Por OMPRESS
* América Latina en estado permanente de Misión
* La Iglesia misionera en Bélgica en busca de un nuevo renacer, afirma su director nacional de OMP
* Más de 4.000 misioneros italianos en América Latina
* Perú condecora a la Orden Franciscana por sus 800 años de fundación
América Latina en estado permanente de Misión
OMPRESS-MADRID (28-10-09) Mons. Miguel Asurmendi, obispo de Vitoria, inauguró ayer por la tarde el Encuentro de Organismos Episcopales Europeos para América Latina que se está celebrando en la sede de la Conferencia Episcopal Española.
Tras dar la bienvenida a los presentes, Mons. Asurmendi mencionó el compromiso de nuestras Iglesias con América Latina. “Una cooperación que a lo largo de cinco siglos ha desarrollado página espléndidas, principalmente manifiestas en la santidad debido a que floreció, tanto en hombres y mujeres que dejaron sus tierras de origen y fueron enviados a la obra de evangelización del nuevo mundo, como en personas indígenas que recibieron el don de la fe cristiana”.
Recordó en su intervención que los misioneros son uno de los activos más importantes que la Iglesia tiene en España para la evangelización de nuestra sociedad. “Son objeto –dijo- de respeto y admiración entre los sectores laicos de esta sociedad. La Iglesia en España se siente dichosa por la gran obra de cooperación con las Iglesias de América Latina y del mundo entero”.
El vicepresidente del CELAM, Mons. Baltasar Enrique Porras, arzobispo de Mérida, Venezuela, desarrolló la primera conferencia del encuentro centrando su intervención en el despertar misionero que ha significado la Conferencia de Aparecida. Este despertar se ha plasmado en la Misión Continental, un impulso misionero destinado a conmover a toda la Iglesia de América Latina y el Caribe y ponerla en estado permanente de Misión. Se trata por tanto de una conversión personal, pastoral y eclesial que surge de la hondura de un encuentro personal y comunitario con Jesucristo y que tiene en cuenta explícitamente su presencia en la persona de los pobres y excluidos.
Mons. Baltasar Porras dedicó algunas pinceladas a los sacerdotes fidei donum que llegan a América: 1. “Procurar que respondan a planes nacionales (conferencias episcopales) o entre diócesis, para evitar, en lo posible, que se trate de opciones individuales, en las que hay que ser muy cuidadosos con el discernimiento”. 2. “La brecha existente entre ambos continentes, sobre todo en el bienestar socioeconómico exige también un trato especial. Los ambientes más populares y marginales de Europa distan mucho del de Latinoamérica. La opción preferencial por los pobres debe ser discernida para evitar equívocos”. 3. “Los servicios o capellanías para migrantes en Europa fueron en la segunda mitad del siglo XX una experiencia muy válida y rica. Ahora que las migraciones de latinoamericanos a Europa aumentan considerablemente, requerirían de una atención especial y de personal procedente de América Latina”. 4. “Examinar con cuidado las solicitudes que se hacen a comunidades religiosas y/o movimientos para la atención de campos específicos. No siempre provienen del campo eclesiástico sino del civil. Por ejemplo, casas de tercera edad. Obras aisladas o solitarias que no favorezcan la ‘implantación’ de dichos carismas en la nueva realidad, requieren ser vistos con cuidado. En definitiva, la motivación tanto espiritual como pastoral debe ser la prioritaria.”
La Iglesia misionera en Bélgica en busca de un nuevo renacer, afirma su director nacional de las OMP
OMPRESS-MADRID (28-10-09) El padre Michel Coppin, director nacional de las Obras Misionales Pontificias en Bélgica, director de COPAL, el colegio para América Latina en Lovaina, y representante de Bélgica en el Encuentro de Organismos Episcopales Europeos para América latina, que está tenido lugar en la sede de la Conferencia Episcopal Española, ha concedido a OMPRESS la siguiente entrevista:
-¿Qué compromiso misionero tiene Bélgica con América latina?
Hoy tenemos todavía un centenar de misioneros fidei donum trabajando en América Latina. Uno de las dificultades es que estos sacerdotes envejeciendo, tienen dificultades de salud y, o vuelven, o quieren terminar sus vidas allí. El verdadero problema es la falta de vocaciones. Uno siente dolor ante esta realidad puesto que Bélgica siempre ha sido un país que ha dado muchas vocaciones misioneras.
