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Por OMPRESS
* La Infancia Misionera y la ayuda a los niños de la calle en África
* Todo el pueblo de Hornachos volcado en un proyecto en la República Dominicana
* Infancia Misionera acerca el teatro a los niños de África
* El misionero de Orense Jesús María Morales, desde Japón
La Infancia Misionera y la ayuda a los niños de la calle en África
OMPRESS-MADRID (11-1-11) El problema de los niños de la calle alcanza a todos los continentes, pero es en África donde la extensión del Sida y la miseria crónica de muchos países parecen males endémicos, donde este problema alcanza mayor dramatismo.
La Obra Pontificia de la Infancia Misionera al estar presente en todos y cada uno de estos países, intenta ayudar en la medida de sus posibilidades a los proyectos que desarrolla la Iglesia a favor de estos niños.
El mapa de esta lacra va desde Benín donde las Hermanas del Centro San Dominique de Porto Novo se vuelcan para que 80 niños tengan asegurada su alimentación diaria y su educación hasta Mutare, en Zimbawe, donde el Centro para niños de la calle de Sakubwa, se ocupa de casi 200 niños, una gota de agua si se tiene en cuenta que el 80 por ciento de los menores de la zona son niños de la calle.
Desgraciadamente se puede recorrer alfabéticamente el continente a través de las ayudas de Infancia Misionera: en Burundi el Centro de Kirundo, con 180 niños; en el Chad el programa nutricional de Bayaka con 40 niños; en Kenya el Hogar de Niños de San José de Mombasa con 90 niños, por señalar uno entre muchos de este país; o en Madagascar donde las Hijas de la Caridad se ocupan de más de 345 niños en la Escuela “Ste-Marie” de Ferroarivo, y seguiría la lista.
170 años después de la fundación de la Infancia Misionera sigue existiendo este problema. De hecho la Infancia Misionera nació con la motivación de ayudar a los niños de la calle de China cuya situación horrorizaba a los misioneros.
Todo el pueblo de Hornachos volcado en un proyecto en la República Dominicana
OMPRESS-BADAJOZ (11-1-11) A casi dos mil euros ha ascendido la recaudación de la gala benéfica celebrada en Hornachos, Badajoz, en la casa de la cultura. Un grupo de vecinos de esta localidad, animados por Nieves Penco, ha llevado a todos los hornachegos a colaborar con el proyecto de construcción de un puente en la zona de Padre Las Casas en República Dominicana, lugar donde está la misionera Emilia González.
La religiosa hornachega Emilia González, de la Congregación de las Hermanas de Cristo Crucificado, está intentando que este proyecto se convierta en una realidad, a pesar de la difícil ejecución del mismo ya que todo se paraliza en Padre Las Casas cuando llueve y, ni médicos, ni maestros, ni comida llega a las 28 comunidades aisladas por lluvias y tornados.
Por otra parte, la comunidad parroquial ha celebrado, con una eucaristía, el envío del joven hornachego Francisco Javier Acedo Escobar, que ha marchado a la zona de Penipé, en Ecuador, donde trabajará en diversos proyectos de desarrollo, financiados por la Junta de Extremadura. Por último, también en la parroquia, un total de 27 jóvenes han recibido el sacramento de la confirmación en una Eucaristía presidida por el Vicario episcopal Antonio Muñoz Aldana.
Infancia Misionera acerca el teatro a los niños de Orense
OMPRESS-OURENSE (11-1-11) Las delegaciones diocesanas de Misiones, Catequesis, Enseñanza e Infancia de la diócesis de Ourense se han unido para dedicar, por primera vez, una semana a la Infancia Misionera.
Del 18 al 21 de enero, los niños de la diócesis, tanto en los colegios como en catequesis, trabajarán la Infancia Misionera con el material propio de la campaña y profundizarán en los valores de tolerancia, respeto, acogida a las diferentes culturas… con la lectura del libro “Dora la hija del sol”, pudiendo disfrutar durante esos cuatro días de la representación teatral con el mismo título, “Dora la hija del sol”, en el Auditorio de Ourense, subvencionada por las tres delegaciones y por la editorial Anaya. Pasarán por el Auditorio más de mil niños, en dos sesiones diarias por las mañanas. “Esperamos que con esta iniciativa profesores, educadores y padres nos sensibilicemos con la infancia y tengamos en cuenta el objetivo de la programación diocesana de este año: el ‘compromiso bautismal’ que lleve a los niños a crecer y convertirse en jóvenes, ‘testigos de Cristo y protagonistas de su misión evangelizadora”, manifiestan desde la Delegación de Misiones.
