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domingo, 26 de junio de 2011

Palabra para la Misión: La Eucaristía, alimento para la Misión en el desierto del mundo


SSmo. Cuerpo y Sangre de Cristo
Año A - Domingo 26.6.2011 - Por EUNTES

Deuteronomio 8,2-3.14-16 / Salmo 147 / 1Corintios 10,16-17
Juan 6,51-58

Reflexiones

En el desierto del mundo (I lectura), Jesucristo en la Eucaristía es el viático, el Pan de vida (Evangelio), para que la Iglesia viva y anuncie la comunión y la fraternidad (II lectura). El lenguaje de Jesús en la sinagoga de Cafarnaún (Evangelio) es realista e insistente: su cuerpo y su sangre no son solamente ‘cosas sagradas’, son Jesús mismo. Él es el Pan de vida, que se ha de acoger y recibir con fe, para vivir en esta vida y en la futura. Nos lo asegura el que tiene palabras de vida eterna (cf Jn 6,68).

Tras su liberación de la esclavitud de Egipto, el pueblo tuvo que afrontar el desierto (I lectura) “inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua” (v. 15). En el duro camino hacia la libertad, el Señor acompaña al pueblo con sus dones, con su palabra y sus acciones: en especial el regalo del maná y del agua sacada de una roca de pedernal (v. 16). Dones que es necesario recordar y no olvidar (v. 2.14). (*)

Jesús (Evangelio) promete un don superior al maná (v. 58). Un don que es preciso descubrir, proponer y compartir con otros: “Si tú conocieras el don de Dios”, dijo Jesús a la mujer samaritana (Jn 4,10). La Eucaristía es el don nuevo y definitivo que Jesús confía a la Iglesia peregrina y misionera en el desierto del mundo. Es mucho más que el simple recuerdo de una gran hazaña del pasado: es, hoy, el don del Viviente. “El recuerdo bíblico introduce nuevamente al creyente en la historia de la salvación, actualizando en el hoy los eventos del pasado. Este es el sentido de la palabra memorial que en el Nuevo Testamento se aplica también a la Eucaristía… La Eucaristía es el recuerdo de la muerte y resurrección de Cristo, es la certeza de su continua presencia como alimento del hombre peregrino, en la espera de su venida” (G. Ravasi).

La Eucaristía es fuente y sello de unidad (II lectura): siendo comunión con la sangre y el cuerpo de Cristo, debe llevar a la comunión fraterna entre todos los que comen del mismo pan. De la Eucaristía nace necesariamente un generoso estímulo al encuentro ecuménico y a la actividad misionera, “para que una misma fe ilumine y un mismo amor congregue a todos los hombres que habitan en un mismo mundo” (Prefacio). La persona y la comunidad que realizan la experiencia viva de Cristo en la Eucaristía se sienten motivadas a compartir con los demás el don recibido en la Palabra y en el Sacramento: la misión nace de la Eucaristía y conduce a ella. El misionero lleva por el desierto del mundo la única respuesta válida, Cristo, buena noticia de vida para los pueblos.

(Comboni y sus compañeros celebraron la Eucaristía en el desierto de Korosko, Sudán, 1857).


La Eucaristía nos enseña a derribar las barreras que impiden o mortifican el desarrollo de la vida: nos da la fuerza para defender la vida de cada persona, convencidos de que ‘nadie sobra’ en la aldea global de la humanidad; para vencer la espiral de violencia mediante el diálogo, el perdón y el sacrificio de sí mismos; para romper las cadenas del acaparamiento de los bienes promoviendo por doquier el compartir y la solidaridad.

La aldea global solo puede tener un único banquete global, en el cual todos los pueblos tienen el mismo derecho a participar; del cual nadie debe ser excluido o discriminado, por ninguna razón. Desde siempre, este es, y solamente este, el proyecto del Padre común para toda la familia humana (cf Is 25,6-9). Este es el sueño que Él confía, para que se realice, a la comunidad de los creyentes.



