Domingo XXX del T. O. / Por EUNTES
Año A - Domingo 23.10.2011
Éxodo 22,20-26 / Salmo 17 / 1Tesalonicenses 1,5-10
Mateo 22,34-40
Reflexiones
Año A - Domingo 23.10.2011
Éxodo 22,20-26 / Salmo 17 / 1Tesalonicenses 1,5-10
Mateo 22,34-40
Reflexiones
Octubre misionero y el Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) reciben hoy nueva inspiración y energía de la Palabra de Dios: el libro del Éxodo (I lectura) reivindica con fuerza la atención a los forasteros, a los débiles e indigentes; y en el Evangelio Jesús une indisolublemente el amor a Dios y el amor al prójimo. En efecto, Jesús debe enfrentar una nueva trampa, después de la anterior (ver domingo pasado) sobre el impuesto al César. En el origen de la respuesta de Jesús (Evangelio) no está la pregunta transparente de un niño de la catequesis, sino una nueva trampa farisaica, que tiene sus raíces en el laberinto de los 613 preceptos extraídos de la Biblia (entre mayores y menores, 365 negativos y 248 positivos), sobre cuya jerarquía cavilaban los doctores de la ley. Jesús desarticula todo ese aparato y simplifica las normas morales yendo al corazón de los mandamientos: toda la Ley se resume en el amor (v. 40).
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón” (Dt 6,5) y “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lv 19,18), son, para Jesús, mandamientos semejantes, (v. 37.39), complementarios; son como dos ramas de la misma planta, que tienen una raíz común y una misma savia: el amor. Lo explica bien S. Agustín: “El amor a Dios es el primero que se nos manda, pero el amor al prójimo es el primero que se ha de practicar… Amando al prójimo, purificas tu ojo para poder ver a Dios”.
En el contexto de octubre misionero y de la Jornada Misionera Mundial, esta enseñanza tiene aplicaciones inmediatas, porque la misión es una expresión de amor. El anuncio del Evangelio es la forma más alta de amor a Dios y al prójimo: es el servicio más eficaz, el mejor que la Iglesia puede ofrecer a los pueblos para la renovación de las personas y de la sociedad. Pero hay más: la misión de la Iglesia ofrece –desde siempre– una vasta gama de servicios materiales sobre todo a las personas necesitadas, gracias a los generosos aportes de los fieles cristianos. (*)
El amor al prójimo tiene objetivos concretos y cotidianos (I lectura): los forasteros, la viuda, el huérfano, los pobres… Dios se ha comprometido solemnemente a escuchar su grito de ayuda (v. 22.26), y castigará al que los explota (v. 22.23). Él es un Dios compasivo, que se preocupa de cómo el pobre podría cubrir su cuerpo de noche, sin el manto (v. 26). Nuestro Dios es grande, pero no es lejano, está cerca: tiene concretas preocupaciones para quienes sufren necesidad. Por eso Jesús eleva el amor al prójimo al rango del amor a Dios. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (v. 39) significa que el prójimo es uno de los tuyos, de tu casa, de tu familia, te pertenece; por tanto, nadie es extraño, o extranjero. El prójimo es como tú, semejante a Dios, es como Dios. En el juicio final, Jesús nos dirá –¡así lo esperamos!– “a mí me lo hicieron” (Mt 25,40).
La amonestación de Dios es tajante para la acogida de los extranjeros: “No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fueron ustedes en Egipto” (v. 20). La acogida de los migrantes y extranjeros es hoy un tema sensible, urgente e incluso conflictivo en muchos países y situaciones sociales. Lamentablemente, los migrantes son a menudo víctimas de injustas generalizaciones y equivalencias entre migrantes-clandestinidad-criminalidad… Pero, a la vez, va creciendo el compromiso de la sociedad civil y de varios grupos que proclaman con determinación: “¡En mi ciudad nadie es extranjero!”, “Abre tu casa al mundo y el mundo será tu casa”…
En la actividad misionera el amor al prójimo se hace concreto con el anuncio del Evangelio, con las obras de asistencia, educación, defensa de los débiles... Además, la acogida a los extranjeros (migrantes, prófugos, desalojados…) tiene siempre una estrecha relación con la actividad misionera en cuanto educación a la mundialidad y benéfica apertura de horizontes humanos y espirituales.
