LUGAR DE ENCUENTRO DE LOS MISIONEROS DE TODO EL MUNDO
MISIONEROS EN CAMINO: IV Domingo de Adviento (Mt 1,18-24) - Ciclo A: ANUNCIAR AL JESÚS DE LOS POBRES
NO DEJES DE VISITAR
www.caminomisionero.blogspot.com
El blog donde encontrarás abundante material para orar y meditar sobre la liturgia del Domingo. Reflexiones teológicas y filosóficas. Videos y música para meditar. Artículos y pensamientos de los grandes guías de nuestra Iglesia y Noticias sobre todo lo que acontece en toda la vida eclesial
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

jueves, 16 de diciembre de 2010

IV Domingo de Adviento (Mt 1,18-24) - Ciclo A: ANUNCIAR AL JESÚS DE LOS POBRES



1.- En este cuarto domingo de adviento queremos tener muy presentes en esta Mesa a los que siempre deben estar presentes, aunque no siempre sea así. De nuevo en Navidad nos acordamos de los más necesitados, pero ¿por qué sólo en Navidad? Aunque también, como dice el refrán, “menos da una piedra”. En la parroquia, durante todo el adviento, estamos haciendo “campaña” a favor de los más pobres, y los visualizamos en dos realidades que nos son cercanas: Caritas interparroquial de Elche y los niños de la Casita de Reposo, de la obra social diocesana San José Obrero. Y, como siempre, queremos buscar luz en la Palabra de Dios, para que nuestra acción hunda sus raíces en el Evangelio. Y el Evangelio nos sigue hablando de esperanza.

2.- Es la tónica de todo el adviento, pero es una esperanza justificada. Hoy más que nunca, frente a tanta crisis y tantas necesidades, queremos apostar desde la fe por la esperanza. La esperanza para el pueblo de Israel en una situación difícil, como cuenta la primera lectura, fueron las palabras del profeta Isaías. Hay una señal de esperanza: “la virgen está encinta y da a luz un hijo… Dios-con-nosotros”. Dios le dice al rey Acaz que pida la señal, ante la amenaza de destrucción que sufre su pueblo. Dios les da la señal para que comprendan que no los abandona, que está con ellos, que les va a salvar, que es el “Dios-con-nosotros”.

3.- Y esa señal y esa profecía se cumplen en Jesús. “Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que había dicho el Señor por el profeta… la virgen concebirá y dará a luz un hijo… Dios-con nosotros”. Esa es la gran señal de esperanza para el mundo y para los pobres. La profecía de Isaías se cumple. Dios cumple sus promesas en Jesús, con la colaboración de María y de José, y con la acción del Espíritu Santo. Estos son los protagonistas del Evangelio de hoy. Así nos lo cuenta Mateo, resaltando que Jesús es el Mesías anunciado y esperado. Esta gran señal de esperanza es un gran anuncio que, como cristianos, estamos llamados a propagar por todas partes. En lo más profundo de nuestra vocación está la misión de anunciar el Evangelio, que no es otra cosa que Jesús, “nacido, según la carne, de la estirpe de David; constituido, según el Espíritu Santo, Hijo de Dios”. Así se lo explica Pablo en la segunda lectura a los Romanos. El Evangelio que anunciamos es Jesús. Nuestra salvación viene por la adhesión a su persona. Y el mensaje es para todos, judíos y gentiles, hombres y mujeres, niños y adultos, pero también de una manera especial es mensaje de esperanza y buena noticia para los más pobres, porque ellos son los “preferidos” de Dios.

4.- Si hay alguien que necesita signos de esperanza en su vida, estos son los que Cáritas está ayudando cada día a sobrevivir; y también de manera especial los más pequeños, los niños, los desprotegidos, los desamparados, aquellos a los que la Iglesia acoge y ayuda a través de la obra social diocesana San José Obrero, tanto en la Casita de Reposo, como en el colegio de Orihuela. En ellos ponemos hoy nuestra mirada. A ellos va dirigida nuestra campaña en esta Navidad. Pero no podemos conformarnos con eso. Somos cristianos y tenemos la tarea de anunciar al Jesús de los pobres, al Jesús de los más pequeños, a ese que vino a nacer entre nosotros de la manera más sorprendente, en lo pequeño e inesperado, en lo sencillo y pobre de un pesebre en Belén, un pueblecito insignificante. No podemos dejar de anunciar en Evangelio con nuestras palabras, pero fundamentalmente con nuestros hechos, a los más necesitados de esas palabras, pero fundamentalmente de esos hechos, de gestos como este que hacemos en la campaña de navidad parroquial, pero que no se pueden quedar sólo aquí, porque la vida sigue, porque las necesidades siguen, porque las personas, especialmente los más pobres, siguen necesitando signos de esperanza por nuestra parte. Porque si no se los damos nosotros, nadie se los dará. Porque si nosotros no les anunciamos a Jesús con nuestras palabras, pero fundamentalmente con nuestros gestos y acciones, nadie lo hará. María y José dicen SI a Dios y se ponen en acción para colaborar con su proyecto. Nuestra respuesta quiere ser la misma. Ellos son dos modelos que hoy nos ofrece la Palabra de Dios. Ellos, y nosotros, son y somos esperanza para los más pobres.

5.- Dios viene a nacer en nuestras vidas en el rostro de los más pobres. Al sentarnos a la Mesa de la Eucaristía, hay muchos ausentes y que pasan por dificultades, y no podemos conformarnos con sentarnos sin más. Nuestra preocupación por ellos ha de continuar, porque la Eucaristía no se puede vivir separada de la Caridad. La Eucaristía nos envía permanentemente a los caminos de nuestra sociedad para invitar a todos a la Mesa del Señor, que es la Mesa de la esperanza. No podemos desconfiar ni desfallecer, porque tenemos la certeza de que “lo que nos ha dicho el Señor se cumplirá”. Proclamemos nuestra fe en el Dios que nos convoca a la Mesa y nos envía después a compartirla con los más pobres.

0 comentarios:


WebJCP | Abril 2007