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MISIONEROS EN CAMINO: XXX Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 18, 9-14) - Ciclo C: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración
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jueves, 21 de octubre de 2010

XXX Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 18, 9-14) - Ciclo C: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración


¿Qué hay de nuevo, viejo…?
Publicado por DABAR

Recuerdo cuando era pequeña en los dibujos de la TV a Bugs Bunny que empezaba siempre el episodio con esta pregunta. Quizás dejó una de las primeras huellas en el gusto por las paradojas del lenguaje. Me recuerda a otra frase también famosa: lo de los odres viejos que no aguantan el vino nuevo… y la vieja tela donde no se puede añadir un remiendo de tela nueva porque la rasgaría… Leo las lecturas de hoy y le doy vueltas y vueltas, junto a estas cuestiones de lo nuevo y lo viejo… como en una lavadora. Una vez más nos sirven para repensar los textos de Pablo y de Lucas, desde la propuesta de cambiar la actitud con la que nos acercamos a ellos. También aquí será preciso no poner lo nuevo en un recipiente viejo, y donde viejo podría ser la incomodidad que nos genera pensar en nuestra vida en cristiano como si de una carrera se tratase. Aunque ciertamente, a menudo vivimos corriendo, con prisas, horarios y plazos, pero creo que en el fondo nos molesta pensar que vayamos tras un trofeo y sólo los que corran mejor lo alcanzarán??? Todos deseamos nuestro trocito de cielo…

Tal vez sería mejor recuperar una dimensión de confianza en lo que vendrá después, en la meta para todos los que corren sea cual sea el diseño de su propio recorrido.

Percibir la meta más como el merecido descanso al esfuerzo realizado. Aquí no hay un solo ganador, no corremos unos contra otros, sino cada uno consigo o contra sí mismo. Ojalá que al final del día se nos oyera dar las gracias, pedir perdón, sentir que lo que hicimos fue lo mejor que supimos y pudimos.

Viejo sería pensar que la justicia que encontraremos se parece a la que nosotros administramos e impartimos, cuando la nuestra es más semejante a la ley del Talión que a la práctica de la misericordia y la sonrisa. Viejo también sería creer que hay una sola carrera y una sola meta, y no dejarnos sorprender por los mil y un caminos que llevan a Dios. Caminos misteriosos las más de las veces. Me resuena lo de “mis caminos no son vuestros caminos…” Voz inspirada y sabia la del autor de estas frases, fruto de la experiencia del encuentro con Dios.

Viejo pensar que hay que morir para recibir el premio, olvidando que ya está presente, que actúa en nuestro interior como un medicamento de liberación retardada, olvidando que las pequeñas luces, a menudo tamaño cerilla en habitación oscura…, que podemos ver son ya anticipo de la claridad y la paz que ansiamos.

Viejo sería creer que el amor de Dios nos lo merecemos, que su gracia nos la ganamos…Olvidamos que todo es gratis, que la bendición ya se nos ha dado con el beso que recibimos en la salida.

Viejo es optar porque otros sean los que corren en nuestro lugar, ya sean circunstancias, problemas, personas…y abdicar de la responsabilidad y el gozo de conocernos, aceptarnos y dejar que Dios sea el alfarero de nuestro barro. Que sea el jardinero fiel que va podando los tallos que no dan fruto, que nos dejemos hacer…

Viejo pensar que estamos terminados, sin posibilidad de cambio, anclándonos en la idea de que ya son muchos años corriendo en una dirección y en un sentido… olvidando que no todo está ya dicho. Que desde la opulencia de saberse sobrado como el fariseo en el templo “Señor, gracias porque no soy como esos…”, donde la ceguera vanidosa impide el crecimiento, hasta “Señor, perdóname porque soy un cabrón…” del pequeño hombrecillo que no se levanta ni del suelo y que sólo pide clemencia… hay una distancia que recorrer; quizás ése sea el más importante tramo de nuestra carrera. El que verdaderamente regala la misericordia y la paz del encuentro con el Amigo, con el Padre y con el Espíritu de Dios.