-¿Hasta qué punto es grande esta crisis en Bélgica, una crisis que por lo demás afecta a muchos otros países?
De los países del norte, Bélgica ha sido el último en verse afectado pero la está sufriendo ahora mismo. Por poner un ejemplo en la parte flamenca del país, en la que viven casi 6 millones de personas, sólo ha habido este año una ordenación sacerdotal
-Usted ha sido también misionero, ¿verdad?
He tenido la suerte de vivir 12 años en América, un año en Colombia y once en Venezuela. Es una gracia. Estuve en un barrio muy pobre de Caracas. Una zona muy violenta donde había cuatro homicidios a la semana sólo en mi parroquia. Aún así ha sido una suerte encontrarme con esta gente. Ellos me han dado una nueva formación una nueva manera de leer el Evangelio, la buena noticia de Jesucristo. Yo había estudiado mucho en Lovaina pero ellos me han dado las claves para entender el núcleo y el contenido del Evangelio. Ser misionero es sobre todo recibir de gente muy humilde, de gente que no ha estudiado, pero que tiene una relación profunda con Dios.
-Le acaban de nombrar director nacional de las OMP en Bélgica, ¿qué desafíos tiene que afrontar?
En el 2001, por la violencia de la que hablaba, tuve que regresar a Bélgica. Ahora como director nacional me doy cuenta de que una de las equivocaciones de la Iglesia belga, que ha sido tan misionera, es que está perdiendo de vista los nuevos horizontes. Estoy convencido que relacionarse, convivir y comunicarse con las comunidades de América, África y Asia es fundamental. Si encontramos una relación fuerte con estas Iglesias nosotros, la Iglesia belga, podremos renacer y, con ello, tener nuevas vocaciones. Resulta curioso que los últimos que han entrado en los seminarios han tenido precisamente experiencias en comunidades en África. Esto fomenta vocaciones.
Las dificultades son grandes. Por una parte está la secularización que es muy fuerte. Por eso la Iglesia tiene que ir nuevamente al núcleo de su misión que es propagar el Evangelio. El Evangelio tiene una fuerza muy grande que abre la vida, que orienta la vida. Habrá en el futuro nuevas generaciones de mi país que descubrirán el valor del Evangelio. No depende solamente de nosotros, es cierto. Como digo muchas veces estamos viviendo un Viernes Santo, todavía no ha llegado la Pascua.
-¿Qué ha significado la canonización del padre Damián?
El padre Damián es un santo muy querido en Bélgica y en todas partes. Muchas veces, al encontrarme con misioneros de otros países, me lo recuerdan con cariño. En el mundo laico se quiere presentar a Damián como el apóstol de los leprosos, un gran humanista. Pero fue precisamente Ghandi, que quería muchísimo al padre Damián, quien ya en su época dio la clave para conocerlo dirigiéndose a unos periodistas: no hay que mirar sus obras sino la fuente de donde ha sacado la fuerza para hacer lo que hace. Esto se olvida. Él es prototipo de un verdadero misionero, que empieza siempre desde el Evangelio…
Más de 4000 misioneros italianos en América Latina
OMPRESS-MADRID (28-10-09) Con motivo de su participación en el Encuentro de Organismos Episcopales Europeos para América Latina, el representante de Italia, Alberto Brignoli, formador de misioneros en el CUM, el organismo formativo de la Conferencia Episcopal Italiana, ha visitado la sede de las Obras Misionales Pontificas. Con él ha hablado OMPRESS:
-Usted, antes de dedicarse a la formación de misioneros, ha estado de misionero en América…
He trabajado como sacerdote misionero, como sacerdote Fidei Donum, durante 9 años en Bolivia. Trabajé en una zona de la archidiócesis de Cochabamba que está en el altiplano, entre los 3.000 y 4000 metros de altura. Era una zona totalmente indígena, habitada por los pueblos quechua y aymara. De esta región salió la figura del presidente actual de Bolivia, Evo Morales. Se trata de una realidad de pobreza, es una zona deprimida, con pobreza cultural, afectada por la falta de medios de comunicación, por las distancias, por la carencia de carreteras. Es difícil tener estructuras como escuelas, hospitales y todo aquello que hace que la gente pueda tener una vida digna. Fue una experiencia lindísima, trabajar con esta gente del campo, con sus idiomas, con sus costumbres. Ha sido un encanto. Ha sido difícil lograr inculturarse, lograr entrar en su realidad. En el momento en que entras ya no puede salir del corazón de la gente, ni ellos salir del tuyo.