El misionero de Orense Jesús María Morales, desde Japón
OMPRESS-OURENSE (11-1-11) El padre Jesús María Morales, misionero javeriano natural de Barbantes que lleva 18 años en Japón, actualmente en Wakayama y Kainan, nos da las claves de su labor como misionero en este país. La indiferencia religiosa El idioma, sin duda, es un escollo, pero la principal dificultad para la Misión en Japón es, en cierto modo, parecida a la situación aquí: la indiferencia religiosa. En el caso de la gente joven, la religión, aunque no le es totalmente ajena, tampoco forma parte de su día a día, y el contacto se hace difícil, ya que además trabajan de la mañana a la noche y el domingo, para muchos, es también día de trabajo. Son muy amables, te escuchan, pero queda ahí. La Misión se hace difícil, no hay la predisposición o los vínculos que puede en África, donde a raíz de ayudarles comienzas a entrar en su vida... En Japón el anuncio es escueto por una dificultad psicológica. Hay que estar allí sin esperar mucho, sembrando siempre, pero nada más. No puedes hablar de grupos grandes, tienes que contentarte si te escuchan dos o tres personas y hacer lo que puedes. En catequesis ves a los niños hasta la primera comunión sin problema, después para la confirmación si sigue la mitad, ya es mucho. A partir de los diez años no se ven, después, cuando son ancianos o están enfermos, regresan. No se han olvidado de que son cristianos, pero no lo viven en su día a día. “Sólo por el 1% ya merece la pena” La parte positiva es que es gente que, por su cultura, muestra interés y respeto por todo, y aunque se trate de una o dos personas, o aunque sus motivaciones para vivir la fe sean a veces superficiales, siempre es un comienzo, y a veces llegan a participar y profundizar. Y la verdad es que aunque en el 99% de las ocasiones hables y quede ahí, sólo por el otro 1% ya merece la pena. “Japón, en Europa, no vende” A veces se tiende a creer que, como no hay las necesidades materiales que puede haber en otros lugares del mundo, Japón no necesita Misión. Es una cultura muy de lo material, del “usar y tirar”, muy parecida en eso a la nuestra: todo lo que sale nuevo, lo tienen. Japón en Europa no vende, en este sentido, pero tenemos que pensar que, aunque ayudar a la gente a cubrir sus necesidades básicas es importante, el objetivo de la Misión es aliviar hambres más profundas que la de pan.
* Todo el pueblo de Hornachos volcado en un proyecto en la República Dominicana
* Infancia Misionera acerca el teatro a los niños de África
* El misionero de Orense Jesús María Morales, desde Japón
OMPRESS-MADRID (11-1-11) El problema de los niños de la calle alcanza a todos los continentes, pero es en África donde la extensión del Sida y la miseria crónica de muchos países parecen males endémicos, donde este problema alcanza mayor dramatismo.
La Obra Pontificia de la Infancia Misionera al estar presente en todos y cada uno de estos países, intenta ayudar en la medida de sus posibilidades a los proyectos que desarrolla la Iglesia a favor de estos niños.
El mapa de esta lacra va desde Benín donde las Hermanas del Centro San Dominique de Porto Novo se vuelcan para que 80 niños tengan asegurada su alimentación diaria y su educación hasta Mutare, en Zimbawe, donde el Centro para niños de la calle de Sakubwa, se ocupa de casi 200 niños, una gota de agua si se tiene en cuenta que el 80 por ciento de los menores de la zona son niños de la calle.
Desgraciadamente se puede recorrer alfabéticamente el continente a través de las ayudas de Infancia Misionera: en Burundi el Centro de Kirundo, con 180 niños; en el Chad el programa nutricional de Bayaka con 40 niños; en Kenya el Hogar de Niños de San José de Mombasa con 90 niños, por señalar uno entre muchos de este país; o en Madagascar donde las Hijas de la Caridad se ocupan de más de 345 niños en la Escuela “Ste-Marie” de Ferroarivo, y seguiría la lista.
170 años después de la fundación de la Infancia Misionera sigue existiendo este problema. De hecho la Infancia Misionera nació con la motivación de ayudar a los niños de la calle de China cuya situación horrorizaba a los misioneros.
Todo el pueblo de Hornachos volcado en un proyecto en la República Dominicana
OMPRESS-BADAJOZ (11-1-11) A casi dos mil euros ha ascendido la recaudación de la gala benéfica celebrada en Hornachos, Badajoz, en la casa de la cultura. Un grupo de vecinos de esta localidad, animados por Nieves Penco, ha llevado a todos los hornachegos a colaborar con el proyecto de construcción de un puente en la zona de Padre Las Casas en República Dominicana, lugar donde está la misionera Emilia González.
