Noticias Misioneras del Mundo: 11 de Abril de 2011

Publicado por OMPRESS

Anastasio Gil, nuevo Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en España
50 años de cooperación de la diócesis de Lleida con la de Cali, Colombia
El obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño anima a los niños a ser misioneros
Un misionero de Ourense en la misión diocesana de Jipijapa, Ecuador

Anastasio Gil, nuevo Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en España
OMPRESS-MADRID (11-4-11) La Santa Sede a través de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos ha nombrado al sacerdote Anastasio Gil García Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias (OMP) para el período 2011-2016. Sucede en el cargo a Mons. Francisco Pérez González, arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, quien ha estado al frente de Obras Misionales Pontificias desde 2001. Anastasio Gil, que ha desempeñado el cargo de subdirector nacional de OMP desde 2001, nació en Veganzones (Segovia) el 11 de enero de 1946. Sacerdote de la diócesis de Madrid, fue ordenado en 1970. Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Comillas, es doctor en Teología por la Universidad de Navarra y diplomado en Psicología Educativa. En la Conferencia Episcopal Española ha sido subdirector del Secretariado Nacional de Catequesis entre 1988 y 1999. En la actualidad, desde 1999, es el director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias.
El nuevo Director Nacional ha expresado su “profundo agradecimiento a Mons. Francisco Pérez, que durante 10 años ha sido Director Nacional, y de quien he aprendido a amar a la Iglesia y a amar a las misiones. Agradezco la confianza que ha depositado en mí en estos años en los que siempre he sentido su respaldo. Por otro lado, mi nombramiento es un signo de continuidad en el trabajo que seguiremos realizando desde las Obras Misionales al servicio de la cooperación y de la actividad misionera. Los misioneros, como hasta ahora, serán la prioridad. No se descuidará la animación y la cooperación económica, lo importante es que ellos, los misioneros, se sientan arropados”.



50 años de cooperación de la diócesis de Lleida con la de Cali, Colombia
OMPRESS-LLEIDA (11-4-11) La diócesis de Cali, Colombia, ha invitado al obispo de Lleida Mons. Joan Piris, a la celebración de los 50 años de cooperación sacerdotal de la diócesis de Lleida con la de Cali, para agradecerle esta ayuda durante estos años. El obispo de Lleida, aceptando la invitación, viajó del 19 al 31 de marzo para participar en esta celebración junto al vicario episcopal de Pastoral, Josep Antón Jové.
En esta misión apostólica permanecen en la diócesis de Cali sacerdotes de la diócesis catalana de Lleida del primer equipo, en 1963, y del último en 1991 con la incorporación de Joan Miquel Martínez.
Según el obispo, “hemos podido comprobar ‘in situ’ el gran afecto y admiración de toda la Iglesia de Cali hacia los sacerdotes leridanos: arzobispos, obispos, sacerdotes, religiosos y lacios. Y hemos podido valorar personalmente el trabajo abnegado, silenciosos y continuado que ellos han hecho a lo largo de todos estos años, en todos los campos de la pastoral y en todas las parroquias a ellos encomendadas”.
Los actos de celebración consistieron, entre otros, en varias eucaristías en distintas parroquias de la diócesis, la bendición de las nuevas instalaciones en una granja. escuela para actividades apostólicas, oraciones y plegarias ante las tumbas de sacerdotes de la diócesis de Lleida fallecidos en Cali, como mosén Jové y mosén Salvadó.
En el año 1950, el Papa Pío XII había insinuado a los obispos españoles, dada su afinidad de lengua y de fe y la abundancia de sacerdotes que había en España en aquel momento, la posibilidad de enviar sacerdotes españoles al continente hispanoamericano. Como respuesta el episcopado español creó la OCSHA, Obra de Cooperación Sacerdotal Hispano Americana. Dado que en aquella época los seminarios españoles vivían intensamente el espíritu misionero, el entonces obispo de Lleida, Mons. Aurelio del Pino Gómez, impulsó este envío de sacerdotes a Hispanoamérica.



El obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño anima a los niños a ser misioneros
OMPRESS-LOGROÑO (11-4-11) El obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Mons. Juan José Omella, escribe a los niños de su diócesis con motivo de su Primera Comunión contándoles la importancia de recibir al Señor, lo maravilloso que es que Jesús se haga presente en el pan de la Eucaristía... y les anima a que sean pequeños misioneros.
“Sabéis que hay muchos niños que no tienen tantas cosas como vosotros. Por eso os hago una propuesta: ¿queréis hacer felices a niños como vosotros, que no tienen casi nada para vivir? Este año podríais cada uno de vosotros entregar un donativo, de los, de los muchos que vais a recibir, a los niños de África, en Kenya, país donde trabaja un misionero de La Rioja, natural de Autol, que se llama Padre Tomás Herreros, y pertenece a la Congregación de los misioneros Combonianos. Lleva muchos años trabajando en África. Seguro que os encantará apoyar su labor con los niños keniatas, de vuestra edad, como vosotros. Pide que le ayudéis a comprar mobiliario (sillas, pupitres, pizarras...) y las camas litera para la escuela secundaria de la Parroquia de Chelopoy. Seguro que seréis muy generosos.
Y dejadme que os haga una pregunta: ¿No os gustaría ser misioneros? ¿No te gustaría a ti poder marchar a misiones, cuando seas mayor, para que otros puedan conocer y amar a Jesús y recibirle como tú en la Comunión? No dejes de rezarle a Jesús por los misioneros. Son maravillosos, lo han dejado todo, han aprendido a hablar otras lenguas y comparten la vida con los más pobres de la tierra. Ellos cumplen maravillosamente el encargo de Jesús: Id al mundo entero y predicad el Evangelio. Rezad a menudo a Jesús para que no falten misioneros, para que muchos jóvenes respondan con generosidad a la llamada del Señor”.



Un misionero de Ourense en la misión diocesana de Jipijapa, Ecuador
OMPRESS-OURENSE (11-4-11) José Manuel Méndez es un sacerdote de Ourense que, desde hace cuatro años, atiende, junto al también sacerdote de Orense, Manuel Rodicio, la misión diocesana de Jipijapa (Ecuador).
-¿Qué supone, como sacerdote, esta experiencia?
El Señor es quien nos envía. Ser sacerdote es estar con el Señor. Por tanto lo propio de un sacerdote es el ser enviado (misionero). Es el aspecto fundamental de la vocación de presbítero, ir por el mundo a llevar a la gente a Dios.
-¿Qué es Jipijapa para nuestra diócesis?
Nuestra misión diocesana es algo muy importante: por eso estoy aquí. La dimensión misionera es vital para la Iglesia: si no comparto la fe no soy realmente discípulo. En la Iglesia de aquí ha hecho fortuna la expresión “discípulos y misioneros”.
-¿Y Ourense para Jipijapa?
Es fundamental: Manolo y yo hemos sido enviados por la Diócesis, no vinimos por libre, sino respaldados por las oraciones y la contribución de todos los creyentes y responsables de la diócesis de Ourense. Y aquí queda mucho por hacer y por mantener. Son comunidades muy jóvenes, muy vivas pero no del todo “firmes en la fe”. Necesitan acompañamiento.
-¿Qué es lo que más te ha sorprendido?
La vitalidad de la actividad parroquial, la cercanía y receptividad de la gente y también lo efímero que puede ser todo...
-¿Cómo ves el futuro de las vocaciones allá?
La llamada que Dios hace a ser su imagen, necesita unos cauces para que se concrete, una vida familiar, dirección espiritual, confesión, sacramentos; por tanto no siempre es fácil escuchar la llamada. A pesar de eso hay un numeroso grupo en el Seminario. Nos toca rezar por su perseverancia y santidad.
-¿Qué podemos hacer aquí?
Rezar por los que estamos ahora en el equipo, y por los que los formarán. Y tenernos en cuenta siempre. Hablad de la misión. Que sea querida. Acercaos por la delegación de Misiones, interesaos por todas las campañas misioneras. Y rezad... rezad mucho.