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martes, 4 de enero de 2011

Epifanía del Señor (Mt 2, 1-12) - Ciclo A: DIOS PARA TODOS



Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía. (Antoine de Saint-Exupery)
1.- Con los magos observamos el cielo. Nada ni nadie nos desvíe del camino que lleva hacia valores altos. Buscamos, estrellas (no hombres estrellados en su autosuficiencia) que nos indiquen la senda para alcanzar la verdad soberana. Signos que nos conduzcan hacia “Alguien” ante el cual merezca la pena postrarse, humillarse, adorar y desvivirse.
¡Fiesta de Epifanía! ¡Dios se manifiesta a todos los pueblos! Levantémonos y sigamos adelante, atraídos por el resplandor de la estrella, para ser allá donde estemos…destellos que irradien amor de Dios o que, por lo menos, recuerden a más de uno que –Dios- se sigue saliendo al encuentro del hombre.
¿Qué buscaban los magos? ¿A quién? ¿Por qué? Lo poseían todo: reino, oro y plata, nobleza y riquezas, vasallos y castillos. Pero les faltaba el supremo tesoro. De repente y ante tanta riqueza, Dios, se manifiesta revestido de pobreza.
Buscaban porque, sus fortunas, no les satisfacía todas sus ansias de felicidad.
Buscaban porque, aun siendo reyes, querían ser siervos de Aquel que había sido anunciado, profetizado y –por un momento- silenciado por poderes que querían anteponerse al mismo Señor.
2.- ¿A quién buscamos nosotros? ¡Cuánto nos asustan las dificultades! A los magos, lejos de acobardarles los inconvenientes, cruzaron desiertos y montañas, dominios y traidores para llegarse hasta la gruta del Verbo inocente.
No siempre percibieron la estrella (pistas nítidas de la presencia de Dios), cuando la divisaban, se llenaban de inmensa alegría y, cuando la perdían, lejos de olvidarla, no dejaban de hablar de ella, de cuándo aparecería de nuevo.
No siempre nosotros tenemos las cosas claras. Pero ¿qué hacemos cuando los “nuevos Herodes” nos invitan a desertar, a olvidar o sacrificar ese Niño que –en el corazón- lo hemos sentido en tantos momentos sacramentales o personales?
Los reyes, dando un rodeo, se marcharon por otro camino. ¿Bloqueamos nosotros ciertas situaciones para preservar el amor de Dios o, por el contrario, nos amoldamos a ellas? ¿Creemos que merece la pena esperar en Dios, adorarle en la persona de Cristo, seguirle por los caminos de Jesús o por el contrario nos hemos quedado a la sombra de los palmerales, en nuestros feudos, castillos y particulares reinos?
3.- Hoy, a una con los magos, Dios se nos abre, se nos manifiesta. ¿Cómo van a ver muchos la luz si faltan “electricistas” de Dios en las casas de los hombres? ¿Cómo van a buscar algunos de nuestros amigos y familiares la estrella que conduce a Belén si nos ven pendientes de hados de escenario que nos distraen de las estrellas que cruzan el inmenso espacio del cielo?
Con los magos, tan distintos y tan unidos en un objetivo (buscar a Dios) nos sentimos todos agraciados: ¡El Señor es para todos! No es para unos pocos. Ya no existe un pueblo exclusivo. Todos estamos llamados a disfrutar de la gran herencia divina.
Vayamos, y como los magos, postrémonos ante la gran manifestación de un Dios que ha nacido para todos los pueblos de la tierra.

4.- VENIMOS EN BUSCA DE UNA ESTRELLA
Que nos haga apreciar que, Dios,
se manifiesta a los que le buscan
a los que, en medio de la noche clara u oscura,
no se detienen y averiguan y siguen rebuscando
al Dios escondido, al Dios que silenciosamente
sale al encuentro de todo hombre
VENIMOS EN BUSCA DE UNA ESTRELLA
Porque, acostumbrados a vivir a media luz,
añoramos la LUZ divina escondida en una gruta
Luz del cielo, para el hombre que camina en la tierra
VENIMOS EN BUSCA DE UNA ESTRELLA
Porque, su ruta, será nuestro peregrinar hasta Jesús
Su destello, hablará con lenguaje divino
Su presencia, nos llevará al Dios desconocido
VENIMOS EN BUSCA DE UNA ESTRELLA
Que nos guíe, frente a tanto desconcierto
Que nos ilumine, en medio de la noche
Que nos haga avanzar, cuando la fe se debilita
VENIMOS EN BUSCA DE UNA ESTRELLA
Porque, como exploradores de Dios,
no queremos perderlo en el horizonte de nuestra vida
porque, como hombres y mujeres de fe,
queremos llegar hasta el Señor, y ante El postrarnos,
y ofrecerle el incienso de nuestra admiración,
el oro de la riqueza de nuestra fe
junto a la mirra de nuestros pecados y fragilidad
VENIMOS EN BUSCA DE UNA ESTRELLA
Que nos haga creer, que Dios no se desentiende del mundo
palpar, que Dios espera al final de su destello
vibrar, al impresionarnos por todo un Dios humanado
VENIMOS EN BUSCA DE UNA ESTRELLA
Ayúdanos, Señor, a no perder de vista el cielo
aquella gran casa donde, con luz divina,
viven y se nos muestran infinidad de estrellas.
Amén.

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WebJCP | Abril 2007