LUGAR DE ENCUENTRO DE LOS MISIONEROS DE TODO EL MUNDO
MISIONEROS EN CAMINO: Evangelio Misionero del Dia: 4 de Noviembre de 2010 - SEMANA XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO
NO DEJES DE VISITAR
www.caminomisionero.blogspot.com
El blog donde encontrarás abundante material para orar y meditar sobre la liturgia del Domingo. Reflexiones teológicas y filosóficas. Videos y música para meditar. Artículos y pensamientos de los grandes guías de nuestra Iglesia y Noticias sobre todo lo que acontece en toda la vida eclesial
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Evangelio Misionero del Dia: 4 de Noviembre de 2010 - SEMANA XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 15, 1-10

Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo, pero los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos».
Jesús les dijo entonces esta parábola: «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido".
Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse».
Y les dijo también: «Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido".
Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte».

Compartiendo la Palabra
Por Pablo Largo, cmf

Las ovejas perdidas están perdidas; no tienen, ni mucho menos, el sentido de la orientación de los perros, y hay que ir en su busca si se las quiere recobrar. Lo sabe muy bien el pastor. Para él, una sola oveja no es una cantidad despreciable, y no puede desentenderse de su suerte. Las monedas perdidas están perdidas, y no vuelven por sí solas a la hucha, la caja o el cofre en que se guardaban. El juego de las diez arras solo está completo cuando se ha barrido la casa y se ha encontrado la extraviada. Y la alegría de la mujer, como la del pastor, se vuelve contagiosa. La acucia contar su hallazgo, como la ha acuciado la búsqueda afanosa de la moneda.
Las parábolas de hoy nos hablan de una de las fuentes de la alegría de Jesús. Cuando regresan los discípulos de la misión, en la que han curado enfermos y expulsado demonios, él se siente lleno de la alegría del Espíritu Santo: ve caer del cielo a Satanás, percibe la expansión del Reino de Dios. Otro momento en que lo inunda la alegría es justamente la conversión de los pecadores, a los que, ejerciendo su “dulce locura de misericordia”, rehabilita ante Dios. Ahí está la clave de su conducta de acogida y de la comunión de mesa.
En cada uno de nosotros, cuando nos alejamos del Padre, ve Jesús una oveja perdida; él, el buen pastor, sale en nuestra busca, porque le importamos. Él sabe también que Dios nos ha hecho monedas de buena ley, que estamos formados a imagen y semejanza de Dios mismo y que llevamos acuñada en nosotros su imagen. Y quiere limpiar en lo más hondo del corazón esa imagen empañada por la culpa.
Hace 11 días celebrábamos la memoria de san Antonio María Claret. Se sentía acuciado por el estado y la suerte de los pecadores. Decía: “Están como delirantes. Por lo mismo, son más dignos de compasión, no los puedo abandonar, sino trabajar por ellos para que se salven y rogar a Dios por ellos, diciendo con Jesucristo: ‘Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen ni lo que dicen’”

0 comentarios:


WebJCP | Abril 2007