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MISIONEROS EN CAMINO: XX Domingo del T.O. (Mt 15, 21-28) - Ciclo A: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración
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jueves, 11 de agosto de 2011

XX Domingo del T.O. (Mt 15, 21-28) - Ciclo A: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración


Publicado por DABAR

Ante este texto del Evangelio muchos tratan de endulzar a Jesús. Parece que no fuera propio del Dios al que seguimos dirigirse con tanta dureza a una mujer extranjera, parece que nos cuesta leer este texto sin que la imagen que tenemos de Jesús entre en crisis. Por supuesto, Jesús no pretendía insultar al usar el término “perro”. Era una forma gráfica de expresar lo que él pensaba sobre su misión, sobre a quién iban dirigidas sus palabras. De hecho ésta es la única vez que Jesús pisa territorio extranjero pese a lo mucho que se movía. Se quedó en territorio judío porque era judío, el pueblo por Dios elegido.
Jesús no era un curandero, no separaba su actividad curativa de su misión: abrir los ojos y los oídos de sus hermanos judíos que tan lejos estaban del mensaje de Dios. Sólo para la tarea de acercarles al verdadero rostro de Dios y purificar las formas de culto hacia una adoración en espíritu y verdad, Jesús realizaba curaciones que mostraban que no pecaron ellos, ni sus padres, que el proyecto de Dios nada tiene que ver con culpabilidades, que Dios habla de vida, de una nueva forma de vivir que nos da la vida, dándonos la paz y la alegría, una paz y una alegría que no son de este mundo, que nada ni nadie salvo el Dios de Jesús nos pueden ofrecer.
Será por eso que Jesús niega a la cananea la curación, porque a priori no hay fe que sostenga la curación, no hay Dios que transmitir a quien tan alejada está, a quien no conoce a Dios.
Mientras Jesús parece querer seguir su camino sin pararse los discípulos le suplican que la atienda, no por compasión sino porque molesta, ya lleva un rato gritando que su hija está enferma: dile algo maestro, atiéndela, que la cosa está volviéndose muy desagradable, mira que estamos en tierra extraña y estamos llamando mucho la atención… Jesús parece ensimismado en sus cosas, como si no le molestaran los gritos, ni se sintiera aludido cuando una pagana, que no conoce su religión, le llama: ‘Hijo de David’. Ella sabe quién es y clama su compasión por un dolor que siente, un dolor que no es propio pero que le desgarra el alma, ‘mi hija tiene un demonio muy malo’, este es el clamor de la cananea, que se atreve a gritar en medio de la gente por si Jesús la atiende: alivia el dolor de mi hija que es el mío, ya sé que no soy de los tuyos, ya sé que soy mujer y extranjera, ya sé que estoy montando un espectáculo que quizás no te agrade, pero por tu Dios, ‘ten compasión de mí, Jesús, Hijo de David’, no te alejes de mí, no apartes de mi tu mirada, no sigas tu camino como si nada, ‘mi hija tiene un demonio muy malo’, no logran curarla, apiádate de nosotras. Y corriendo tras Él logró alcanzarlo y postrarse a sus pies y suplicarle de rodillas lo que ya gritaba de lejos, socórreme, no te hagas el sordo, mira mis lágrimas y mi desesperación, ya no sé que hacer, a quién acudir. Jesús le contesta una evasiva: ‘No está bien echar a los perros el pan de los hijos’. En ese punto sus ojos se cruzan, Jesús suena duro, pero no puede dejar de mirar a esta extranjera, que hoy sería libanesa…, y su mirada le diría: hija ya veo tu desesperación, siento tu dolor, pero qué puedo hacer por ti, no soy curandero, yo sólo hablo del amor de Dios y muestro sus signos con mis manos. “Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos”, ya lo sé Señor, dame sólo una caricia, muéstrame un poco de ese amor, libera a mi hija que sufre, libera a esta madre de tanta desesperación, al verla sufrir y no poder hacer nada, pero Tú sí, Tú puedes, libérame y creeré en ese Dios que no conozco, muéstramelo que yo quiero creer en Él. Y el corazón de Jesús se abrió para descubrir que esa mujer, aparentemente atea, pagana de procedencia, creía, creía en Él y en el que le enviaba. Jesús le respondió: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas.” Y la distancia se acorta y Jesús deja de ser un judío y la mujer una cananea, para ser hijos del mismo Padre. La resistencia primera de Jesús se disuelve ante la humilde insistencia de quien cree en Él. A los gestos arriesgados le siguen las miradas y la mano de Jesús sobre el hombro de la mujer para que se alzara, el saberse reconocido el uno y atendida la otra. Quizás sea fruto de mi ignorancia pero creo que la cananea liberó a Jesús de sus esquemas judíos, de su creer que había sido enviado solamente a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Ese es nuestro Dios, alguien dispuesto a aceptar lo que le aporta y enriquece el encuentro con los últimos, mujeres e inmigrantes. Alguien dispuesto a dejarse convencer ante la insistencia en gritos, ruegos y palabras audaces: ‘me conformo con las migajas’. Alguien capaz de admirar la fe de quien nada es socialmente y, asombrado, transformar su negación inicial a intervenir y hacer algo por ella. El resultado: una niña rescatada de las garras del enemigo, una mujer que ha visto el rostro verdadero de Dios, y un judío que deja que Dios se le revele a través de aquella mujer extranjera, para decirle que su misión alcanza a todos los hombres y mujeres, no sólo a los judíos.

