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jueves, 4 de septiembre de 2008

La No-Violencia Activa y el Evangelio

José Mulligan, S.J *
Publicado por Adital

En América Latina muchas personas que creen que "otro mundo es posible" quieren explorar de una manera seria y disciplinada las posibilidades de la lucha no-violenta, es decir, de una lucha que no imite las tácticas de la clase y las naciones dominantes, pero que sí sea militante y contundente en su esfuerzo por realizar sus objetivos de justicia y paz.

Los siguientes apuntes pueden ser un aporte para realizar campañas populares de esta índole.

1. Para muchos/as, la no-violencia es una manera de vivir y de relacionarse con los demás y con todo el cosmos, que nos libera de los hábitos deshumanizantes que una sociedad violenta, individualista y competitiva "programa" en nuestro corazón y nuestra psique.
A veces este compromiso de vivir no-violentamente exige la no-cooperación con el sistema violento. Por ejemplo: no pagar impuestos para financiar una guerra o la fabricación de armas nucleares, o no someterse al servicio militar obligatorio (piénsese en Franz Jagerstatter, en Austria, recientemente beatificado por su fidelidad a su conciencia, que lo llevó a rehusar entrar en el ejército nazi durante la Segunda Guerra Mundial). Esta respuesta, especialmente si se hace con otros, organizadamente, puede convertirse en una táctica, como se explica en el número 2.

2. Además, la no-violencia activa, o militante, es una táctica para cambiar las actitudes y opiniones del público, y así lograr transformaciones sociales, políticas, y estructurales.

3. Un ejemplo de esto fue la "Convocatoria Mundial a Acciones No-violentas de Resistencia Civil para Poner Fin a la Ocupación Militar de Irak", una invitación de parte de algunos Premios Nobel y otros luchadores por la paz en varias partes del mundo, dirigida al público para oponerse decididamente a la ocupación de Irak, mediante acciones de desobediencia civil. Se sugería que se realizara tales acciones en muchos países simultáneamente, en las fechas u ocasiones propuestas, por ej., el aniversario de la invasión a Irak.
La Convocatoria explicaba: "Algunos podrían participar en manifestaciones legales, mientras que otros harían ‘sentadas’, ‘die-ins’ (simulacros de morirse en), y otras formas de obstaculizar, aunque sea parcialmente, el ‘trabajo normal’ de las instalaciones gubernamentales (incluso bases militares y centros de reclutamiento militar), y de las empresas que se benefician de la guerra de EEUU, Inglaterra, y otros países que toman parte en la ocupación militar injusta y mortal de Irak. Para estos gobiernos, el ‘trabajo normal’ es violencia, muerte, y explotación. Debe ser bloqueado y terminado". Para el texto completo, véase: http://www.tinet.org/~fqi_sp04/global_call_sp.htm
Otra táctica consiste en acompañar a las víctimas de la opresión o guerra con la intención de reducir la violencia que se les impone. Los acompañantes frecuentemente son internacionalistas, ciudadanos de la nación imperial opresora, o miembros del grupo opresor que viven dentro del país.

4. La no-violencia activa no es negativa, sino positiva. Satyagraha de Gandhi es la fuerza de la verdad cuyos practicantes "dicen la verdad al poder".
Pacif-ismo (haciendo la paz) nada tiene que ver con pasiv-ismo: ni etimológica ni históricamente. Shalóm, paz en hebreo, significa plenitud. Pablo VI dijo: "Si quieren la paz, luchen por la justicia".