(*) “La misión universal implica a todos, todo y siempre. El Evangelio no es un bien exclusivo de quien lo ha recibido; es un don que se debe compartir, una buena noticia que es preciso comunicar. Y este don-compromiso está confiado no sólo a algunos, sino a todos los bautizados... En ello están implicadas también todas las actividades. La atención y la cooperación en la obra evangelizadora de la Iglesia en el mundo no pueden limitarse a algunos momentos y ocasiones particulares, y tampoco pueden considerarse como una de las numerosas actividades pastorales: la dimensión misionera de la Iglesia es esencial y, por tanto, debe tenerse siempre presente. Es importante que tanto los bautizados de forma individual como las comunidades eclesiales se interesen no sólo de modo esporádico y ocasional en la misión, sino de modo constante, como forma de la vida cristiana. La misma Jornada mundial de las misiones no es un momento aislado en el curso del año, sino que es una valiosa ocasión para detenerse a reflexionar si respondemos a la vocación misionera y cómo lo hacemos; una respuesta esencial para la vida de la Iglesia.
- 23/10: Domingo Mundial de las Misiones, con el tema (2011): “Como el Padre me ha enviado a mí, así los envío yo” (Jn 20,21).
- 23/10: S. Juan de Capestrano (1386-1456), sacerdote franciscano, misionero y predicador eficaz en varios países de Europa central y oriental. Trabajó por la libertad y la unidad de los cristianos.
- 24/10: S. Antonio María Claret (1807-1870), español, predicador de misiones al pueblo, fundador, obispo de Santiago de Cuba. Murió exiliado en Francia.
- 24/10: S. Luis Guanella (1842-1915), sacerdote italiano, fundador de dos Institutos para la asistencia de los pobres y enfermos.
- 24/10: Día de las Naciones Unidas (organización creada en 1945).
- 25/10: B. Carlos Gnocchi (Milán 1902-1956), capellán militar en Grecia y Rusia; después de la guerra se entregó a la asistencia de los niños huérfanos y mutilados de guerra, víctima de bombardeos y artefactos bélicos, y de los minusválidos de todo tipo.
- 27/10: Recuerdo del encuentro de los representantes de las Iglesias cristianas, de las comunidades eclesiales y de las religiones mundiales, convocados por vez primera en Asís por el Papa Juan Pablo II para una Jornada de Oración por la Paz (1986). En el 25° aniversario (2011), Benedicto XVI ha convocado en Asís un encuentro similar al de 1986.
- 28/10: En Lima (Perú) la fiesta del “Señor de los Milagros”, imagen milagrosa del Crucifijo, pintada sobre una pared por un esclavo africano (c. 1651), muy venerada por muchedumbres.
- 28/10: SS. Simón el cananeo (zelotas) y Judas Tadeo, apóstoles.
- 29/10: Recuerdo del Mensaje “Africae Terrarum”, de Pablo VI para África (1967).
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A cargo de: P. Romeo Ballán – Misioneros Combonianos (Verona)
Sitio Web: www.euntes.net “Palabra para la Misión”
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón” (Dt 6,5) y “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lv 19,18), son, para Jesús, mandamientos semejantes, (v. 37.39), complementarios; son como dos ramas de la misma planta, que tienen una raíz común y una misma savia: el amor. Lo explica bien S. Agustín: “El amor a Dios es el primero que se nos manda, pero el amor al prójimo es el primero que se ha de practicar… Amando al prójimo, purificas tu ojo para poder ver a Dios”.
En el contexto de octubre misionero y de la Jornada Misionera Mundial, esta enseñanza tiene aplicaciones inmediatas, porque la misión es una expresión de amor. El anuncio del Evangelio es la forma más alta de amor a Dios y al prójimo: es el servicio más eficaz, el mejor que la Iglesia puede ofrecer a los pueblos para la renovación de las personas y de la sociedad. Pero hay más: la misión de la Iglesia ofrece –desde siempre– una vasta gama de servicios materiales sobre todo a las personas necesitadas, gracias a los generosos aportes de los fieles cristianos. (*)
El amor al prójimo tiene objetivos concretos y cotidianos (I lectura): los forasteros, la viuda, el huérfano, los pobres… Dios se ha comprometido solemnemente a escuchar su grito de ayuda (v. 22.26), y castigará al que los explota (v. 22.23). Él es un Dios compasivo, que se preocupa de cómo el pobre podría cubrir su cuerpo de noche, sin el manto (v. 26). Nuestro Dios es grande, pero no es lejano, está cerca: tiene concretas preocupaciones para quienes sufren necesidad. Por eso Jesús eleva el amor al prójimo al rango del amor a Dios. “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (v. 39) significa que el prójimo es uno de los tuyos, de tu casa, de tu familia, te pertenece; por tanto, nadie es extraño, o extranjero. El prójimo es como tú, semejante a Dios, es como Dios. En el juicio final, Jesús nos dirá –¡así lo esperamos!– “a mí me lo hicieron” (Mt 25,40).