ELENA GASCÓN
elena@dabar.net



DIOS HABLA

ISAÍAS 56, 1. 6 7
Así dice el Señor: «Guardad el derecho, practicad la justicia, que mi salvación está para llegar, y se va a revelar mi victoria. A los extranjeros que se han dado al Señor, para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que guardan el sábado sin profanarlo y perseveran en mi alianza, los traeré a mi monte santo, los alegraré en mi casa de oración, aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos».

ROMANOS 11, 13 15.29 32
Hermanos: Os digo a vosotros, los gentiles: Mientras sea vuestro apóstol, haré honor a mi ministerio, por ver si despierto emulación en los de mi raza y salvo a alguno de ellos. Si su reprobación es reconciliación del mundo, ¿qué será su reintegración sino un volver de la muerte a la vida? Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables. Vosotros, en otro tiempo, erais rebeldes a Dios; pero ahora, al rebelarse ellos, habéis obtenido misericordia. Así también ellos, que ahora son rebeldes, con ocasión de la misericordia obtenida por vosotros, alcanzarán misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos.

MATEO 15, 21 28
En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo». Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando». Él les contestó: «Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel». Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: «Señor, socórreme». Él le contestó: «No está bien echar a los perros el pan de los hijos». Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos». Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas». En aquel momento quedó curada su hija.



EXEGESIS

PRIMERA LECTURA

Hace quince días leíamos del mismo libro de Isaías, en medio de un gran banquete espléndido y gratuito, la inspirada promesa de ‘una alianza perpetua, la promesa que aseguré a David’, y que ya se presume dirigida a ‘todos los pueblos y naciones’. El profeta despliega una visión optimista, confiada que afiance la esperanza de un pueblo, Israel, hundido en el destierro. Alza el ánimo para que puedan volver a su tierra..

Pero el retorno ha de ser más penoso de lo esperado; cercados por pueblos paganos, también en la Tierra a la que vuelven deseosos de reconstruir el templo, tienden entonces a replegarse sobre sí. Son Esdras y Nehemías, quienes en virtud de mantener inalterables las tradiciones de los padres acuden a esta ‘estrategia’ de autoprotección: el aislamiento de quienes los ‘dispersan’ de su centro que será la Ley. El judaísmo se instala en el corazón de los creyentes con sus exigencias y ritos, sus formas singulares que les distingan de los demás pueblos: la circuncisión como signo consecratorio, el sábado día de descanso, las leyes alimenticias que le permitan no contaminarse con animales inmundos… Esta actitud resulta penosa para quienes como el Tercer Isaías cree, al igual que sus maestros, el primer y segundo Isaías, que la salvación va dirigida a todos los pueblos. Tiene por ello que mantener el discurso de una apertura que rompa el peligro de gueto, de aislamiento que provoca un fuerte sentido de elección como privilegio exclusivo de la predilección de Yavé.

Va a encontrar su argumento en lo mismo ñeque otros han basado su derecho a la exclusividad: el cumplimiento de la Ley. Ya que lo que Dios quiere en el fondo es lo que la misma Ley exige: “guardar el derecho, practicar la justicia” (v1). ‘No es la sangre ni la carne’ lo que aglutina al pueblo de Dios, sino el Señor que recuerda que a “quienes se le entrega para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores (v 6s) los traeré a mi monte santo”. ¡Cuántas veces el maestro de la consolación y la esperanza -el Deutero Isaías- había evocado el monte del Señor, como el destino de todas las naciones! (c.49).