5. ¿A quién se dirige el mensaje expresado en la acción?
En primer lugar, al público. Hay que cambiar la opinión pública para transformar una política, y para esto hay que maximizar la cobertura de parte de los medios masivos de comunicación.
Hay que cuidar el lenguaje, y analizar bien si una acción cae bien al público, para que su mensaje sea recibido y entendido, o si ofende, o choca demasiado con la gene, y no es entendida.
Hay que mantener la superioridad ética de nuestra causa tanto en la realidad cuanto en la percepción de la gente.
Este enfoque en cambiar la opinión pública no quiere decir que la acción no deba pretender también afectar y cambiar al oficial militar, al policia, la presidenta de la empresa u otra persona que esté en el lugar de la acción y a quien se le confronta directamente. Miren cómo cambió Mons. Romero, o Zaqueo en el evangelio de Lucas (19,1-10), y muchos soldados que decidieron dejar de oprimir y de agredir. Por eso es mejor llamar al otro "opositor" o "adversario", en vez de "enemigo".
El policía o soldado es un agente del sistema, frecuentemente del pueblo pobre; no es el que manda, o el que decide la política.

6. La detención.
Si la acción es técnicamente ilegal (por ej., obstaculizar la entrada de una base militar u otra expresión de la desobediencia civil), hay que aceptar la detención, y no resistirse, especialmente si la policía lo hace sin violencia y según la ley. Algunos pueden optar por no cooperar con el arresto, "haciéndose el muerto", o como dormidos en el suelo, obligando con ello a los policias cargar con ellos físicamente; otros pueden agarrarse unos a otros, dificultando a los policias el trasladarlos.
Todos las personas que estén alrededor deben aceptar la decisión táctica de los participantes en la desobediencia civil de ser arrestados, y no intervenir con fuerza física.

7. ¿Quiénes participan?
Los participantes tienen que ser muy disciplinados y habituados a las tácticas no-violentas. Uno o dos que tiren una piedra o agredan a un policía pueden «provocar» -y a los ojos del público pueden incluso "justificar"- una reacción violenta y represiva de las fuerzas del orden. Así nuestra causa podría perder superioridad moral.
Para conseguir que un grupo sea disciplinado, hay que escoger a los candidatos sabiamente, y entrenarlos en los principios y métodos de la no-violencia. Por eso, y para mantener en algunas situaciones el factor sorpresa, los grupos generalmente deben ser limitados en número.
Y hay que cuidar que las fuerzas opositoras no infiltren a provocadores violentos.
Es aconsejable que haya compañeros de confianza, hombres y mujeres, vestidos con camisetas o gorras que indiquen que son organizadores de la acción, que no participan directamente en la acción de desobediencia civil sino que mantienen el orden y coordinan la actividad.

8. Jesús como activista de la no-violencia militante
La interpretación del Nuevo Testamento como individualista, espiritualista, resignada y "pasivista", y atento sólo al otro mundo postmortal, ha hecho mucho daño al verdadero seguimiento a Jesús, y ha castrado una fuerza en potencia de miles de millones de agentes sociales cristianos durante 20 siglos.
En el mismo sentido, un enfoque en la fe, en la oración y en las prácticas religiosas como recetas para conseguir soluciones milagrosas a los problemas e injusticias humanas, ha distraído a muchos cristianos/as del cumplimiento de sus responsabilidades personales, familiares, comunitarias y políticas. Hay una aplicación sin criterio del concepto de "la voluntad de Dios", como si Dios quisiera la esclavitud, la opresión de la mujer, o la explotación de los pobres.
Sin embargo, siempre hay quienes que se consideran miembros del cuerpo de Cristo para continuar su lucha por el reino de Dios (justicia, paz, amor). Su fe no es que Dios va a hacerlo todo, sino que nos llama a construir con ella una vida nueva y un mundo nuevo.

Hay que analizar cuidadosamente y en su contexto el texto Mt 5,38-48 (Lc 6,27-36): "Ustedes han oído que se dijo: ‘ojo por ojo y diente por diente’... Pero yo les digo: No resistan al malvado. Antes bien, si alguien te golpea en la mejilla derecha, ofrécele también la otra...".
En cuanto al "ojo por ojo..." (Dt 19,18-21), la Biblia Latinoamericana explica que esto "pretendía poner un límite a la sed de venganza": solamente un ojo por un ojo, no dos ojos, ni la cabeza, ni la vida del agresor. El texto bíblico sigue: "Así arrancarás el mal de en medio de ti, porque los demás, al saberlo, temerán, y no harán cosas semejantes. Vida por vida, mano por mano, pie por pie...".
¿Así se arranca el mal? La historia del pueblo de Dios dice que no, y que solamente el amor toca el corazón humano y lo convierte. Como proclamamos en la misa: 'Este es el Cordero de Dios (encarnación del amor extremo de Dios en Jesús) que quita el pecado del mundo'. Así se arranca el mal, transformándose nuestros corazones de piedra en corazones de carne o amor, como respuesta al amor no-violento de Jesús.

