LUGAR DE ENCUENTRO DE LOS MISIONEROS DE TODO EL MUNDO
MISIONEROS EN CAMINO: LA HOMILÍA MÁS JOVEN: AL ESTILO DE UN MENSAJE
NO DEJES DE VISITAR
www.caminomisionero.blogspot.com
El blog donde encontrarás abundante material para orar y meditar sobre la liturgia del Domingo. Reflexiones teológicas y filosóficas. Videos y música para meditar. Artículos y pensamientos de los grandes guías de nuestra Iglesia y Noticias sobre todo lo que acontece en toda la vida eclesial
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

martes, 21 de diciembre de 2010

LA HOMILÍA MÁS JOVEN: AL ESTILO DE UN MENSAJE


Noche Buena (Lc 2, 1- 14) - Ciclo A
Por Pedrojosé Ynaraja

Mis queridos jóvenes lectores, la homilía no la escribiré al estilo de un mensaje, ni de un sermonazo. Espero os guste y os sea provechosa, algún otro día os la daré de manera semejante.

MARÍA SOÑABA…

José la miró y lo entendió de inmediato…

Le daba miedo coger al Niño, pero ella se lo suplicaba con la vista. Tenía miedo de que se le cayera, que tal vez se hiciese daño aquella criaturita inocente y delicada. Las manos de un artesano no son las más aptas para estos menesteres. María venía preparada para el momento y él lo sabía. Se acercó pues él al envoltorio que hasta entonces había ido a lomos del borrico y sacó ropa limpia, delicadamente doblada. Asintió ella con la mirada. José no sabía qué hacer, miró a su alrededor, solo vio en el muro un pesebre, dudó, le daba vergüenza recurrir a algo tan vulgar, de reojo se dio cuenta de que ella seguía sus movimientos y asentía. Arreglo como pudo la paja, depositó encima una pieza de tela. El miedo le embargaba, debía vencerlo, colocó con tanta delicadeza como pudo al Niño encima y lo tapó con ropa de abrigo. Suspiró satisfecho. No entendía de niños, pero le pareció que no lo había hecho mal, que descansaba, que tal vez dormía.

María también.

SUEÑO DE JOSÉ.

Se asomó a la puerta y miró a lo alto, le pareció ver que una estrella resplandecía más que las demás, se acordó de lo que un día contaba el rabino. El profeta Balaam iba con su burra, vio una estrella y se lo dijo al rey sinceramente, en aquel brillante astro estaba implicado el Mesías esperado. Miró José entonces a su pollino sonriendo, pensó para sí: en algo me parezco, gozo yo de semejante compañía. Volvió a mirar fijamente al cielo, se le cerraron los ojos… Al amanecer no se acordaba de nada más. Y es que rendido del camino, de la emoción, de los ajetreos y del parto de su esposa, no le quedaban fuerzas ni para soñar, por eso no pudo aguantar y ahora se daba cuenta de que se había dormido sin saber como ni cuando.

SUEÑO DE MARÍA

Ella en cambio, sí soñó. Vio a su vera un ángel, se fijó detenidamente y se dio cuenta de que era el mismo que le había hablado en Nazaret. Entonces no se había atrevido a mirarle, embargada de vergüenza. Nunca había imaginado tener junto a sí a un personaje de tal talla, aumentaba su estupor, el misterio que se le comunicaba. Asombrada y temerosa no sabía que desear más, si una aclaración que le detallara el futuro que la esperaba, o que se acabase la entrevista de una vez… Ahora sí, en Belén se atrevió a fijarse en él. No fue una mirada altiva, orgullosa, de prepotencia. Continuaba convencida de su pequeñez, de la gratuidad de su elección. Pero le sorprendía que pudiera mirarle sin incomodarse. Tal vez fuera porque estaba convencida de que se había cumplido lo que le anunció aquel día y ella había colaborado dócilmente a las indicaciones que le llegaban de lo alto. Atónita descubrió que Gabriel sonreía y gracias a este gesto se vio inundada de paz. Seguramente se trataba de la sombra del Espíritu Santo que la protegía y ella a su vez, también sonrió.

A fuer de veraces, hay que decir que le entraron ganas de reír, pero se dominó, José dormía y el descanso lo tenía muy merecido. Se dominó, pero por dentro, muy adentro, sus entrañas reían a carcajadas, de la felicidad suprema de la que gozaba.

Recordó que el Señor-Dios acabada su labor de creación había descansado. En su sueño miró a lo alto y lo contempló sonriendo también. Pudo entonces después de este ensueño dormir plácidamente, sin ninguna vacilación

EL NIÑO TAMBIÉN SOÑABA

Sí, los niños también sueñan, pero no lo cuentan, no saben contarlo, ni siquiera saben hablar. Como los demás, sabía llorar. Sí, el llanto no era pena, era una manera de decir que estaba vivo, que no lo olvidaran, que le tuvieran en cuenta, era su única manera de expresarse…

Pero corrijo, este Niño sabía otra lengua desconocida de los hombres y en este idioma ahora se comunicaba con su Padre, no eran precisas las palabras, o, más bien, Él mismo era la Palabra.

En los arcanos se había cumplido un momento muy esperado. Había Dios entrado en la historia humana, de esto hacía nueve meses, ahora algunos hombres ya lo habían contemplado. Primero fue su padre el elegido y aceptado. Era padre por voluntad, por aceptación de los deseos singulares de su Padre-Dios. Su paternidad obedecía totalmente a la docilidad, no tenía ningún otro componente. Se había sentido desde el primer momento su protector, su tutor, así que la Criatura, era totalmente aceptada, totalmente amada, totalmente suya. Aquello casi parecía el Cielo. Abbá-Dios le amaba plenamente, pero no pudo sonreírle, no era su estilo.

(Su Madre era diferente, íntimamente unidos Madre e Hijo durante aquel tiempo, comunicados por sencillos movimientos de Él y abrazos de Ella en su vientre, ahora ya estaba a la vista de quien quisiera recibirles. Supo que en sus brazos le parecía pequeño, ¡qué importaba! A los ojos de los íntimos siempre lo debía ser, para que aprendieran ellos mismos a no aspirar a grandezas).

Hijo y Padre se contemplaban y dialogaban en monóloga conversación. Introducido el Hijo en la historia, venía a salvarla, para eso había sido enviado. El Padre complacido de que ya empezaba la hazaña, también se sentía esperanzado y sus carcajadas eran espectaculares auroras boreales, visibles para algunos privilegiados.

0 comentarios:


WebJCP | Abril 2007