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MISIONEROS EN CAMINO: XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (Lc 10, 1-12.17-20) - CICLO C: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración
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miércoles, 30 de junio de 2010

XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (Lc 10, 1-12.17-20) - CICLO C: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración


Vivir en la alegría de Cristo, siempre es misión.
Publicado por DABAR

Jesús nos envía, no solos, acompañados. Envió a “otros” 72, y nos envía en su última aparición. “La mies es abundante y los obreros, pocos”. La misión es urgente pero dichosa, vivida en relación, en compañía, compartiendo camino y vida, afrontando peligros y desalientos y gozando de la alegría juntos; mejor juntos.
A veces nos parece más fácil vivir nuestro cristianismo en solitario porque los demás no comparten nuestra forma de ver y sentir el camino, o porque la exigencia es mayor vivida en comunidad.

Pero, ¿dónde encontramos a Cristo?, ¿sólo en el Sagrario?

Por supuesto que es imprescindible la oración personal, el silencio, el encuentro del corazón con su Palabra. Pero Jesús no fue un monje de Qumran aislado. Él creó una comunidad donde se compartía la vida. Claro que en ocasiones se sintió solo, incomprendido, pero el calor del corazón de sus amigos y amigas también le ayudó en su misión, en sus dudas, en su cotidianeidad, en sus sufrimientos; y ahí también estaba Dios.

Últimamente os voy contando mi vida, mis experiencias en “entregas”, a modo de radionovela (o culebrón). Nada hay más humano y más divino a la vez que ver la mano del Espíritu en la vida.
Como ya sabéis, llevo un curso “entretenido” con los problemas de salud de mis padres: dos operaciones de mi madre, un ingreso de mi padre y sus dos meses de convalecencia en mi casa.
A principios de Abril todo volvió a la normalidad: mis padres se fueron a su casa y retomaron su vida casi con normalidad, y yo la vida colegial con un poco más de paz.
Ahora, a mitad del mes de Mayo, todo se precipita de nuevo: los exámenes, las celebraciones, los cantos, las fiestas escolares, el viaje de dos días de 4º de la ESO, y… ¡operan a mi padre!
A mí la primavera no me sienta muy bien: es un momento de “subi-baja” anímico que me cuesta remontar. El día que mi padre me dijo que lo operaban hoy pensé de nuevo: “Dios mío, ¿cómo voy a llegar a todo? Ayúdame, yo sola no puedo; sostenme Tú”
Aunque hay personas que siempre están ahí y a las que les debo mucho (mi marido, sobre todo), comenzaron a surgir amigos, amigas, compañeros y compañeras que asumían con alegría mis tareas. Y cuando digo con alegría es no con resignación, sino con sincero cariño y apoyo. ¡Todo un lujazo!

Me he sentido querida y arropada, protegida, SOSTENIDA.
Me he vuelto a encontrar con Cristo en todos y cada uno de ellos.
Mi comunidad, la que crece y avanza conmigo, la que trabaja conmigo, la que ama conmigo, reacciona al unísono desde nuestra diferencia pero, sobre todo, desde nuestro sentir común, desde nuestro sentirnos COMUNIDAD unida por un profundo amor y por la fuerza del Espíritu que nos sostiene.

Busquemos siempre el silencio y la soledad de la oración personal, tan necesaria para nuestro camino. El encuentro es pan que alimenta. Pero, sobre todo, vivámosla en comunidad, porque en ella está el agua fresca del Espíritu, que no por nada se les donó a los apóstoles “estando reunidos”.

CONCHA MORATA
concha@dabar.net




DIOS HABLA

ISAÍAS 66,10 14c
Festejad a Jerusalén, gozad con ella, todos los que la amáis, alegraos de su alegría, los que por ella llevasteis luto. Mamaréis a sus pechos y os saciaréis de sus consuelos, y apuraréis las delicias de sus ubres abundantes. Porque así dice el Señor: «Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz, como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán; como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo, y en Jerusalén seréis consolados. Al verlo, se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos florecerán como un prado; la mano del Señor se manifestará a sus siervos».

