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MISIONEROS EN CAMINO: I Domingo de Adviento (Mt 24, 37-44) - Ciclo A: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración
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viernes, 26 de noviembre de 2010

I Domingo de Adviento (Mt 24, 37-44) - Ciclo A: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración


Publicado por DABAR

Jesús es la luz. Es el camino hacia la luz y es la luz.
Andamos como perdidos, desorientados, sin camino concreto y, la mayoría de las veces, a tientas, como en la oscuridad.
Nos dejamos asustar por las sombras, nos paraliza el miedo, nos alarman los destellos y nos acomodamos en la penumbra de nuestra pobre luz personal.
Algunos buscamos la luz; ocasionalmente vemos su resplandor al fondo del camino, iluminando con claridad la belleza de otra senda. Pero nos falta valor, nos falta confianza,… nos falta fe. Volvemos la vista y nos sentimos atraídos por la seguridad de nuestra ya conocida penumbra: templada y discreta, cómoda y conocida, cerrada y segura.
Las lecturas de hoy no son hechos vagos, oraciones sentidas o alabanzas pomposas. Las lecturas de hoy son mandatos, imperativos que no nos invitan, nos ordenan: “caminaremos a la luz del Señor”, “…pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día…”
El discípulo de Jesús debe avanzar, vivir sabiendo hacia donde camina.

Primer domingo de Adviento. Comenzamos la espera de la luz. ¿Vamos a acogerla?, ¿o seguiremos instalados en la penumbra?
En el evangelio Jesús nos exhorta: “estad en vela”; otro mandato, no una propuesta: “podríais estar en vela, alerta”. Si no acogemos la luz, ¿quién iluminará nuestra penumbra? ¿Quién nos enseñará el camino a Dios? ¿Quién encenderá nuestro corazón oscuro?
Él viene.

Hace unos días nos visitó Pilar Gilaberte, misionera Comboniana. Vino al colegio con motivo del DOMUND a contarles a los chavales su larga y asombrosa experiencia en misiones de África y Sudamérica.
Primero nos explicó el cartel de este año donde aparece una joven misionera haciendo cosquillas a una niña que ríe en sus brazos. Nos dijo que la labor del misionero es hacer ver el rostro de Dios y que, a su vez, ellos contemplan el rostro de Dios en los más pobres: “Sólo quien sabe amar es capaz de ver a Dios en el rostro de los más indefensos, como esa niña del cartel.”
Yo miraba a aquella mujer mayor, gruesa, con su austera y peculiar vestimenta “monjil”, desbordar ternura, alegría, comprensión… AMOR. Ella ha visto a Dios y yo lo vi habitando en ella. Toda ella era luz y camino, no había penumbra, ni miedo, ni conformismo, ni inseguridad. Lleva toda una vida acogiendo al Dios que viene, dejándose habitar por Él y transformando el camino de muchas personas.
¿Es única?, ¿sólo los misioneros avanzan en la luz?
¿Cuántas personas anónimas y cercanas conocéis así? Una vida de entrega a un padre anciano, dedicación a los hijos, trabajos voluntarios sociales y de solidaridad, grupos de parroquia que se dedican a la evangelización de sus vecinos, cooperantes de Cruz Roja, Payasos sin Fronteras,… personas que visitan y consuelan a enfermos en hospitales o a ancianos solos, vocaciones laborales de servicio: bomberos, policías, sanitarios,… o cualquier acto engendrado y vivido desde el amor.
¿No podemos todos, en un momento u otro, actuar en las labores más cotidianas movidos por la luz que nos habita?
Él viene.

Abramos el corazón, acojamos la luz, salgamos de la penumbra y caminemos a la luz del Señor.

CONCHA MORATA
concha@dabar.net





DIOS HABLA

ISAIAS 2,1 5
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén, la palabra del Señor». Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven; caminemos a la luz del Señor.


ROMANOS 13,11 14
Hermanos: Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz. Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.

