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MISIONEROS EN CAMINO: XXVII Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 17, 5-10) - Ciclo C: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración
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sábado, 2 de octubre de 2010

XXVII Domingo del Tiempo Ordinario (Lc 17, 5-10) - Ciclo C: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración


“AUMÉNTANOS LA FE”
Publicado por DABAR

Todo el mundo cree en algo. Nadie pasa por la vida huérfano de fe. Estoy convencida que no hay una época de personas “incrédulas”. Unas creen en la autodeterminación de los pueblos, otras en el poder del dinero, otras en sí mismas, otras en un Dios titiritero, algunas en un Dios de la ira, otras en un Dios del amor… Pero por debajo de todas hay una constante: aquello en lo que creemos, sea lo que fuere, determina en lo más profundo de nuestro ser lo que llegamos a ser.

Creer en Dios no es alimentar una fantasía. Creer no es una excusa para la irracionalidad. La fe no intenta proporcionarnos las estratagemas necesarias para controlar a Dios. La fe hace de la vida más una búsqueda que un lugar. La fe no es lo que hace posible que nos instalemos complacidas en nuestra bondad como si fuera una especie de póliza de seguros. Todo lo contrario. La fe es lo que nos permite sopesar nuestras opciones a la luz de lo que es efectivamente real, de lo que es en verdad importante en la vida y, en última instancia, es lo que nos permite seguir luchando.

No tener fe es perder la visión no sólo de adónde vamos sino también de por qué vamos allí. Nos quedamos sin saber no sólo dónde estamos ahora sino, también, dónde hemos estado. La incredulidad se convierte en motivo de confusión, fomenta la idea de que la vida carece de sentido y nos deja con una sensación de absoluta soledad. Sin creer en algo mayor que nosotras se esfuman las respuestas a las preguntas de quiénes somos, por qué estamos aquí, cómo debemos vivir. Entonces la vida queda reducida a las dimensiones de nuestro pequeño mundo. Nos convertimos en prisioneras de nuestros pequeños egos atrapados en una caja aún más pequeña. La vida pasa a ser un hormiguero más en el espacio. Creer en Dios puede no ser demostrable, es verdad, pero resulta difícil imaginar algo con menos sentido que no creer.

Por otra parte, la fe en Dios no es lo que nos hace diferentes. En definitiva, toda la diferencia radica en el Dios en el que decidimos creer. Algunas personas creen en un Dios de la ira y, como resultado de ello, se irritan con otros. Otras creen en un Dios que es indiferente al mundo y, cuando se encuentran solas, se encogen interiormente a causa de la indiferencia que sienten por el mundo que las rodea. Otras creen en un Dios que es juez severo y viven sumidas en la culpa imperdonable… Mientras no descubra al Dios en el que creo, no comprenderé ninguna otra cosa acerca de mi propia vida.

La fe no se impone sino que se testimonia. Por eso hay que dar razones de la propia fe. La fe bíblica nos transmite su experiencia con nitidez, cree en un Dios Creador Bueno. El primer relato de la creación nos muestra al creador que, como un buen artista, al terminar cada una de sus obras se complace en el feliz resultado y en la bondad de todo lo que su palabra ha llamado a la existencia “y vio Dios que era bueno... y vio Dios que era muy bueno” (Gn 1,10.12...). Reflexionando sobre la creación, el autor del libro de la Sabiduría afirma en forma de oración: “Tienes misericordia de todo porque todo lo puedes”, y a continuación añade: “Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste… ¿Cómo subsistiría algo, si tú no lo quisieras?... Señor, amigo de la vida” (Sab 11,23-26). En realidad, si todo lo que hay en el mundo es obra de Dios, todo está tocado de su amor compasivo. Por eso el salmista puede cantar: “La tierra está llena del amor del Señor” (Sal 33,5).

