Publicado por Ciudad Redonda
NOTAS BÍBLICAS
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)
Es el relato del envío de 72 discípulos y su vuelta. La liturgia ha suprimido los versículos 13 al 16. En algunos códices los enviados son 70 (tal era el número de dirigentes del pueblo en tiempos de Moisés Ex 24). En la versión griega de nuestro Antiguo Testamento (Gen 10), los pueblos de la tierra son 72 (en el original hebreo son 70). Lucas indicaría con el número de enviados que el evangelio es para todos los pueblos.
Ni se dice dónde ocurre el envío, ni nombra los lugares donde van, ni se identifica a nadie de los enviados. Lucas deja que el lector se identifique con ellos.
Según Jesús, la semilla sembrada (ver capítulo 8) ha dado tal cosecha que los obreros resultan insuficientes. Hay que pedir a Dios -el dueño del campo- más trabajadores.
Jesús da instrucciones concretas a los enviados, cuya finalidad es que éstos se centren en el anuncio del Reino de Dios. También les advierte de las dificultades (van como corderos en medio de lobos) y cómo han de reaccionar ante ellas.
Han de hacer tres cosas con quienes los reciba: comunicar la Paz (Shalom), realizar curaciones, y hacer caer en la cuenta de la presencia del Reino de Dios.
La alegría es la nota característica del resultado de la misión y Jesús lleva hasta su fuente auténtica: los enviados serán recibidos en el cielo (sus nombres inscritos en el cielo: en las grandes ciudades orientales había un libro donde eran consignados los visitantes ilustres).
En cambio, del cielo cae el ángel Acusador (en hebreo, Satanás), según Jesús. Esta misión supone una derrota para los espíritus del mal (los demonios y Satanás).
DESDE LA SOCIO-ECONOMÍA
(hombre, casado, con tres hijos, trabaja, miembro activo de dos movimientos sociales, pertenece a comunidad cristiana)
El estilo de la misión a la que nos envía Jesús es claro: se realiza desde la pobreza y el desprendimiento y por tanto hemos de liberarnos de todo lo que nos ata y no nos permite caminar; es preciso que no nos detengamos en lo superfluo, sino atendamos a lo fundamental.
Es misión de todos anunciar que el Reinado de Dios ya está aquí. Si vivimos una intimidad con él todo se llena de alegría a pesar de las dificultades y somos capaces de alejar de nosotros y transformar los demonios de este mundo.
Es fundamental en estas horas de mucha necesidad social, saber que si somos enviados por Jesús tendremos éxito, no por nuestros méritos, sino por ser barro en manos del alfarero que se deja moldear.
DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
Así como cuando nos casamos el Señor nos envió como pareja de dos, ahora nos sigue enviando como familia a anunciar que el Reino de Dios está cerca. Una de las formas de anunciarlo es enseñando a llevar la paz. Cuando nuestros hijos aprenden que las ofensas hay que escribirlas en la arena para que se las lleve el viento, que esa misma arena la podemos usar para aplanar los tropiezos que podamos tener con el prójimo, y por qué no usarla como colchón en las caídas, están aprendiendo a ser portadores de paz, siendo asertivos y pacíficos. En las vacaciones suele haber más peleas entre hermanos, incluso entre las parejas y la familia porque nos vemos más, hay más relación y sacamos a relucir nuestras distintas opiniones y formas de ser. Que sepamos decir y vivir el “Paz a esta casa” y “estemos alegres porque nuestros nombres están escritos en el cielo”.
PARA REZAR
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
¡Gracias Señor, Dios nuestro,
porque hemos recibido tu llamada
para anunciar tu Evangelio por todo el mundo!
Gracias, Señor, porque tú nos invitas
a salir a los caminos de la vida
a proclamar tu Buena Noticia.
¡Gracias Señor, Dios Padre nuestro,
porque nos sentimos enviados por Ti!
Haz Tú, Señor, que nuestra vida sea
un testimonio sincero que ayude a los demás
a tener un encuentro personal contigo.
Que Tu Amor nos anime a ir por los caminos del mundo,
dejándonos seducir por tu Palabra de Vida,
y siendo humildes e incansables trabajadores de tu Reino.
Ayúdanos, Señor, a no decaer en los momentos de cansancio
y haz que la fuerza de tu Espíritu nos impulse con ganas y alegría
a predicar a cada persona todo lo que Tú nos dices al corazón.
Dios Padre nuestro, confiados en tu Gracia y en tu Misericordia,
te pedimos que nos llenes de ilusión y de esperanza
para ponernos en camino con disponibilidad y alegría,
y poder acercar siempre tu Palabra a todos nuestros hermanos.
Amén.
