Noticias Misioneras del Mundo: 16 de Noviembre de 2010

Por OMPRESS

Las Iglesias de África y Europa en colaboración: encuentro en Abidján, Costa de Marfil
Un matrimonio riojano en las selvas de Ecuador
X Aniversario de la Fundación Juan Bonal dedicada a los más pobres
Testimonio del misionero jienense Carlos Moreno Galiano enviado al Vicariato Apostólico de Esmeraldas

Las Iglesias de África y Europa en colaboración: encuentro en Abidján, Costa de Marfil
OMPRESS-COSTA DE MARFIL (16-11-10) Las Iglesias de África se reúnen en lo que se conoce como el SECAM, el Simposio de Conferencias Episcopales de África y Madagascar. Este organismo acaba de concluir el pasado domingo un encuentro en Abidján, Costa de Marfil, sobre la misión ad gentes en el que han estado presentes representantes de las Conferencias Episcopales de Europa. Reunido desde el día 10, se ha centrado en la colaboración entre las Iglesias europeas y africanas para la evangelización y la promoción humana en el continente.
Los temas tratados, dentro del contexto de la misión ad gentes, han sido la nueva situación de esta misión, las vocaciones sacerdotales y religiosas, la preparación de los agentes de pastoral y de los seminaristas, los sacerdotes africanos que trabajan en Europa, los sacerdotes que estudian en Europa y, un tema de especial interés, los sacerdotes africanos en Europa que trabajan con comunidades africanas.
El primer encuentro de esta naturaleza, entre obispos y representantes de las Iglesias de África y de Europa, tuvo lugar en Roma, en noviembre de 2004. Este de Abidján se engloba dentro de un proyecto conjunto de cinco años (2007-2011) de las iglesias de ambos continentes.


Un matrimonio riojano en las selvas de Ecuador
OMPRESS-LOGROÑO (16-11-10) El matrimonio riojano formado por Mónica Gómez y Zigor Gómez de Segura y sus dos hijos llevan dos años en la misión diocesana de Pastaza, Ecuador.
Desde su ventana, Mónica divisa en días despejados el volcán Sangay y la silueta de Los Altares, una cadena montañosa con nevados, y huele a selva, mucha selva. Es una casita de dos plantas con una pequeña porción de terreno. Más o menos como todas las de Shell – sí, la petrolera a la que debe su origen este poblado de 10.000 moradores. Ahí, rodeados de la exuberante jungla amazónica viven desde enero de 2008 la logroñesa Mónica Gómez (33 años) y su marido Zigor Gómez de Segura (35 años) y ahí han instalado su hogar con Santiago (4 años) al que luego se unió Yaku (13 meses). Está enclavado en la provincia de Pastaza (Ecuador) y es una de las dos misiones que sustenta la diócesis de Calahorra-La Calzada y Logroño.
“Soy maestra de educación musical y especial. Estaba en Asprodema. Mi marido es enólogo y trabajaba en una bodega”. Todos lo sabían en su entorno y un día ocurrió. Hicieron las maletas y con un bebé de poco más de un año cruzaron el charco. “Habíamos tenido experiencias cortas en Marruecos, Nicaragua, Chile y Bolivia pero queríamos algo más, dedicar unos años a la misión porque sentimos la llamada de Dios y así lo hicimos”. Su labor se centra en las parroquias de Shell y Mera y en 25 comunidades indígenas, incrustadas en la selva. En las dos primeras, catequesis, pastoral... Y con los indígenas, los kichwas, catequesis en las ‘escuelitas’, promoción de la mujer, “la que más hace por la familia, con una media de seis hijos y la que menos cuenta”. Zigor, además, está inmerso en un proyecto de pollos e invernaderos “para enriquecer la alimentación de los niños que es a base de plátano, arroz, yuca y papa, que se producen en las chacras (huertas)”.
El objetivo es “vivir con la gente y ayudarla. Lo que más aprecian es que hayamos dejado todo para venir a estar con ellos”. Y tan volcados están que Yaku, su segundo hijo, nació allí y adoptó un nombre ‘kichwa’ que quiere decir agua, vida, alegría.
Los Gómez de Segura volverán a La Rioja en el verano del 2012, cumplido su sueño de cinco años en misiones.


X aniversario de la Fundación Juan Bonal dedicada a los más pobres
OMPRESS-ZARAGOZA (16-11-10) El pasado viernes comenzaron en Zaragoza los actos conmemorativos del décimo aniversario de la Fundación Juan Bonal, institución que trabaja en favor de los más desfavorecidos, nacida de la congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana.
El primer acto de esta celebración fue una Gala benéfica con la presentación del reportaje titulado “Bolivia y Perú. Los hijos del Sol” para dar a conocer el trabajo que desarrolla la Fundación en esas tierras. También hubo bailes tribales y música. Se contó con la actuación, entre otros, de las cantautoras Mª José Hernández, aragonesa, Asociación Amediar y el Grupo Makumba.
Para conmemorar este aniversario se ha inaugurado una exposición fotográfica “Bolivia y Perú. Los hijos del Sol” y un mercadillo solidario, en la calle Santa Catalina, 8 de Zaragoza, que estará abierto al público hasta el 21 de noviembre de 12 a 13,30 h. y de 17,30 a 21 h.
El importe de las ventas va destinado a los proyectos de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana en esos países.
La Fundación Juan Bonal, que cumple ahora su X Aniversario como Fundación, está comprometida en el servicio a los más pobres y necesitados, lo mismo que hace la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana desde que nació hace más de doscientos años.