La amonestación de Dios es tajante para la acogida de los extranjeros: “No oprimirás ni vejarás al forastero, porque forasteros fueron ustedes en Egipto” (v. 20). La acogida de los migrantes y extranjeros es hoy un tema sensible, urgente e incluso conflictivo en muchos países y situaciones sociales. Lamentablemente, los migrantes son a menudo víctimas de injustas generalizaciones y equivalencias entre migrantes-clandestinidad-criminalidad… Pero, a la vez, va creciendo el compromiso de la sociedad civil y de varios grupos que proclaman con determinación: “¡En mi ciudad nadie es extranjero!”, “Abre tu casa al mundo y el mundo será tu casa”…
En la actividad misionera el amor al prójimo se hace concreto con el anuncio del Evangelio, con las obras de asistencia, educación, defensa de los débiles... Además, la acogida a los extranjeros (migrantes, prófugos, desalojados…) tiene siempre una estrecha relación con la actividad misionera en cuanto educación a la mundialidad y benéfica apertura de horizontes humanos y espirituales.
Palabra del Papa
(*) “La misión universal implica a todos, todo y siempre. El Evangelio no es un bien exclusivo de quien lo ha recibido; es un don que se debe compartir, una buena noticia que es preciso comunicar. Y este don-compromiso está confiado no sólo a algunos, sino a todos los bautizados... En ello están implicadas también todas las actividades. La atención y la cooperación en la obra evangelizadora de la Iglesia en el mundo no pueden limitarse a algunos momentos y ocasiones particulares, y tampoco pueden considerarse como una de las numerosas actividades pastorales: la dimensión misionera de la Iglesia es esencial y, por tanto, debe tenerse siempre presente. Es importante que tanto los bautizados de forma individual como las comunidades eclesiales se interesen no sólo de modo esporádico y ocasional en la misión, sino de modo constante, como forma de la vida cristiana. La misma Jornada mundial de las misiones no es un momento aislado en el curso del año, sino que es una valiosa ocasión para detenerse a reflexionar si respondemos a la vocación misionera y cómo lo hacemos; una respuesta esencial para la vida de la Iglesia.
Benedicto XVI
Mensaje para el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones) 2011
Mensaje para el DOMUND (Domingo Mundial de las Misiones) 2011
Siguiendo los pasos de los Misioneros
- 23/10: Domingo Mundial de las Misiones, con el tema (2011): “Como el Padre me ha enviado a mí, así los envío yo” (Jn 20,21).
- 23/10: S. Juan de Capestrano (1386-1456), sacerdote franciscano, misionero y predicador eficaz en varios países de Europa central y oriental. Trabajó por la libertad y la unidad de los cristianos.
- 24/10: S. Antonio María Claret (1807-1870), español, predicador de misiones al pueblo, fundador, obispo de Santiago de Cuba. Murió exiliado en Francia.
- 24/10: S. Luis Guanella (1842-1915), sacerdote italiano, fundador de dos Institutos para la asistencia de los pobres y enfermos.
- 24/10: Día de las Naciones Unidas (organización creada en 1945).
- 25/10: B. Carlos Gnocchi (Milán 1902-1956), capellán militar en Grecia y Rusia; después de la guerra se entregó a la asistencia de los niños huérfanos y mutilados de guerra, víctima de bombardeos y artefactos bélicos, y de los minusválidos de todo tipo.
- 27/10: Recuerdo del encuentro de los representantes de las Iglesias cristianas, de las comunidades eclesiales y de las religiones mundiales, convocados por vez primera en Asís por el Papa Juan Pablo II para una Jornada de Oración por la Paz (1986). En el 25° aniversario (2011), Benedicto XVI ha convocado en Asís un encuentro similar al de 1986.
- 28/10: En Lima (Perú) la fiesta del “Señor de los Milagros”, imagen milagrosa del Crucifijo, pintada sobre una pared por un esclavo africano (c. 1651), muy venerada por muchedumbres.
- 28/10: SS. Simón el cananeo (zelotas) y Judas Tadeo, apóstoles.
- 29/10: Recuerdo del Mensaje “Africae Terrarum”, de Pablo VI para África (1967).
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A cargo de: P. Romeo Ballán – Misioneros Combonianos (Verona)
Sitio Web: www.euntes.net “Palabra para la Misión”
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