Publicado por Religión Digital
En plenas vacaciones, en el ferragosto que dicen los italianos, Cáritas española echa el resto y moviliza todos sus recursos para ayudar a las víctimas de las catastróficas inundaciones de Pakistán. A pié de obra siempre. A pié de catástrofe. Aunque nos pille muy lejos. Y aunque los afectados sean mayoritariamente musulmanes. Porque, para Cáritas, no hay acepción de credos. Sólo personas humanas a las que ayudar en nomobre de la solidaridad y de la caridad evangélicas.
Cáritas española ya ha mandado 100.000 euros en ayudas. Y mandará muchos más. Los españoles son generosos y la gente confía en ella. Es, junto a Manos Unidas, la 'joya de la corona' de la Iglesia española. Lo sabe bien Fernando Giménez Barriocanal y, por eso, está utilizando la buena imagen de la Iglesia samaritana en sus cuñas publicitarias para pedir la x en la declaración de la renta. ¡Y con excelentes resultados!
Una vez más, Cáritas se consagra como una institución evangélica, solidaria y de peso. Una organización que, sin perder su identidad católica, sabe estar en la frontera y consagra lo mejor de si misma a la liberación integral de los más desfavorecidos. Como dice el Papa, hace presente y creíble en nuestra sociedad "la lógica del amor".
Y encima, mantiene excelentes relaciones con los medios de comunicación. Sus ruedas de prensa están siempre a reventar. Los periodistas no cabemos en su pequeño salón. Fruto de toda una labor callada y en la sombra, que realiza Marisa Salazar, su directora de comunicación, una excelente profesional y un encanto de persona. Lleva ya años en Cáritas, pero sigue con el mismo fuelle de siempre. En un puesto que no es nada fácil. Conseguir en Madrid que asistan a una rueda de prensa más de 10 informadores es un triunfo. Pues Marisa consigue 20 o más. Porque cultiva una estrecha relación personal con todos y cada uno de los informadores. Nos tiene ganados y no la fallamos. Y si alguno se descuida, recibe una llamada. Pero no para reprochar nada, sino para interesarse por su vida.
Cuando parece que puede sonar la hora de que Camino abandone la portavocía del episcopado, les brindo esta idea a los señores obispos: Marisa Salazar sería una excelente portavoz del episcopado. Preparada, con experiencia, profundamente creyente y con una sonrisa permanente. Una mujer dulce y agradable para transmitir los mensajes de vida y esperanza de la Iglesia a la sociedad. De nada, hermanos obispos. Para eso estamos.
Cáritas española ya ha mandado 100.000 euros en ayudas. Y mandará muchos más. Los españoles son generosos y la gente confía en ella. Es, junto a Manos Unidas, la 'joya de la corona' de la Iglesia española. Lo sabe bien Fernando Giménez Barriocanal y, por eso, está utilizando la buena imagen de la Iglesia samaritana en sus cuñas publicitarias para pedir la x en la declaración de la renta. ¡Y con excelentes resultados!
Una vez más, Cáritas se consagra como una institución evangélica, solidaria y de peso. Una organización que, sin perder su identidad católica, sabe estar en la frontera y consagra lo mejor de si misma a la liberación integral de los más desfavorecidos. Como dice el Papa, hace presente y creíble en nuestra sociedad "la lógica del amor".
Y encima, mantiene excelentes relaciones con los medios de comunicación. Sus ruedas de prensa están siempre a reventar. Los periodistas no cabemos en su pequeño salón. Fruto de toda una labor callada y en la sombra, que realiza Marisa Salazar, su directora de comunicación, una excelente profesional y un encanto de persona. Lleva ya años en Cáritas, pero sigue con el mismo fuelle de siempre. En un puesto que no es nada fácil. Conseguir en Madrid que asistan a una rueda de prensa más de 10 informadores es un triunfo. Pues Marisa consigue 20 o más. Porque cultiva una estrecha relación personal con todos y cada uno de los informadores. Nos tiene ganados y no la fallamos. Y si alguno se descuida, recibe una llamada. Pero no para reprochar nada, sino para interesarse por su vida.
Cuando parece que puede sonar la hora de que Camino abandone la portavocía del episcopado, les brindo esta idea a los señores obispos: Marisa Salazar sería una excelente portavoz del episcopado. Preparada, con experiencia, profundamente creyente y con una sonrisa permanente. Una mujer dulce y agradable para transmitir los mensajes de vida y esperanza de la Iglesia a la sociedad. De nada, hermanos obispos. Para eso estamos.
José Manuel Vidal
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