Testimonio del misionero jienense Carlos Moreno Galiano enviado al Vicariato Apostólico de Esmeraldas
OMPRESS-JAÉN (16-11-10) El sacerdote de Jaén Carlos Moreno Galiano, que ha sido enviado como misionero al Vicariato Apostólico de Esmeraldas, Ecuador, comparte en este testimonio su ilusión, respeto y agradecimiento por esta oportunidad, consciente de sus limitaciones y de las dificultades que entraña la misión.
“Desde pequeño he oído hablar de las misiones como algo verdaderamente sorprendente y necesario y poco a poco he ido comprendiendo que es una cuestión fundamental para la vida de la Iglesia y del mundo. Creo que, de una manera u otra, todos hemos vivido intensamente las celebraciones de las grandes campañas del Domund e Infancia Misionera desde nuestra época de catequesis, en el colegio y cada uno en sus diversas tareas, yo en mi parroquia natal de La Iruela, en el Seminario y como sacerdote en la parroquia de San Juan Bautista de Los Villares, de donde he sido párroco hasta el pasado 9 de septiembre.
El testimonio de los misioneros siempre ha despertado en mí una gran inquietud e interés por aquellas tierras lejanas en las que el Evangelio empieza a anunciarse, con medios más escasos, más sencillos, pero con la alegría y generosidad de la entrega y la acogida de los que poco tienen, pero que son conscientes del gran tesoro que supone para sus vidas la Buena Noticia de Jesucristo, haciendo así auténtica, sincera y profunda la fe, que llena de luz y esperanza sus existencias.
La catolicidad de la Iglesia nos enseña que vivimos en una gran familia, de la que formamos parte, extendida por los cinco continentes, una comunidad de hermanos que se ayuda, acompaña y necesita mutuamente.
Desde 2007, la diócesis de Jaén ha adquirido un compromiso de colaboración con el Vicariato Apostólico de Esmeraldas (Ecuador), enviando a varios sacerdotes para la atención a las numerosas comunidades repartidas por aquellas preciosas tierras, en las que el cristianismo apenas pasa del medio siglo desde su implantación.
Primero fue el sacerdote Don Luis Fernando Criado el que, enviado por el obispo Mons. Ramón del Hoyo, comenzaba la misión diocesana allí y al año siguiente, otro sacerdote, Emilio Samaniego, se unía a él, permaneciendo allí dos años. Ahora soy yo el que coge el testigo, respondiendo a la invitación del Señor, de seguirlo y anunciarlo también en tierras lejanas, siendo enviado por la diócesis de Jaén.
Se trata de una tarea que consiste fundamentalmente en la atención pastoral a las casi 100 comunidades dentro del Cantón Rioverde, repartidas por una extensa zona de costa y selva, cerca de la frontera con Colombia y que tienen algo más de 30.000 habitantes en total.
Visitar las comunidades, celebrar los sacramentos, formar a los guías, catequistas y colaboradores más directos, al mismo tiempo que animar y colaborar con los proyectos pastorales y sociales en las distintas zonas y sectores, marcan el ritmo de cada jornada y del curso. Con ilusión, respeto y agradecimiento marcho para Esmeraldas por un año, consciente de mis limitaciones y de las dificultades que entraña la misión. Entiendo que se trata de una magnífica oportunidad que se me brinda para participar activamente y en primera persona de la misión «ad gentes», en un proyecto de mi diócesis y que será, seguramente, una buena experiencia para mi vida personal y sacerdotal, una nueva etapa del ministerio de servicio a la Iglesia, para el que fui ordenado hace cinco años. Además, es una misión que necesita más respuestas sacerdotales, religiosas y seglares, como decía el Sr. Obispo en la reunión de sacerdotes de la diócesis el 13 de septiembre en el Seminario, puesto que es mucha la tarea y pocos los recursos, tanto humanos, como económicos.
Ser cristiano es estar abierto a las sugerencias del Espíritu, que nos guía y nos lleva por caminos que sabe que son más apropiados en cada momento y comprender que la Iglesia va más allá de los límites de nuestros grupos, movimientos, parroquias, diócesis o países. Eso nos hace más libres, nos abre nuevos horizontes y nos ofrece una visión mucho más amplia, completa y fascinante de lo que significa seguir a Jesucristo y de hacerlo en pleno siglo XXI, en el que parece que está desfasado o fuera de lugar.”