Publicado por Moceop
Agosto 21 - Como periódicamente, desde hace ya 22 años, nosotros, curas en la opción por los pobres nos hemos reunido en nuestro encuentro anual.
Compartimos nuestra vida y nuestra experiencia que quiere ser cercana a los gozos y esperanzas, sufrimientos y dolores de nuestros hermanos y hermanas, particularmente de los pobres, víctimas de la injusticia y la in-solidaridad. Y en este compartir, hemos mirado y tenido presente a todos aquellos a quienes queremos acompañar en nuestro caminar cotidiano.
En nuestras comunidades, pretendemos estar cerca de todos, particularmente de aquellos que sufren. Y esperamos que ellos puedan saberlo en sus corazones, y perdonar nuestras limitaciones cuando no hemos sabido estar donde nos necesitaron o lo debimos.
Hemos comentado entre nosotros todo lo que hemos vivido y sufrido, a lo largo de todo este tiempo; particularmente en este último año. Obviamente hemos tenido miradas diferentes, y no tenemos una opinión unánime sobre todo lo que hemos vivido. Sí tenemos claro que queremos apostar nuestra vida "con los pobres de la tierra", porque esa es la apuesta de Jesús.
l. Como miembros de la Iglesia, queremos mostrar un modelo de Iglesia samaritana que empiece siempre desde los márgenes y reavive el estado de misión al que nos invitan los obispos en Aparecida, saliendo al encuentro y búsqueda de los caídos al borde del camino, y los que no tienen cabida en la sociedad;
2. Queremos escuchar el grito sordo o silenciado de las víctimas del modelo de exclusión y muerte, modelo perverso y genocida, para acompañar la búsqueda de valores alternativos que surgen de los gestos y palabras de Jesús;
3. En nuestras comunidades, queremos acompañar y trabajar alentando espacios de gratuidad donde todas y todos sean aceptados -aún en tiempos de confusión y mensajes mentirosos-, estando del lado de los pobres y denunciando todo lo que los perjudica;
4. Frente a los MCS, queremos invitar a nuestros hermanos y hermanas a tener una mirada y lectura crítica de la información que nos llega por medios que más que alentar la "libertad de prensa" proponen una "libertad de empresa" fieles a grupos económicos antes que a la búsqueda y comunicación de la verdad;
5. Queremos asimismo alertar por la enajenación de la tierra, los bosques, minas a cielo abierto, acuíferos y hasta paisajes por parte de capitales y manos extranjeras o multinacionales, algo que pensamos que sólo puede darse con el consentimiento o la complicidad de los gobiernos;
6. Y también queremos alertar ante el manejo de los símbolos que nos convocan como país o como comunidad de fe, como el uso de la escarapela o las imágenes de la Virgen de Luján con los que ciertos sectores intentan legitimar sus posturas; olvidan que la patria no la construye un sector sino toda la sociedad, comenzando desde los márgenes, y que la historia de Luján va asociada desde los orígenes al "Negro Manuel"; el custodio e hijo predilecto de aquella que festeja que Dios "derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes"; el que no acepta ya ser esclavo de los hombres sino ser "de la Virgen, nomás".
7. Para nuestro país, queremos renovar nuestra apuesta por la democracia, aunque la pretendemos siempre más participativa, con un lugar privilegiado para los pobres, indígenas y campesinos; con una justa distribución de la riqueza. Y por lo mismo repudiamos la presencia de la IV Flota de los EEUU, así como todo intento de militarización con la excusa del narcotráfico y el terrorismo. Pero en esa democracia, a la que pretendemos cada vez más justa e inclusiva, no podemos olvidar que el hambre es un crimen, y queremos enfrentar ese flagelo que afecta particularmente a los niños, indígenas y pobres.
8. Creemos que se está dando una discusión sobre el modelo de país, y -por lo tanto- pretendemos una patria donde quepan todos, donde todos sean incluidos en la mesa de la vida recordando que "sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social";
Sabemos que vivimos tiempos difíciles, con muchas cosas poco claras, y queremos agradecer a todos aquellos y aquellas que nos ayudan a mirarlas con nuevos ojos, y a quienes disculpan nuestras limitaciones. Queremos renovar nuestro caminar en el seguimiento de Jesús, el profeta asesinado, resucitado por Dios que confirma la apuesta de su Hijo por un reino de fraternidad y de vida; y como pueblo de hermanos y hermanas alentar una mesa donde quepan todos.