¿Qué puede impedir ahora que acudan todos, sean judíos o extranjeros? “No diga el extranjero que se ha unido al Señor ‘el Señor me ha excluido de su pueblo’. No diga el eunuco: Soy un árbol seco. Porque así dice el Señor: A los eunucos que guarden mis sábados y perseveren en mi alianza, les daré en mi casa yen mis murallas un monumento y un nombre mejores que hijos e hijas; nombre eterno les daré que nos e extinguirá...”(v 3-5)…y continúa el texto de hoy.

Vendrá Jesús a ratificar la llamada a ‘las otras ovejas que no son de este redil y escucharán mi voz’.

¿Y todavía hay quien se cuestiona la salvación universal de cada ser humano? ¿Y aún quedan creyentes con vitola de ‘elegidos’ en el sentido de ‘exclusivos’? Si la gloria de Dios es que el hombre –toda persona- viva. ¡Paciencia de Dios-Padre con el hijo de casa!

TOMÁS RAMÍREZ
tomas@dabar.net



SEGUNDA LECTURA

Siguiendo con el tema principal de los capítulos 9-11 de Romanos, Pablo hace un planteamiento que directamente se refiere al pueblo de Israel y a sus propias relaciones con él. El sentido básico de este tema en cuanto puede interesar en otros contextos es mostrar un caso concreto de la acción divina, el del ese pueblo del AT. Pero el mismo Pablo tiene presente, como aparece en el segundo párrafo de esta lectura la aplicación de tal caso a otros, el de la comunidad romana. Y, por extensión, las reflexiones que hace a los destinatarios de la carta son también aplicables a nosotros.

Aparte de una nueva afirmación del interés que Pablo tiene por “los de su raza” (vv. 13-14), lo cual muestra que el antisemitismo no encuentra apoyo en sus cartas, tal como decía en el domingo pasado, hallamos los principios generales en los vv. 29 y 32: los dones de Dios son irrevocables y Dios ha encerrado a todos en la desobediencia para tener misericordia con todos. Ello puede resultar difícil de entender y explicar cuando se refiere a situaciones históricas concretas, pero no puede perderse tal perspectiva.

La aplicación no es tan difícil : el amor de Dios es definitivo y constante aun para aquellos que no le han correspondido o corresponden individual o colectivamente. La desobediencia, la falta de mérito, el propio pecado y la no correspondencia a los dones de Dios no son obstáculos insalvables para la acción de Dios, si hay reconocimiento y aceptación de los propios fallos.

Es una nueva afirmación de la esperanza y confianza en Dios, tema del que Pablo nunca se cansa. Israel es un buen ejemplo de ello, si bien no resulta en absoluto sencillo dar razón de cómo los dos principios mencionados se realizan en la historia de ese pueblo. Pero lo importante no es la explicación teórica, sino la aplicación a nosotros mismos.

FEDERICO PASTOR
federico@dabar.net


EVANGELIO

1. Aclaraciones al texto
V.21 Salió y se retiró. Jesús deja suelo judío tras su duro ataque a fariseos y letrados en Mt.15,1-20 y va a una región extranjera para Israel. Tiro y Sidón: ciudades de la costa mediterránea en el antiguo territorio de Fenicia, actual Líbano.
V.22 Cananeo: calificativo con connotación religiosa de rechazo al Dios de Israel. En la tradición judía Canaán era símbolo de lo no judío, de la irreligiosidad. Hijo de David: título mesiánico muy importante para las esperanzas y expectativas judías. Visto desde la perspectiva de Jesús este título era más un obstáculo que una ayuda.
V.23 Atiéndela. Literalmente despídela (concediéndole lo que pide).
V.24 Me han enviado. Equivalente a Dios me ha enviado.
V.25 Postrarse y pedir de rodillas. De por sí, el gesto sólo atestigua el reconocimiento de una superioridad. En su acepción bíblica es el gesto de adoración sólo a Dios debido.
V.26 Perros-hijos: El término griego empleado para perro designa al perro faldero o doméstico, en contraposición al perro vagabundo o callejero. No está bien echar a los perros el pan de los hijos. Más allá de la connotación a comidas con presencia de perros esperando las sobras que caen de la mesa, existe otra al lenguaje figurado de la época: perro era el no judío; hijo, el judío. Jesús hace suyo el modo de hablar judío sobre los paganos. ¿Aceptándolo o ironizando sobre él? Para responder a esta pregunta no se puede pasar por alto que Jesús pronuncia esas palabras fuera de Israel y después de haber sido acusado de no respetar la tradición judía. ¿Quién era hijo y quién perro?