La fe bíblica nos descubre la verdad de la vida. La vida no es simplemente algo que nos es dado. Los seres humanos somos co-creadores. El mundo está en nuestras manos. La vida está a nuestra merced. Tenemos que ser personas impulsadas por la visión que la inspiró, estar comprometidas con la gloria que la creó, confiar en la belleza que la sustenta y, por ello, fiarse de que el mal no tiene la última palabra. Decir “creo en Dios” es decir que mi corazón está en lo que conozco pero no conozco, lo que siento pero no puedo ver, lo que quiero y no tengo, por muchas cosas que ya posea. Decir “creo en Dios” es decir sí al misterio de la vida e implicarme con ella.


MARICARMEN MARTÍN
carmen@dabar.net





DIOS HABLA

HABACUC 1,2 3;2,2 4
¿Hasta cuándo clamaré, Señor, sin que me escuches? ¿Te gritaré: «Violencia», sin que me salves? ¿Por qué me haces ver desgracias, me muestras trabajos, violencias y catástrofes, surgen luchas, se alzan contiendas? El Señor me respondió así: «Escribe la visión, grábala en tablillas, de modo que se lea de corrido. La visión espera su momento, se acerca su término y no fallará; si tarda, espera, porque ha de llegar sin retrasarse. El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe».

II TIMOTEO 1,6 8.13 14
Querido hermano: Reaviva el don de Dios, que recibiste cuando te impuse las manos; porque Dios no nos ha dado un espíritu cobarde, sino un espíritu de energía, amor y buen juicio. No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y de mí, su prisionero. Toma parte en los duros trabajos del Evangelio, según la fuerza de Dios. Ten delante la visión que yo te di con mis palabras sensatas y vive con fe y amor en Cristo Jesús. Guarda este precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.

LUCAS 17,5 10
En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe». El Señor contestó: «Si tuvierais fe como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “Arráncate de raíz y plántate en el mar”. Y os obedecería. Suponed que un criado vuestro trabaja como labrador o como pastor; cuando vuelve del campo, ¿quién de vosotros le dice: “En seguida, ven y ponte a la mesa?” ¿No le diréis: “Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y bebo, y después comerás y beberás tú?” ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Lo mismo vosotros: Cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: “Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer”».



EXEGESIS

PRIMERA LECTURA
Contexto histórico -Uno de los pocos datos ciertos que tenemos de Habacuc es que vive la decadencia del poder asirio y el resurgir de Babilonia (622-612 a.C.). Contemporáneo de Nahún, vive una etapa de opresión y de violencia: '¿Por qué me haces ver crímenes... me pones delante violencia y destrucción... y se alzan contiendas?' (1,3).
Tampoco puede entreverse suceso histórico concreto en sus oráculos. Limitación que conlleva una gran ventaja ya que su mensaje está abierto a los hombres de todas las épocas: su denuncia de la injusticia, del abuso del poder, del poco respeto a los derechos del hombre... fueron válidos entonces y continúan siéndolo hoy y siempre.

