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MISIONEROS EN CAMINO: Noticias Misioneras del Mundo: 26 de Enero de 2011
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miércoles, 26 de enero de 2011

Noticias Misioneras del Mundo: 26 de Enero de 2011


* Mensaje del Papa Benedicto XVI para el Domund 2011
* Las Hijas de la Iglesia cumplen 50 años de presencia en Bolivia
* VIII Jornadas de Formación para empleados y voluntarios de Obras Misionales
* Jornada de la Infancia y Adolescencia Misionera en Venezuela
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Mensaje del Papa Benedicto XVI para el Domund 2011
OMPRESS-ROMA (26-1-11) El Santo Padre Benedicto XVI hacía público ayer el Mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones que se celebrará el próximo 23 de octubre. El mensaje que reproducimos a continuación inspirará la preparación de esta jornada misionera en todo el mundo.

Con ocasión del Jubileo del año 2000, el Venerable Juan Pablo II, al comienzo de un nuevo milenio de la era cristiana, confirmó con fuerza la necesidad de renovar el celo por llevar a todos el anuncio del Evangelio con “el mismo entusiasmo de los cristianos de los primeros tiempos” (Carta ap. Novo millennio ineunte, 58). Es el servicio más precioso que la Iglesia puede ofrecer a la humanidad y a cada persona que busca las razones profundas para vivir en plenitud la propia existencia. Por eso, esa misma invitación resuena cada año en la celebración de la Jornada Mundial de las Misiones. Efectivamente, el incansable anuncio del Evangelio vivifica también a la Iglesia, su fervor, su espíritu apostólico; renueva sus métodos pastorales para que cada vez sean más apropiados para las nuevas situaciones —incluso aquellas que requieren una nueva evangelización— y estén animados por el impulso misionero: “La misión renueva la Iglesia, refuerza la fe y la identidad cristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motivaciones. ¡La fe se fortalece dándola! La nueva evangelización de los pueblos cristianos hallará inspiración y apoyo en el compromiso por la misión universal” (JUAN PABLO II, Enc. Redemptoris missio, 2).
Id y anunciad
Este objetivo se refuerza continuamente por la celebración de la liturgia, especialmente de la Eucaristía, que se concluye siempre evocando el mandato de Jesús resucitado a los Apóstoles: “Id...” (Mt 28,19). La liturgia es siempre una llamada “del mundo” y un nuevo envío “al mundo” para ser testigos de lo que se ha experimentado: la fuerza salvífica de la Palabra de Dios, la fuerza salvífica del Misterio Pascual de Cristo. Todos los que han encontrado al Señor resucitado han sentido la necesidad de anunciarlo a los otros, como hicieron los dos discípulos de Emaús. Estos, después de haber reconocido al Señor al partir el pan, “levantándose en aquel momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once” y refirieron lo que les había sucedido por el camino (Lc 24,33-34). El Papa Juan Pablo II exhortaba a estar “vigilantes y preparados para reconocer su rostro y correr hacia nuestros hermanos, para llevarles el gran anuncio: «¡Hemos visto al Señor!»” (Carta ap. Novo millennio ineunte, 59).
A todos
Destinatarios del anuncio del Evangelio son todos los pueblos. La Iglesia “es, por su propia naturaleza, misionera, puesto que tiene su origen en la misión del Hijo y la misión del Espíritu Santo según el plan de Dios Padre” (CONC. ECUM. VAT. II, Decr. Ad gentes, 2). Esta es “la dicha y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda. Ella existe para evangelizar” (PABLO VI, Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, 14). Consiguientemente, nunca puede encerrarse en sí misma. Se enraíza en determinados lugares para ir más allá. Su acción, adhiriéndose a la palabra de Cristo y bajo la influencia de su gracia y de su caridad, se hace plenamente y actualmente presente a todos los hombres y a todos los pueblos para conducirles a la fe en Cristo (cfr. Ad gentes, 5).
Esta tarea no ha perdido su urgencia. Al contrario, “la misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. [...] una mirada global a la humanidad demuestra que esta misión se halla todavía en los comienzos y que debemos comprometernos con todas nuestras energías en su servicio” (JUAN PABLO II, Enc. Redemptoris missio, 1). No podemos quedarnos tranquilos si pensamos que, después de dos mil años, todavía existen pueblos que no conocen a Cristo y que todavía no han escuchado su mensaje de salvación.