Viejo tener que parecernos siempre al fariseo, viejo no saber reconocerse en el pecador postrado al final del templo. ¡Cuántas cosas nos postran y nos sentimos perdidos! Quizás eso sea lo que podamos ofrecer a Dios, y pedirle que tire fuerte de nosotros hacia arriba y hacia fuera.

Nuevo a lo mejor sería agradecer estas palabras de Pablo y Lucas, de haberlas escuchado y de habernos encontrado hoy. Nuevo abrir nuestro corazón al esfuerzo de seguir corriendo, sabiendo que cada día es una bendición y una meta.

Nueva es la posibilidad de recordar que nuestra vida NO comienza hoy…que llevamos mucho del camino andado… y que seguimos andando…

(no puedo reincorporarme a la mesa sin dar las gracias a la familia de amigos y hermanos de Zaragoza, los que ensobran nuestras hojas y los demás, al equipo, a Marga, a Enrique, a la familia querida de Vicálvaro, a Marisol, a Presen, a Mario, a Luisjo (ya os contaré algo curioso, misterioso pero bello, que me ocurrió la última vez que estuve en Zaragoza…) a mi amigo de Eresué…, al vikingo por supuesto, amigo y padre adoptado (hay quien adopta hijos… yo he adoptado un padre… pelirrojo!!!)… Gracias desde el corazón… por tantas cosas… un abrazo grande grande grande. Ana)

ANA IZQUIERDO
ana@dabar.net



DIOS HABLA

ECLESIÁSTICO 35,12 14.16 18
El Señor es un Dios justo, que no puede ser parcial; no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido; no desoye los gritos del huérfano o de la viuda cuando repite su queja; sus penas consiguen su favor, y su grito alcanza las nubes; los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan; no ceja hasta que Dios le atiende, y el juez justo le hace justicia.

II TIMOTEO 4,6 8.16 18
Querido hermano: Yo estoy a punto de ser sacrificado, y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día; y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida. La primera vez que me defendí, todos me abandonaron, y nadie me asistió. Que Dios los perdone. Pero el Señor me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles. Él me libró de la boca del león. El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

LUCAS 18,9 14
En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de si mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: “¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: “¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador”. Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido».



EXEGESIS

PRIMERA LECTURA
Contexto. -Según Ben Sira, el deber primordial del hombre con Dios es el culto, y la práctica de la justicia y caridad el más importante para con el prójimo (34,18-35,26). Por la profundidad de pensamiento que encierra, convendría leer este texto con mucha detención.
Culto sin justicia ni caridad de nada sirve, es un rito estéril (34,18-35,10), según opinión machacona de los profetas. De acuerdo con este pensamiento, el sabio que escribió el libro afirma: 'Sacrificios de posesiones injustas son impuros..., el pan de la limosna es vida del pobre..., mata a su prójimo quien le quita el sustento' (vs. 18.21.22).

Texto. -Dios está comprometido con la existencia de un mundo bueno, compromiso que quedó patente, por primera vez, en su acto creador: 'Y vio Dios todo lo que había hecho y era muy bueno' (Gn 1,31). Pero entre la bondad inicial de la creación y el estado de esperanza actual ha ocurrido la quiebra humana que todo lo desbarató.
Esta quiebra, continuamente reiterada, ha obligado a Dios a ejercer el papel de juez. Es el imperativo de su compromiso a favor de la existencia de un mundo bueno. Dada la injusticia del hombre, el Señor asume la defensa de todos aquellos que no tienen otra cosa que ofrecer que sus lágrimas, sus gritos, su sed de justicia. Si alguna parcialidad siente Dios es a favor del oprimido e indefenso. Parece parcialidad, pero es la suprema justicia que es victoria y liberación.

Reflexiones. -Si alguna parcialidad hay en Dios es a favor del pobre, del oprimido, del indefenso. Esta fue la actitud de Jesús y debe ser la de la Iglesia y la de sus miembros. No basta con hablar, es necesario actuar y comprometerse ya. ¡Por sus frutos los conoceréis!
No sobornes al Señor... porque no lo acepta, ‘no confíes en sacrificios injustos' (35,14). Culto sin justicia es algo inútil; más aún, ni deberíamos acercarnos a su altar mientras no practiquemos la justicia. Estamos convirtiendo su templo en guarida de corruptos y ladrones.
'El que da limosna ofrece sacrificio...' (35,2). 'El pan de la limosna es vida del pobre; el que la rehusa es homicida' (34,21). Y nosotros... ¡A desentendemos de los problemas del hermano!