2. Texto
Texto sorprendente. Cuando Jesús acaba de abandonar territorio judío tras una controversia con escribas y fariseos sobre las tradiciones judías, una mujer no judía interpela a Jesús con un título mesiánico típicamente judío (v.22). Jesús no responde a la petición de la mujer (v.23). Los discípulos instan a Jesús a que acceda a lo que la mujer le pide y que la despida (v.23).Jesús dice a sus discípulos que lo que Dios le pide a él es atender a descarriados judíos y no a descarriados no judíos (v.24). Pero la mujer no se da por vencida y con actitud creyente y de reconocimiento del señorío de Jesús reitera su petición de ayuda (25). Jesús se resiste: No está bien echar a los perros el pan de los hijos. Las palabras de Jesús adoptan el lenguaje judío en relación con los paganos, un lenguaje con una gran carga de orgullo y de superioridad. Pero a la descarriada cananea no le molestan las palabras de Jesús. Ella no sabe de orgullos ni de superioridades; no pretende suplantar a nadie; sólo aspira a poder participar de lo que Jesús es y puede hacer. Ella sólo cree en Jesús. Esta fe convence a Jesús: ¡Mujer, qué grande es tu fe! Esta fe vence a Jesús: Que se cumpla lo que deseas.
El evangelista cierra el relato con la constatación objetiva de la curación de la hija de la mujer (v.28). El hecho de la curación pasa a un segundo plano. El primer plano es la fe mostrada por esa mujer. Texto sorprendente y con gran valor histórico. Texto maravilloso.

3. Comprensión actualizante
La fe convence. No sabe de orgullo ni de superioridad. No suplanta a nadie. La fe es humilde. La fe no cree contra nadie. La fe sólo sabe de Dios.

ALBERTO BENITO
alberto@dabar.net



NOTAS PARA LA HOMILIA

‘Los alegraré en mi casa de oración’
Es lo que dice el Señor en la primera lectura del profeta Isaías que hemos escuchado,…refiriéndose precisamente a los extranjeros. Resulta entristecedor constatar cómo esta palabra de Dios, que anuncia la salvación para todos los pueblos, reunidos en una misma casa, hoy por hoy, estemos tan lejos y estemos donde estamos. Después de tanto tiempo la humanidad y también tantos cristianos participamos en situaciones como nacionalismos excluyentes, razas superiores, bienestar para los países ricos, actitudes cortas, estrechas (‘huelen mal’, ‘hacen cosas raras’, ‘son unos machistas’,…).
En realidad, la clave puede estar en el propio texto que nos invita a ‘guardar el derecho, practicad la justicia’, porque es frecuente encontrarnos con personas que se dicen ‘buenas’ y en realidad esa valoración es consecuencia de ‘no robo, no mato, no…’, es decir guardan el derecho, pero… ¿practican la justicia?, ¡ay, Señor! eso es harina de otro costal, y no es fácil dar el paso, porque hacer justicia donde hay injusticia te complica la vida, te desinstala, incluso te puede acarrear pérdidas. Y sin embargo, el giro en los textos bíblicos se repite una y otra vez, guardad el derecho, practicad la justicia, parece que forma parte del mismo pack, y la razón es sencilla, Dios quiere atraernos, ‘porque mi casa es casa de oración’, y no se refiere simplemente a un lugar donde se ora, sino aquel lugar donde se guarda el derecho y practica la justicia, y no solamente para algunos elegidos, sino para toda la humanidad. Hagamos de nuestras comunidades cristianas espacios donde se ora, es decir, se guarda el derecho y practica la justicia, alegrándonos en el Señor, y así podremos ser fermento en la masa.

Incluso los rebeldes a Dios alcanzan misericordia
Resulta impresionantemente sobrecogedor aproximarnos a comprender esta realidad, en la que Pablo insiste una y otra vez, desde su propia experiencia personal. ‘Los dones y la llamada de Dios son irrevocables’, y si Dios ha tenido misericordia de nosotros, aún siendo pecadores, e independientemente de nuestros méritos, y nos ha llamado, ¿en nombre de qué podemos condenar a los rebeldes, a los que no son de los nuestros?. ¡y cuanto de esto hay en nuestras comunidades!. Descubramos la misericordia que Dios nos ha revelado, y vivamos nuestras relaciones, nuestros encuentros, nuestras miradas a la realidad desde esa misericordia.

