En sendos mensajes y homilías, los prelados reconocieron que hubo mejoras sociales, pero reclamaron más diálogo y menos crispación a la dirigencia política, para promover el desarrollo integral de los argentinos.
Los obispos volvieron a advertir sobre una pobreza "que duele" y sobre la persistencia de situaciones graves de exclusión social, al tiempo que exhortaron a la clase política a más diálogo y menos crispación para promover el desarrollo integral de los argentinos.
En los mensajes pascuales, aunque esperanzadores, también reclamaron definiciones sobre cuestiones "vitales" como la lucha contra el narcotráfico y la prevención de las adicciones, el aborto, la trata de personas, y el cuidado de la vida en toda su extensión.
El vicepresidente del Episcopado, arzobispo José María Arancedo, alertó sobre "el riesgo de una infancia carente del necesario acompañamiento que garantice su futuro" y sobre "el flagelo de la droga que avanza y mata con la complicidad del silencio y la impotencia que manifiesta la autoridad".
El prelado santafesino criticó también "la mezquina construcción de una agenda política centrada en el poder, y la ausencia de un diálogo constructivo al servicio de un proyecto de país que incluya a todos".
El jefe de la Pastoral Social, obispo Jorge Casaretto, reconoció que "realmente en estos últimos años en el país hubo acciones que disminuyeron el porcentaje de la pobreza", aunque advirtió que ésta "sigue siendo grave".
En tanto, una docena de obispos de la región Patagonia-Comahue exigió a la clase dirigente respuestas frente a la pobreza que "amenaza a tantos" y demandó "aportes" frente "a la urgencia para muchos de trabajo, vivienda, salud y educación".
El obispo de Concordia, Luis Collazuol, dijo que la pobreza "duele" y calificó tanto a ésta como a otras formas de exclusión como "realidades de muerte", al exhortar a autoridades y ciudadanos a promover la dignidad humana y crear relaciones sociales justas y verdaderas.
El arzobispo de Mendoza, José María Arancibia, dedicó una palabra a "todos los que se encuentran probados por el dolor, el cansancio o la desilusión" y también a "quienes no lograr pacificar sus corazones, y se encuentran tentados por el resentimiento, la ira o alguna otra forma de violencia, fruto del enfrentamiento entre las personas".
Por su parte, el arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, llamó a reafirmar "el compromiso de construir una Patria con una conducta responsable, ejerciendo los propios derechos pero también y sobre todo cumpliendo cuidadosamente sus obligaciones en atención al bien común, construyendo una ciudad, una Provincia, una Patria justa, noble y verdaderamente fraternal".
Fuente: VR y agencias
Los obispos volvieron a advertir sobre una pobreza "que duele" y sobre la persistencia de situaciones graves de exclusión social, al tiempo que exhortaron a la clase política a más diálogo y menos crispación para promover el desarrollo integral de los argentinos.
En los mensajes pascuales, aunque esperanzadores, también reclamaron definiciones sobre cuestiones "vitales" como la lucha contra el narcotráfico y la prevención de las adicciones, el aborto, la trata de personas, y el cuidado de la vida en toda su extensión.
El vicepresidente del Episcopado, arzobispo José María Arancedo, alertó sobre "el riesgo de una infancia carente del necesario acompañamiento que garantice su futuro" y sobre "el flagelo de la droga que avanza y mata con la complicidad del silencio y la impotencia que manifiesta la autoridad".
El prelado santafesino criticó también "la mezquina construcción de una agenda política centrada en el poder, y la ausencia de un diálogo constructivo al servicio de un proyecto de país que incluya a todos".
El jefe de la Pastoral Social, obispo Jorge Casaretto, reconoció que "realmente en estos últimos años en el país hubo acciones que disminuyeron el porcentaje de la pobreza", aunque advirtió que ésta "sigue siendo grave".
En tanto, una docena de obispos de la región Patagonia-Comahue exigió a la clase dirigente respuestas frente a la pobreza que "amenaza a tantos" y demandó "aportes" frente "a la urgencia para muchos de trabajo, vivienda, salud y educación".
El obispo de Concordia, Luis Collazuol, dijo que la pobreza "duele" y calificó tanto a ésta como a otras formas de exclusión como "realidades de muerte", al exhortar a autoridades y ciudadanos a promover la dignidad humana y crear relaciones sociales justas y verdaderas.
El arzobispo de Mendoza, José María Arancibia, dedicó una palabra a "todos los que se encuentran probados por el dolor, el cansancio o la desilusión" y también a "quienes no lograr pacificar sus corazones, y se encuentran tentados por el resentimiento, la ira o alguna otra forma de violencia, fruto del enfrentamiento entre las personas".
Por su parte, el arzobispo de Córdoba, Carlos Ñáñez, llamó a reafirmar "el compromiso de construir una Patria con una conducta responsable, ejerciendo los propios derechos pero también y sobre todo cumpliendo cuidadosamente sus obligaciones en atención al bien común, construyendo una ciudad, una Provincia, una Patria justa, noble y verdaderamente fraternal".
Fuente: VR y agencias
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