SEGUNDA LECTURA

Los dos párrafos de esta lectura están concebidos para dar verosimilitud a la ficción de que Pablo ha escrito esta "carta". Esta hipótesis es la más probable.

El primero (vv. 6-8) presenta a "Pablo" cercano a la muerte, contento con su vida y esperando un positivo veredicto por parte Dios sobre su actuación. Ello ha de servir como una motivación más para el fiel cumplimiento del ministerio, motivo fundamental de la carta, tanto más cuando que el futuro premio no es privativo de "Pablo" sino que está destinado a todos los que cumplan bien su tarea. Tales ideas se expresan con metáforas como la de la libación sacrificial, la partida, la marcha, competición de lucha o la carrera. Todas son bastante populares y tradicionales. Es muy paulina la de la carrera (cfr. Flp 3,12-14).No lo es tanto, en cambio, la de la "corona de justicia", pensada como una especie de recompensa preparada por Dios para quienes hayan cumplido bien su misión. En el Pablo auténtico "justicia" no tiene ese sentido.

El segundo (vv. 16-18) parece lleno de datos personales, pero un análisis detallado del texto muestra que hay algunas incoherencias que serían poco probables un una sencilla narración autobiográfica. Lo realmente importante es la confianza que se muestra en el Señor, tomando a Pablo como modelo, en las posibles dificultades. Y ello no es, ni puede ser, algo sólo propio del Apóstol sino una especie de ejemplo con el que se quiere animar a todos

FEDERICO PASTOR
federico@dabar.net

EVANGELIO

1. Aclaraciones al texto
V.9 Justos: santos. Personas cumplidoras de la Ley de Dios y de las orientaciones de los maestros en ella.
V.10 Subieron al templo. De la ciudad al templo de Jerusalén había que subir, por estar éste en un lugar elevado. Fariseo. Miembro de una asociación comprometida en una vida acorde con la Escritura Santa. Publicano. Recaudador de impuestos para Roma o para Herodes, sospechoso de prácticas abusivas.
V.11 Erguido. Mejor: de pie. Era la postura común de los judíos cuando oraban. La connotación negativa en el caso del fariseo no hay que buscarla en la postura adoptada, sino en el tipo de oración hecha.
V.12 Ayuno dos veces por semana. Práctica no obligatoria sino voluntaria, habitual entre los fariseos. Los lunes y los viernes, en recuerdo de una tradición que situaba la subida de Moisés al Sinaí en jueves y su bajada en lunes. El fariseo se vanagloria de hacer más de lo que era preceptivo. Pago el diezmo por todo lo que tengo. El original griego no habla de lo que se tiene sino de lo que se gana. Texto original: Pago el diezmo por todo lo que gano. La obligación del diezmo recaía sobre el capital, no sobre las ganancias. Es decir, también en el caso del diezmo el fariseo se vanagloria de hacer más de lo que era preceptivo.
V.13 Se quedó atrás. El original denota exclusivamente distancia respecto al fariseo. Es preferible la siguiente traducción: el fariseo, en cambio, alejado del fariseo, no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo (reconocimiento de su indignidad ante Dios). Golpearse el pecho: signo de arrepentimiento.
V.14 Os digo. Fórmula para introducir con autoridad una declaración importante. Bajó a su casa. Desde el templo había que bajar a la ciudad. Justificado: perdonado por Dios; justo a los ojos de Dios; agradable a Dios. Todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido. Empleo de la pasiva evitando, por respeto, pronunciar el nombre de Dios. Reproducción literal de la frase de Jesús en Lc.14,11 (vigésimo segundo domingo ordinario). Frase literalmente acuñada por Jesús.