Texto -Es conveniente leer íntegra, y en forma de diálogo, esta unidad literaria (1,2-2,4): queja de Habacuc (1,2-4) y respuesta de Dios (1,5-1 l); nueva pregunta del profeta (1, 12-17) y nueva respuesta divina (2,1-4). Los pueblos oprimidos entonan un canto fúnebre contra el tirano, terminando con el castigo al opresor (2,520).
1,2-4: '¿Hasta cuándo, Señor...?' Súplica ansiosa del inocente esperando ser escuchado por Dios. Al no tener el texto connotación histórica alguna, el inocente puede ser cualquier sufriente del cualquier época. ¿Por qué la injusticia siempre tiene que triunfar en nuestro mundo? Violencia, crímenes, reyertas... es el pan de cada día mientras '... el derecho sale conculcado' (v.4). ¿Por qué calla el Señor?
1,5-11: Primera respuesta divina. Tal vez aquí se describa el avance militar y la victoria de Babel sobre Asirla. Pintura muy colorista al comparar a los babilonios con animales de presa: 'sus caballos son más veloces que panteras, más afilados que lobos esteparios. Sus jinetes brincan... volando como rauda águila sobre la presa' (v.8). Dios invita al profeta a contemplar la visión ya que El en persona es el que dirige los hilos de la historia: 'Yo movilizaré a un pueblo cruel que recorrerá... la tierra conquistando poblaciones ajenas' (v.6), 'es... terrible: él con su sentencia sacará adelante el derecho' (v.7). ¿Será cierto?
1,12-17: Nueva pregunta del profeta. El derecho continúa sin triunfar, el inocente sufre..., hechos que Habacuc contempla diariamente, por lo que no se siente satisfecho con la anterior respuesta. Los vencedores babilonios en vez de implantar ¡ajusticia, como era intención divina, se comportan como crueles déspotas; y con el triunfo nace la arrogancia: 'se mofa de los reyes, se burla de .... se ríe de...' (v.1 0) y terminan por erigir como dios a su fuerza: ' ... su fuerza es su dios' (v.1 l). ¿qué opinión tiene de ellos el Señor?
2,1-4: última respuesta divina. El profeta la espera con ansiedad ya que el cambio de poder político no ha solucionado nada: los nuevos amos han instaurado una era de violencia. ¿tendrá el problema alguna solución? Habacuc no lo sabe, pero adopta una postura de plena confianza en un Dios justo que castiga toda forma de opresión. 'El arrogante tiene alma torcida, el inocente, por fiarse, vivirá' (v 4).

Reflexiones -Las guerras, violencias, odios... aún no han terminado en la historia del hombre. Y los nuevos 'Habacuc' preguntan ¿Hasta cuándo...? ¿Por qué la justicia sale malparada? ¿Por qué siempre los pobres e inocentes son los eternos perdedores? El hombre de toda época espera una respuesta divina adecuada.
El cambio de poder político tampoco suele solucionar, de ordinario, los problemas: los indigentes, menesterosos... suelen cargar siempre con la peor parte. Y con el triunfo nace la arrogancia, la prepotencia... haciendo de su fuerza su dios. Y ante el altar de este dios obligan a todo mortal a humillarse, no admitiendo objeciones ni oposiciones.
La injusticia nunca puede derrocarse con las armas del poder y de la fuerza, con la imposición de una ideología por muy liberal que se quiera...


SEGUNDA LECTURA

El tema principal de los vv. 1 ,6-18 es la exhortación a "Timoteo", es decir, a cualquier ministro del Evangelio, a cumplir su misión fielmente, superando las dificultades.

El autor anima al ministro a desempeñar sus tarea reavivando el carisma recibido en su "ordenación". Como se ha dicho en otra ocasión, todavía ese punto es algo inicial e impreciso, pero, al parecer, existía un rito a finales del siglo I en que, fundamentalmente se encomendaba una cierta misión pastoral a algunas personas.