GÁLATAS 6,14 18
Hermanos: Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Pues lo que cuenta no es circuncisión o incircuncisión, sino una criatura nueva. La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios. En adelante, que nadie me venga con molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu, hermanos. Amén.

LUCAS 10,1 12.17 20
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: “Está cerca de vosotros el reino de Dios”. Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: “Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios”. Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo». Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: «Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre». Él les contestó: «Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Mirad: os he dado potestad para pisotear serpientes y escorpiones y todo el ejército del ene¬migo. Y no os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus; es¬tad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo».



EXEGESIS

PRIMERA LECTURA

Contexto: Hacia una teología de la ciudad.
'El renacer de Jerusalén aún es posible': conclusión a la que llegan, tras varios siglos de experiencia (VIII V a.C.), tres profetas cuyo mensaje aparece en este libro, llamado Isaías. Jerusalén, ciudad madre de 'ubres abundantes' para todos sus hijos (época de Is I) ha perdido todo su esplendor religioso y cultural (inicio del s. VI a.C.). La ciudad fue arrasada y muchos de sus habitantes desterrados a Babilonia (a. 538 a.C.).
Is II pintó de color de rosa la vuelta del destierro, pero la cruda realidad fue más prosaica: la ciudad había sido devastada, las tierra enajenadas, el odio y la envidia reinaban por doquier. ¿aún era sensato soñar con el renacer de la ciudad?

Texto: 'renace un pueblo'
A los escépticos y desilusionados israelitas Is III les dirige un mensaje de consuelo y esperanza. Is 66,7 14 leedlo sin recortes expone, con la imagen de un parto inesperado, el renacer del nuevo pueblo. Judá que tenía a sus hijos en el destierro (= muertos) contempla su vuelta (=re nacer); el parto ha sido milagroso ya que nace antes que la madre sienta los espasmos (=sin guerras, sin revoluciones, vs.7.8b).
El inesperado y gozoso acontecimiento sorprende a todos: '¿Quién ha oído tal cosa ... ? ¿Se engendra todo un país en un solo día...?' (v.8a). El escepticismo cunde entre los que han vuelto del destierro y viven la dura realidad de una ciudad en ruinas, corroída además por la envidia humana; por eso preguntan: ¿Será posible el cambio? El poeta sale al paso de todas estas objeciones con estas palabras: 'Abro yo la matriz, ¿y no haré que de a luz?' (v.9). El que hizo posible la vuelta de Babel, ¿no será capaz de completarla? El obrar de Dios en el pasado hace surgir la esperanza del presente. Espera esperanzadora.
El poeta está tan seguro del éxito que invita ya a todos al gozo y alegría (vs. 1 Os). El parto inesperado, milagroso de la ciudad debe transformar los sentimientos de todos sus hijos: así se convierte '... el traje de luto en perfume de fiesta' (61,3.10); los huesos calcinado florecen como el prado (v. 14); Jerusalén, madre de ubres abundantes, es capaz de saciar todos los deseos insatisfechos de los que volvieron del destierro. Y esta madre no sólo es fecunda, sino también femenina, tiema (v. 13) que lleva a sus hijos en brazos y acaricia a todos los que están hambrientos de consuelo, de liberación. Ternura capaz de convertir lo árido, la angustia, la desolación... en verdor, gozo, esperanza...
Y con este nuevo re nacer brota la paz y la abundancia. Paz, meta de todo progreso y desarrollo; todo sufrimiento debe acabar en alegría; la muerte, en resurrección... (v. 12; cfr. 60,5s. 13; 61,6). Esta es la verdadera esperanza: la esperanza esperanzadora. Dejar al humano en el dolor sin intentar aliviarle es puro 'opio'.

