Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 13, 31-35
Se acercaron algunos fariseos que le dijeron a Jesús: «Aléjate de aquí, porque Herodes quiere matarte».
Él les respondió: «Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! Por eso, "a ustedes la casa les quedará desierta". Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan:
¡Bendito el que viene en Nombre del Señor!»
Los fariseos, que sienten amenazada su reputación por la presencia de Jesús, aprovechan la hostilidad de Herodes con relación a Jesús, para hacer un montaje: “sal y vete” (13,31). Tanto las autoridades civiles como los hombres piadosos quieren deshacerse del profeta que les ha traído muchas incomodidades.
La respuesta de Jesús va delineando muy despacio su actitud frente al rechazo de la Galilea política y religiosa:
1. Jesús llama a Herodes: “Zorro” (13,32). En el mundo semítico el “zorro” no es imagen de “astuto” como en nuestro mundo occidental, sino de todo lo contrario, de “estúpido”. La denuncia es grave: no hay nada más peligroso que una autoridad sin criterio.
2. Jesús tiene claro el proyecto del Padre y por encima de ese proyecto no hay ninguna autoridad humana que determine lo que debe o no debe hacer (ver 13,23).
3. Jesús anuncia que efectivamente será arrebatada, pero en el lugar preciso: Jerusalén. Su muerte será de un profeta (ver 13,33). También esto lo determina el Padre.
4. Jesús entona un canto de lamentación (ver 13,34): la misericordia de Jesús figurado en la ternura de un ave con sus tiernos polluelos se confronta con la actitud agresiva de sus futuros asesinos. Mientras unos dispersan y quitan la vida, Jesús reúne y da vida.
5. Jesús lanza un juicio profético (13,35). A partir de su muerte habrá un cambio sustancial en la historia de la salvación, la presencia de Dios abandonará el templo y ésta sólo podrá ser hallada en la persona de Jesús a quien, en la pascua, el pueblo que lo rechazó será llamados para confesarlo como el Mesías (ver Hechos de los Apóstoles).
El profeta es amenazado pero su vida no depende de las circunstancias humanas. El camino de Jesús es el camino que el Padre tiene para él y esta conciencia determina todas sus actitudes frente al camino recorrido y el que está por recorrer, frente al que lo acoge y frente al que lo rechaza, frente a la política y frente a la religión.
Para cultivar la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón:
1. ¿Qué debe caracterizara a un profeta?
2. ¿Por qué Jesús llama al rey Herodes “Zorro”? ¿Qué crítica se está haciendo al mundo de la política?
3. ¿Cuándo hay presiones para callar la voz del profeta, cuál debe ser la actitud cristiana frente a ello?
Él les respondió: «Vayan a decir a ese zorro: hoy y mañana expulso a los demonios y realizo curaciones, y al tercer día habré terminado. Pero debo seguir mi camino hoy, mañana y pasado, porque no puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén.
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne bajo sus alas a los pollitos, y tú no quisiste! Por eso, "a ustedes la casa les quedará desierta". Les aseguro que ya no me verán más, hasta que llegue el día en que digan:
¡Bendito el que viene en Nombre del Señor!»
Los fariseos, que sienten amenazada su reputación por la presencia de Jesús, aprovechan la hostilidad de Herodes con relación a Jesús, para hacer un montaje: “sal y vete” (13,31). Tanto las autoridades civiles como los hombres piadosos quieren deshacerse del profeta que les ha traído muchas incomodidades.
La respuesta de Jesús va delineando muy despacio su actitud frente al rechazo de la Galilea política y religiosa:
1. Jesús llama a Herodes: “Zorro” (13,32). En el mundo semítico el “zorro” no es imagen de “astuto” como en nuestro mundo occidental, sino de todo lo contrario, de “estúpido”. La denuncia es grave: no hay nada más peligroso que una autoridad sin criterio.
2. Jesús tiene claro el proyecto del Padre y por encima de ese proyecto no hay ninguna autoridad humana que determine lo que debe o no debe hacer (ver 13,23).
3. Jesús anuncia que efectivamente será arrebatada, pero en el lugar preciso: Jerusalén. Su muerte será de un profeta (ver 13,33). También esto lo determina el Padre.
4. Jesús entona un canto de lamentación (ver 13,34): la misericordia de Jesús figurado en la ternura de un ave con sus tiernos polluelos se confronta con la actitud agresiva de sus futuros asesinos. Mientras unos dispersan y quitan la vida, Jesús reúne y da vida.
5. Jesús lanza un juicio profético (13,35). A partir de su muerte habrá un cambio sustancial en la historia de la salvación, la presencia de Dios abandonará el templo y ésta sólo podrá ser hallada en la persona de Jesús a quien, en la pascua, el pueblo que lo rechazó será llamados para confesarlo como el Mesías (ver Hechos de los Apóstoles).
El profeta es amenazado pero su vida no depende de las circunstancias humanas. El camino de Jesús es el camino que el Padre tiene para él y esta conciencia determina todas sus actitudes frente al camino recorrido y el que está por recorrer, frente al que lo acoge y frente al que lo rechaza, frente a la política y frente a la religión.
Para cultivar la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón:
1. ¿Qué debe caracterizara a un profeta?
2. ¿Por qué Jesús llama al rey Herodes “Zorro”? ¿Qué crítica se está haciendo al mundo de la política?
3. ¿Cuándo hay presiones para callar la voz del profeta, cuál debe ser la actitud cristiana frente a ello?
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