No solo eso, sino que se amplía el número de quienes, aun habiendo recibido el anuncio del Evangelio, lo han olvidado y abandonado, y ya no se reconocen en la Iglesia; y muchos ambientes, incluso en sociedades tradicionalmente cristianas, son hoy renuentes a abrirse a la palabra de la fe. Se está dando un cambio cultural, alimentado también por la globalización, por movimientos de pensamiento y por el relativismo imperante; un cambio que lleva a una mentalidad y a un estilo de vida que prescinden del mensaje evangélico, como si Dios no existiera, y que exaltan la búsqueda del bienestar, de la ganancia fácil, del logro profesional y del éxito como finalidad de la vida, incluso en menoscabo de los valores morales.
Corresponsabilidad de todos
La misión universal implica a todos, a todo y siempre. El Evangelio no es un bien exclusivo de quien lo ha recibido, sino que es un don que hay que compartir, una buena noticia que hay que comunicar. Y este don-compromiso le es confiado no solamente a algunos, sino a todos los bautizados, los cuales son «un linaje elegido, [...] una nación santa, un pueblo adquirido por Dios» (1 Pe 2, 9) para que proclame sus obras maravillosas.
Están implicadas en ello también todas las actividades. La atención y la colaboración con la actividad evangelizadora de la Iglesia en el mundo no pueden limitarse a algunos momentos y ocasiones particulares, ni tampoco se pueden considerar como una más entre otras actividades pastorales: la dimensión misionera de la Iglesia es esencial, por lo que hay que tenerla siempre presente. Es importante que tanto cada bautizado como las comunidades eclesiales se interesen en la misión no de manera esporádica y ocasional, sino de manera constante, como forma de la vida cristiana. La misma Jornada Mundial de las Misiones no es un momento aislado en el curso del año, sino que es una ocasión preciosa para pararse a pensar si respondemos y cómo respondemos a la vocación misionera; una respuesta esencial para la vida de la Iglesia.
Evangelización global
La evangelización es un proceso complejo y comprende varios elementos. Entre estos, la animación misionera ha prestado siempre una atención particular a la solidaridad. Este es también uno de los objetivos de la Jornada Mundial de las Misiones, que, a través de las Obras Misionales Pontificias, solicita la colaboración para llevar a cabo las tareas de evangelización en los territorios de misión. Se trata de sostener instituciones necesarias para establecer y consolidar la Iglesia mediante los catequistas, los seminarios, los sacerdotes; y de dar también nuestra propia aportación para que mejoren las condiciones de vida de las personas en países en los que son más graves los fenómenos de pobreza, malnutrición —sobre todo infantil—, enfermedades, ausencia de servicios de salud y de educación. También esto entra en la misión de la Iglesia. Anunciando el Evangelio, se preocupa por la vida humana en sentido pleno. No se pude aceptar, decía el Siervo de Dios Pablo VI, que en la evangelización se descuiden los aspectos que se refieren a la promoción humana, la justicia, la liberación de toda forma de opresión, evidentemente dentro del respeto a la autonomía del ámbito político. Desinteresarse de los problemas temporales de la humanidad significaría “ignorar la doctrina del Evangelio acerca del amor hacia el prójimo que sufre o padece necesidad” (Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, 31.34); no estaría en sintonía con el comportamiento de Jesús, el cual “recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia” (Mt 9,35).
Así, por medio de la participación responsable en la misión de la Iglesia, el cristiano llega a ser constructor de la comunión, de la paz, de la solidaridad que Cristo nos ha dado, y colabora en la realización del proyecto salvífico de Dios para toda la humanidad. Los desafíos que esta encuentra llaman a los cristianos a caminar con los demás, y la misión es parte integrante de este camino con todos. En ella llevamos, si bien en vasijas de barro, nuestra vocación cristiana, el tesoro inestimable del Evangelio, el testimonio vivo de Jesús muerto y resucitado, encontrado y creído en la Iglesia.
Que la Jornada Mundial de las Misiones renueve en cada uno el deseo y la alegría de “ir” al encuentro de la humanidad llevando a todos a Cristo. En su nombre os imparto de corazón la Bendición apostólica, en particular a los que más trabajan y sufren por el Evangelio.