Reflexiones: lo acaecido en Jerusalén se aplica a toda ciudad.
Desilusionada y falta de esperanza está también nuestra gente, nuestros pueblos y naciones... Sólo por captar votos, nuestros políticos pintan, en campaña electoral, un cuadro idílico: distribución de la riqueza, mayor justicia social, miles de millones para los marginados, paz, bienestar para todos, prosperidad, libertad, abundancia.. La realidad es mucho más prosaica: ¿Dónde está esa leche abundante? Si las ubres estaban repletas, ¿a dónde han ido a parar? ¿A los famélicos o a los rollizos y devotos incondicionales? El luto impera, falta la alegría, las ganas de reír los chistes, la fiesta... El pueblo continúa escéptico, y razones no le faltan.
Desilusionado y falto de toda espera está también el pueblo de Dios. La nueva Jerusalén, la Iglesia, debería ser madre, con ubres abundantes de buena leche, que alimenta, sobre todo, a los más desheredados, a los desnutridos... Debería ser madre tierna que acariciara y mimara, que fuera capaz de convertir la tristeza, el luto... en gozo, en alegría. La realidad es más prosaica: en esta ciudad también reina la envidia, el odio, la incomprensión, el afán por el poder, por dominar... El pueblo se siente escéptico, y razones no le faltan.
Y en medio de tanta oscuridad, desilusión y escepticismo deben resonar, de nuevo, las palabras de Is 111. Por encima de las palabras de líderes religiosos y políticos más que discutibles y frente a las que es necesario no quedarse con los brazos cruzados debe brillar siempre la espera esperanzadora, el mensaje profético. El que actuó en el pasado del pueblo no puede dejar de atenderle hoy y en el futuro: "Abro yo la matriz, ¿Y no haré que de a luz?".



SEGUNDA LECTURA

Este final de la carta, escrito probablemente, a diferencia del resto, por el propio Pablo, recoge algunos de los temas tratados previamente. Así el recuerdo al Señor Jesús como único sentido de la vida de Pablo, expresado en la enigmática frase de la crucifixión del mundo para Pablo y de Pablo para el mundo. Ello no implica menosprecio alguno de la realidad, sino que, en comparación con el Señor Jesús, aludido en el término "crucificado", nada tiene importancia.
La expresión de las marcas de Jesus no resulta clara. Puede entenderse en forma de señal o señales físicas de diversos tipos o en sentido moral, porque "cuerpo" no ha de leerse en sentido griego como contrapuesto a alma, sino que puede designar, y de hecho designa en muchos lugares paulinos a la totalidad de la persona. Pero no se puede identificar en concreto. Pero en todo caso alude a una profunda identificación entre Pablo y su Señor. En relación con ella nada importa.
El otro tema es la nueva situación en Cristo, donde no importan las diferencias por importantes que previamente fueran, como los símbolos religiosos de circuncisión e incircuncisión, o sea, judíos y no judíos. Esta nueva situación es llamada "creatura" o "creación" nueva. Lo cual indica la radicalidad de esta novedad y la hondura de esa transformación en Cristo. Esta hondura y radicalidad pasa frecuentemente desapercibida en muchos ambientes que se dicen cristianos. Por carecer de un punto de comparación anterior en el que Cristo no fuera conocido resulta difícil, a veces, sentir la novedad de lo cristiano y de lo que el Señor ha aportado a la existencia.

