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MISIONEROS EN CAMINO: Noticias Misioneras del Mundo: 21 de Octubre de 2010
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jueves, 21 de octubre de 2010

Noticias Misioneras del Mundo: 21 de Octubre de 2010


* La proteganista del cartel del DOMUND: una misionera de Cuenca
* Retransmisión por TVE de la Misa del DOMUND
* El DOMUND, "una jornada que evoca, provoca y convoca", afirma el obispo de Plasencia
* El obispo de Alicante: el DOMUND, "momento privilegiado para ponernos en camino"

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La protagonista del cartel del DOMUND: una misionera de Cuenca
OMPRESS-CUENCA (21-10-10) La hermana Laura y la pequeña Aída, protagonistas del cartel del Domund 2010, se han convertido, sin proponérselo, en las protagonistas del cartel que las Obras Misionales Pontificias han elegido para anunciar el Domund de este año 2010 y que se celebrará en toda España el próximo domingo, 24 de octubre.
La hermana Laura Carrión Sáez pertenece desde hace 14 años a las Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia. Realizó su noviciado en Segovia, y residió en Cuenca durante 12 años. Actualmente está destinada en Chauchina, Granada.
Todos los años, las Obras Misionales Pontificias reciben cientos de testimonios gráficos de la labor que los misioneros y misioneras realizan por todo el planeta. De entre todas las fotos, dos sonrisas, las de la hermana Laura y la de la pequeña Aída, brillaron con luz propia. La sintonía de la imagen con el mensaje de este año, “Queremos ver a Jesús” puede ser, en opinión de la misma hermana Laura, la explicación de la elección de esta foto. “Estábamos con los indígenas en Rancho Viejo, localidad del estado mexicano de Puebla, el centro de la misión de un grupo de 14 conquenses. Viajábamos a pueblos pequeños y en uno de ellos me puse a jugar con los niños. Les encanta dibujar, así que les pedí que pintaran unas casas. Justo en esos momentos, Merce la Hoz nos fotografió a la pequeña Aída y a mí, sin que nos diéramos cuenta”, explica la religiosa.
El cartel se puede ver en la página web de las Obras Misionales Pontificias de España.
http://www.omp.es/OMP/domund/jornada/cartel.htm




Retransmisión por TVE de la Misa del DOMUND
OMPRESS-MADRID (21-10-10) El próximo domingo, 24 de octubre, se celebra en todo el mundo la Jornada Mundial de las Misiones, conocida en España como el DOMUND. Como de costumbre, la 2 de TVE retransmitirá la celebración de la misa en el programa “El día del Señor” dirigido por el sacerdote Juan Carlos Ramos.
La misa se celebrará a las 10,30 h. en la madrileña Parroquia de Virgen Peregrina de Fátima a cargo de los misioneros Oblatos de María Inmaculada, en la calle Diego de León, 36; será presidida por Mons. Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona-Tudela y director nacional de las Obras Misionales Pontificias y el párroco padre José Antonio Antón Paco, OMI. Cantará el coro del Colegio Jesús María.
La Parroquia Virgen Peregrina de Fátima, atendida por la congregación de los Oblatos de María Inmaculada, se ha destacado siempre en el ofrecimiento para transmisiones a nivel nacional, de hecho ha sido desde esta parroquia que se ha transmitido durante un tiempo largo la misa por radio tanto radio nacional , como después por radio Cope. Pero fundamentalmente por ser una parroquia misionera, dinámica y mariana. “Por todo ello y rindiendo un homenaje a todos los misioneros que han pasado por esta casa durante muchos años. Misioneros que tanto dentro como fuera de España han dado lo mejor de sí, en el anuncio de la palabra de Dios llevada a aquellos rincones del mundo donde no se conoce el evangelio. Por el cariño que la comunidad de Diego de León en otro tiempo Casa provincial ha profesado a los misioneros que han terminado aquí sus días, y que ha acogido a aquellos que han venido a descansar de sus fatigas por el ancho mundo... por tantas y tantas razones, cuidaremos con esmero la presentación en sociedad de nuestra parroquia”, manifiestan los Oblatos de María Inmaculada de la parroquia.



