LUGAR DE ENCUENTRO DE LOS MISIONEROS DE TODO EL MUNDO
MISIONEROS EN CAMINO: XXV Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 16, 1-13) - Ciclo C: EL DIOS DINERO
NO DEJES DE VISITAR
www.caminomisionero.blogspot.com
El blog donde encontrarás abundante material para orar y meditar sobre la liturgia del Domingo. Reflexiones teológicas y filosóficas. Videos y música para meditar. Artículos y pensamientos de los grandes guías de nuestra Iglesia y Noticias sobre todo lo que acontece en toda la vida eclesial
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

jueves, 16 de septiembre de 2010

XXV Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 16, 1-13) - Ciclo C: EL DIOS DINERO

Por P. Félix Jiménez Tutor, escolapio

“Antes de afiliarme a la iglesia Metodista estudié la vida de John Wesley, fundador de esta denominación religiosa.
John Wesley en su primer año de profesor de la Universidad de Oxford ganaba 30 Libras, un buen sueldo en el año 1700.
Para vivir necesitaba 28 Libras, las dos que le sobraban las daba a los pobres.
Su sueldo aumentaba cada año, pero sus gastos seguían siendo los mismos, 28 Libras.
Así cuando ganaba 60, daba 32.
Cuando le subieron el sueldo a 90, daba 62.
Cuando ganó 120, 90 eran para los necesitados.
Cuando llegó a ganar 1400, se desprendió de 1372.
Hizo esto durante toda su vida. Esto me impresionó. He aquí un hombre que vivía su fe.
Testimonio de Dorothy Okray.
En nuestros días los filántropos Warren Buffet y Bill Gates en su afán por incrementar las donaciones para la caridad predican los mismos principios: “Decidan no lo que pueden dar sino lo que necesitan para vivir y luego den todo lo demás”.
Cada loco con su tema y es verdad.
Los amantes del fútbol discuten durante la semana las jugadas y los errores del árbitro.
Los fans de la música se extasían en los conciertos de sus ídolos y conocen todas sus canciones.
Los maestros hablan de los alumnos de la ESO.
Los curas, de las colectas.
Jesús, según el evangelio de Lucas, tenía obsesión por el tema “dinero”.
“Ay de vosotros los ricos”…
El joven que no le siguió porque tenía muchas riquezas.
Hace dos domingos escuchábamos este aviso de Jesús: “El que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío”.
Hoy nos dice: “No se puede servir a Dios y al dinero.
Había un administrador que era ladrón…
Sin embargo, Jesús, agradable sorpresa, no habló nunca del sexo, esa debilidad humana e invento de Dios al que ricos y pobres tienen acceso.
La Iglesia, a ejemplo de Jesús, debería hablar menos de sexo y más de amor.
El dinero es invento si no del diablo, sí de los hombres y sólo lo gozan unos pocos.
¿Qué hacer con el dinero? ¿Qué predicar sobre el dinero en la iglesia?
En nuestra sociedad, el dinero es el dios que mueve todos los hilos y anuda todas las relaciones.
Hablamos de dinero sucio, de blanquear el dinero, de economía sumergida, de todo por la pasta, de corrupción, los periódicos y los noticieros están llenos de nombres de hombres corruptos, de los que se venden por dinero, de administradores astutos que se enriquecen y aseguran el futuro estafando a los demás.
A todos estos servidores públicos que tienen tanto poder y administran los dineros de todos y también a nosotros que, en menor escala, nos vendemos y rezamos al dios dinero, Dios nos preguntará y la sociedad tiene que investigar las riquezas mal adquiridas.
“¿Qué es eso que me cuentan de ti?”
Para nosotros, los creyentes, Dios es el dueño de toda la creación y todas las riquezas de la tierra que habitamos son patrimonio de la humanidad.
Nosotros somos los administradores de esta gran finca, “creced, multiplicaos y dominad la tierra” dijo Dios en el principio. Tiene que haber alimentos para todos.
El peligro, tentación real, que corremos es practicar el antievangelio, levantar vallas y muros, excluir a los demás y satisfacer nuestra avaricia.
Ser administradores es también una oportunidad para vivir de acuerdo con el evangelio de Jesús.
Como Wesley y Bill Gates y tantos hombres buenos, el cristiano calcula lo que necesita para vivir y el resto lo pone al servicio de los que no tienen nada.
Jesús nos dice hoy una frase lapidaria que se pega a la memoria y que decimos más para justificarnos y defendernos que para cumplirla.
“No podéis servir a Dios y al dinero”.
Los matrimonios se divorcian “por incompatibilidad de caracteres”.
Dios y el dinero son una pareja imposible por incompatibilidad de caracteres, de sensibilidades, de prioridades, de celos, de rivalidades, de justicia…
Jesús nos invita a elegir.
Los hombres de hoy, muy a gusto en su piel, en sus negocios, satisfechos con el dinero al que rezan veinte veces al día, al que dedican todo su tiempo y su astucia ya han hecho su elección.
Al negocio de la salvación y a su Salvador le dedican poco tiempo y poca astucia.
Es un negocio que no interesa, no sale en la televisión luego no puede existir. Y sin embargo es el único negocio que debiera preocuparnos inmensamente.
La Iglesia, administradora de muchos bienes materiales, corre también el peligro de acumular, de dejarse seducir y ensuciar por el dinero injusto. Una de las acusaciones de los de afuera y de los de dentro es su inmensa riqueza y la poca transparencia de sus negocios. Sus cuentas son el secreto mejor guardado.
La Iglesia más que una oportunidad tiene la obligación de practicar y vivir el evangelio de Jesús, su Señor, de escuchar el clamor de los pobres y de poner todos sus recursos al servicio de los necesitados.

0 comentarios:


WebJCP | Abril 2007