En este texto se añade explícitamente la idea de que ese carisma tiene efectos personales respecto a la predicación<. espíritu de fortaleza, amor y templanza, virtudes convenientes para llevar a cabo la misión. Animado por esa conciencia los ministros pueden superar las dificultades que comporta el testimonio evangélico. Este punto de las dificultades ocupa buena parte del párrafo como ocurre en tantos otros escritos del NT. Es algo con que deben contar los ministros y deben prepararse a ellas. Las frases finales aluden a la tradición cuyo contenido recibe el nombre de "depósito" . Pero es importante que se mencione el Espíritu, que no es un tema demasiado frecuente en las Pastorales en comparación con los escrito auténticos de Pablo. Pero se tiene presente. En resumen, el ministerio ha de combinar los factores espirituales, los más importantes, con los humanos. No únicamente uno de los dos. FEDERICO PASTOR federico@dabar.net EVANGELIO 1. Aclaraciones al texto V.5 Los apóstoles. Los doce escogidos por Jesús de entre los discípulos. Fe. No es la virtud teologal lo que los doce piden a Jesús sino la confianza en Él para ejercer el poder que Él les ha conferido sobre el demonio y la enfermedad (9,1). V.6 El Señor. Título divino aplicado a Jesús. Granito de mostaza. Símbolo de algo muy pequeño. ¡Arráncate de raíz y plántate en el mar! Los apóstoles debieron de quedar atónitos ante una orden de este tipo. ¡Árbol plantado en el mar! ¡Impensable! ¡Imposible! Las palabras de Jesús adoptan una vez más la forma hiriente y desafiante del grafismo y de la paradoja como recurso didáctico. El sentido de este tipo de lenguaje debe resolverse en un terreno distinto del de la formulación de los términos. Sentido: hasta lo imposible puede dejar de serlo, puede ser posible lo que se antoja imposible. V.7 En el original griego hay una partícula adversativa no recogida por la traducción litúrgica. El matiz adversativo, denotando oposición o diferencia entre los vs.6 y 7, debe señalarse con pero, sin embargo, ahora bien. V.10 Pobres siervos. La frase original suena más dura: siervos inútiles. Nuevo ejemplo de lenguaje duro. 2. Texto No es la primera vez que Jesús corrige el presupuesto de una pregunta (Lc 10,29-30; 12,41-42; 13,23-24). Los apóstoles piden un aumento en su fe, dando por supuesto que la fe es una magnitud cuantificable, de más y de menos: Auméntanos la fe (v.5). Tener fe no es para Jesús una cuestión de cantidad. La más pequeña fe es capaz de lo imposible. Lo único de lo que se deberán preocupar los apóstoles es de tener fe (v.6) Ahora bien, suponed que un criado vuestro...(vs.7-10) Recuérdese la necesidad de remarcar la diferencia entre lo que Jesús acaba de decir en el v.6 y lo que va a decir a partir del v.7. De ahí el ahora bien. Jesús llama la atención a sus apóstoles sobre el riesgo que corren teniendo fe: creerse superiores, engreírse, sentirse con derechos. Desarrolla su pensamiento por medio de un símil tomado del mundo de las relaciones laborales entre amos y criados en el medio agrícola judío de entonces. ¿Tenéis que estar agradecidos al criado porque ha hecho lo mandado? Cumplir con el deber es una obligación, no un derecho. Lo mismo vosotros: cuando hayáis hecho todo lo mandado, decid: "Somos unos siervos inútiles, hemos hecho lo que teníamos que hacer". Cuando por tener fe, hagáis posible lo imposible, no os creáis más que los demás, superiores a los demás. Sois sólo lo que tenéis que ser: creyentes. Ni más que los demás, ni más importantes que los demás, ni con más derechos que los demás. No hacéis sino cumplir con vuestro deber de creyentes. 