FEDERICO PASTOR
federico@dabar.net


EVANGELIO

1. Observaciones al texto
V.1 Designó otros setenta y dos. El verbo empleado da al hecho solemnidad e importancia. Otros hace referencia al anterior envío de mensajeros a Samaría en 9,52.
V.4 No llevar sandalias. No es ir descalzo, sino limitarse a las sandalias puestas, sin llevar otras de repuesto. Esto se deduce del verbo empleado en griego. No detenerse a saludar por el camino. Un judío podía seguir el camino que atraviesa Samaría, pero con la condición de no hablar con nadie. En la práctica, los judíos evitaban atravesar Samaría. La actitud de Jesús sorprende por su libertad.
Vs.5-6 Paz. Sentido religioso: bendición o estado de bienestar que tiene su origen en Dios. Gente de paz. Traducción de la expresión hebrea hijo de la paz. Persona abierta a la paz que viene de Dios.
V.7 Quedaos en la misma casa. Traducción incorrecta. Quedaos en la casa, en la que os reciba. Están en la casa haciendo el bien a sus moradores. Son trabajadores que tienen derecho a un salario. El pago, en especie, es la manutención, debida por las reglas de la hospitalidad.
Vs.8-11 Se aplica a los núcleos de población lo dicho de las familias. Estos núcleos se regían por sus propias reglas; velar por el cumplimiento de las mismas corría a cargo de los responsables de la ciudad o pueblo. En este sentido, la presencia de alguien de fuera podía ser aprobada o rechazada. Aceptar a alguien conllevaba ofrecerle comida.
Vs.9 y 11 La forma verbal empleada en griego para hablar del Reino de Dios favorece más una traducción en términos de presencia que de cercanía: Ha llegado el Reino de Dios, en lugar del está cerca el Reino de Dios de la traducción litúrgica.
V.11 Sacudirse el polvo. Acción simbólica expresando ruptura entre las partes.
V.12 Aquel día. El día del juicio. Ese día se pondrá de manifiesto la enorme gravedad de haber rechazado el Reino de Dios. Este rechazo es el mayor de los pecados.
V.17 Señor. Interpelación bíblica por antonomasia para dirigirse a Dios. ¡Hasta los demonios se nos someten! Exclamación de espontánea admiración ante un hecho totalmente inesperado para los setenta y dos.
V.18 Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. No es tanto una visión exterior, cuanto una imagen para expresar una realidad de orden moral: la derrota de Satanás, su quedar desposeído del poderío que se había arrogado. Del cielo no quiere decir de junto a Dios; el cielo tiene aquí la altura de la soberbia. El ojo interior de Jesús captaba este hecho espiritual sin necesidad de una visión exterior. Del cielo no quiere decir de junto a Dios; el cielo tiene en este caso la altura de la soberbia.
V.20 El adversativo inicial sin embargo habría que sustituirlo por el asertivo a decir verdad. Más que a alegrarse por lo primero, Jesús les invita a alegrarse por lo segundo. Vuestros nombres están inscritos en el cielo. Imagen tomada de la costumbre administrativa de registrar los nombres por escrito. Forma al servicio del siguiente fondo: los enviados tienen el favor y la aprobación de Dios.

2. Texto
A los setenta y dos los envió Jesús con el mismo cometido suyo: anunciar la llegada del Reino de Dios. Anuncio que Jesús sintió y vivió como urgente en razón de la importancia del mismo.
Urgían personas que lo dieran a conocer. Así se lo explicitó Jesús a sus enviados sirviéndose de términos agrícolas: La mies es abundante y los trabajadores pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que mande trabajadores a su mies. Todo lo que Jesús les pedió era que tuvieran conciencia de la importancia de esta misión y que actuaran en consecuencia, sin ocultarles los riesgos: Corderos en medio de lobos.
El resultado será ya responsabilidad grave y exclusiva de los receptores del mensaje. La gravedad se pondrá de manifiesto en el juicio al final de los tiempos.
Los enviados retornaron rebosantes de alegría, impresionados por haber acontecido un hecho que no esperaban: ¡Hasta los demonios se nos someten en tu nombre! Jesús ratifica el hecho: Veía a Satanás caer del cielo como un rayo. Pero les advierte que no es ese poder lo que les debe producir alegría; su fuente de alegría tienen que buscarla en Dios y, en concreto, en el hecho de saber que gozan del favor y del beneplácito de Dios.
Texto todo él urgente, expresivo, realista, arraigado en las condiciones sociológicas de la época.

3. Comprensión actualizante
Nada es igual y sí todo es diferente si el Reino de Dios ha llegado. Hoy como ayer sigue válida la urgencia de anunciar el Reino de Dios. Un anuncio que nunca es imposición y siempre es ofrecimiento.
Sigue urgiendo proclamar que el Reino de Dios ya ha llegado. Tarea nada fácil, porque siempre habrá lobos ansiosos de carne de enviado.
Urgen enviados, gente con garra y sin miedo a los riesgos personales.
Urge vivir desde la alegría de saber que el demonio no es todopoderoso, porque el Todopoderoso es Dios.
La realidad del Reino de Dios es la gran esperanza para la humanidad toda.