La religiosa hornachega Emilia González, de la Congregación de las Hermanas de Cristo Crucificado, está intentando que este proyecto se convierta en una realidad, a pesar de la difícil ejecución del mismo ya que todo se paraliza en Padre Las Casas cuando llueve y, ni médicos, ni maestros, ni comida llega a las 28 comunidades aisladas por lluvias y tornados.
Por otra parte, la comunidad parroquial ha celebrado, con una eucaristía, el envío del joven hornachego Francisco Javier Acedo Escobar, que ha marchado a la zona de Penipé, en Ecuador, donde trabajará en diversos proyectos de desarrollo, financiados por la Junta de Extremadura. Por último, también en la parroquia, un total de 27 jóvenes han recibido el sacramento de la confirmación en una Eucaristía presidida por el Vicario episcopal Antonio Muñoz Aldana.
Infancia Misionera acerca el teatro a los niños de Orense
OMPRESS-OURENSE (11-1-11) Las delegaciones diocesanas de Misiones, Catequesis, Enseñanza e Infancia de la diócesis de Ourense se han unido para dedicar, por primera vez, una semana a la Infancia Misionera.
Del 18 al 21 de enero, los niños de la diócesis, tanto en los colegios como en catequesis, trabajarán la Infancia Misionera con el material propio de la campaña y profundizarán en los valores de tolerancia, respeto, acogida a las diferentes culturas… con la lectura del libro “Dora la hija del sol”, pudiendo disfrutar durante esos cuatro días de la representación teatral con el mismo título, “Dora la hija del sol”, en el Auditorio de Ourense, subvencionada por las tres delegaciones y por la editorial Anaya. Pasarán por el Auditorio más de mil niños, en dos sesiones diarias por las mañanas. “Esperamos que con esta iniciativa profesores, educadores y padres nos sensibilicemos con la infancia y tengamos en cuenta el objetivo de la programación diocesana de este año: el ‘compromiso bautismal’ que lleve a los niños a crecer y convertirse en jóvenes, ‘testigos de Cristo y protagonistas de su misión evangelizadora”, manifiestan desde la Delegación de Misiones.
El misionero de Orense Jesús María Morales, desde Japón
OMPRESS-OURENSE (11-1-11) El padre Jesús María Morales, misionero javeriano natural de Barbantes que lleva 18 años en Japón, actualmente en Wakayama y Kainan, nos da las claves de su labor como misionero en este país. La indiferencia religiosa El idioma, sin duda, es un escollo, pero la principal dificultad para la Misión en Japón es, en cierto modo, parecida a la situación aquí: la indiferencia religiosa. En el caso de la gente joven, la religión, aunque no le es totalmente ajena, tampoco forma parte de su día a día, y el contacto se hace difícil, ya que además trabajan de la mañana a la noche y el domingo, para muchos, es también día de trabajo. Son muy amables, te escuchan, pero queda ahí. La Misión se hace difícil, no hay la predisposición o los vínculos que puede en África, donde a raíz de ayudarles comienzas a entrar en su vida... En Japón el anuncio es escueto por una dificultad psicológica. Hay que estar allí sin esperar mucho, sembrando siempre, pero nada más. No puedes hablar de grupos grandes, tienes que contentarte si te escuchan dos o tres personas y hacer lo que puedes. En catequesis ves a los niños hasta la primera comunión sin problema, después para la confirmación si sigue la mitad, ya es mucho. A partir de los diez años no se ven, después, cuando son ancianos o están enfermos, regresan. No se han olvidado de que son cristianos, pero no lo viven en su día a día. “Sólo por el 1% ya merece la pena” La parte positiva es que es gente que, por su cultura, muestra interés y respeto por todo, y aunque se trate de una o dos personas, o aunque sus motivaciones para vivir la fe sean a veces superficiales, siempre es un comienzo, y a veces llegan a participar y profundizar. Y la verdad es que aunque en el 99% de las ocasiones hables y quede ahí, sólo por el otro 1% ya merece la pena. “Japón, en Europa, no vende” A veces se tiende a creer que, como no hay las necesidades materiales que puede haber en otros lugares del mundo, Japón no necesita Misión. Es una cultura muy de lo material, del “usar y tirar”, muy parecida en eso a la nuestra: todo lo que sale nuevo, lo tienen. Japón en Europa no vende, en este sentido, pero tenemos que pensar que, aunque ayudar a la gente a cubrir sus necesidades básicas es importante, el objetivo de la Misión es aliviar hambres más profundas que la de pan.
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