MATEO 24,37 44
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando venga el Hijo del Hombre pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del Hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de la casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre».



EXEGESIS

PRIMERA LECTURA
• Contexto Empieza esta nueva colección, insertada en el libro de Isaías en época desconocida, con un título similar a 1,1. Es muy discutida su extensión, suele admitirse la unidad 2,1 4,6.
La expresión 'la Jerusalén actual y futura' resume el contenido de la colección. La ambición, codicia y arrogancia de la casa de Jacob les ha llevado a olvidarse de Dios, por eso el Señor llega para doblegar su autosuficiencia. Sólo Dios será exaltado (2,6 22). También impera en Judá y en Israel la anarquía (3,1 15), el lujo de sus mujeres (3, 16 4,1), por eso suena un juicio purificador que restaurará tanto la ciudad como sus habitantes (4,2 6).
Junto al terrible juicio suena un oráculo de salvación (2,1 5). Quizás se trate de un escrito compuesto por un profeta posterior al destierro que insertó el oráculo para levantar el ánimo de un pueblo decaído tras la catástrofe. Con alguna variante, a tener en cuenta, también se lee este oráculo en Miq 4, 1 4.
• Texto Empieza el oráculo con la exaltación de Sión 'al final de los tiempos, (v. 2a). Esta indicación temporal sólo indica algo que acaecerá en un momento indeterminado, sin implicar final alguno de nuestro mundo o nuestra historia (cf r Gn 49,1; Nm 24, 14; Dt 31,29; Jr 23,2 ... ). ¿Se trata de una expresión escatológica? Depende del concepto que tengamos de ella.
La transformación mundial tendrá lugar en el monte Sión, punto geográfico donde está erigido el templo, lugar de la presencia divina: ' ... el Señor ha elegido Sión, ha deseado vivir en ella... por siempre' (Sal 132,13), ' ... altura hermosa, alegría de toda la tierra es el monte Sión...' (Sal 48,3). Con su ambición y engreimiento... el hombre siempre ha intentado escalar la altura divina (cfr. Babel en Gn 11; ls 14,13ss ... ), pero ésta es una morada, exclusiva de Dios, que se asienta por encima de toda colina (v 2; cfr. Ez 40,2 ... ) y está firme contra cualquier vaivén.
Monte que será centro de un doble movimiento: a) centrífugo: de Sión sale la Ley, la palabra divina (v 3b; no se identifica con las prescripciones del Pentateuco sino que abarca también el mensaje profético, sacerdotal .... es decir, la palabra divina de cualquier época capaz de orientarnos en la vida individual y colectiva); b) centrípeto: esta palabra atrae hacia sí a todas las naciones (vs 2b3a). Visión universalista en la que 'gentiles', 'numerosos pueblos' 'caminan' a la búsqueda de la luz (cfr ls 60, Jr 3, 17; Sal 65 ... ). En el pasado, Israel caminó por el desierto hacia la montaña del Sinaí para recibir la palabra del Señor, ahora son todos los pueblos los que caminan hacia esta montaña buscando orientación para sus vidas.
En los textos de creación la palabra divina ponía orden sobre el caos; ahora, en esta etapa final, su palabra, aceptada por todos los pueblos, es capaz de traer la paz y la justicia a un mundo caótico, lleno de contiendas, guerras, rivalidades... La imagen de la transformación de las armas en instrumentos agrícolas es de una gran belleza (v 4). Nadie padecerá sobresaltos por miedo a los otros sino que todos podrán sentarse tranquilamente bajo la higuera y la parra (Miq 4). El oráculo termina con una invitación a Israel a caminar a la luz del Señor.
• Aplicaciones Sión es la antítesis de Babel. La tendencia humana a engreírse, a 'subirse de humos', a escalar la altura divina... siempre conduce a Babel: a la dispersión y confusión de lenguas. La subida a Sión es escarpada, su ascenso, arriesgado, pero sólo de esta montaña parte la luz, la palabra capaz de reunir a todos los hombres y hacer que se entiendan. Este sueño del profeta se cumple en Pentecostés: los pueblos dispersos comprenden la nueva lengua del Espíritu (Hch 2). Sólo cuando la luz del Espíritu brilla sobre el hombre éste es capaz de deponer las armas y luchar por el bienestar de la humanidad (instrumentos agrícolas).
Para los cristianos, el monte con su templo es Jesús de Nazaret (cfr Jn 4,19ss) por quien suspiramos en el Adviento. Es muy difícil que los políticos transformen las armas militares en arados o las lanzas en podaderas, más bien sueñan con armas sofisticadas que venden incluso a países del tercer mundo, quitándoles el pan de sus bocas. ¿Así luchan por la paz? Sólo Jesús puede transformar nuestro mundo para que todos vivamos tranquilos, sin sobresalto alguno.