Las Hijas de la Iglesia cumplen 50 años de presencia en Bolivia
OMPRESS-BOLIVIA (26-1-11) Las Hijas de la Iglesia acaban de celebrar, el 23 y 24 de enero, sus 50 años de presencia en Bolivia, un gran acontecimiento para esta familia religiosa que lo celebró, entre otros actos, con una eucaristía presidida por Mons. Giambattista Diquattro, Nuncio Apostólico de Bolivia.
Sus casas, dedicadas a la Virgen María y que llevan el nombre de una letanía, están presentes en Italia, España, Portugal, Francia, Turquía, Colombia, Ecuador Bolivia, India y Brasil.
La superiora provincial de la comunidad Hijas de la Iglesia, hermana Nieves Parra, comparte el trabajo que se ha organizando para estos 50 años, “Ahora estamos con los retiros espirituales que sería la conversión, preparación en este tiempo de encontrar la presencia de Dios en nuestra vida y vivirlo con alegría”.
Entre muchas de las actividades organizadas para este aniversario, destacamos: una vigilia de oración en La Paz, una celebración con todo los feligreses y, el pasado lunes, una peregrinación de la Virgen de Copacabana que les ha acompañado durante todos estos años y que, como ellas cuentan, intercede por cada una de ellas para que sigan construyendo el Reino de Dios.
La hermana Parra, superiora provincial, ha señalado que “para nosotras cumplir 50 años significa mucho, porque como congregación hemos crecido, tenemos como 20 religiosas de votos perpetuos y otras jóvenes que se están viniendo a nuestra comunidad debido a que nuestro carisma ha calado en sus vidas y en nuestra realidad”.



VIII Jornadas de formación para empleados y voluntarios de Obras Misionales
OMPRESS-MADRID (26-1-11) Los próximos 11 y 12 de febrero se celebrarán en Madrid las VIII Jornadas de formación para empleados y voluntarios de las Obras Misionales Pontificias. Se trata de un encuentro en el que durante dos días los empleados y voluntarios de todas las delegaciones diocesanas de misiones profundizarán en el sentido y finalidad del trabajo en las OMP al servicio de la misión ad gentes; y en torno a la espiritualidad misionera a la luz del capítulo VIII de Redemptoris Missio. También se darán a conocer las distintas actividades de animación misionera promovidas por las delegaciones diocesanas de misiones. En el transcurso de este encuentro habrá un intercambio de experiencias, conferencias, mesas redondas y testimonios en torno a los misioneros, su labor en territorios de misión, así como el trabajo de animación misionera que se desarrolla durante el año en todas las diócesis españolas.
La primera intervención, “Espiritualidad Misionera”, estará a cargo del director nacional de las Obras Misionales Pontificias, Mons. Francisco Pérez González, arzobispo de Pamplona-Tudela. Por la tarde se desarrollará una mesa redonda sobre el trabajo misionero con los monasterios de vida contemplativa; la relación con los misioneros y sus familias; la jornada diocesana dedicada a los misioneros; y experiencias misioneras con jóvenes. En esta mesa redonda participarán varios delegados diocesanos de Misiones.
El segundo y último día estará dedicado al carisma de las Obras Misionales Pontificias de la mano de Alfonso Blas, director de “Misioneros Tercer Milenio”.
Estas jornadas de empleados y voluntarios de OMP finalizarán con un debate en torno a la participación en la JMJ 2010, listado de misioneros, implantación del blog en la web de OMP y la difusión de las revistas misioneras.



Jornada de la Infancia y Adolescencia Misionera en Venezuela
OMPRESS-VENEZUELA (26-1-11) El próximo domingo 30 de enero se celebrará en toda Venezuela la Jornada de la Infancia y Adolescencia Misionera 2011. En esta celebración participan niños de parroquias y colegios que durante el año se han preparado como pequeños misioneros y colaboradores de la Misión.
En los diferentes estados de Venezuela organizan distintas actividades. Concretamente en la ciudad de Caracas, el día anterior a la Jornada Misionera, o sea el sábado 29, tendrá lugar un Encuentro de niños y adolescentes, en el Colegio La Consolación-Las Palmas. El lema que girará en torno a este encuentro es el de la Jornada de la Infancia Misionera 2011: “El bien que hacen a uno de estos más pequeños, a mi me lo hacen”. Las niñas del colegio Ntra. Sra. de Fátima de Caracas serán las encargadas de animar el encuentro con la interpretación del himno de la Infancia Misionera y cantarán también las canciones de la Misa que se celebrará durante el encuentro.

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WebJCP | Abril 2007