"No resistan...". Algunos comentaristas dicen que esto quiere decir: "No resistan con violencia". Lógicamente hay que interpretar este consejo de Jesús en el contexto de sus hechos y sus propias reacciones. Por ej., Jn 18,19-23: cuando un policía golpea a Jesús en la cara, Jesús interroga a su agresor.
Es la actitud desafiante del Siervo Sufriente en Isaías (50,6-9), y de los 7 hermanos mártires y de su mamá en 2 Macabeos 7.

En otra ocasión Jesús muestra su práctica de la no-violencia cuando no utiliza la espada pero sí desafía a sus captores: Mt 26,51-55.
Luego Jesús mantiene silencio, como expresión de su dignidad y resistencia, ante las preguntas de las autoridades: Jn 19,9; Mt 26,63; Lc 23,9.
Como fruto de su postura no-violenta, Jesús quería que su martirio como expresión de su amor y misericordia atrayera al pueblo a él y a su Buena Nueva: "Yo, cuando haya sido levantado de la tierra, atraeré a todos a mi. Con estas palabras Jesús daba a entender de qué modo iba a morir" (Jn 12,32-33).

En cuanto a sus discípulos, Jesús les había enseñado a enfrentar al miembro ofensor en la comunidad (Mt 18,15-17) no con violencia, sino con palabras de crítica e invitación que puedan conducir a la conversión pero también a la exclusión.

Frente a las amenazas de muerte en diferentes momentos de su vida pública, Jesús valientemente volvió a los lugares donde sus perseguidores lo esperaban y continuó su ministerio de amar en hechos concretos y de denunciar proféticamente (abiertamente sanando en día sábado, y echando a los vendedores del templo: Mt 21,12-13).

Con la misma valentía, sus seguidores en la primitiva comunidad, frente a las amenazas de cárcel, continuaron la proclamación de la resurrección de Jesús como condena a sus asesinos: Hechos 4,18-20.
La comunidad ora: "concede a tus siervos anunciar tu Palabra con toda valentía" (Hch 4,29-31). El sumo sacerdote los interrogó diciendo: "Les habíamos advertido y prohibido enseñar en nombre de ése. Pero ahora en Jerusalén no se oye más que su predicación, y quieren echarnos la culpa por la muerte de ese hombre". Pedro y los apóstoles respondieron: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de un madero" (Hech 5,27-31).
La distinción entre nuestra obediencia a Dios y nuestra lealtad a las autoridades humanas es tal vez el elemento más subversivo en la fe bíblica.

En Rom 12,17-21 san Pablo enseñó: "No devuelvan a nadie mal por mal... Dejen que sea Dios quien castigue... Dice la Escritura: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber; éstas serán otras tantas brasas sobre su cabeza. No te dejes vencer por el mal, más bien derrota al mal con el bien". El texto citado es Proverbios 25,21; algunos comentaristas opinan que se refiere a la conversión del enemigo.

Jesús y sus seguidores utilizaron métodos militantes y al mismo tiempo no-violentos en su lucha radical contra la injusticia, la avaricia, la corrupción y la hipocresía, una lucha para sembrar el reino de Dios en medio de las estructuras y sistemas de este mundo. Como seguidores del mismo Jesús hoy, podemos transformar corazones y estructuras si entendemos y practicamos bien las tácticas de la no-violencia activa y militante.

* Jesuita estadounidense, trabaja desde 1986 con las comunidades eclesiales de base de Nicaragua

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WebJCP | Abril 2007