Publicado por AICA
“En la historia se han presentado, no pocas veces, tendencias de ‘espiritualizar’ el mensaje cristiano y dar a los signos exteriores solamente un valor simbólico. El mismo evangelio de San Juan ya es una respuesta a una corriente que consideraba todo lo material como corrupto y que por lo mismo no aceptaba tampoco que Dios se haya hecho realmente hombre. La Iglesia, en cambio, siempre ha afirmado la encarnación real del Hijo de Dios. Por eso la Eucaristía es el núcleo central de sus asambleas; en ella se prolonga la encarnación y está presente Jesucristo en su naturaleza divina y humana, con su alma y su cuerpo, con su carne y su sangre”, expresó monseñor Luis Stöckler, obispo de Quilmes, en su homilía del domingo.
Explicó que “al acercarnos al altar y recibir la comunión expresamos nuestra fe en la doble presencia de Cristo: en el pan consagrado y en la comunidad; recibimos su cuerpo sacramental y somos su cuerpo místico”, y subrayó: “Solo reciben el cuerpo de Cristo quienes ya lo son”.
El prelado ilustró esta afirmación con una cita de San Agustín en la que se refiere a la “relación insoslayable entre eucaristía y comunidad y su implicación en nuestra vida”: “¡Cuántos hay que reciben del altar este alimento y mueren en el mismo momento de recibirlo! (…) Antes de acercarse al altar acuérdense de lo que dijeron: Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. ¿Perdonas tú? Serás tú también perdonado. Acércate con confianza que es pan, no veneno. Pero examínate para ver si es verdad que perdonas. Pues, si no perdonas, mientes y tratas de mentir a quien no puedes engañar”.
Por último, el pastor quilmeño afirmó que “nuestra participación en la Santa Misa no es una formalidad legalista, sino constitutiva para nuestra vida. El Señor, al asumir nuestra condición humana, la ha sanado, y nos ha manifestado cómo debemos vivir en nuestra interioridad y como miembros de la comunidad. Al recibirlo dignamente, nos hace capaces de seguir su ejemplo.+
Texto completo de la homilía
AICA - Toda la información puede ser reproducida parcial o totalmente, citando la fuente
Explicó que “al acercarnos al altar y recibir la comunión expresamos nuestra fe en la doble presencia de Cristo: en el pan consagrado y en la comunidad; recibimos su cuerpo sacramental y somos su cuerpo místico”, y subrayó: “Solo reciben el cuerpo de Cristo quienes ya lo son”.
El prelado ilustró esta afirmación con una cita de San Agustín en la que se refiere a la “relación insoslayable entre eucaristía y comunidad y su implicación en nuestra vida”: “¡Cuántos hay que reciben del altar este alimento y mueren en el mismo momento de recibirlo! (…) Antes de acercarse al altar acuérdense de lo que dijeron: Perdónanos nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. ¿Perdonas tú? Serás tú también perdonado. Acércate con confianza que es pan, no veneno. Pero examínate para ver si es verdad que perdonas. Pues, si no perdonas, mientes y tratas de mentir a quien no puedes engañar”.
Por último, el pastor quilmeño afirmó que “nuestra participación en la Santa Misa no es una formalidad legalista, sino constitutiva para nuestra vida. El Señor, al asumir nuestra condición humana, la ha sanado, y nos ha manifestado cómo debemos vivir en nuestra interioridad y como miembros de la comunidad. Al recibirlo dignamente, nos hace capaces de seguir su ejemplo.+
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