Por Pedro Miguel Lamet sj
La crisis vocacional también afecta a los cementerios. No hay curas para acompañar al difunto y su familia en el último rito de despedida. una de las obras de misericordia, enterrar a los muertos. En algunos cementerios españoles esta función la están haciendo seglares neocatecumenales, vulgo “kikos”, que leen unas preces ante la tumba.
El último grito en los modernos cementerios son las azafatas. Lindas señoritas que se ocupan de todo con una sonrisa de relaciones públicas. Hace unos días en Italia se ha publicado una solicitud de estas azafatas para los cementerios de Milán. Lo curioso de la solicitud es que entre los requisitos que piden es capacidad de consolar a los familiares pero ” no implicarse emocionalmente” con ellos. O sea que si a la frialdad de los tanatorios e inicineraciones, por muy prácticos e higiénicos que sean, se le añade “chicas de plástico” para acoger la muerte, estamos buenos.
¿Os acordáis de los hermanos fosores, esa congregación que vivía en los cementerios con la misión de enterrar? ¿O de los hermanos de la Resurrección, que aparecieron después? Hay un video curioso sobre los fosores en youtube. Pero en todo caso esta visto no tienen vocaciones suficientes para cubrir esta pastoral.
Aunque, como suele decirse: Depués de muerto que hagan lo que quieran, ya no ando por este barrio
A Becquer la impresionaba la desolación de los cementerios:
“Dios mío, qué solos se quedan los muertos”.
Yo sé que no estaré solo, sino sumergido en Dios, como estoy ahora, aunque tantas veces no me dé cuenta.
El último grito en los modernos cementerios son las azafatas. Lindas señoritas que se ocupan de todo con una sonrisa de relaciones públicas. Hace unos días en Italia se ha publicado una solicitud de estas azafatas para los cementerios de Milán. Lo curioso de la solicitud es que entre los requisitos que piden es capacidad de consolar a los familiares pero ” no implicarse emocionalmente” con ellos. O sea que si a la frialdad de los tanatorios e inicineraciones, por muy prácticos e higiénicos que sean, se le añade “chicas de plástico” para acoger la muerte, estamos buenos.
¿Os acordáis de los hermanos fosores, esa congregación que vivía en los cementerios con la misión de enterrar? ¿O de los hermanos de la Resurrección, que aparecieron después? Hay un video curioso sobre los fosores en youtube. Pero en todo caso esta visto no tienen vocaciones suficientes para cubrir esta pastoral.
Aunque, como suele decirse: Depués de muerto que hagan lo que quieran, ya no ando por este barrio
A Becquer la impresionaba la desolación de los cementerios:
“Dios mío, qué solos se quedan los muertos”.
Yo sé que no estaré solo, sino sumergido en Dios, como estoy ahora, aunque tantas veces no me dé cuenta.
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