SEGUNDA LECTURA

El contexto de este párrafo es la sección de recomendaciones éticas que a menudo encontramos en las cartas de Pablo. Anima a la comunidad a una conducta conforme a su ser de cristianos.

Una motivación para esta conducta es la situación escatológica del cristiano que Pablo recuerda en los vv 11-12. Esa situación, en el sentido paulino, significa que el cristiano está viviendo ya la situación definitiva, última, inaugurada por Cristo, a la que se ha incorporado por la fe y el bautismo. Es lógico vivir según esa situación. Somos personas que han visto la luz y el día final puede llegar en cualquier momento. Evidentemente esta motivación se sentía más en la primera generación cristiana, que esperaba la llegada gloriosa del Señor Jesús, la parusía, para dentro de poco tiempo. Pero, con independencia de ello - en Romanos esta mentalidad parece menos fuerte que en las primeras cartas de Pablo - es claro que la situación individual final, la muerte, puede sobrevenir en cualquier momento. Y es bueno encontrarse con Jesús viviendo y habiendo vivido según su mensaje.

Pero lo esencial es otra motivación : el estar revestidos del Señor Jesucristo (v.14), que es una forma de hablar del ser en Cristo, situación en que ya nos encontramos aunque todavía no haya desarrollado todas las virtualidades contenidas en ella.

Supuesto que la realización total no haya llegado aún para quienes vivimos en el mundo, y supuesto también que hay peligro de decaer y olvidarse de esta condición cristiana ante las reales distracciones que tenemos, Pablo recuerda la coherencia de una conducta acorde con tal condición. Los ejemplos del v. 13 son eso, ejemplos, y no una lista completa de conductas. Cada uno de nosotros puede saber cuáles son las que a él le corresponden.

FEDERICO PASTOR
federico@dabar.net

EVANGELIO

1. Aclaraciones al texto
V.37 El Hijo del Hombre: expresión usada por Jesús para referirse a sí mismo. Denota humanidad rebosante de autoridad divina; expresa el Yo de Jesús en el presente de su vida y en el futuro de su muerte y de su más allá.
V.42 Traducción más precisa: Por consiguiente, estad en vela. En el original, el v.42 extrae la consecuencia de lo expuesto en los versículos anteriores. Vuestro Señor es el Hijo del Hombre.
V.43 En vez del imperativo comprended de la traducción litúrgica parece preferible el presente de indicativo: Comprendéis que si supiera el dueño...