-América Latina no le es ni muchos menos una realidad lejana…
Mi experiencia como misionero se limitó al mundo andino, al mundo indígena. Mi trabajo como formador y coordinador del CUM me ha dado después la oportunidad de conocer toda América latina, al estar a cargo de la formación de los misioneros que van a todos los países, y al visitar a los misioneros italianos, a los que he ido a ver a casi todos los países.
-¿Qué presencia hay de misioneros italianos en Latinoamérica?
Los datos son siempre difíciles de actualizar, pero se puede hablar de entre 4.000 y 4.500. La presencia más fuerte está en Brasil, donde hay alrededor de 1.800 misioneros italianos, pero hay misioneros italianos en casi todos los países desde México hasta Patagonia.
-¿Cómo se preparan para la misión?
En Verona, donde está la sede del Centro Unitario Misionero (CUM), ofrecemos cursos de formación de preparación a la misión que duran cinco semanas. A parte ofrecemos también el aprendizaje del idioma, que dura dos meses. El curso de cinco semanas se articula con la primera semana que trabaja las motivaciones, tanto las humanas como las motivaciones espirituales que llevan a un misionero a tomar la decisión de ir a la misión. La segunda semana se dedica más a un estudio antropológico de los lugares a los que van destinados. La tercera está dedicada al proceso histórico de los pueblos de América Latina, que conforma su identidad cultural. La penúltima semana es de naturaleza eclesiológica, el camino que ha llevado a cabo la Iglesia en América Latina y su proceso, teológico pastoral. La quinta y última semana es más práctica, dedicada a temas de salud, y a los problemas de enfermedades que pueden encontrar, las dificultades con papeles… Es poco tiempo por lo que decimos que no damos respuestas, hacemos propuestas, hacemos surgir interrogantes… Intentamos evitar la imagen que tenemos de la misión. Muchas veces pensamos que vamos a llevar algo, que los demás aprenderán de nosotros algo. Al final todos los misioneros nos damos cuenta, cuando volvemos, que hemos recibido muchísimo más.
-¿Qué realidad se van a encontrar los misioneros?
En América latina, todo un continente, hay una variedad de situaciones increíble. Se puede decir que, a nivel social, ha cambiado muchísimo en estos años… lo que trae consigo un cambio a nivel de Iglesia. Hay muchos gobiernos que han dado más oportunidades a las clases sociales que antes estaban oprimidas y, como intentos, son intentos muy buenos. Pero cada uno de ellos tiene unos rasgos particulares. Son movimientos como en Bolivia, Perú, Venezuela y Brasil, que tienen cosas positivas, pero también negativas, problemáticas. Una de estas cosas negativas es el hecho de que a través de esta liberación de los pueblos se esté dando un querer desembarazare de todo lo que ha sido una historia, una cultura… En muchos casos estos movimientos quieren poner a la Iglesia como la amiga de los conservadores, de los poderosos… cuando por poco que se analice la historia si hubo un proceso de liberación en América latina se debió a la Iglesia. Se confunde a la Iglesia con algunas figuras jerárquicas que en determinados momentos pueden haber hecho pensar en un estilo un poco conservador. Pero la Iglesia siempre ha sido una Iglesia de pueblo, una Iglesia de la calle… Esto afecta el trabajo de los misioneros en América latina pero también es un desafío. Porque también hay elementos positivos, si sabemos acoger un poco este proceso de liberación y le damos un sentido de Evangelio, de compromiso cristiano
Perú condecora a la Orden franciscana por sus 800 años de fundación
OMPRESS-PERÚ (28-10-09) En un ambiente de fiesta, El Presidente del Congreso de la República Peruana, Luis Alva Castro, condecoró con la Medalla de Honor, en el Grado de Gran Cruz, a la Orden Franciscana, Orden de Frailes Menores, al conmemorarse el octavo centenario de su fundación.
