Domingo de Ramos sin ramos ni olivos en los campos de refugiados sirios en Jordania. El Padre Ángel, fundador y presidente de Mensajeros de la Paz se ha ido al campo de Zaatari, para acompañar a estos estos nuevos "crucificados" en la semana que, para ellos, seguirá siendo literalmente de pasión. Y sin visos de resurrección, al menos a corto plazo. Y para lanzar, desde este moderno calvario, un grito a la conciencia del mundo, junto al presidente de Mensajeros de la Paz-Jordania, el Padre Carlos Jaar.
En este campo jordano, situado en pleno desierto, en la frontera jordano-siria, se hacinan en tiendas de campaña más de 70.000 personas. En una situación extrema, sufriendo temperatiras bajo cero, en medio de temporales de agu ay nieve, que anegan sus tiendas de campaña.
"Desde estos campos de refugiados sirios en Jordania, donde ya han muerto 114 personas y, al menos, cinco niños, lanzamos un sos a los gobernantes del mundo y a la comunidad internacional: ¡Basta ya de tanta muerte y de tanto sufrimiento!", explica el Padre Ángel.
Y añade: "Como dice el Papa Francisco, éstos sí son los tesores de la Iglesia de los pobres. En estos momentos deben ser los preferidos de la sociedad, de la Iglesia católica y de todas las religiones. Hacia ellos debe ir toda nuestra atención, nuestro amor y nuestra denuncia".
Con hechos concretos, como el del Gobierno de Asturias, al que el Padre Ángel agradece que haya enviado a los campos de refugiados "ayuda sanitaria, viviendas prefabricadas y ambulancias".
Pero las necesidades son muchas y urgentes. "Desde aquí pido que los grandes de la tierra intenten poner fin, de verdad, a este conflicto que está desangrando Siria. Y, mientras tanto, pido a la gente que mande ayuda urgente para estos pobres refugiados, especialmente para los niños que siguen muriendo de frío en medio del desierto".
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