Compartimos nuestra vida y nuestra experiencia que quiere ser cercana a los gozos y esperanzas, sufrimientos y dolores de nuestros hermanos y hermanas, particularmente de los pobres, víctimas de la injusticia y la in-solidaridad. Y en este compartir, hemos mirado y tenido presente a todos aquellos a quienes queremos acompañar en nuestro caminar cotidiano.
En nuestras comunidades, pretendemos estar cerca de todos, particularmente de aquellos que sufren. Y esperamos que ellos puedan saberlo en sus corazones, y perdonar nuestras limitaciones cuando no hemos sabido estar donde nos necesitaron o lo debimos.
Hemos comentado entre nosotros todo lo que hemos vivido y sufrido, a lo largo de todo este tiempo; particularmente en este último año. Obviamente hemos tenido miradas diferentes, y no tenemos una opinión unánime sobre todo lo que hemos vivido. Sí tenemos claro que queremos apostar nuestra vida "con los pobres de la tierra", porque esa es la apuesta de Jesús.
l. Como miembros de la Iglesia, queremos mostrar un modelo de Iglesia samaritana que empiece siempre desde los márgenes y reavive el estado de misión al que nos invitan los obispos en Aparecida, saliendo al encuentro y búsqueda de los caídos al borde del camino, y los que no tienen cabida en la sociedad;
2. Queremos escuchar el grito sordo o silenciado de las víctimas del modelo de exclusión y muerte, modelo perverso y genocida, para acompañar la búsqueda de valores alternativos que surgen de los gestos y palabras de Jesús;
3. En nuestras comunidades, queremos acompañar y trabajar alentando espacios de gratuidad donde todas y todos sean aceptados -aún en tiempos de confusión y mensajes mentirosos-, estando del lado de los pobres y denunciando todo lo que los perjudica;
4. Frente a los MCS, queremos invitar a nuestros hermanos y hermanas a tener una mirada y lectura crítica de la información que nos llega por medios que más que alentar la "libertad de prensa" proponen una "libertad de empresa" fieles a grupos económicos antes que a la búsqueda y comunicación de la verdad;
5. Queremos asimismo alertar por la enajenación de la tierra, los bosques, minas a cielo abierto, acuíferos y hasta paisajes por parte de capitales y manos extranjeras o multinacionales, algo que pensamos que sólo puede darse con el consentimiento o la complicidad de los gobiernos;
6. Y también queremos alertar ante el manejo de los símbolos que nos convocan como país o como comunidad de fe, como el uso de la escarapela o las imágenes de la Virgen de Luján con los que ciertos sectores intentan legitimar sus posturas; olvidan que la patria no la construye un sector sino toda la sociedad, comenzando desde los márgenes, y que la historia de Luján va asociada desde los orígenes al "Negro Manuel"; el custodio e hijo predilecto de aquella que festeja que Dios "derriba del trono a los poderosos y eleva a los humildes"; el que no acepta ya ser esclavo de los hombres sino ser "de la Virgen, nomás".
7. Para nuestro país, queremos renovar nuestra apuesta por la democracia, aunque la pretendemos siempre más participativa, con un lugar privilegiado para los pobres, indígenas y campesinos; con una justa distribución de la riqueza. Y por lo mismo repudiamos la presencia de la IV Flota de los EEUU, así como todo intento de militarización con la excusa del narcotráfico y el terrorismo. Pero en esa democracia, a la que pretendemos cada vez más justa e inclusiva, no podemos olvidar que el hambre es un crimen, y queremos enfrentar ese flagelo que afecta particularmente a los niños, indígenas y pobres.
8. Creemos que se está dando una discusión sobre el modelo de país, y -por lo tanto- pretendemos una patria donde quepan todos, donde todos sean incluidos en la mesa de la vida recordando que "sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social";
Sabemos que vivimos tiempos difíciles, con muchas cosas poco claras, y queremos agradecer a todos aquellos y aquellas que nos ayudan a mirarlas con nuevos ojos, y a quienes disculpan nuestras limitaciones. Queremos renovar nuestro caminar en el seguimiento de Jesús, el profeta asesinado, resucitado por Dios que confirma la apuesta de su Hijo por un reino de fraternidad y de vida; y como pueblo de hermanos y hermanas alentar una mesa donde quepan todos.
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