3. Comprensión actualizante Dos actitudes destaca el texto: fe en Jesús y sencillez. Fe en Jesús, en su palabra, en sus promesas; confianza en Él sin reservas, confianza absoluta, desinteresada. Esta fe mueve montañas, hace posible lo imposible. Sencillez hecha de capacidad de asombro, de experiencia de gratuidad, de espontaneidad. La nobleza de la sencillez creyente radica en la capacidad de asumir siempre obligaciones y de no esgrimir jamás derechos. ALBERTO BENITO alberto@dabar.net NOTAS PARA LA HOMILIA “ El justo vivirá por su fe “ 1ª Lectura Estas palabras del profeta han sido bandera y emblema de enfrentamientos teológicos famosos. Primero fue entre San Pablo y los judaizantes Rm 1, 17 y Gál 3, 11; el apóstol se sirve de ellas para demostrar que la salvación no se obtiene por la observancia de la ley , sino por la fe . Más tarde en el Concilio de Trento para rebatir las ideas de Martín Lutero sobre la justificación, se convirtieron estas mismas palabras (a las que Lutero añadía un adjetivo “sola “ fide ), en bandera y punto de conflicto. Nosotros leamos estas palabras sobre la fe desde una perspectiva que nos ayude a celebrarla en esta eucaristía como preparación a las palabras de Jesús en el evangelio para que toda nuestra vida cristiana se alimente y fortalezca. Entendamos por “justo” el cristiano que se relaciona correctamente con Dios Padre gracias a la salvación de Jesús. “ Vivir “ en este contexto general puede entenderse como un principio de energía o una clave interpretativa y crítica de la realidad que nos sitúa ante la verdad de las cosas, tal como son a los ojos de Dios. En esta perspectiva la fe que nos da vida es la confianza en Dios. No una confianza que se confunda con una comodidad perezosa e inactiva, sino como el fruto del amor y la esperanza; el amor que sirve a la verdad y la esperanza que se fundamenta primeramente en Dios y también en nuestro esfuerzo. Esta fe y confianza es una entrega a la persona de Jesús Salvador, al que queremos seguir en su escala de valores y su estilo de vida traducida a nuestro mundo moderno, ya que imitarle sin más, es imposible y hasta perjudicial tanto a su mensaje como a nuestro mundo. La confianza se practica en los aprietos y dificultades de la vida humana que son tan frecuentes y normales. Se aprende especialmente en las crisis y retos más duros que a lo largo de los años vamos experimentando, hasta alcanzar el grado de madurez para vivir con salud del alma. La confianza es compañera inseparable de toda persona bien nacida. Confiamos en los que nos quieren, familiares y amigos; por principio confiamos también en los demás, aunque a veces sufrimos desengaños. Sobre todo nos apoyamos en aquellas personas con las que un amor entrañable nos lleva a compartir la vida. Si confiamos en ellos, que son humanos y de barro, ¿ cómo no vamos a confiar en Dios ? Jesús nos ha dado pruebas del amor del Padre y una vez resucitado, permanece con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Confiemos en Él para intentar seguirle hoy con creatividad en nuestro mundo. “ Los duros trabajos del Evangelio “ 2ª lectura. Las palabras puestas en boca de San Pablo, anciano y encarcelado, suenan a testamento espiritual y a sabiduría madura. Se dirige a su discípulo preferido, mucho más joven, tímido y un poco asustado ante la misión que le toca cumplir. Se trata de una experiencia vital que de alguna manera nos toca a todos un día u otro. El miedo es humano y propio de toda persona consciente de la realidad; pero tenemos una medicina con la que curarnos de él, la confianza. La experiencia del apóstol, probado de tantas maneras y rendido ahora por la edad y las cadenas, se transmite por su palabra, sin rebajas, al discípulo joven e inexperto todavía. Esta es una noble misión de los adelantados en la fe: animar con valentía a los que vienen detrás en aquellas cosas que los mayores ya no pueden realizar materialmente por falta de fuerzas, no por falta de convicciones ni de voluntad. Su sabiduría, adquirida con dolorosos errores, sirve de legado orientador a la generación siguiente, siempre que hayan entrado en la ancianidad con actitudes nobles y evangélicas, con gozo, con gratitud y convicción, sin resentimientos. Con las palabras de esta lectura, puestas en boca de Pablo, tenemos un modelo de la actitud de un anciano que mira a su pasado personal y al futuro de la iglesia, ante su discípulo preferido. “ Los duros trabajos del Evangelio “ son una