La distinción fue recibida por Fray Emilio Carpio Ponce, Ministro Provincial de la Orden y contó con la presencia de Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, OFM., Arzobispo de Trujillo y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana; Mons. Bruno Musaró, Nuncio Apostólico en el Perú, además de otras autoridades religiosas, civiles y militares del país.
En el discurso de inauguración, Monseñor Miguel Cabrejos detalló la vida y obra de San Francisco de Asís. Además señaló que la Orden se estableció en el Perú desde 1531, es decir, tiene 478 años de presencia en esta patria.
En otro momento de su discurso, agradeció al Presidente del Congreso y a los legisladores por la condecoración otorgada a la “bendita Orden Franciscana”, a la que se honra en pertenecer, dijo.
Por su parte, el Presidente del Congreso, Luis Alva Castro, recordó que San Francisco de Asís es una de las figuras más resaltantes del cristianismo y uno de los más grandes personajes de la humanidad. Dijo que la fe ciega en el poder del amor hizo de San Francisco un “Apóstol de la Paz” y señaló que “él continúa presente entre nosotros, y que en ese largo tiempo transcurrido, grande ha sido y continúa siendo el aporte de la Orden Franciscana a la humanidad.”
“El reconocimiento del Congreso de la República abarca a todos los miembros de la Familia Franciscana: la orden de Frailes Menores, los capuchinos, los conventuales, las monjas o clarisas, la religiosas franciscanas y los miembros de la Tercera Orden. A todos los franciscanos del mundo entero, y especialmente, a los del Perú, nuestro sincero homenaje”, refirió Alva Castro.
Finalmente, Fray Emilio Carpio Ponce, Ministro Provincial de la Orden Franciscana, dijo que el homenaje era un reto y compromiso a seguir la obra iniciada por sus antecesores, y que con la ayuda de Dios continuarán sirviendo a este país. “Hermanos franciscanos, con este acto el Perú nos compromete y gustosos aceptamos este pedido. Proseguiremos brindando nuestro humilde servicio a los hermanos donde la obediencia nos señale y la Patria nos necesite”, puntualizó.
* La Iglesia misionera en Bélgica en busca de un nuevo renacer, afirma su director nacional de OMP
* Más de 4.000 misioneros italianos en América Latina
* Perú condecora a la Orden Franciscana por sus 800 años de fundación
América Latina en estado permanente de Misión
OMPRESS-MADRID (28-10-09) Mons. Miguel Asurmendi, obispo de Vitoria, inauguró ayer por la tarde el Encuentro de Organismos Episcopales Europeos para América Latina que se está celebrando en la sede de la Conferencia Episcopal Española.
Tras dar la bienvenida a los presentes, Mons. Asurmendi mencionó el compromiso de nuestras Iglesias con América Latina. “Una cooperación que a lo largo de cinco siglos ha desarrollado página espléndidas, principalmente manifiestas en la santidad debido a que floreció, tanto en hombres y mujeres que dejaron sus tierras de origen y fueron enviados a la obra de evangelización del nuevo mundo, como en personas indígenas que recibieron el don de la fe cristiana”.
Recordó en su intervención que los misioneros son uno de los activos más importantes que la Iglesia tiene en España para la evangelización de nuestra sociedad. “Son objeto –dijo- de respeto y admiración entre los sectores laicos de esta sociedad. La Iglesia en España se siente dichosa por la gran obra de cooperación con las Iglesias de América Latina y del mundo entero”.
El vicepresidente del CELAM, Mons. Baltasar Enrique Porras, arzobispo de Mérida, Venezuela, desarrolló la primera conferencia del encuentro centrando su intervención en el despertar misionero que ha significado la Conferencia de Aparecida. Este despertar se ha plasmado en la Misión Continental, un impulso misionero destinado a conmover a toda la Iglesia de América Latina y el Caribe y ponerla en estado permanente de Misión. Se trata por tanto de una conversión personal, pastoral y eclesial que surge de la hondura de un encuentro personal y comunitario con Jesucristo y que tiene en cuenta explícitamente su presencia en la persona de los pobres y excluidos.
