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sábado, 31 de marzo de 2012

Palabra para la Misión: El Cirineo, hombre de África: del rechazo al servicio


Domingo de Ramos
Año B – 1.4.2012 / Por EUNTES

Marcos 11,1-10 (procesión) / Isaías 50,4-7 / Salmo 21
Filipenses 2,6-11 / Marcos 14,1-15,47

Reflexiones

El ingreso en la Semana Santa, la semana grande del amor hasta las extremas consecuencias (Jn 13,1), queda marcado este año por la narración de la pasión y muerte de Cristo, escrita por el evangelista Marcos (Evangelio). Esa Passio no es tan solo historia del pasado: los mismos acontecimientos se repiten hoy. Los personajes de entonces (Caifás, Herodes, Pilato, fariseos, sacerdotes, Pedro, Judas, Cirineo, piadosas mujeres, soldados, Centurión, José de Arimatea…) son emblemáticos de lo que ocurre hoy con relación a Cristo y a los que sufren, con los que Él se identifica (cf Mt 25,35s). En efecto, toda persona puede jugar, en el bien o en el mal, el rol de uno u otro de esos personajes. Cada uno puede ser, por ejemplo, como el Cirineo, personaje que, según el evangelista Marcos, tuvo un encuentro sorprendente con ese Condenado: “A uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz” (v. 15,21). Desde entonces el Cirineo (hombre de Cirene, ciudad en el norte de África, en la Libia actual) se ha convertido en un icono del hombre que, instintivamente, rechaza la carga ajena, más aún si se trata de un condenado; sin embargo, cuando descubre el rostro y el corazón de ese Desconocido, se enamora de Él junto con toda su familia.


El Cirineo se converte, de este modo, en hermano del Buen Samaritano, de la Verónica y de sus seguidores, que, por los caminos infinitos del dolor humano, se entregan, por puro amor, en favor de las víctimas de las injusticias. Dos voces creíbles y coincidentes nos llegan de África, ambas de Camerún, para comentar el icono del Cirineo: son el P. Mveng y Benedicto XVI. La voz del P. Engelbert Mveng, jesuita camerunés, teólogo, poeta y artista, asesinado en 1995, aparece en su Viacrucis: “Si alguien…” (Ed. Mame, Tours 1961), enriquecida con los típicos dibujos de su taller de arte africano. En la V estación del Viacrucis, el P. Mveng presenta con pasión y admiración al Cireneo, “un hombre de África”:



«Un pobre hombre fatigado; vuelve del campo; ¡es un hombre de África!
La fatiga de la jornada trenza en su cabeza un largo estribillo,
el peso del día oprime como un bólido sus pasos inciertos,
sus labios temblorosos, su corazón jadeante que ya no puede más...
Un pobre hombre de África...
No es un Diputado, ni un Consejero, ni un Noble
a quien se escucha en las reuniones de protocolo.
Los soldados que van delante de él no le guardarán las espaldas,
los pasajeros nunca le dirán "¡Buenas tardes, Señor! "...
Es un pobre hombre de África, con un andar tímido,
que lleva sobre sí un firmamento de misterio... Uno de esos hombres a quien no se comprende, esos hombres que no se comprenden a sí mismos, que llevan colgado en su alma un nido de silencio donde Dios canta melodías desconocidas para otros hombres;
un gran sello de silencio donde Dios inscribe una llamada de Amor
que toca el fondo de su Corazón.
Y ved cómo se le agarra, se le zarandea, se le arrastra, se le obliga a llevar la Cruz de un Condenado... Y Jesús, en pie, le esperaba como un hermano...
A este hombre de África que apenas entendía,
que estaba fatigado y que no quería saber nada de la cruz de un condenado...
A este, Jesús le esperaba como un hermano, y en su corazón, todo fatiga y amor,
su mano firmaba el gran pacto de la Llamada en el cruce de los caminos de sus dos vidas...
En el horizonte de la mirada de Simón, hombre de Cirene, hombre de África,
amanecía la redención del mundo. Jesús, Tú me esperas a mí también:
aquí estoy con Simón, el hombre de Cirene».