‘Mujer, qué grande es tu fe’
Una primera reacción que podemos tener, en cierto modo perfectamente comprensible, al leer esta perícopa, puede ser la de pasar página, ya que nos aparece Jesús con unas formas diríamos de ‘mal educado’, incluso hasta desagradable, no sólo no responde a una mujer que le pide compasión, sino que al final después de insistir ella y sus discípulos le suelta una de ‘caja destempladas’, con unas formas aparentemente despreciativas, y además poniendo por encima al pueblo de Israel sobre los cananeos (o todos los demás pueblos). Si hiciéramos tal cosa porque no nos apetece profundizar más,… nos perderíamos uno de los pasajes más significativos y algunas de la enseñanzas claves de Jesús. Veamos.

Una mujer cananea se acerca a Jesús, usando una expresión propia del pueblo judío ‘Señor, Hijo de David’, la situación de su hija necesita ayuda, y acude a Jesús, con una actitud de humildad, apelando al sentimientos noble ‘ten compasión de mí’, con una petición ‘socórreme’ y no como una exigencia de derecho. La cananea se crece en el diálogo con Jesús desde la humillación, ‘también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos’. Y la acción de Jesús, es guardar el derecho: ‘Mujer, qué grande es tu fe’ y practicar la justicia ‘En aquel momento quedó curada su hija’.
La humildad alcanza misericordia.

Ciertamente la salvación comienza con el pueblo elegido, Israel, pero la misericordia de Dios, en Jesucristo alcanza a todos los pueblos,… incluso nosotros, aunque seamos rebeldes.

¡Cuantos gritos de compasión llegan a nuestros oídos desde los pobres!. Nuestras comunidades no pueden conformarse con guardar el derecho, tenemos, debemos, necesitamos practicar la justicia para ser verdaderamente comunidades seguidoras de Jesús, y además derecho y justicia no sólo para con los nuestros, sino para con toda la humanidad.

JOSE ANGEL FUERTES
joseangel@dabar.net






PARA CONSIDERAR Y REFLEXIONAR EN GRUPOS

«Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo»
(Mt 15, 22)

Preguntas y cuestiones
La mujer cananea, no judía, sufre por su hija, y acude a Jesús, buscando ayuda. Es la fe en la persona de Jesús, lo que le lleva a insistir, no como un derecho, sino como una súplica. En nuestras comunidades la gente que acude a Cáritas, tiene necesidad y acude a pedir ayuda, ¿somos capaces de ver el sufrimiento de una madre, como Jesús ve a la mujer que sufre por su hija? ¿Qué no haría una madre por su hija enferma, sea de la raza que sea, sea de la religión que sea?
El relato es duro, al principio Jesús parece que no le atiende. Es la insistencia, el sufrimiento de la madre y la fe, lo que logra despertar la admiración en Jesús. Jesús atiende la demanda de la mujer. ‘Señor, auméntanos la fe’.



PARA LA ORACIÓN

Mira con bondad, Padre, a esta familia reunida en tu nombre; enséñanos a vivir contando siempre contigo, como tú cuentas con nosotros, para que así llevemos siempre una vida de fraternidad todos los hombres, conforme a tu voluntad.
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Al presentarte, Padre, estos dones en señal de nuestro agradecimiento por todas las cosa buenas que tú nos das, queremos pedirte tu ayuda para que también podamos ofrecerte nuestra vida llena de obras de justicia y de amor.
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Reconocemos, Señor, que eres el justo y el grande, y que muchas veces nuestro cristianismo lo vivimos con mezquindad y raquitismo, porque nos da miedo vivir según el Evangelio. Nuestro esfuerzo por crecer en humanidad no está acompañado por la práctica de cada día.
Y sabemos que muchas veces creemos que en esta vida lo que tenemos que hacer es méritos, sumar puntos, ganar así la felicidad eterna. Creemos que es el propio esfuerzo lo que salva al hombre ante Dios, reduciendo de este modo la salvación a un mercantilismo barato.
Sin embargo, la salvación es un regalo tuyo, y los hombres no somos quienes para pedir cuentas a Dios o para juzgar su obra, una obra siempre en favor del hombre. Esto es lo que nos llena de agradecimiento.
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Padre, la alegría de haber participado juntos en esta celebración nos lleva a darte gracias de todo corazón y a pedirte que sigas siempre con nosotros.