2. Texto
Palabras de Jesús con la mirada puesta en la venida del Hijo del Hombre al final de los tiempos.
En el evangelio de Mateo, Jesús habla de la venida del Hijo del Hombre atendiendo a los destinatarios, según sean o no discípulos suyos. El texto de hoy va dirigido a sus discípulos. Los no discípulos tienen su texto en 25,31-46, popularmente conocido como juicio final.
Como miembros del Pueblo de Dios, los discípulos estaban familiarizados con la Escritura Santa y, en concreto, con la historia de Noé y del diluvio (Génesis 6,13-7,24). Lo que pasó en tiempos de Noé pasará cuando venga el Hijo del Hombre (v.37). Jesús argumenta por comparación, procedimiento didáctico bastante habitual en la antigüedad: iluminar una situación desconocida a partir de otra conocida. Lo que pasó cuando vino el diluvio fue su llegada inopinada y su carácter de discernimiento de las personas (Noé entró en el arca; los demás, no); lo que pasará cuando venga el Hijo del Hombre será también su llegada inopinada y su carácter de discernimiento (éste es el alcance de las imágenes de separación de los dos hombres y de las dos mujeres en los vs.40-41). Factor sorpresa y discernimiento. Sin aviso previo, en plena rutina de las cosas, inesperadamente, inopinadamente, sin alarmismos histéricos.
Por consiguiente, estad en vela (v.42), estad preparados (v.44). Jesús extrae la consecuencia inmediata para la vida de los discípulos (vs.42-44).

3. Comprensión actualizante
El discípulo de Jesús tiene una concepción trascendente de la historia.
El discípulo de Jesús vive sabiendo hacia dónde camina.
El discípulo de Jesús no vive inconscientemente, despreocupadamente.
El discípulo de Jesús vive la vida sin miedos y sin alarmismos.
El discípulo de Jesús no vive amenazado por la venida del Hijo del Hombre, sino esperanzado por ella. Esa venida confiere a su vida conciencia crítica, conciencia relativizadora, conciencia liberadora.


ALBERTO BENITO
alberto@dabar.net

CELEBRACIÓN COMUNITARIA DE LA PENITENCIA

1. RITOS INICIALES
* Canto inicial: Ven, Señor Jesús (del grupo Kairoi)
* Monición.
El tiempo de Adviento nos prepara a recibir al Señor, que viene a nuestro encuentro. En nosotros resuenan con un eco especial las palabras del profeta Isaías: “Preparad el camino al Señor, allanad sus senderos”. Cada uno de nosotros ha de ser uno de esos senderos por los que Dios pueda pasar y llegar a otras personas. Pero dentro de cada uno hay cimas, dunas, rocas, baches... Hemos de allanar el camino para que Dios pueda pasar sin obstáculos a través de nosotros. Que esta celebración nos ayude en esa hermosa tarea, pues entonces empezaremos a ser presencia de Dios para los demás.

* Oración presidencial
Señor, Dios nuestro, que sales a la búsqueda del hombre, movido por tu inmenso amor, para hacerle partícipe de tu ser; prepara en nosotros un pueblo bien dispuesto y unos corazones abiertos a acoger al que viene en tu nombre. Que esta celebración del sacramento del perdón nos haga dignos de recibir entre nosotros al que nos envías como Salvador: Jesucristo, tu Hijo. Él, que vive y reina contigo...

2. LITURGIA DE LA PALABRA
* Primera lectura: Isaías 40, 1-11
* Salmo 24. R/. Alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación
* Canto del Aleluya
* Evangelio: Lucas 1, 39-45
* Homilía. Ideas para poder comentar o desarrollar en la homilía:
- Como en tiempos de Isaías, Dios manda consolar a su pueblo y envía un heraldo que grite el anuncio de su venida. Viene hasta nosotros lleno de parabienes y trayendo lo que puede hacernos estar tranquilos: salario y recompensa. Se mueve entre nosotros con la delicadeza y la ternura de un pastor que cuida de cada una de sus reses. Jesús viene enviado por Dios a llevar adelante esta misión.
- El texto de la visitación nos sugiere una pregunta similar a la que se hace Isabel: ¿Quiénes somos nosotros para que nos visite el Señor? Esto nos da una idea de cuán importantes somos para Él y de cuánto amor nos tiene. No espera que nosotros le busquemos, sino que Él viene a nosotros para que sepamos que le importamos, para que nos demos cuenta de cuánto nos ama y lo cercano que se siente de nosotros y de nuestro mundo.
- El momento histórico que nos toca vivir es bastante extraño, lleno de contradicciones, pero que, en general, intenta ignorar o silenciar a Dios, pues no lo ve como un aliado nuestro sino como un rival que molesta. En esta situación, el cristiano intentará llevar a sus hermanos la verdad del Dios de Jesucristo. Pero esa verdad sólo podrá ser escuchada y entendida si el testigo de Jesucristo vive en la fe, la esperanza y el amor. Son las actitudes que transparentan quién y cómo es Dios y las que podemos revisar en esta celebración.