Palabra del Papa

(*) “La santa inquietud de Cristo ha de animar al pastor: no es indiferente para Él que muchas personas vaguen por el desierto. Y hay muchas formas de desierto: el desierto de la pobreza, el desierto del hambre y de la sed; el desierto del abandono, de la soledad, del amor quebrantado. Existe también el desierto de la oscuridad de Dios, del vacío de las almas que ya no tienen conciencia de la dignidad y del rumbo del hombre. Los desiertos exteriores se multiplican en el mundo, porque se han extendido los desiertos interiores. Por eso, los tesoros de la tierra ya no están al servicio del cultivo del jardín de Dios, en el que todos puedan vivir, sino subyugados al poder de la explotación y la destrucción. La Iglesia en su conjunto, así como sus Pastores, han de ponerse en camino como Cristo para rescatar a los hombres del desierto y conducirlos al lugar de la vida, hacia la amistad con el Hijo de Dios, hacia Aquel que nos da la vida, y la vida en plenitud”.

Benedicto XVI
Homilía en el solemne inicio del Pontificado, Roma, 24 de abril de 2005


Siguiendo los pasos de los Misioneros

- 26/6: SS. Cuerpo y Sangre de Cristo, pan vivo, para que todos tengan vida en abundancia. - Día de la caridad del Papa.

- 26/6: S. Vigilio (+405), tercer obispo de Trento (Italia), evangelizador de la región con la ayuda de tres misioneros procedentes de Capadocia (actual Turquía); murió mártir en el Valle Rendena.

- 26/6: S. Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975), sacerdote español, fundador del Opus Dei, para promover el ideal de la santificación en la vida ordinaria y en el trabajo.

-26/6: B. Santiago de Ghazir (Líbano, 1875-1954), sacerdote capuchino, fundador; desarrolló una predicación admirable en Líbano, Palestina, Irán y Siria.

- 26/6: Día Mundial de Apoyo a las Víctimas de la Tortura (ONU, 1987).

- 28/6: S. Ireneo (135-202 ca.), nacido en Esmirna (Asia Menor), discípulo de S. Policarpo, fue obispo de Lyon, gran evangelizador de la Galia; es uno de los Padres de la Iglesia.

- 29/6: SS. Pedro y Pablo, Apóstoles, misioneros y fundadores de la Iglesia de Roma y de otros lugares; fueron martirizados bajo el emperador Nerón (+64-67 ca.). – Día de la caridad del Papa.
- 29/6: B. Raimundo Llull (Mallorca, 1235-1316), terciario franciscano, estudioso y escritor; fue a África como misionero para entablar un diálogo fraterno con los sarracenos; allí fue martirizado.

- 30/6: B. Basilio Velyckovskyj (1903-1973), obispo y mártir greco-católico ucraniano; perseguido duramente en su patria, fue expulsado y murió en exilio en Winnipeg (Canadá), a consecuencia de una dosis de veneno con efecto lento, que le inyectaron antes de expulsarlo (1972).

- 1/7: Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. De su Corazón traspasado nace la Iglesia misionera. – Jornada Mundial para la Santificación de los Sacerdotes.

- 1/7: S. Oliviero Plunkett (1629-1681), nacido en Irlanda, estudió en Roma y enseñó teología en el Colegio de Propaganda Fide; fue arzobispo de Armagh (Irlanda) y martirizado en Londres.

- 1/7: B. Ignacio Falzón, clérigo de Malta (La Valletta, 1813-1865), entregado a la instrucción cristiana y a la conversión de militares y marineros.

- 1/7: B. Antonio Rosmini (1797-1855), sacerdote y fundador, hombre de extraordinaria profundidad de pensamiento y de vida cristiana. Por algunos escritos fue incomprendido y condenado injustamente por la jerarquía de la Iglesia, hacia la cual él guardó siempre amor y obediencia. Fue beatificado en 2007.

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WebJCP | Abril 2007