profunda formulación literal y vital de lo que es seguir a Jesús en cualquier edad y lugar. Naturalmente depende de la seriedad con que queramos seguirle hoy en nuestro ambiente concreto. La violencia propia del Reino de Dios en todos los tiempos, al mismo tiempo que establece una situación de conflicto, conlleva también la satisfacción de luchar por una causa que justifica luchas y derrotas, impotencias, dolores y modestas victorias. No se trata de vencer ni de dominar, sino de servir a la verdad, lo cual trae persecución, y de ayudar sinceramente a los demás y a la historia para que todo crezca en positivo. Este proyecto de vida es fuente de satisfacciones profundas, aunque termine en una cruz, como la de Jesús. “ Fe como un granito de mostaza “ Evangelio. No es la primera vez que el Maestro alude a la semilla más pequeña de todas para describir aspectos del Reino Dios . No podemos entender materialmente el texto atribuyendo a la fe milagros gigantescos; Jesús no pretendía decir tal cosa. Se trata más bien, si queremos aplicarnos este mensaje, de los sencillos y sinceros actos de fe que nos llevan a emprender acciones por el Reino de las que poco a poco van surgiendo grandes frutos de bondad, de servicio, de misericordia, de crecimiento, de esperanza, de paz, de amor, etc. “ Cuando llegue el Hijo del Hombre, ¿ encontrará esa fe en la tierra ? “ Lc 18, 8. La vida moderna nos lleva a confiar sólo en lo palpable, en el número, en el poder, en el dinero. Todo lo sencillo y humilde no merece la consideración general. Todo lo pequeño es despreciable para el mundo en general, sólo cuentan los grandes de la tierra, los famosos, los que triunfan según los criterios establecidos por una mentalidad muy difundida en ciertos medios de comunicación social. En cambio la verdadera historia no es muchas veces la aparente, sino la que se trabaja en la trastienda por personans competentes, entregadas a su deber, generalmente ocultas y siempre responsables y coherentes. Estos son los pequeños granos de mostaza o de fe que mueven la historia de los hombres. Hay que recuperar el gusto por lo sencillo, lo humilde y verdadero, lo natural. Huyamos de meras apariencias o de la fama vacía. Lo importante es el trabajo bien hecho y la confianza en Dios. Trabajar como si todo dependiera de nosotros y confiar como si todo dependiese de Dios. LORENZO TOUS lorenzo@dabar.net PARA CONSIDERAR Y REFLEXIONAR EN GRUPOS Los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe» (Lc 17, 5) Sugerencias, preguntas, cuestiones - Dificultades actuales para el ejercicio de los ministerios - Dentro y fuera de la iglesia PARA LA ORACION Padre, conserva viva la fe que sembraste en nosotros en nuestro bautismo y ayúdanos a madurarla y profundizarla en la oración constante y el compromiso coherente. --------------------------------- Recibe, Padre, estos dones que te presentamos; y al transformarse para nosotros en alimento de vida, haz que nos hagan firmes a la hora de confiar en ti. ----------------------------------- Realmente es nuestro deber y salvación darte gracias siem¬pre, Padre nuestro. Darte gracias por todas las cosas buenas que t£ nos vas dando a lo largo de la vida, y por aquellas otras, no tan buenas, pero que nos ayudan a madurar, a buscarte a ti con más intensidad y a confiar en ti con más convicción. Reconocemos que en ocasiones nos resulta duro confiar en ti, porque nuestra pequeñez no comprende del todo tu grandeza, porque no sabemos descubrirte en todos los acon¬tecimientos de la vida. Por eso con toda humildad te pedi¬mos, como los apóstoles, que aumentes nuestra fe. Y con¬fiando en que Tú eres nuestro Padre bueno que cuidas con amor de todos nosotros, proclamamos ahora tu gloria, jun¬to con toda la creación. ------------------------------------- Te pedimos, Padre, que esta celebración fortalezca y aumente nuestra fe y que, a través de la vida diaria, demos¬tremos nuestra plena confianza en ti y nuestro amor a todos los hombres. LA MISA DE HOY MONICIÓN DE ENTRADA El amor de Dios no tiene precio; pero