Mons. Baltasar Porras dedicó algunas pinceladas a los sacerdotes fidei donum que llegan a América: 1. “Procurar que respondan a planes nacionales (conferencias episcopales) o entre diócesis, para evitar, en lo posible, que se trate de opciones individuales, en las que hay que ser muy cuidadosos con el discernimiento”. 2. “La brecha existente entre ambos continentes, sobre todo en el bienestar socioeconómico exige también un trato especial. Los ambientes más populares y marginales de Europa distan mucho del de Latinoamérica. La opción preferencial por los pobres debe ser discernida para evitar equívocos”. 3. “Los servicios o capellanías para migrantes en Europa fueron en la segunda mitad del siglo XX una experiencia muy válida y rica. Ahora que las migraciones de latinoamericanos a Europa aumentan considerablemente, requerirían de una atención especial y de personal procedente de América Latina”. 4. “Examinar con cuidado las solicitudes que se hacen a comunidades religiosas y/o movimientos para la atención de campos específicos. No siempre provienen del campo eclesiástico sino del civil. Por ejemplo, casas de tercera edad. Obras aisladas o solitarias que no favorezcan la ‘implantación’ de dichos carismas en la nueva realidad, requieren ser vistos con cuidado. En definitiva, la motivación tanto espiritual como pastoral debe ser la prioritaria.”
La Iglesia misionera en Bélgica en busca de un nuevo renacer, afirma su director nacional de las OMP
OMPRESS-MADRID (28-10-09) El padre Michel Coppin, director nacional de las Obras Misionales Pontificias en Bélgica, director de COPAL, el colegio para América Latina en Lovaina, y representante de Bélgica en el Encuentro de Organismos Episcopales Europeos para América latina, que está tenido lugar en la sede de la Conferencia Episcopal Española, ha concedido a OMPRESS la siguiente entrevista:
-¿Qué compromiso misionero tiene Bélgica con América latina?
Hoy tenemos todavía un centenar de misioneros fidei donum trabajando en América Latina. Uno de las dificultades es que estos sacerdotes envejeciendo, tienen dificultades de salud y, o vuelven, o quieren terminar sus vidas allí. El verdadero problema es la falta de vocaciones. Uno siente dolor ante esta realidad puesto que Bélgica siempre ha sido un país que ha dado muchas vocaciones misioneras.
-¿Hasta qué punto es grande esta crisis en Bélgica, una crisis que por lo demás afecta a muchos otros países?
De los países del norte, Bélgica ha sido el último en verse afectado pero la está sufriendo ahora mismo. Por poner un ejemplo en la parte flamenca del país, en la que viven casi 6 millones de personas, sólo ha habido este año una ordenación sacerdotal
-Usted ha sido también misionero, ¿verdad?
He tenido la suerte de vivir 12 años en América, un año en Colombia y once en Venezuela. Es una gracia. Estuve en un barrio muy pobre de Caracas. Una zona muy violenta donde había cuatro homicidios a la semana sólo en mi parroquia. Aún así ha sido una suerte encontrarme con esta gente. Ellos me han dado una nueva formación una nueva manera de leer el Evangelio, la buena noticia de Jesucristo. Yo había estudiado mucho en Lovaina pero ellos me han dado las claves para entender el núcleo y el contenido del Evangelio. Ser misionero es sobre todo recibir de gente muy humilde, de gente que no ha estudiado, pero que tiene una relación profunda con Dios.
-Le acaban de nombrar director nacional de las OMP en Bélgica, ¿qué desafíos tiene que afrontar?
En el 2001, por la violencia de la que hablaba, tuve que regresar a Bélgica. Ahora como director nacional me doy cuenta de que una de las equivocaciones de la Iglesia belga, que ha sido tan misionera, es que está perdiendo de vista los nuevos horizontes. Estoy convencido que relacionarse, convivir y comunicarse con las comunidades de América, África y Asia es fundamental. Si encontramos una relación fuerte con estas Iglesias nosotros, la Iglesia belga, podremos renacer y, con ello, tener nuevas vocaciones. Resulta curioso que los últimos que han entrado en los seminarios han tenido precisamente experiencias en comunidades en África. Esto fomenta vocaciones.