3. LITURGIA SACRAMENTAL
* Examen de conciencia:
- Reviso si soy una persona de fe. Si creo en Dios, en su bondad, en su perdón y su misericordia para con todos, en su universalidad; si creo en su presencia continuada en el mundo y en mi vida; si le presto mi adhesión sin condiciones; si no desconfío de Él y de su atención por nosotros; si creo íntegramente en el mensaje de Jesús; si actúo como ciudadano del reino.
- Reviso si soy una persona de esperanza. Si no soy negativo, si sé poner luz en la oscuridad, si no decaigo fácilmente ante las adversidades; si busco o no soluciones de manera tenaz a los problemas; si confío en la acción de Dios en todas las personas, si no soy desconfiado con los demás, si no abandono o tiro la toalla fácilmente, si creo en la utopía, en un mundo mejor, en la realidad del reino de Dios; si vivo sin miedo de la muerte, si espero en la vida eterna.
- Reviso el amor que hay en mí. Si siento amor por la vida, por las personas, por Dios. Si las cosas que hago las hago con amor. Si pongo amor cuando más difícil resulta, si pongo amor aun cuando no soy correspondido o cuando no soy querido; si doy desinteresado en mis relaciones y respeto a todos por lo que son como personas; si valoro como regalo de Dios todo lo que tengo; si valoro la fe, la pertenencia a la Iglesia, el conocimiento de Jesús y del evangelio y si trato de no vivir con enemistad, rencores o resentimientos.
* Hagamos reconocimiento público de nuestra común condición de pecadores y pongámonos en las manos misericordiosas de Dios, diciendo: Yo confieso...
* Confesión y absolución individual
* Imposición de la penitencia comunitaria
* Preces
Respuesta cantada: Ven, Salvador, ven sin tardar, danos tu gracia y tu paz;
ven, Salvador, ven sin tardar, danos tu fuerza y verdad.
- Para que la Iglesia lleve siempre el perdón y la misericordia de Dios.
- Para que los pueblos y las naciones vivan en unas relaciones humanas cada vez más fraternas y solidarias.
- Para que todos los que sufren se vean consolados y aliviados por la presencia de Dios en el mundo.
- Para que todos los que buscan a Dios puedan encontrarlo en nosotros, los cristianos.
- Para que Dios nos haga crecer en la fe y en el amor y podamos dar, así, testimonio de la esperanza cristiana.
- Para que la venida del Señor colme las expectativas de todas las personas que se implican porque creen que un mundo mejor es posible.
* Llenos de alegría por ser hijos de Dios y por haber recibido su perdón, nos dirigimos al Padre llenos de agradecimiento con la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro...

4. RITOS DE DESPEDIDA
* Oración presidencial
Dios, Padre de bondad, que nos llamas a preparar el camino del Señor y a que allanemos sus senderos, conserva en tus fieles la gracia que han recibido en el sacramento de la penitencia y hazlos testigos en el mundo de la luz que tu Hijo Jesucristo nos trae, para que el día de su venida gloriosa, podamos celebrar, junto a todos los hombres, la salvación completa y definitiva que tú nos das. Por JCNS.
* Bendición
* Canto final: La Virgen sueña caminos