necesita de la con¬fianza del hombre en El para poder desarrollarse entre no¬sotros. Una confianza que no siempre le resulta fácil al hom¬bre porque le exige arriesgarse, apostar no cualquier cosa, sino la propia vida. Y esto es algo a lo que el hombre de hoy no está muy acostumbrado. Un hombre que busca lo seguro en todo, que todo lo asegura, que persigue la seguridad en la vida, un hombre así está muy endurecido para realizar la experiencia de confiar, y más aún la de confiar en alguien a quien no puede ver materialmente. Pero nosotros vamos a reafirmar en esta celebración nues¬tra confianza en Dios nuestro Padre, y vamos a pedirle que aumente aún más esa fe que tenemos en El. SALUDO Hermanos, que el espíritu de amor, de energía y de buen juicio que nos da Dios nuestro Padre esté siempre con vo¬sotros. ACTO PENITENCIAL -Tú, esperanza para los hombres que han perdido el rumbo y la alegría en la vida. Señor, ten piedad. -Tú, modelo de confianza plena en el Padre. Cristo, ten piedad. -Tú, Camino, Verdad y Vida de nuestra Vida. Señor, ten piedad MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA Las preguntas de Habacuc son las preguntas de muchos hombres de todos los tiempos: ¨¿por qué‚ triunfa con tanta frecuencia el mal? Y la respuesta de Dios es una promesa: el inocente, por fiarse de Dios, vivirá. SALMO RESPONSORIAL (Sal 94) Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón». Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón». Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón». Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras». Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón». MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA Ser cristiano y anunciar la Buena Noticia a los hombres es tarea arriesgada que requiere gran valentía; Dios mismo es quien nos ha dado un espíritu de valentía para afrontar la misión. MONICIÓN A LA LECTURA EVANGÉLICA La petición de los apóstoles a Jesús es la misma petición que muchos hombres y mujeres le hacen a Dios: -Auméntanos la fe. La respuesta podría ser la que nos transmite Pablo que recibió del Señor a una petición de ayuda: -Te basta con mi gracia. ORACIÓN DE LOS FIELES Oremos, en comunión, a Dios nuestro Padre: -Para que la Iglesia sea siempre signo del amor de Dios a los hombres. Roguemos al Señor. -Para que nos ayude a vivir en fidelidad, poniéndole a El siempre por encima de todo lo demás. Roguemos al Señor. -Para que en los momentos de duda y de oscuridad el Señor sea nuestro consuelo y nuestro ánimo. Roguemos al Señor. -Para que nunca olvidemos que sólo el que pierde su vida la gana para siempre. Roguemos al Señor. -Para que aumente nuestra fe. Roguemos al Señor. Oración: Escucha, Padre, nuestra oración y concédenos vivir siempre como verdaderos creyentes. Por Jesucristo nues¬tro Señor. DESPEDIDA Que nuestra fe y nuestra confianza en Dios nuestro Padre no sean sólo fórmulas teóricas, sino la base de nuestra vida. Solo así alcanzaremos a descubrir el verdadero sentido de nuestra existencia. Con esta seguridad, podemos ir en paz. CANTOS PARA LA CELEBRACION Entrada. Himno a Jesucristo (de Erdozáin, disco “12 Canciones religiosas y litúrgicas para el siglo XXI”); Juntos cantando la alegría (de Gabaráin, CB-109); Un solo Señor (de Deiss); Todos unidos en la vida (disco “Cerca está el Señor”). Salmo. LdS; Venid, aclamemos al Señor (disco “Dios es amor”). Aleluya. Canta aleluya al Señor (de Luis Alfredo, popular); Aleluya gregoriano. Credo. Se podría cantar la respuesta popular Creo, Señor, creo, Señor. Ofertorio. Bendito seas (1CLN-H 5). Santo. 1CLN-I 8. Comunión. Creo en Jesús (1CLN-274); Siempre confío en mi Dios (disco “El Señor es mi fuerza”); Oh, buen Jesús (popular). Final. Id y proclamad (disco “Ven y sígueme” de Paulinas). Director: José Ángel Fuertes Sancho •Paricio Frontiñán, s/n• Tlf 976458529 Fax 976439635 • 50004 ZARAGOZA Tlf. del Evangelio: 976.44.45.46 - Página web: www.dabar.net - Correo-e: dabar@dabar.net

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WebJCP | Abril 2007