(por equipo coordinador, con asesoramiento de un biblista)
Es el relato del envío de 72 discípulos y su vuelta. La liturgia ha suprimido los versículos 13 al 16. En algunos códices los enviados son 70 (tal era el número de dirigentes del pueblo en tiempos de Moisés Ex 24). En la versión griega de nuestro Antiguo Testamento (Gen 10), los pueblos de la tierra son 72 (en el original hebreo son 70). Lucas indicaría con el número de enviados que el evangelio es para todos los pueblos.
Ni se dice dónde ocurre el envío, ni nombra los lugares donde van, ni se identifica a nadie de los enviados. Lucas deja que el lector se identifique con ellos.
Según Jesús, la semilla sembrada (ver capítulo 8) ha dado tal cosecha que los obreros resultan insuficientes. Hay que pedir a Dios -el dueño del campo- más trabajadores.
Jesús da instrucciones concretas a los enviados, cuya finalidad es que éstos se centren en el anuncio del Reino de Dios. También les advierte de las dificultades (van como corderos en medio de lobos) y cómo han de reaccionar ante ellas.
Han de hacer tres cosas con quienes los reciba: comunicar la Paz (Shalom), realizar curaciones, y hacer caer en la cuenta de la presencia del Reino de Dios.
La alegría es la nota característica del resultado de la misión y Jesús lleva hasta su fuente auténtica: los enviados serán recibidos en el cielo (sus nombres inscritos en el cielo: en las grandes ciudades orientales había un libro donde eran consignados los visitantes ilustres).
En cambio, del cielo cae el ángel Acusador (en hebreo, Satanás), según Jesús. Esta misión supone una derrota para los espíritus del mal (los demonios y Satanás).
DESDE LA SOCIO-ECONOMÍA
(hombre, casado, con tres hijos, trabaja, miembro activo de dos movimientos sociales, pertenece a comunidad cristiana)
El estilo de la misión a la que nos envía Jesús es claro: se realiza desde la pobreza y el desprendimiento y por tanto hemos de liberarnos de todo lo que nos ata y no nos permite caminar; es preciso que no nos detengamos en lo superfluo, sino atendamos a lo fundamental.
Es misión de todos anunciar que el Reinado de Dios ya está aquí. Si vivimos una intimidad con él todo se llena de alegría a pesar de las dificultades y somos capaces de alejar de nosotros y transformar los demonios de este mundo.
Es fundamental en estas horas de mucha necesidad social, saber que si somos enviados por Jesús tendremos éxito, no por nuestros méritos, sino por ser barro en manos del alfarero que se deja moldear.
DESDE LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
(matrimonio, él trabaja, con cinco hijos, pertenecen a comunidad cristiana de matrimonios)
Así como cuando nos casamos el Señor nos envió como pareja de dos, ahora nos sigue enviando como familia a anunciar que el Reino de Dios está cerca. Una de las formas de anunciarlo es enseñando a llevar la paz. Cuando nuestros hijos aprenden que las ofensas hay que escribirlas en la arena para que se las lleve el viento, que esa misma arena la podemos usar para aplanar los tropiezos que podamos tener con el prójimo, y por qué no usarla como colchón en las caídas, están aprendiendo a ser portadores de paz, siendo asertivos y pacíficos. En las vacaciones suele haber más peleas entre hermanos, incluso entre las parejas y la familia porque nos vemos más, hay más relación y sacamos a relucir nuestras distintas opiniones y formas de ser. Que sepamos decir y vivir el “Paz a esta casa” y “estemos alegres porque nuestros nombres están escritos en el cielo”.
PARA REZAR
(mujer, soltera, trabaja, pertenece a comunidad cristiana y a movimiento seglar)
¡Gracias Señor, Dios nuestro,
porque hemos recibido tu llamada
para anunciar tu Evangelio por todo el mundo!
Gracias, Señor, porque tú nos invitas
a salir a los caminos de la vida
a proclamar tu Buena Noticia.
¡Gracias Señor, Dios Padre nuestro,
porque nos sentimos enviados por Ti!
Haz Tú, Señor, que nuestra vida sea
un testimonio sincero que ayude a los demás
a tener un encuentro personal contigo.
Que Tu Amor nos anime a ir por los caminos del mundo,
dejándonos seducir por tu Palabra de Vida,
y siendo humildes e incansables trabajadores de tu Reino.
Ayúdanos, Señor, a no decaer en los momentos de cansancio
y haz que la fuerza de tu Espíritu nos impulse con ganas y alegría
a predicar a cada persona todo lo que Tú nos dices al corazón.
Dios Padre nuestro, confiados en tu Gracia y en tu Misericordia,
te pedimos que nos llenes de ilusión y de esperanza
para ponernos en camino con disponibilidad y alegría,
y poder acercar siempre tu Palabra a todos nuestros hermanos.
Amén.
0 comentarios:
Publicar un comentario