ALBERTO BENITO
alberto@dabar.net




NOTAS PARA LA HOMILIA

¡ANIMAOS!
Es el comienzo del verano. Precisamente este fin de semana muchos comienzan sus vacaciones y sus desplazamientos. Han elegido sus lugares de descanso y en ellos pasarán algún tiempo de relax. Los que se van y los que se quedan vivimos un tiempo distinto. Todos nos contagiamos de un aire nuevo y el verano parece entrarnos desde fuera contagiando a nuestro interior.
También las lecturas de hoy nos invitan a asumir otro aire, a vivir de otra manera, a cambiar algunas de las muchas actitudes y hábitos que arrastramos cansina y rutinariamente desde tiempos inmemoriales.
Muchos de nuestros contemporáneos andan a la greña con nuestra religión y nuestra comunidad porque, dicen, repetimos siempre las mismas cosas con espíritu tenebroso, amonestamos todavía con acontecimientos apocalípticos, avisamos de un sinfín de desgracias a un mundo que no nos hace caso y pronosticamos la debacle y el caos por descreídos.
Pero en medio de estas jornadas iniciales del verano resuenan preciosas las palabras de Isaías dirigidas a un mundo, el suyo, sordo a los profetas y cansado de vivir bajo el peso de su propia culpa.
Es hora de cambiar, de aire y de personas. El aire porque un espíritu desolado y acabado no se corresponde con el Jesús en quien creemos. Las personas porque una comunidad tan clerical como la nuestra ha agotado un modelo que se entendía en clara dependencia de estructuras clericales y cerraba las iniciativas y responsabilidades de otros miembros de la comunidad reduciéndolos a meros comparsas, monaguillos y actores de quien escribía el guión.
La Iglesia no puede permitirse ser identificada con el tenebrismo, el desánimo o la tristeza. Encargada de la esperanza del mundo no puede aislarse angustiada a llorar su mala suerte y su incomprensión. Debe manifestarse segura y convencida del evangelio de Jesús: Una buena noticia para todos, sin excepción, y un motivo de confianza siempre para el futuro. Responsable de levantar el ánimo de todos, especialmente de los más atribulados y angustiados, no puede caer en discursos repetidos y en mensajes archisabidos. La buena noticia debe tener siempre el frescor de lo nuevo, de lo novedoso y significativo.
Pero hay que hacerse una nueva criatura, nos dice S. Pablo. Hay que caer en la cuenta de que la paz y la misericordia de Dios vienen para todos; también para nuestra comunidad tan necesitada de aires nuevos, tan anclada en sus estereotipos y en sus formas que reclaman renovación.

¡PARTICIPAD!
Para hacer posible esa renovación, el Señor nos dirige a todos los creyentes, a todos los miembros de la comunidad, la invitación que no puede restringirse a un solo grupo: ¡Poneos en camino! ¡Marchad! Decid a todos lo cerca que está el reino de Dios. Llenaos de alegría y de ánimo, transmitidla a todos, porque Dios no es inasequible ni su realidad nos es ajena ni extraña ni temerosa. Dios es la alegría mayor de una humanidad bastante desangelada y de una iglesia bastante entristecida.
Y sin embargo, hasta las mayores alegrías pueden quedar oscurecidas por el ánimo alicaído de unas personas cansadas que necesitan ayuda en la tarea apasionante de presentar al mundo el mensaje de un Dios lleno de comprensión, perdón y acogida para todos.
Cristianos, al escuchar hoy el envío que Jesús hizo a todos los que le rodeaban, debemos entenderlo dirigido a todos nosotros y asumirlo como encargo, invitación y tarea, convirtiéndonos en predicadores de su amor y en compañeros de camino de todos los que formamos esta comunidad que puede renovar su aire, sus instituciones y sus formas, pero que nos necesita a todos para seguir haciendo su misión.