JUAN SEGURA
juan@dabar.net


PARA LA ORACION
Dios Padre Nuestro, tú nos invitas a la mesa de la Eucaristía, para fortalecer nuestra esperanza. Aviva en nosotros el deseo de buscarte, la espera de tu venida y la fe en tu presencia
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Señor nuestro, recibe los dones que de Ti hemos recibido. Que tu Espíritu Santo nos haga dichosos, al acoger con gozo y fe a tu Hijo Jesucristo. El que vive y reina por los siglos de los siglos
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Te damos gracias Señor, porque no dejas de mostrarnos tu voluntad.
Tú has querido poner en lo profundo de nuestro ser el hambre y sed de Ti.
Para saciar nuestras ansias de eternidad, de ser amados por Ti siempre,
Te has encarnado en el seno de María, la Virgen Madre, por obra del Espíritu Santo.
En este tiempo de espera y promesas, Tú alientas nuestra fe.
Nos ayudas en este camino, en el que anhelamos y esperamos tu venida,
proponiéndonos como modelo de fe y disponibilidad a tus planes,
de donación y fecundidad, de acogida y fidelidad a Jose, hombre bueno y justo, y a María,
la Virgen de la escucha y la caridad. Madre de la Esperanza, Madre del Emmanuel,
de Dios-en-nosotros y con-nosotros.
Padre nuestro, sigue acompañando a Tu Iglesia,
para que sea portadora de Cristo, tu Evangelio.
Que cada cristiano proclamemos esta Buena Noticia,
desde la confianza en tu Palabra
y la actitud permanente de servicio y entrega a nuestros hermanos
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Dios nuestro, que la cercana celebración del nacimiento de tu Hijo Jesús, nuestro Salvador, despierte la fe dormida y la caridad olvidada. Ayúdanos a dar razón de nuestra fe en Ti, con audacia y alegría, con generosidad y confianza


LA MISA DE HOY
SALUDO
Hermanos: Que el amor de Dios Padre, que en su Hijo Jesucristo cumple sus promesas de salvación, esté con todos vosotros.

ENTRADA
Somos bienvenidos a esta Eucaristía en la recta final de este tiempo de Adviento. Pocas horas nos separan de celebrar el nacimiento de Cristo, el Emmanuel, el Dios con nosotros. La fe nos lleva a la súplica, a la alegría porque vamos a alcanzar la meta de nuestro viaje. La fe es un encuentro con Dios en Jesucristo, pero también un encuentro con los hermanos.
De la mano de la virgen María y de San José, llega hasta nosotros todo un ejemplo de donación y fecundidad, de cómo acoger y esperar a Jesús. Recibimos de ellos el testimonio de una fe que lleva a confiar plenamente en la Palabra de Dios y a hacernos disponibles para colaborar siempre en los planes que Él tiene para nosotros.
Que esta celebración nos ayude a descubrir a Dios con nosotros y a servirle en sus hijos, nuestros hermanos.

ACTO PENITENCIAL
El Señor Jesús nos muestra la misericordia de Dios. Sus promesas de vida y perdón se cumplen. En ocasiones no respondemos desde la fe a sus proyectos. Reconozcamos ahora nuestros pecados.

- Tú, que intervienes en nuestra historia para engendrar vida y paz. Señor, ten piedad
- Tú, que nos encomiendas el don y la misión de anunciar tu Evangelio. Cristo, ten piedad.
- Tú que nos invitas a descubrir y amar tu voluntad. Señor, ten piedad

LECTURA PROFÉTICA
El rey Acaz no confía en Dios; se fía solo de sus alianzas, fuerzas y planes para afrontar el futuro. El profeta Isaías anuncia al rey una señal de parte de Dios: el nacimiento de un niño, encarnación de la bondad de Dios, de su presencia salvadora entre los hombres. Escuchar este anuncio profético, en este último domingo de Adviento, nos prepara para la venida del Señor. El niño es puro don. En él reconocemos al Mesías. Como parte de este signo profético está la madre: “la Virgen está encinta y da a luz un hijo y le pone por nombre Emmanuel (que significa: "Dios-con-nosotros").

