En su libro “Encuentro con la realidad”, Vicente Ferrer comenta: “Tal vez nunca llegaremos a entender el sufrimiento en toda su complejidad, pero en la práctica, más que entender, lo que si podemos es remediar. Continuamente se nos llama a la acción”.
¡Cuánta razón tenía este infatigable misionero! Ante el sufrimiento personal o ajeno no podemos cruzarnos de brazos impasibles, hay que luchar para que el sufrimiento desaparezca. Siempre encontraremos a nuestro paso sufrimiento, pero éste nos llama a la acción, jamás a la pasividad. Dios nos ha dado a cada ser humano unas capacidades, unos sentimientos para desarrollar y ponerlos al servicio de los que sufren. No podemos cerrar nuestras entrañas al dolor, porque el dolor es un mal y si queremos ser unos buenos colaboradores de la obra de Dios hay que intentar desterrar el dolor de la humanidad.
No valen excusas: yo no puedo, yo no sé, a mi edad… Porque todos podemos hacer algo por pequeño que sea según nuestras capacidades, nuestras fuerzas.
Una buena práctica cuaresmal podría ser la de saber mirar a nuestro alrededor quien necesita de nuestra ayuda para aliviar su sufrimiento y también para tender una mano a tantos pueblos que están bajo la opresión del sufrimiento. Si no tienes medios, busca quien los tiene, si no puedes dar mil euros da uno o medio. La limosna es una de las prácticas cuaresmales. Ora por los que sufren y por los que hacen sufrir. La oración es también junto con el ayuno otra de las prácticas cuaresmales. Contemplemos los sufrimientos de Cristo en el sufrimiento humano.
Si lo hacemos así la fiesta de Pascua será luminosa para nosotros y para los que hemos intentado ayudar.
No valen excusas: yo no puedo, yo no sé, a mi edad… Porque todos podemos hacer algo por pequeño que sea según nuestras capacidades, nuestras fuerzas.
Una buena práctica cuaresmal podría ser la de saber mirar a nuestro alrededor quien necesita de nuestra ayuda para aliviar su sufrimiento y también para tender una mano a tantos pueblos que están bajo la opresión del sufrimiento. Si no tienes medios, busca quien los tiene, si no puedes dar mil euros da uno o medio. La limosna es una de las prácticas cuaresmales. Ora por los que sufren y por los que hacen sufrir. La oración es también junto con el ayuno otra de las prácticas cuaresmales. Contemplemos los sufrimientos de Cristo en el sufrimiento humano.
Si lo hacemos así la fiesta de Pascua será luminosa para nosotros y para los que hemos intentado ayudar.
Texto: Hna. María Nuria Gaza
Publicado por Mi Vocación
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