2. Texto
Al igual que el domingo anterior, el texto lo abre una nota previa del evangelista al lector acerca de los destinatarios de la parábola que Jesús va a contar: los santos pagados de sí mismos y desdeñosos de los demás.
Parábola de un fariseo y de un publicano dirigiéndose a Dios. La parábola sigue el esquema que ya nos es familiar: exposición (vs.10-13) y enseñanza programática (v.14).
¡Oh Dios!, comienza el fariseo. El fariseo da gracias a Dios no por ser santo sino por ser único en santidad; le presenta a Dios la maldad de los demás y su superioridad sobre los demás en prácticas piadosas. El fariseo no para de hablarle a Dios.
El publicano no se atreve a estar cerca de un santo reputado como el fariseo, se siente indigno ante Dios, sólo repite un mismo gesto de arrepentimiento. Cuando por fin se atreve a hablarle a Dios (¡Oh Dios!), lo hace para pedirle que se compadezca de él por lo pecador que es. El publicano es breve y conciso en sus palabras a Dios.
La enseñanza programática está introducida con autoridad solemne: Os digo. La oración agradable a Dios es la del humilde, no la del orgulloso.

3. Comprensión actualizante
Religiosidad arrogante, religiosidad humilde.
En la religiosidad arrogante el religioso se siente seguro de sí mismo y desprecia a los demás; habla con Dios pero se contempla a sí mismo; más que hablar con Dios, bombardea a Dios con verbosidad excesiva. En realidad, este religioso eclipsa a Dios, situándose él por encima de Dios.
En la religiosidad humilde el religioso duda de sí mismo; se reconoce pecador; no establece comparaciones; sólo le pide a Dios que le ayude a ser una persona nueva. En realidad, Dios resplandece para él, situando a Dios por encima de él.

ALBERTO BENITO
alberto@dabar.net



NOTAS PARA LA HOMILIA

“Dos hombre subieron al templo a orar”.

Todos participamos de ambas actitudes, del orgullo del fariseo y de la humildad del publicano.

Podemos asociarnos con el fariseo dando gracias a Dios de las obras, que todos hacemos. Reconocerlo es de justicia con nosotros mismos y de sano orgullo, reconociendo al mismo tiempo con san Pablo :” He trabajado...no yo sino la gracia de Dios en mi”. 1 Corintios 15, 10.

Del publicano asumimos su humildad, pero al sentarnos a esta mesa de la eucaristía lo hacemos sin complejo de pecadores. “Hijos míos, os escribo que en su nombre están perdonados vuestros pecados”.1 Juan 2, 12. Somos hijos, integrados en la familia del Padre, junto a nuestro hermano mayor, “de modo que fuera él el primogénito de muchos hermanos”. Romanos 8,29.

Siendo hijos reconocemos nuestra pequeñez e indignidad para sentarnos en esta mesa de la eucaristía. Pues, aunque no somos pecadores, hemos cometido muchos errores, equivocaciones, debilidades de muchas clases, omisiones culpables de malas consecuencias para otros, etc. ¿Quién no siente las grietas de su barro cuando recuerda su vida? Por todo ello bajamos la cabeza ante Dios diciendo con el salmista: “No te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud”. Salmo 24, 7. Al mismo tiempo nuestra gratitud al Señor se acrecienta porque, a pesar de nuestra pequeñez, Dios nos sigue amando entrañablemente y colmándolos de favores.


“Los gritos del pobre atraviesan las nubes”. (1ª lectura)

Los actuales medios de comunicación nos acercan no sólo los gritos de los pobres de todo el mundo, sino además sus caras, su ambiente concreto y por contraste la figura, vestidos y palacios de los ricos que habitan a su lado.

Sabemos perfectamente cuántos y cómo son los pobres del mundo que por desgracia malviven a nuestro lado con toda clase de problemas.

No bajará del cielo la solución de tanta miseria, sino que entre todos hemos de ir construyendo otro mundo donde reine la justicia, el amor y la paz.

Cualquiera que sea consciente de esta terrible realidad y se deje impactar concretamente por alguna de tales situaciones humanas, se sentirá impotente ante la gravedad del problema y la hondura de sus causas.