SALMO RESPONSORIAL (Sal. 121)
Vamos alegres a la casa del Señor.
¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»!. Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén.
Vamos alegres a la casa del Señor.
Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David.
Vamos alegres a la casa del Señor.
Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor».
Vamos alegres a la casa del Señor.
Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios».
Vamos alegres a la casa del Señor.
Por mis hermanos y compañeros, voy a decir: «La paz contigo». Por la casa del Señor nuestro Dios, te deseo todo bien.
Vamos alegres a la casa del Señor.

LECTURA APOSTÓLICA
San Pablo recuerda aquí su condición de siervo de Jesucristo y apóstol. Ha sido elegido y enviado para proclamar a todos los hombres el Evangelio de Dios. Este Evangelio que él predica ya los anunciaron los profetas; ahora esa promesa se ha cumplido en Jesucristo. El contenido de esta Buena Noticia, que Pablo proclama es Jesús, Señor nuestro, Hijo de Dios y, según lo humano, descendiente de David. Pablo ha recibido por medio de Jesús el Señor, la misión y el don de anunciar el Evangelio a todos los gentiles, para que respondan a la fe en Cristo.

LECTURA EVANGÉLICA
La cercanía de Dios en la vida de José provoca en él miedo y la duda acerca del papel qué él tiene que desempeñar en los planes de Dios. El anuncio que recibe del ángel del Señor le aclara cuál es su tarea. El relato que vamos a escuchar nos muestra el contenido de ese mensaje: la encarnación del Hijo de Dios en el seno de la Virgen María es obra del Espíritu Santo; el que va a nacer, de nombre Jesús, es Dios-con-nosotros. Él nos traerá la salvación. José deberá poner el nombre al niño, es decir, será su padre legal. De esta manera introduce a Jesús en la estirpe de David. A José se le pide que se fíe totalmente de Dios, y él se fía. Dios no salva al hombre sin la cooperación y sin la fidelidad del hombre

ORACIÓN DE LOS FIELES
A las puertas de celebrar el nacimiento de Dios-con-nosotros, acudimos a Él con esperanza y fe para presentarle nuestras necesidades. Diremos: ¡Ven, Señor, Jesús!

- Para que la Iglesia, a ejemplo de San José, descubra cada día los planes de Dios, y los lleve a cabo desde la fidelidad, el gozo y la confianza. Oremos
- Para que en nuestro mundo sean cada día más numerosas las iniciativas que promueven el diálogo y el respeto a la persona humana. Oremos
- Para que los que se hallan inmersos en situaciones de incomprensión, rechazo o intolerancia descubran la cercanía de Dios y reciban un trato fraterno de los que conviven con de ellos. Oremos
- Para que nuestra comunidad (parroquial) esté atenta a los signos de los tiempos, y respondamos desde la fidelidad y el amor-caridad a las llamadas que recibimos de Dios. Oremos

Señor, escucha nuestras súplicas. Ilumina nuestra esperanza. Llena nuestra vida de tu gracia y ternura. Por Jesucristo, nuestro Señor.


CANTOS PARA LA CELEBRACION
Entrada. Ven, ven, Señor, no tardes; Vamos a preparar los caminos del Señor (1CLN-17); Tened encendida la lámpara (disco “Nuevos cantos de Adviento y Navidad”).
Acto penitencial. Señor, ten piedad (disco “Dios es amor”).
Salmo. Qué alegría cuando me dijeron (de Manzano).
Aleluya. 1CLN-E 1.
Santo. 1CLN-I 2.
Aclamación. 1CLN-J 2.
Comunión. Libertador de Nazaret (de Erdozáin); Señor, ven a nuestras almas (de G. Arrondo); Cerca está el Señor (1CLN-731).
Final. Una canción a la Virgen.



Director: José Ángel Fuertes Sancho •Paricio Frontiñán, s/n• Tlf 976458529 Fax 976439635 • 50004 ZARAGOZA
Tlf. del Evangelio: 976.44.45.46 - Página web: www.dabar.net - Correo-e: dabar@dabar.net

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WebJCP | Abril 2007