El DOMUND, “una Jornada que evoca, provoca y convoca”, afirma el obispo de Plasencia
OMPRESS-PLASENCIA (21-10-10) Carta del Obispo de Plasencia, Mons. Amadeo Rodríguez Magro, a sus diocesanos con motivo del DOMUND.
“La misión de la Iglesia se apoya, como muy bien sabéis, en un envío recibido de Jesús: "Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado"(Mt 28,19). Ese envío hace mirar hacia la humanidad entera, que siempre está a la espera con una petición: "Queremos ver a Jesús" (Jn 12,21). En la misión andan, pues, al medio dos deseos: el de Jesús que quiere ofrecerse a todo hombre y en todo el mundo como Camino, Verdad y Vida; y el deseo mismo de los seres humanos, el que habita en su corazón de buscadores de Dios. Y en medio está la Iglesia, a quien el Señor le ha encomendado ofrecer su deseo amoroso de darse a los hombres; y que también trabaja para que se mantenga latente el deseo de la humanidad. De esa aventura amorosa de Dios habla este año la Campaña del Domund (domingo mundial, 24 de octubre), que nos recuerda que la Iglesia es misionera, sobre todo en la misión ad gentes. Se trata como se puede ver, de una Jornada que evoca, provoca y convoca.
Evoca una urgencia permanente, la de evangelizar; evoca que el primer anuncio aún no ha sonado, al menos con la intensidad deseada, en muchos seres humanos y en muchos pueblos; evoca el anhelo de tantos hombres y mujeres por conocer a Dios; evoca la historia de la misión, en la que han participado una multitud de misioneros, testigos de la fe en Jesucristo; evoca el heroísmo de tantos santos y santas misioneros cómo arriesgaron y arriesgan su vida al servicio del Evangelio; evoca el martirio de tantos hombres y mujeres de ayer y de hoy, que han dado su vida por su fe; evoca el clamor de los pobres, que exigen a los católicos que se impliquen en su promoción humana y social en nombre de Cristo; evoca la responsabilidad de la Iglesia de trabajar por la promoción de los seres humanos y los pueblos. Y podríamos seguir, si quisiéramos, esta larga lista de evocaciones.
Pero también esta aventura maravillosa, que nace en el corazón de Dios y que sólo termina cuando llega al corazón del hombre, provoca con fuerza. Provoca la vocación misionera de nuestros jóvenes -chicos y chicas- a los que el Señor llama a seguirle, para después enviarles a la misión; provoca la generosidad de los consagrados, a los que se les pide que den con total disponibilidad un paso adelante hacia la aventura misionera; provoca la sensibilidad de nuestras comunidades parroquiales, de los movimientos, de los grupos, que han de poner el ojo y el corazón en la misión, siempre apuntando hacia el horizonte más abierto de la evangelización de los pueblos; provoca la atención permanente de la Iglesia hacia la misión ad gentes, que ha de ser la "niña bonita” de su vida en todo momento; provoca la oración y el sacrificio misionero de los católicos, a ejemplo de Santa Teresa del Niño Jesús; provoca la generosidad permanente de los católicos y de los hombres de buena voluntad, que confían en la labor de la Iglesia y la apoyan económicamente en sus proyectos de promoción; provoca la sensibilidad social de cuantos valoran la acción socio-caritativa de los misioneros y misioneras.'
La misión que muestra el corazón generoso de Dios, como se aprecia en el cartel del Domund de este año, también convoca a muchos. Convoca a participar en la evangelización de la Iglesia, como una exigencia fundamental para todo cristiano; convoca a sentirnos uno más con nuestros misioneros y misioneras y a sentir, como ellos, la urgencia del anuncio y, al mismo tiempo, de las necesidades de los hombres y los pueblos; convoca a mirar el campo de misión desde el corazón mismo de Jesús, pues sólo así se enriquece en calidad nuestra entrega misionera; convoca a servir a los demás y especialmente a los más pobres, conscientes de que este es un precioso modo de hacer ver a Jesús; convoca a contemplar el rostro de Cristo en cualquier ser humano que necesite amor y solidaridad; convoca a todas nuestras parroquias a mostrar a Cristo en nuestra ardiente generosidad misionera.
Y de un modo especial nos convoca a participar en la Campaña del Domund, que, como todos sabemos, se hace cada año por iniciativa de la Santa Sede, que nos llama a todos a vivir un octubre misionero. Eso significa que todas las parroquias del mundo se hermanan en compartir la misión, apoyando la solicitud misionera del Santo Padre, en su ayuda a las Iglesias de misión. Eso significa también que el destino exclusivo de esta colecta es su envío a la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, para que, a través de las Obras Misionales Pontificias, distribuya los fondos recaudados a las Iglesias en países de misión. Para los proyectos misioneros que muchas de nuestras parroquias, grupos, colegios; etc. apoyan, ya habrá otros días y otras ocasiones. Con mi afecto y bendición.”