LA MISA DE HOY

SALUDO
La misericordia de Dios, nuestro Padre, esté siempre con todos vosotros.

ENTRADA
Hermanos: vamos a hacer la Eucaristía. Es nuestra asamblea de cada domingo en la que compartimos la memoria de Jesús, la palabra de Dios y la comunión de unos con los otros. Como signo anticipador de los cielos nuevos y la tierra nueva nos debe poner en la disposición de ir acercándolos.
Y cada uno venimos a esta asamblea con lo que somos, con nuestras dudas y nuestros problemas. Pero no venimos para olvidarnos de ellos sino para, desde nuestra reflexión en el marco de la Palabra de Dios, buscar el solucionarlos a pesar de los riesgos que implique. Quizá la Palabra de Dios nos sorprenda con soluciones radicales y exigentes. El camino está abierto en Jesús. En él existen el riesgo y los imprevistos. La respuesta es ponerse en marcha.

ACTO PENITENCIAL
El Señor nos dice que, si al presentar nuestras ofrendas estamos enfrentados a alguien, dejemos las ofrendas y primero nos reconciliemos con los hombres; por eso vamos a comenzar nuestra celebración pidiendo perdón a Dios y a los hermanos.
-Tú, que nos has revelado que Dios es nuestro Padre y nos llamas a todos a vivir como hermanos. Señor, ten piedad.
-Tú, que nos has revelado que Dios nuestro Padre quiere que todos alcancemos la vida eterna. Cristo, ten piedad.
-Tú, que has muerto para que tu resurrección sea la primicia de lo que nos espera a todos los que confiamos en Ti. Señor, ten piedad.

LECTURA PROFÉTICA
Por medio del profeta Isaías Dios recuerda a su pueblo dos cosas importantes que deben cumplir: guardar el derecho y practicar la justicia; a quienes así obren El les hará conocer su amor y les hará partícipes de su alegría y de su misma vida.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 66)
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe.
Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

LECTURA APOSTÓLICA
El amor de Dios es firme y estable, capaz de superar todos los fallos del hombre y siempre dispuesto a salvarlo.

LECTURA EVANGÉLICA
Una extranjera se acerca a Jesús para pedirle ayuda. Su oración y su fe, traducidas en su interpelación a Jesús y en su tozuda constancia, hacen posible la curación de su hija .

ORACIÓN DE LOS FIELES
Con la misma confianza de la cananea, presentemos a Dios nuestras súplicas:
-Por toda la comunidad eclesial, para que apoye toda su labor en la oración y en la fe. Roguemos al Señor.
-Para que todos guardemos el derecho y practiquemos la justicia. Roguemos al Señor.
-Para que seamos constantes en nuestra lucha por mejorar las condiciones de vida de los hombres. Roguemos al Señor
-Por nuestra comunidad (parroquial), para que testifique su fe con claridad y con obras de amor y justicia para con los más necesitados. Roguemos al Señor.
Oración: Que nuestra confianza en Ti no quede defraudada, Padre, pues todo esto te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo.

DESPEDIDA
La palabra de Dios nos ha marcado el camino. Escucharla y dejar que se evapore sería una traición. Emprender el camino que nos marca es lo justo. Y el camino de esta palabra es la justicia.



CANTOS PARA LA CELEBRACION
Entrada. Cristo nos une en torno a su altar (disco “15 Cantos para la cena del Señor”); Dios nos convoca; Queremos construir una ciudad en paz; Aclama al Señor tierra entera (1CLN-611).
Acto penitencial. 1CLN-B 6.
Salmo. LdS; A Dios den gracias los pueblos (1CLN-510)
Aleluya. Del disco “12 Canciones religiosas y litúrgicas para el siglo XXI”.
Ofertorio. Misericordias Domini (Taizé); Este pan y vino.
Santo. De Palazón.
Comunión. Contemplad al Señor (2CLN-O 37); No te importen las razas ni el color de la piel; Mi Padre es quien os da (2CLN-O 41).
Final. Nadie hay tan grande como Tú (de Gabaráin).



Director: José Ángel Fuertes Sancho •Paricio Frontiñán, s/n• Tlf 976458529 Fax 976439635 • 50004 ZARAGOZA
Tlf. del Evangelio: 976.44.45.46 - Página web: www.dabar.net - Correo-e: dabar@dabar.net

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WebJCP | Abril 2007