Hna. Paula Guerreiro, de la comunidad misionera Servidora del Evangelio
La hermana Paula Guerreiro, de la comunidad misionera Servidores del Evangelio, salió ayer rumbo a Israel, donde intentará seguir “construyendo la paz” en la convulsionada tierra de Gaza, donde persiste la tensión y los enfrentamientos entre judíos y palestinos.
La religiosa se despidió de la diócesis de Morón, donde realizaba su tarea hasta el momento, en el transcurso de una misa en el Hogar de Ciegas.
“Lo que llevaré a Israel es, sobre todo, lo recibido aquí en la Argentina: Las personas. La Argentina ya no será para mí un país abstracto del que sólo se conoce a Maradona y un poco más, el tango, mis primos, mis tíos… Ahora la Argentina tiene para mí sus rostros, sus nombres, tiene todo lo vivido”, expresó al boletín diocesano Koinonia.
Y agregó: “Aquí he conocido un pueblo de corazón abierto, con mucho empeño a la hora de las dificultades, como personas que luchan y no se quedan atrás. Personas que nos han abierto las puertas, el corazón, nos han compartido las alegrías y las lágrimas. Yo pensaba: ‘Señor, esto que vivimos aquí, hay tantos países que no lo conocen, que no lo tienen’”.
La hermana Guerreiro puso como ejemplo del trabajar por y para la paz al obispo melquita Elías Chacour, a quien recuerda por su proyecto de una universidad donde puedan estudiar juntos cristianos, judíos, musulmanes y drusos.+
La religiosa se despidió de la diócesis de Morón, donde realizaba su tarea hasta el momento, en el transcurso de una misa en el Hogar de Ciegas.
“Lo que llevaré a Israel es, sobre todo, lo recibido aquí en la Argentina: Las personas. La Argentina ya no será para mí un país abstracto del que sólo se conoce a Maradona y un poco más, el tango, mis primos, mis tíos… Ahora la Argentina tiene para mí sus rostros, sus nombres, tiene todo lo vivido”, expresó al boletín diocesano Koinonia.
Y agregó: “Aquí he conocido un pueblo de corazón abierto, con mucho empeño a la hora de las dificultades, como personas que luchan y no se quedan atrás. Personas que nos han abierto las puertas, el corazón, nos han compartido las alegrías y las lágrimas. Yo pensaba: ‘Señor, esto que vivimos aquí, hay tantos países que no lo conocen, que no lo tienen’”.
La hermana Guerreiro puso como ejemplo del trabajar por y para la paz al obispo melquita Elías Chacour, a quien recuerda por su proyecto de una universidad donde puedan estudiar juntos cristianos, judíos, musulmanes y drusos.+
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