LUGAR DE ENCUENTRO DE LOS MISIONEROS DE TODO EL MUNDO
MISIONEROS EN CAMINO: XXIV Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 15, 1-32) - Ciclo C: TIEMPO DE VUELTA AL AMOR DE DIOS
NO DEJES DE VISITAR
www.caminomisionero.blogspot.com
El blog donde encontrarás abundante material para orar y meditar sobre la liturgia del Domingo. Reflexiones teológicas y filosóficas. Videos y música para meditar. Artículos y pensamientos de los grandes guías de nuestra Iglesia y Noticias sobre todo lo que acontece en toda la vida eclesial
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

jueves, 9 de septiembre de 2010

XXIV Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 15, 1-32) - Ciclo C: TIEMPO DE VUELTA AL AMOR DE DIOS



1.- Ha pasado prácticamente todo el verano y puede, que en algunos aspectos, por algo, en algo, por alguien y en alguien nos hayamos desviado del camino que, el evangelio, nos sugiere para estar en armonía con Dios, con los demás y con nosotros mismos.
Ahora, cuando las parroquias retomamos el curso, escuchamos con especial atención las lecturas que este domingo nos presenta:
“Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado” (la 1ª); “Me pondré en camino donde está mi Padre” (Salmo); “El Señor derrochó su gracia en mí” (la 2ª); “He encontrado la moneda perdida” (el evangelio)
Cuatro frases que, en esta asamblea eucarística, nos muestran el deseo que brota de las entrañas de Dios: su anhelo de no perdernos. Cuando a San Juan Evangelista le preguntaban (anciano ya y con los ojos puestos en el cielo) ¿Por qué no nos dices algo sobre Dios? Enseguida respondía: “Dios es amor”.
Y, el evangelio de hoy, es un canto a la misericordia de Dios. A su bondad. Hoy, al escuchar la Palabra, nos sentimos abrumados. ¿Qué tenemos los hombres y mujeres, qué tiene el ser humano para que Dios se acuerde de él? Ni más ni menos que somos creatura suya y, el Creador, no puede consentir que su obra se pierda, se derrumbe, se malogre o sea troceada por miles de circunstancias.

2.- ¿Qué nos aparta de ese amor de Dios? ¿Nos lo preguntamos alguna vez?
-Otros dioses; aquellos que se cuelan en nuestra conciencia y nos hacen dar por bueno lo malo y, por claro, lo que es oscuro. Aquellos reyes que nos hacen doblegarnos ante ellos y, luego, nos hacen esclavos de nuestros vicios, defectos (pongamos lo que queramos)
-Nuestro “súper-yo”. El aparentar y sentirnos más que en lo que realidad somos. El orgullo es un muro que nos distancia de la humildad y que, además, nos hace distantes respecto a muchas personas. También respecto al mismo Dios.
-El afán de experimentar. En una sociedad de sensaciones y sensacionalismo es difícil mantener el equilibrio. El permanecer en la casa del Padre. En el lugar donde, tal vez, se nos exige pero se nos trata como en ningún otro lado: como a personas. A veces, como el hijo que se marchó, también nosotros lo hacemos frecuentemente, silenciosamente, sin meter ruido, sin comentarlo incluso a Dios. ¡Yo me basto a mí mismo! ¡No necesito de Dios ni de Iglesia! ¡Los curas no me dicen nada! ¡No hay nada más allá de lo que veo, palpo o me demuestran!

3.- Sí, lo experimental o experimentado, no puede ser la causa primera y última para permanecer alrededor de nuestras convicciones religiosas.
Jesús, en más de una ocasión, nos dice: “En la casa de mi Padre hay muchas estancias”. Que el Señor nos haga descubrir que, la vida, es un apartamento en el que vivimos cuatro días. Pero que, en nada, es comparable con la gran mansión donde Dios nos sentará un día para demostrarnos algo que no siempre reconocemos y sentimos: su inmenso amor. Tan inmenso como el mismo mar.

4.- NADA ME APARTE DE TI, SEÑOR
El amor a primera vista, frente al tuyo
profundo, invisible pero certero
El escaparate y el colorido del mundo
frente a la eternidad que aguarda
con sabor a fiesta y con el blanco de la Pascua
NADA ME APARTE DE TI, SEÑOR
El caduco cariño, a veces interesado, de la tierra
frente a tu fidelidad que no conoce ocaso
El mezquino trato de los poderosos
frente a tu mano poderosa y paternal
NADA ME APARTE DE TI, SEÑOR
El afán de poseer y de disfrutar
mi gusto por lo efímero y caprichoso
mi inclinación a vivir independiente y sin Ti
NADA ME APARTE DE TI, SEÑOR
Las dudas ni las riquezas
Ni la ostentación ni la pereza
Ni el orgullo ni las pruebas
Ni otros dioses en cuyos brazos caigo
NADA ME APARTE DE TI, SEÑOR
Ni mis pecados ni mi fragilidad
Ni mis falsos ídolos ni mis olvidos
Ni mi torpeza y menos mi superficialidad
NADA, SEÑOR, ¡PERO NADA! ME APARTE DE TI

0 comentarios:


WebJCP | Abril 2007