JOSE ALEGRE ARAGÜES
pepe@dabar.net



PARA CONSIDERAR Y REFLEXIONAR EN GRUPOS

Sin embargo, no estéis alegres porque se os someten los espíritus;
es¬tad alegres porque vuestros nombres están inscritos en el cielo
(Lc 10, 20)

Preguntas y cuestiones
-¿Qué pesa más en nosotros y en la Iglesia hoy, el ‘mirad que os mando como ovejas en medio de lobos’ o ‘el Reino está cerca de vosotros?



PARA LA ORACION

Es tiempo de descanso y reencuentros, pero la vida no para y las necesidades del mundo no descansan, tampoco cierta sensación de desánimo y cansancio vital. Ayúdanos, Señor, a presentar tu mensaje de alegría y esperanza en los ambientes a los que acudimos. Haznos testigos de tu amor y perdón a la vez que trabajadores por la justicia y la paz.
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En el pan y en el vino están presentes quienes hacen de la vida un largo esfuerzo por remediar las carencias materiales e inmateriales más importantes de nuestra existencia. Están quienes sufren de tantas formas como el dolor se hace presente. Estás, también y sobre todo, Tú Dios que compartes el mundo con nosotros y nos invitas a compartirlo con todos
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Porque Eucaristía es acción de gracias, porque la vida es un maravilloso regalo, porque el mundo está adornado con las mejores galas para recibirnos cuando nacemos y cada mañana al despertar el alba, porque podemos descubrirte a nuestro lado, siempre pendiente, siempre preocupado, siempre invitando a seguir sin desánimo, porque podemos llamarte Padre con toda propiedad, porque podemos sentirnos contigo con la misma confianza que en nuestra casa, porque nos acoges como somos y porque Jesús nos ha dado a conocer tu forma de ser con nosotros que, siendo un misterio insondable, eres cercano y cariñoso, porque tu amor no tiene fin ni límites, porque eres quien sustenta y da sentido amoroso a nuestra vida. Te damos gracias.
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Participar en la celebración comunitaria de cada semana alimenta nuestra agotada despensa de esperanza, incrementa la luz que llevamos con cierto riesgo de apagón, despierta nuestro ánimo para seguir haciéndonos compañeros de tantos hermanos cansados, nos llena de confianza sabiéndonos acompañados y nos anima a cambiar las cosas de nuestra comunidad que se vuelven obsoletas y cambiarlas por otras que nos hagan llegar mejor a nuestros contemporáneos. Haz, pues, que la participación no sea un cumplimiento rutinario sino una necesidad sentida y agradecida.




LA MISA DE HOY

MONICIÓN DE ENTRADA
Sed bienvenidos, en el comienzo del verano, a la celebración de la vida que los creyentes hacemos cada semana convocados en el nombre de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Con los calores propios del momento y con las circunstancias que marcan la situación de nuestro mundo, teniendo muy cerca de nosotros la realidad de quienes sufren, vamos a presentar a Dios, como ofrenda, nuestra intención de ayudarle a salvar al mundo.