Las dificultades son grandes. Por una parte está la secularización que es muy fuerte. Por eso la Iglesia tiene que ir nuevamente al núcleo de su misión que es propagar el Evangelio. El Evangelio tiene una fuerza muy grande que abre la vida, que orienta la vida. Habrá en el futuro nuevas generaciones de mi país que descubrirán el valor del Evangelio. No depende solamente de nosotros, es cierto. Como digo muchas veces estamos viviendo un Viernes Santo, todavía no ha llegado la Pascua.
-¿Qué ha significado la canonización del padre Damián?
El padre Damián es un santo muy querido en Bélgica y en todas partes. Muchas veces, al encontrarme con misioneros de otros países, me lo recuerdan con cariño. En el mundo laico se quiere presentar a Damián como el apóstol de los leprosos, un gran humanista. Pero fue precisamente Ghandi, que quería muchísimo al padre Damián, quien ya en su época dio la clave para conocerlo dirigiéndose a unos periodistas: no hay que mirar sus obras sino la fuente de donde ha sacado la fuerza para hacer lo que hace. Esto se olvida. Él es prototipo de un verdadero misionero, que empieza siempre desde el Evangelio…
Más de 4000 misioneros italianos en América Latina
OMPRESS-MADRID (28-10-09) Con motivo de su participación en el Encuentro de Organismos Episcopales Europeos para América Latina, el representante de Italia, Alberto Brignoli, formador de misioneros en el CUM, el organismo formativo de la Conferencia Episcopal Italiana, ha visitado la sede de las Obras Misionales Pontificas. Con él ha hablado OMPRESS:
-Usted, antes de dedicarse a la formación de misioneros, ha estado de misionero en América…
He trabajado como sacerdote misionero, como sacerdote Fidei Donum, durante 9 años en Bolivia. Trabajé en una zona de la archidiócesis de Cochabamba que está en el altiplano, entre los 3.000 y 4000 metros de altura. Era una zona totalmente indígena, habitada por los pueblos quechua y aymara. De esta región salió la figura del presidente actual de Bolivia, Evo Morales. Se trata de una realidad de pobreza, es una zona deprimida, con pobreza cultural, afectada por la falta de medios de comunicación, por las distancias, por la carencia de carreteras. Es difícil tener estructuras como escuelas, hospitales y todo aquello que hace que la gente pueda tener una vida digna. Fue una experiencia lindísima, trabajar con esta gente del campo, con sus idiomas, con sus costumbres. Ha sido un encanto. Ha sido difícil lograr inculturarse, lograr entrar en su realidad. En el momento en que entras ya no puede salir del corazón de la gente, ni ellos salir del tuyo.
-América Latina no le es ni muchos menos una realidad lejana…
Mi experiencia como misionero se limitó al mundo andino, al mundo indígena. Mi trabajo como formador y coordinador del CUM me ha dado después la oportunidad de conocer toda América latina, al estar a cargo de la formación de los misioneros que van a todos los países, y al visitar a los misioneros italianos, a los que he ido a ver a casi todos los países.
-¿Qué presencia hay de misioneros italianos en Latinoamérica?
Los datos son siempre difíciles de actualizar, pero se puede hablar de entre 4.000 y 4.500. La presencia más fuerte está en Brasil, donde hay alrededor de 1.800 misioneros italianos, pero hay misioneros italianos en casi todos los países desde México hasta Patagonia.
-¿Cómo se preparan para la misión?
En Verona, donde está la sede del Centro Unitario Misionero (CUM), ofrecemos cursos de formación de preparación a la misión que duran cinco semanas. A parte ofrecemos también el aprendizaje del idioma, que dura dos meses. El curso de cinco semanas se articula con la primera semana que trabaja las motivaciones, tanto las humanas como las motivaciones espirituales que llevan a un misionero a tomar la decisión de ir a la misión. La segunda semana se dedica más a un estudio antropológico de los lugares a los que van destinados. La tercera está dedicada al proceso histórico de los pueblos de América Latina, que conforma su identidad cultural. La penúltima semana es de naturaleza eclesiológica, el camino que ha llevado a cabo la Iglesia en América Latina y su proceso, teológico pastoral. La quinta y última semana es más práctica, dedicada a temas de salud, y a los problemas de enfermedades que pueden encontrar, las dificultades con papeles… Es poco tiempo por lo que decimos que no damos respuestas, hacemos propuestas, hacemos surgir interrogantes… Intentamos evitar la imagen que tenemos de la misión. Muchas veces pensamos que vamos a llevar algo, que los demás aprenderán de nosotros algo. Al final todos los misioneros nos damos cuenta, cuando volvemos, que hemos recibido muchísimo más.