“El Reino de Dios es semejante a un grano de mostaza”. Éste es el primer pensamiento de Jesús que hay que tener en cuenta para empezar con buen pie. O sea, la semilla es el comienzo del árbol; crece por la fe, que en este caso se llama amor al hombre y voluntad seria de compromiso. Las ramas son las iniciativas, la creatividad, la compasión, la ternura, los gestos de lucha por la justicia, los impulsos del amor, las casualidades providenciales, los pequeños éxitos, los errores corregibles, las pequeñas esperanzas, la bondad de tantas personas. Hasta la más pequeña hoja de este árbol es importante; todo se sostiene y crece desde una raíz y desde un tronco que se llaman amor.

LORENZO TOUS
lorenzo@dabar.net




PARA CONSIDERAR Y REFLEXIONAR EN GRUPOS

Algunos que, teniéndose por justos,
se sentían seguros de si mismos y despreciaban a los demás
(Lc 18, 9)

Sugerencias, preguntas y cuestiones
-Ante la figura del fariseo, orgulloso ante Dios y ante los hombres, ¿ Cómo tengo mi justa autoestima por el bien que hay en mi, el que he recibido y el que obrado yo mismo?
-Ante la figura del humilde publicano, ¿Me siento pecador, todavía en pecado, o me siento con gozo hijo de Dios perdonado?



PARA LA ORACION

Señor, enséñanos a orar para que nos presentemos ante ti con humildad y corazón sincero, así podremos recibir tu gracia como la recibió el publicano del evangelio.
Como él, todos nosotros somos unos pobres malheridos por la vida, pero sabemos que tu cuidas de nosotros como un padre se preocupa de sus hijos.
Por eso confiamos en Ti como nos enseñó Jesús, tu Hijo, que vive y reina contigo eternamente.
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Sobre este altar, junto con el pan y el vino, te presentamos, Señor, tanto nuestras buenas obras como tantas otras limitaciones, debilidades y problemas nuestros y del mundo entero.
Descienda tu Espíritu, Señor, sobre estas ofrendas para que te sean gratas y nos merezcan la abundancia de tus dones.
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Gracias, Padre, porque nos has invitado a tu mesa.
Jesús nos enseñó que por la fe en Él, nos transformamos en hijos tuyos. Ya nos amabas al darnos nuestra vida mortal, tan rica y fecunda, pero más aún nos amaste al admitirnos a tu mesa y a tu herencia celestial.
Jesús nos mostró el camino del amor a todos, especialmente a los más necesitados, como los preferidos por ti. Le vimos también cómo luchó por la igualdad y la justicia.
Su valentía y su fidelidad a pesar de la persecución y la muerte que tuvo que sufrir, nos anima hoy a luchar también nosotros por la justicia, el amor y la paz.
Tu le resucitaste de entre los muertos y esta gloriosa coronación de su vida nos da la seguridad de que el mal y la muerte no tienen la última palabra.
Muchos nos han precedido en el seguimiento de Jesús, algunos conviven todavía entre nosotros y otros ya gozan de tu presencia en el cielo.
Por todo ello nos sentimos muy agradecidos y nos unimos a su gozo para cantar tus alabanzas.
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Hemos celebrado nuestra fe y hemos recibido, Señor, tu alimento de la Palabra y el Pan que renuevan nuestra juventud espiritual y nos comprometen a volver a la vida de cada día con nueva ilusión.
Gracias, Señor, por tu bondad con nosotros. Nos proponemos que lo que hemos aprendido y deseado en esta eucaristía, sea una realidad en nuestras obras de cada día.
Ayúdanos con tu gracia.


LA MISA DE HOY

MONICIÓN DE ENTRADA
En este día del Señor nos sentaremos a la mesa de Dios con la humildad del publicano del evangelio que se sentía indigno de entrar en el templo. Pero damos un paso más hacia el interior. Nosotros, conscientes del amor recibido de Dios al hacernos hijos suyos por medio de su Hijo Jesús, cantaremos su alabanzas llenos de gratitud. Nuestro barro ha sido llenado con la gracia del Espíritu Santo. Por eso acudimos con alegría a la casa del Padre.

SALUDO
La alegría y la paz estén con todos vosotros.

