Carta al Pueblo de Dios
La situación de nuestro país nos preocupa a cada uno y a todos en estos días. Todavía estamos celebrando la Octava de Pascua y me preguntaba cuáles serían los caminos y las actitudes para resolver nuestros desencuentros.Si volvemos a tomar el Evangelio en nuestras manos, si nos animamos a ponernos de rodillas ante el Señor, que es quien nos puede ayudar a encontrar la verdad de lo que debiéramos hacer en estos momentos, quizás logremos encontrar la paz, la libertad y la justicia que tanto anhelamos cada uno de los argentinos.
Las luchas y enfrentamientos entre hermanos no puede ser una solución para quienes nos llamamos cristianos y argentinos. En nuestra fe y en nuestra identidad como argentinos siempre ha tenido y debe seguir teniendo primacía la fraternidad y el diálogo, la búsqueda del bien común, el respeto entre nosotros y la tolerancia.
Seguramente si volvemos nuestra mirada al Evangelio, si nos detenemos a mirar al otro, a cada uno como a “mi hermano” el Domingo de Pascua apenas celebrado, “resucitará” en nosotros las actitudes y gestos del Resucitado y que hacen posible el encuentro, el diálogo, la justicia y el bien común.
Me uno al dolor y la preocupación de cada uno de los argentinos y le pido al Señor que es Providencia que nos acompañe e ilumine en estos momentos para que todo lo que decidamos y hagamos sea mirando, amando y valorando a cada argentino como a un hermano.
Que Dios nos cuide, acompañe y bendiga nuestra vida para que las dificultades sean otra oportunidad para afianzar la comunión entre nosotros y no para crear divisiones que tanto daño nos hacen.
Pbro. Osvaldo Pablo Leone
Director Nacional de las OMP Argentina
0 comentarios:
Publicar un comentario