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MISIONEROS EN CAMINO: IV Domingo de Adviento, (Mt 1,18-24) - Ciclo A: ESPERANDO CON MARÍA Y JOSÉ
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martes, 14 de diciembre de 2010

IV Domingo de Adviento, (Mt 1,18-24) - Ciclo A: ESPERANDO CON MARÍA Y JOSÉ



Con este cuarto domingo culminamos el adviento. ¿Hemos preparado bien el camino de nuestras familias para que el Señor entre en ellas? ¿Hemos dispuesto el corazón y las entrañas de nuestras personas para que Dios hable? ¿Buscamos a Dios como fuente de toda esperanza y razón suprema de la próxima Navidad?
1.- Busquemos al Señor, amigos, y no dejemos en estos días previos a las Navidades que nada distorsione lo que a los cristianos nos importa: el acontecimiento que celebramos es el Nacimiento del Señor en Belén.
¡Son tantas cosas las que juegan a nuestro favor! La sensibilidad, la familia, la parroquia, la fe….
¡Son tantos los aspectos que pueden ensombrecer estos días santos! El consumo, no celebrar a Dios con la escucha de su Palabra, con la caridad, la sobre abundancia de cosas….
Estamos alegres y, teniendo como telón de fondo el mensaje de las lecturas del pasado domingo, seguimos apostando por la esperanza. ¡Dios asoma en el horizonte! Y, por lo tanto, la alegría brota en el semblante de un cristiano. ¿Que te encuentras agobiado? ¿Que tienes problemas? ¿Vas a permitir que, el bosque, no te deje ver y disfrutar de la luz?
2.- Hoy, con Santa María, recorremos los últimos metros que distan para llegar a Belén. El “Dios con nosotros” se hará posible gracias al “SI” de una humilde nazarena que, aún sin entender nada, supo cumplir la voluntad del Señor.
Diversos personajes nos han ayudado a estar en tensión durante el tiempo de adviento (Isaías, Juan Bautista….) ahora, de la mano de José y con María, nos adentramos en la noche oscura de Belén. Comprobaremos que, hoy como entonces, muchos siguen sin acoger al Niño. Que, otros, se dejan seducir por los magnates y poderosos que instan a marginar a ese “Niño” que, desde el día de nuestro Bautismo, entró en nuestro corazón. ¿Navidades santas o paganas? ¡Qué dilema!
Tal vez, también nosotros, como José… tengamos dudas y hasta temores. ¿No será mucho lo que Dios nos pide?
Dejemos que la próxima Navidad nos invada con su Misterio. Soñemos y, en el sueño, ojala que Dios nos dé la oportunidad de soñar con El. ¿Hemos soñado alguna vez con el cielo? ¿Hemos soñado con Dios, con María, con Jesús o con el Espíritu?
3.- Las Navidades, entre otras cosas, tienen la virtud de despertar lo más hondo de la sensibilidad de las personas. Bien es cierto que no sólo deben de conducir a eso. Por ello mismo, estos días, los hemos de aprovechar al máximo: que crezca nuestra vida interior (al contemplar al Dios que se hace Hombre); cultivando nuestras buenas obras (asombrándonos de lo que Dios hace por nosotros) y siendo fuertes en las pruebas (al ver a un Dios Todopoderoso que muerde el polvo de nuestra tierra).
Amigos; apuremos estos últimos instantes. ¡Dios está a la puerta! ¡Dios está llamando! ¡Que no pase de largo! ¡Que, con José y María, preparemos ya –interna y externamente-- nuestros hogares y nuestras almas para que de verdad se note que un Niño nos va a nacer!
Si Jesús, al nacer, no encontró más riqueza que el amor y la ternura de José y María que, por lo menos encuentre también en nosotros el mejor pesebre donde hacerse presente: nuestro corazón.

4.- TE ESPERO, SEÑOR
Con María, la que no teniendo nada
al tener en sus brazos, Jesús, lo tendrá todo
Con José, con sus dudas y sombras,
pero con respuestas después de un dulce sueño
TE ESPERO, SEÑOR
Porque, más allá de luces artificiales
necesito de una luz más eterna e interior
Como la de María: llena de Dios
Como la de José: soplada por la voluntad del Creador
TE ESPERO, SEÑOR
Para ser feliz y, con tu nacimiento,
ser mejor e intentando cambiar a mejor
Para darme, y al ver cómo tú naces,
descubrir que, es en la pequeñez,
donde siempre podré encontrar a Dios
TE ESPERO, SEÑOR
Con la confianza de María,
con mi corazón abierto
para que no pases de largo
Con la serenidad de José,
con mis pasos firmes
para que nada me aparte de TI.
TE ESPERO, SEÑOR
Ven pronto…ilumina mi camino
No tardes….temo cansarme por esperarte
Ilumina al mundo….que dice no necesitarte
TE ESPERO, SEÑOR

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WebJCP | Abril 2007