Publicado por De Todos los Dias
Para el día de hoy (10/07/11):
Evangelio según San Mateo 13, 1-23
En el espíritu de la parábola del sembrador, todo cálculo y previsibilidad devienen estériles, inútiles y hasta contrarios.
La clave de toda existencia humana -y del universo- es la Gracia, don y misterio, vida que se regala sin condiciones, ofrenda de eternidad a toda la humanidad de ese Dios del universo que se ha hecho uno de nosotros.
Jesús ha inaugurado el año de gracia y Misericordia, tiempo de la maravillosa desmesura y los milagros cotidianos; las cosas del Reino escapan a nuestra racionalidad y a cualquier preocupación.
Con la confianza del campesino que sabe las bondades de la semilla que esparce desde el amanecer, así el Maestro nos habla y nos insta y nos aclara la mirada: la fuerza de la Buena Noticia -semilla de Dios- es incontenible. El Reino está creciendo en nuestro presente, humilde y silencioso, aquí y ahora.
La semilla ha germinado y seguirá germinando, y sus frutos serán magníficos, más allá de los terrenos, de la pericia del sembrador, de los pájaros y las piedras.
Llegará el tiempo de cosecha, y eso sí que es inevitable: lo que se ha sembrado, tarde o temprano se cosecha, los frutos buenos y santos, trigo que se hará pan para la vida de todos...o cizaña inútil, que hace daño, que nos muere a toda trascendencia.
A menudo haciendo apenas equilibrio en mínimas barcas inverosímiles, desde periferias galileas siempre sospechosas, desde allí viene el Reino creciéndose sin prisas pero sin pausas, con la fuerza de la Gracia, con la constancia del sembrador que confía y espera más allá de toda esperanza.
Paz y Bien
La clave de toda existencia humana -y del universo- es la Gracia, don y misterio, vida que se regala sin condiciones, ofrenda de eternidad a toda la humanidad de ese Dios del universo que se ha hecho uno de nosotros.
Jesús ha inaugurado el año de gracia y Misericordia, tiempo de la maravillosa desmesura y los milagros cotidianos; las cosas del Reino escapan a nuestra racionalidad y a cualquier preocupación.
Con la confianza del campesino que sabe las bondades de la semilla que esparce desde el amanecer, así el Maestro nos habla y nos insta y nos aclara la mirada: la fuerza de la Buena Noticia -semilla de Dios- es incontenible. El Reino está creciendo en nuestro presente, humilde y silencioso, aquí y ahora.
La semilla ha germinado y seguirá germinando, y sus frutos serán magníficos, más allá de los terrenos, de la pericia del sembrador, de los pájaros y las piedras.
Llegará el tiempo de cosecha, y eso sí que es inevitable: lo que se ha sembrado, tarde o temprano se cosecha, los frutos buenos y santos, trigo que se hará pan para la vida de todos...o cizaña inútil, que hace daño, que nos muere a toda trascendencia.
A menudo haciendo apenas equilibrio en mínimas barcas inverosímiles, desde periferias galileas siempre sospechosas, desde allí viene el Reino creciéndose sin prisas pero sin pausas, con la fuerza de la Gracia, con la constancia del sembrador que confía y espera más allá de toda esperanza.
Paz y Bien
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