Reflexión para niños
Por Acción Católica General
Por Acción Católica General
En las Bienaventuranzas, Jesús nos resume de una manera muy bella, tres requisitos para ser feliz y alcanzar la Salvación: «ser “pobres”, “tener hambre” y ser “misericordiosos”». Puede ser que lo que dice Jesús no tenga sentido... pues no se parece a lo que para nosotros significa ser feliz: “ser ricos”, “estar satisfechos”, y “reir”. Pero las palabras de Jesús... significan otra cosa.
“Ser pobres”. Jesús nos dice que no debemos poner nuestra esperanza y felicidad en las cosas materiales (juguetes, ropa, dinero, viajes...), sino en Dios. Las cosas materiales siempre nos parecen “poco”... y acaban por no hacernos verdaderamente felices y nos distraen de acercarnos a Dios.
“Tener hambre... de justicia”. Jesús nos dice que las personas que buscan actuar siempre como Él nos enseña... siempre tendrán paz en su corazón.
Y “ser misericordiosos”. Jesus tiene, como Dios-Padre, un corazón tan grande, que sufre con los que sufren y llora con los que lloran, de forma que entiende mejor a los que lo pasan mal, porque se pone en su lugar, por amor.
Este trozo del Evangelio es muy importante. En él Jesús... nos da el “plano” para poder llegar a ser bienaventurados, felices y dichosos... para ser queridos por Dios. Seguir las Bienaventuranzas a veces parecerá no ser fácil... Pidamos ayuda a Dios y a nuestros hermanos para poder seguirlas.
● ¿Qué es para ti ser feliz? ¿Qué es lo que a ti te hace feliz? ¿Se parece tu idea de ser feliz... a la de las Bienaventuranzas?
● De todas las Bienaventuranzas... ¿cuál te llama más la atención? ¿Por qué?
● Elige una de las Bienaventuranzas... una que te parezca difícil de ponerla en práctica... ¿Qué puedes hacer para, poco a poco, ponerla en marcha... para ser “bienaventurado”?
“Ser pobres”. Jesús nos dice que no debemos poner nuestra esperanza y felicidad en las cosas materiales (juguetes, ropa, dinero, viajes...), sino en Dios. Las cosas materiales siempre nos parecen “poco”... y acaban por no hacernos verdaderamente felices y nos distraen de acercarnos a Dios.
“Tener hambre... de justicia”. Jesús nos dice que las personas que buscan actuar siempre como Él nos enseña... siempre tendrán paz en su corazón.
Y “ser misericordiosos”. Jesus tiene, como Dios-Padre, un corazón tan grande, que sufre con los que sufren y llora con los que lloran, de forma que entiende mejor a los que lo pasan mal, porque se pone en su lugar, por amor.
Este trozo del Evangelio es muy importante. En él Jesús... nos da el “plano” para poder llegar a ser bienaventurados, felices y dichosos... para ser queridos por Dios. Seguir las Bienaventuranzas a veces parecerá no ser fácil... Pidamos ayuda a Dios y a nuestros hermanos para poder seguirlas.
● ¿Qué es para ti ser feliz? ¿Qué es lo que a ti te hace feliz? ¿Se parece tu idea de ser feliz... a la de las Bienaventuranzas?
● De todas las Bienaventuranzas... ¿cuál te llama más la atención? ¿Por qué?
● Elige una de las Bienaventuranzas... una que te parezca difícil de ponerla en práctica... ¿Qué puedes hacer para, poco a poco, ponerla en marcha... para ser “bienaventurado”?
BIENAVENTURANZAS
Jesús Amigo, deseo vivir las Bienaventuranzas
cada día y hacer realidad en mí:
La humildad y sencillez, para adelantar el Reino;
La firmeza y paciencia, para transformar la tierra;
La constancia y fortaleza, para encontrar consuelo en Ti;
La solidaridad, para compartirlo todo lo que soy
y lo que tengo con los demás;
La comprensión y tolerancia,
para participar de tu misericordia;
La concordia y reconciliación,
para ser en verdad "hijo de Dios".
Ayúdame Jesús,
a vivir las bienaventuranzas
en el día a día.
Sé que con tu ayuda, lo conseguiré
Jesús, gracias.
Jesús Amigo, deseo vivir las Bienaventuranzas
cada día y hacer realidad en mí:
La humildad y sencillez, para adelantar el Reino;
La firmeza y paciencia, para transformar la tierra;
La constancia y fortaleza, para encontrar consuelo en Ti;
La solidaridad, para compartirlo todo lo que soy
y lo que tengo con los demás;
La comprensión y tolerancia,
para participar de tu misericordia;
La concordia y reconciliación,
para ser en verdad "hijo de Dios".
Ayúdame Jesús,
a vivir las bienaventuranzas
en el día a día.
Sé que con tu ayuda, lo conseguiré
Jesús, gracias.
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