor y tu gracia, que esto solo me tiene que bastar, porque Tú eres lo único suficiente para mí.

Mientras, camino con los/as hermanos/as, luchando por un mundo más humano y más digno para todos/as y potenciando entre nosotros/as relaciones de justicia y de paz.


4. BENDICIÓN

Pedimos a Dios que nos bendiga y también nos bendecimos unas a otras.

Que nos enfrentemos con valentía, entusiasmo y responsabilidad a la tarea que cada día se nos encomienda de potenciar la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas.

Que consideremos un regalo la vida, el pan y la palabra, y que luchemos para que todas las personas puedan vivir libremente, alimentarse para vivir y relacionarse con libertad

Que tomemos conciencia de que acoger las circunstancias favorables o desfavorables que se nos presenten cada día. Serán las únicas oportunidades que tendremos para potenciar la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas.

Que demos la bienvenida a todos los pensamientos de novedad, verdad, y sencillez que nos visiten, y que todo sea para potenciar la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas.

Que nuestras mentes, como la levadura evangélica, se mezclen sin miedo con la masa de los/as demás, para que entre todas/os potenciemos la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas en este momento de la historia que nos toca vivir.

Que nuestra mirada gane en hondura y detalle, para que potenciemos la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas.

Que nuestros oídos estén vigilantes, abiertos y alerta para descubrir qué podemos hacer para potenciar la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas.

Que nuestras palabras no sean palabras vacías, sino que salgan del pozo de la sabiduría del Dios que nos habita y así potenciemos la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas.

Que nuestras manos extendidas formen redes de solidaridad con las manos extendidas de las/os demás, y así se potencie un clima de alegría, de servicio mutuo y de sinceridad que nos haga más fácil potenciar la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas.

Que no tengamos miedo a las preguntas ni a las dudas que opriman nuestro corazón y nuestra mente, que las acojamos serenamente y, con ellas, vayamos haciendo un camino tejido con las preguntas y las dudas de las/os demás, con el deseo de potenciar la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas.

Y que la bendición del Dios que sale a nuestro encuentro, que es roca, refugio, fuerza, consuelo y apoyo en todo momento, descienda sobre nosotras/as y nos inspire lo que es recto, lo que más conviene a los/as demás, lo profundo, lo nuevo, lo mejor para potenciar la vida, la libertad y la dignidad de todas las personas.

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WebJCP | Abril 2007