El obispo de Orihuela-Alicante: el Domund, “momento privilegiado para ponernos en camino”
OMPRESS-ALICANTE (21-10-10) Con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones 2010, Mons. Rafael Palmero Ramos, Obispo de Orihuela-Alicante, se dirige a sus fieles diocesanos invitándoles a hacer presentes en la Eucaristía del DOMUND a los sacerdotes, religiosos, miembros de Institutos Seculares y laicos de la diócesis que están en países de misión.
“Cuando se ponen en marcha las actividades de un nuevo curso pastoral, la Jornada Mundial de las Misiones nos convoca a “renovar el compromiso de anunciar el Evangelio y de dar a las actividades pastorales un aliento misionero más amplio”. Este compromiso está en sintonía con el objetivo de nuestro curso pastoral: “revitalizar la comunidad parroquial cuidando su presencia significativa en la calle”. “De hecho –afirma el papa-, la conciencia de la llamada a anunciar el Evangelio estimula no sólo a cada uno de los fieles, sino a todas las comunidades diocesanas y parroquiales, a una renovación integral y a abrirse cada vez más a la cooperación misionera entre las Iglesias”. De aquí que, ante la Jornada Mundial de las Misiones, sea conveniente todos recordar la llamada que hacía Juan Pablo II: “En efecto, en la historia de la Iglesia, este impulso misionero ha sido siempre signo de vitalidad, así como su disminución es signo de una crisis de fe”. El camino por el que hemos de conducirnos para revitalizar nuestras parroquias es la misión. La misión no sólo discierne nuestra vocación bautismal, sino que también evalúa la vivencia de la fe en el seno de la comunidad eclesial. El Domund, por tanto, se nos presenta como momento privilegiado para ponernos en camino, para salir a la calle y anunciar a Cristo a todas las gentes.
“Queremos ver a Jesús” (Jn 12,21). Con estas palabras, tomadas del evangelio de Juan, se describe el encuentro de unos peregrinos griegos con Felipe. Buscaban a Jesús y se acercaron al apóstol porque querían ver a Jesús. Felipe no fue insensible a esta petición, se lo dijo a Andrés y juntos lo hicieron saber a Jesús. Esta escena de hace dos mil años se está repitiendo no sólo en los países de misión, sino también en nuestras calles y plazas, en nuestras casas y lugares de trabajo... El hombre de hoy camina buscando el sentido pleno de su vida, la contestación a las preguntas últimas. Sus búsquedas y preguntas nos interpelan y ante ellas no debemos guardar silencio. Nos piden, no siempre conscientemente, no sólo que les hablemos de Jesús, sino que les acompañemos a ver a Jesús, porque ellos buscan al Señor, y se lo piden a quienes ya lo han visto. El encuentro con el Señor es necesario, no sólo para el que lo busca, sino también para quien lo anuncia y da testimonio de Él, porque sin encuentro con Señor no hay misión: es el Señor nos envía a contar lo que hemos visto (cfr. Lc 7,22). El que se ha encontrado con el Señor, el que lo ha visto, lo anuncia: lo que hemos visto y oído os lo anunciamos para que también vosotros estéis en comunión con nosotros (1Jn 1,3). Por esta razón, Benedicto XVI concluye: “Sólo a partir de este encuentro con el Amor de Dios, que cambia la existencia, podemos vivir en comunión con Él y entre nosotros, y ofrecer a los hermanos un testimonio creíble, dando razón de nuestra esperanza (1P 3,15)”.
En la Eucaristía se produce el encuentro de Cristo con aquellos que lo quieren ver, con quienes le buscan. Ella “no solo es fuente y culmen de la vida de la Iglesia, sino también de su misión”. La Eucaristía es el sacramento del encuentro con el Señor. Allí está el Señor, el Camino, la Verdad y la Vida del hombre, el fin de su búsqueda y la respuesta a sus preguntas. Con estos presupuestos decía Benedicto XVI en Sacramentum caritatis: “Una Iglesia auténticamente eucarística es una Iglesia misionera”. En consecuencia el posibilitar y favorecer el encuentro con Cristo en la Eucaristía es un acto auténticamente misionero. Por esta razón no debemos privar de este encuentro eucarístico a aquellos que buscan y quieren ver al Señor. “No podemos –decía el papa- guardar para nosotros el amor que celebramos en el Sacramento. Este exige por su naturaleza que sea comunicado a todos. Lo que el mundo necesita es el amor de Dios, encontrar a Cristo y creer en Él”.
Reconocemos y agradecemos la tarea y entrega de nuestros misioneros diocesanos. En la Eucaristía se nos hacen prójimos los ausentes, por eso os invito a hacer presentes en la Eucaristía de la Jornada Mundial de las Misiones a los sacerdotes, religiosos, miembros de Institutos Seculares y laicos de nuestra Diócesis que están en países de misión. Ellos son la vanguardia misionera de nuestra Diócesis y por ellos queremos orar unidos en la comunión que brota del Amor de Dios. En la Eucaristía expresaremos también nuestro compromiso solidario de ayudar y sostener económicamente a sus Iglesias jóvenes. Caminan con ellos nuestros misioneros, sirven y entregan su vida. Que nuestra generosidad sea expresión del amor que compartimos.”

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WebJCP | Abril 2007