ACTO PENITENCIAL
Dejémonos llenar de la misericordia de nuestro Padre que conoce el barro del que estamos hechos.
- “Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia”. (Salmo 32, 18 ). Señor, ten piedad.
- “Él modeló cada corazón y comprende todas sus acciones”. (Salmo 32, 15 ). Cristo ten piedad.
- “Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti”. (Salmo 32, 22). Señor, ten piedad.
El Señor que “mira desde el cielo y se fija en todos los hombres” (Salmo 32, 13 ), será comprensivo con nuestras flaquezas y nos llenará de su misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
Toda la bola del mundo contemplada por Dios en su órbita multisecular es como un grito cósmico de dolor lanzado al espacio, al corazón de Dios. También hoy los gritos y lamentos de tantos millones de pobres están pidiendo justicia y paz. “Dios escucha las súplicas del oprimido”. Nosotros ¿las escuchamos también?

SALMO RESPONSORIAL (Sal 33)
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.
El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
Ante su muerte san Pablo no dudaba del mensaje predicado ni de la presencia gloriosa de su Salvador. Aprovechaba sus últimas fuerzas para encarecer a sus mejores colaboradores, confianza en Cristo, fidelidad a la misión emprendida, paciencia y valentía ante los duros trabajos del evangelio. No pensaba en si mismo sino en el futuro de la Iglesia. Perdonaba a los que le habían traicionado, perseguido o abandonado. No temía el juicio de Dios y confiaba recibir el premio de su servicio.

MONICIÓN A LA LECTURA EVANGÉLICA
Tenemos un escuela donde aprender la humildad en la experiencia que todos tenemos de nuestra propia vida. El tiempo nos hace ver de que barro estamos hechos y cual es la realidad profunda del ser humano. Pero Dios, que nos hizo de barro, sigue amándonos entrañablemente.

ORACIÓN DE LOS FIELES
El salmista dice: “Cuando uno grita, el Señor lo escucha”. Escucha, pues, Señor, nuestras súplicas.
Respondamos: ”Ayúdanos, Señor”.
-Señor, la ignorancia encierra a las personas en la rutina y no les deja crecer. Nosotros queremos conocer a Jesús y su evangelio. Oremos.
-Señor, la economía actual produce injusticia y dolor a muchas familias. Nosotros queremos ser solidarios. Oremos.
-Señor, todos sufrimos las consecuencias de esta crisis, pero los pobres, todavía más. Queremos ser más austeros y más solidarios. Oremos.
-Señor, los sacerdotes son pocos y necesitan renovarse para responder al mundo de hoy. Oremos.
-Señor, en nuestros pueblos somos pocos los que frecuentamos la parroquia. Oremos.
-Señor, las enfermedades, las desgracias y otras tribulaciones afligen a nuestros hermanos. Oremos.
-Señor, los jóvenes andan por caminos distintos de los que ofrece la Iglesia. Oremos.
-Señor, nuestros difuntos y muchos otros ya gozan del cielo; para que todos intercedan por nosotros. Oremos.
Oración: Padre, tu conoces nuestras necesidades y los problemas del mundo mejor que nosotros mismos. Atiende, pues, nuestras súplicas y concede a todos los hombres la abundancia de tu misericordia. Por Jesucristo nuestro Señor.



CANTOS PARA LA CELEBRACION

Entrada. Vienen con alegría; Cerca está el Señor (disco “Ven y sígueme” de Paulinas).
Acto penitencial. 1CLN-B 6.
Salmo. El auxilio me viene del Señor (de Manzano).
Aleluya. Aclamemos al Señor, aleluya (de Erdozáin, disco “15 Nuevos cantos para la Misa”).
Ofertorio. Tú, Señor, me llamas (1CLN-412).
Santo. 1CLN-I 10.
Comunión. Laudate omnes gentes (Taizé); Tú has venido a la orilla; Yo tengo un amigo que me ama (disco “Jesús nuestro amigo”).
Final. Id y anunciad por el mundo; Anunciaremos tu reino; Id y proclamad.



Director: José Ángel Fuertes Sancho •Paricio Frontiñán, s/n• Tlf 976458529 Fax 976439635 • 50004 ZARAGOZA
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WebJCP | Abril 2007