Benedicto XVI, en su viaje a África, se encontró el 19 de marzo de 2009, en Yaundé (Camerún), con el mundo del sufrimiento, delante del cual se inspiró ampliamente en el icono del Cirineo:

«La historia nos recuerda que un africano, un hijo de vuestro Continente, participó con su propio sufrimiento en la pena infinita de Aquel que ha redimido a todos los hombres, incluidos sus perseguidores. Simón de Cirene no podía saber que tenía ante sí a su Salvador. Fue ‘reclutado’ para ayudar (Mc 15,21); se vio obligado, forzado a hacerlo. Es difícil aceptar llevar la cruz de otro. Solo después de la resurrección pudo entender lo que había hecho... Solo la victoria final del Señor nos revelará el sentido definitivo de nuestras pruebas. ¿Acaso no puede decirse que todo africano es de algún modo miembro de la familia de Simón de Cirene? Cada africano y cada uno que sufre, ayudan a Cristo a llevar su Cruz y ascienden con Él al Gólgota para resucitar un día con Él. Al ver la infamia que se le hace a Jesús, contemplando su rostro en la Cruz y reconociendo la atrocidad de su dolor, podemos vislumbrar, por la fe, el rostro radiante del Resucitado que nos dice que el sufrimiento y la enfermedad no tendrán la última palabra en nuestra vida humana. Rezo, queridos hermanos y hermanas, para que os sepáis reconocer en este Simón de Cirene. Pido, queridos hermanas y hermanos enfermos, que se acerquen también a vuestra cabecera muchos Simón de Cirene ».

Siguiendo los pasos de los Misioneros

- 1/4: B. Lodovico Pavoni (1784-1848), sacerdote de Brescia, pionero en el campo social, fundador, entregado a la educación humana, cristiana y profesional de los muchachos.
- 2/4: S. Francisco de Paula (1416-1507), famoso por la predicación y la vida de penitencia, fundador de la Orden de los Mínimos. Pío XII lo declaró patrono de la gente del mar.
- 2/4: Beatos Diego Luis de San Vitores (1627-1672), sacerdote jesuita español, y Pedro Calungsod (1654-1672), catequista seglar, nacidos en Filipinas; ambos fueron martirizados (+1672) por odio a la fe cristiana y echados a la mar en la isla de Guam (Oceanía).
- 2/4: B. María Laura Alvarado (1875-1967), que nació y murió en Venezuela, fundadora: se consagró a los huérfanos, ancianos y pobres; murió en Maracaibo.
- 2/4: Aniversario de la muerte del Beato Juan Pablo II (1920-2005).
- 4/4: S. Isidoro (ca. 570-636), obispo de Sevilla y doctor de la Iglesia, ingenioso en las ciencias y en la organización, reconocido como el último de los Padres de la Iglesia latina.
- 4/4: S. Benito Massarari, (Sicilia, 1526-1589), llamado el Negro, descendiente de esclavos africanos, franciscano; el primer negro en ser beatificado (1743) y canonizado (1807). Es co-patrono de Palermo.
- 4/4: Recuerdo de Martin Luther King (Atlanta, USA, 1929): líder de los derechos civiles, integración racial y no-violencia-activa, Premio Nobel de la Paz (1964), asesinado en Memphis (USA) el 4.4.1968.
- 5/4: S. Vicente Ferrer (1350-1419), sacerdote dominico español, uno de los mayores predicadores y misioneros itinerantes en Europa occidental.
- 7/4: S. Juan Bautista de la Salle (1651-1719), educador, fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Pío XII lo proclamó (1950) patrono especial de todos los maestros.
- 7/4: Día Mundial de la Salud, organizada por la ONU-OMS.

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WebJCP | Abril 2007