ACTO PENITENCIAL
Porque Dios conoce muy bien nuestra condición personal y todo lo que bulle en nuestro interior vamos a reconocerlo para experimentar su amor y su perdón.
-Tú que sabes cómo pensamos, sentimos y actuamos, más allá de nuestras dulces palabras. Señor, ten piedad
-Tú que también conoces nuestros cansancios, debilidades y defectos, que sabes cómo nos cuesta caminar. Cristo, ten piedad
-Tú que puedes cambiar nuestro aire cansado y rutinario en otro estilo de novedad y ánimo. Señor, ten piedad
El Dios del amor y del perdón, el Padre que nos conoce y comprende, el Hermano que ha compartido nuestra historia y el Espíritu que puede renovarlo todo, nos acepta, nos quiere y nos anima a vivir con entusiasmo nuestra fe.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
El pueblo de Isaías había conocido muchas crisis, todas las había superado porque Dios se empeñaba a pesar de las condiciones de unos miembros duros. Pero ahora es otra cosa. En tiempos del profeta la crisis se hace más seria y más larga. El desánimo cunde entre muchos. Parece que todo ha llegado a un final infeliz. El futuro se vuelve incierto, oscuro y dudoso. Pero el profeta nunca desfallece en esperanza. Podrá cansarse, pero su confianza en Dios no quiebra.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 65)
Aclamad al Señor, tierra entera.
Aclamad al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre; cantad himnos a su gloria; decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!»
Aclamad al Señor, tierra entera.
Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres.
Aclamad al Señor, tierra entera.
Transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna eternamente.
Aclamad al Señor, tierra entera.
Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica, ni me retiró su favor.
Aclamad al Señor, tierra entera.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Una señal nos distingue: La Cruz de Jesús es la marca que todos llevamos, es el signo de nuestra fe, también la referencia de nuestra vida, de toda vida humana. La Cruz es, a la vez, la expresión del sufrimiento, de la impotencia humana y de la solidaridad de un Dios que no nos deja nunca. Por eso es la expresión, también, de la esperanza.

MONICIÓN A LA LECTURA EVANGÉLICA
Un número que simboliza a todos es la forma utilizada para dirigirnos la invitación urgente a participar en la tarea de la comunidad cristiana. La Iglesia no puede ni debe limitarse a una estructura ya caduca de personas que monopolizan la proclamación y la transmisión del mensaje al mundo. Nuestros contemporáneos necesitan escuchar la buena noticia de la esperanza, del perdón y del amor. Que no seamos nosotros los obstáculos a este mensaje.

ORACIÓN DE LOS FIELES
A Dios, atento siempre a lo que nos ocurre y preocupa, podemos dirigirle nuestra petición de ayuda y socorro
-Para que los creyentes no seamos pasivos sino miembros activos y responsables de nuestra comunidad. Roguemos al Señor
-Para que hagamos presente un mensaje de alegría, esperanza y ánimo a todos los que esperan para trabajar por el mundo. Roguemos al Señor
-Para que quienes sufren, quienes se cansan de tanta injusticia, quienes se ven solos, quienes no ven claro, no caigan en el desánimo. Roguemos al Señor
-Para que los responsables de nuestra comunidad no monopolicen la dirección ni el aire de una Iglesia que debe cambiar hacia la alegría y la esperanza. Roguemos al Señor
-Para que quienes comienzan sus vacaciones las disfruten solidariamente y sean solidarios con quienes trabajan. Roguemos al Señor.
Oración: Escucha, Dios bueno, nuestras súplicas. Haz que sintamos tu mirada sobre nosotros para tener segura tu protección. Por Jesucristo Nuestro Señor.



CANTOS PARA LA CELEBRACION

Entrada: Alégrate y goza, Jerusalén (disco “Salmos al Creador”); Qué alegría cuando me dijeron; En la fiesta del domingo (disco “Nuevos cantos para el años litúrgico”).
Salmo: Aclama al Señor (1CLN-517); LdS.
Aleluya: 2CLN-E 4.
Ofertorio: Quiero estar, Señor, en tu presencia (disco “Cantos para participar y vivir la Misa”).
Santo: Gregoriano (2CLN-I 1); Santo (disco “12 Canciones religiosas y litúrgicas para el siglo XXI” de Erdozáin).
Aclamación al Memorial: Por tu cruz (1CLN-J 31).
Comunión: Pescador de hombres (de Gabaráin); No podemos caminar (1CLN-O 13); Oh, Señor, yo no soy digno (popular).
Final: Id por el mundo; Id y proclamad (disco “Ven y sígueme”).



Director: José Ángel Fuertes Sancho •Paricio Frontiñán, s/n• Tlf 976458529 Fax 976439635 • 50004 ZARAGOZA
Tlf. del Evangelio: 976.44.45.46 - Página web: www.dabar.net - Correo-e: dabar@dabar.net

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WebJCP | Abril 2007