-¿Qué realidad se van a encontrar los misioneros?
En América latina, todo un continente, hay una variedad de situaciones increíble. Se puede decir que, a nivel social, ha cambiado muchísimo en estos años… lo que trae consigo un cambio a nivel de Iglesia. Hay muchos gobiernos que han dado más oportunidades a las clases sociales que antes estaban oprimidas y, como intentos, son intentos muy buenos. Pero cada uno de ellos tiene unos rasgos particulares. Son movimientos como en Bolivia, Perú, Venezuela y Brasil, que tienen cosas positivas, pero también negativas, problemáticas. Una de estas cosas negativas es el hecho de que a través de esta liberación de los pueblos se esté dando un querer desembarazare de todo lo que ha sido una historia, una cultura… En muchos casos estos movimientos quieren poner a la Iglesia como la amiga de los conservadores, de los poderosos… cuando por poco que se analice la historia si hubo un proceso de liberación en América latina se debió a la Iglesia. Se confunde a la Iglesia con algunas figuras jerárquicas que en determinados momentos pueden haber hecho pensar en un estilo un poco conservador. Pero la Iglesia siempre ha sido una Iglesia de pueblo, una Iglesia de la calle… Esto afecta el trabajo de los misioneros en América latina pero también es un desafío. Porque también hay elementos positivos, si sabemos acoger un poco este proceso de liberación y le damos un sentido de Evangelio, de compromiso cristiano
Perú condecora a la Orden franciscana por sus 800 años de fundación
OMPRESS-PERÚ (28-10-09) En un ambiente de fiesta, El Presidente del Congreso de la República Peruana, Luis Alva Castro, condecoró con la Medalla de Honor, en el Grado de Gran Cruz, a la Orden Franciscana, Orden de Frailes Menores, al conmemorarse el octavo centenario de su fundación.
La distinción fue recibida por Fray Emilio Carpio Ponce, Ministro Provincial de la Orden y contó con la presencia de Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, OFM., Arzobispo de Trujillo y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana; Mons. Bruno Musaró, Nuncio Apostólico en el Perú, además de otras autoridades religiosas, civiles y militares del país.
En el discurso de inauguración, Monseñor Miguel Cabrejos detalló la vida y obra de San Francisco de Asís. Además señaló que la Orden se estableció en el Perú desde 1531, es decir, tiene 478 años de presencia en esta patria.
En otro momento de su discurso, agradeció al Presidente del Congreso y a los legisladores por la condecoración otorgada a la “bendita Orden Franciscana”, a la que se honra en pertenecer, dijo.
Por su parte, el Presidente del Congreso, Luis Alva Castro, recordó que San Francisco de Asís es una de las figuras más resaltantes del cristianismo y uno de los más grandes personajes de la humanidad. Dijo que la fe ciega en el poder del amor hizo de San Francisco un “Apóstol de la Paz” y señaló que “él continúa presente entre nosotros, y que en ese largo tiempo transcurrido, grande ha sido y continúa siendo el aporte de la Orden Franciscana a la humanidad.”
“El reconocimiento del Congreso de la República abarca a todos los miembros de la Familia Franciscana: la orden de Frailes Menores, los capuchinos, los conventuales, las monjas o clarisas, la religiosas franciscanas y los miembros de la Tercera Orden. A todos los franciscanos del mundo entero, y especialmente, a los del Perú, nuestro sincero homenaje”, refirió Alva Castro.
Finalmente, Fray Emilio Carpio Ponce, Ministro Provincial de la Orden Franciscana, dijo que el homenaje era un reto y compromiso a seguir la obra iniciada por sus antecesores, y que con la ayuda de Dios continuarán sirviendo a este país. “Hermanos franciscanos, con este acto el Perú nos compromete y gustosos aceptamos este pedido. Proseguiremos brindando nuestro humilde servicio a los hermanos donde la obediencia nos señale y la Patria nos necesite”, puntualizó.
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