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sábado, 9 de octubre de 2010

Palabra para la Misión: “Exclusión”: palabra prohibida por el Evangelio y por la Misión

XXVIII Domingo del T. O.
Año C - 10.10.2010 / EUNTES

2Reyes 5,14-17 / Salmo 97 / 2Timoteo 2,8-13
Lucas 17,11-19

Reflexiones.

¡Ir más allá de la cortesía! El mensaje del Evangelio de hoy va mucho más allá de una lección de buena educación para aprender a decir ‘gracias’ al que nos hace un favor o un gesto amable. Tiene una importancia mucho mayor el mensaje que Lucas quiere transmitir con la narración del milagro de Jesús que sana a diez leprosos, pero tan solo uno -samaritano, extranjero- vuelve a alabar a Dios y a dar gracias a Jesús (v. 18).


Jesús realiza el milagro en favor de las personas más excluidas de la sociedad civil y religiosa. La legislación de ese tiempo era muy rígida y detallada sobre los leprosos (Lev 13-14), a los que se les consideraba impuros, malditos, castigados por Dios con el peor azote. Se les obligaba a vivir apartados de la familia, lejos de los centros poblados, y a gritar a los que pasaban que se alejasen de ellos. Con su milagro, Jesús invierte esa mentalidad excluyente: en los tiempos nuevos la salvación de Dios es para todos, sin exclusión de nadie; los leprosos no son gente maldita. Es más, su sanación es signo de la presencia del Reino: el hecho de que “los leprosos quedan limpios” (Mt 11,5; Lc 7,22) es un signo claro de que el Mesías está presente y actúa, como lo indica Jesús a los enviados por el amigo Juan el Bautista desde la cárcel. Desde el comienzo de su vida pública, Jesús se compadece, extiende la mano, toca a un leproso y lo cura (Mc 1,40-42). El proyecto de Dios no es excluyente: es inclusión, comunión, agregación, compartir. Esta apertura se manifiesta también en la curación de un ilustre leproso extranjero, Naamán (I lectura), jefe del ejército del rey de Aram (Siria).


Nueve de los diez leprosos eran judíos y uno era samaritano. Jesús cura de la misma manera a todos, pero no todos alcanzan la salvación plena. “Este hecho nos dice que no siempre la curación física es salvación definitiva… Los nueve judíos siguen su camino hacia el templo para reincorporarse a la vida civil y religiosa de Israel… Muy diferente es la actitud del único samaritano del grupo. Él vuelve atrás, solo, para dar las gracias al maestro, porque comprende que en Jesús puede encontrar algo nuevo y diferente a lo que le ofrece la vieja comunidad a la que pertenecía… Jesús le ofrece una salvación mayor que la simple salud física: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado» (v. 19)… El samaritano no se ha dirigido al templo (como los otros nueve), sino que ha vuelto donde Jesús, «a dar gloria a Dios» (v. 18), dando prueba, de esta manera, de comprender que el Dios que salva no se encuentra y ya no se le honra en el templo, sino uniéndose a Cristo” (Corrado Ginami).


Agarrarse a Cristo, seguir el camino nuevo que Él ha inaugurado, es la ferviente exhortación de Pablo a su discípulo Timoteo (II lectura): “Haz memoria de Jesucristo, resucitado de entre los muertos” (v. 8). Pablo le es fiel, aunque tenga que sufrir hasta llevar cadenas, y lo anuncia con ardor, con la certeza de que “la Palabra de Dios no está encadenada” (v. 9). Es bueno fiarse de Él hasta dar la vida, porque “Él permanece fiel” (v. 11-13). A ese mismo nivel de madurez espiritual ha llegado también San Daniel Comboni, del cual la liturgia hace memoria en estos días. A los futuros misioneros él señalaba con insistencia el ideal de Cristo crucificado-resucitado, exhortándolo a “tener siempre los ojos fijos en Jesucristo, amándolo tiernamente y procurando entender cada vez mejor qué significa un Dios muerto en la cruz por la salvación de las almas. Si con viva fe contemplan y gustan un misterio de tanto amor, serán felices de ofrecerse a perderlo todo y a morir por Él y con Él… ofreciéndose hasta el martirio” (Reglas de 1871). (*)


Jesús ha ido en busca de los impuros, herejes, excluidos, marginados: ha venido para “reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos” (Jn 11,52). Siguiendo su ejemplo, los misioneros están llamados a ser, como Pablo y Comboni, personas de comunión hacia todos; ser hombres y mujeres que rechazan cualquier motivación y praxis excluyente; personas que escogen los caminos de la comunión, solidaridad, inclusión; personas que trabajan desde dentro de la comunidad para aliviar el sufrimiento de los que de hecho han sido alejados o excluidos en cualquier sector de la vida cristiana o civil por causa de restricciones y cánones, vengan de donde vinieren. Trabajar por la más plena comunión de todos y con todos es hacer misión siguiendo las huellas de Jesús.



Palabra del Papa

(*) “Cuando os invito a ser santos, os pido que no os conforméis con ser de segunda fila. Os pido que no persigáis una meta limitada y que ignoréis las demás... La felicidad es algo que todos quieren, pero una de las mayores tragedias de este mundo es que muchísima gente jamás la encuentra, porque la busca en los lugares equivocados. La clave para esto es muy sencilla: la verdadera felicidad se encuentra en Dios. Necesitamos tener el valor de poner nuestras esperanzas más profundas solamente en Dios, no en el dinero, la carrera, el éxito mundano o en nuestras relaciones personales, sino en Dios. Sólo Él puede satisfacer las necesidades más profundas de nuestro corazón”.

Benedicto XVI
A los alumnos de las escuelas católicas en Escocia, 17 de septiembre de 2010



Siguiendo los pasos de los Misioneros

- 10/10: S. Daniel Comboni (1831-1881), primer obispo-Vicario apostólico de África Central; elaboró un Plan para “salvar a África por medio de los Africanos” y fundó dos institutos misioneros. Murió en Jartum (Sudán) a la edad de 50 años.

- 11/10: B. Juan XXIII (Angelo Giuseppe Roncalli, 1881-1963), el “papa bueno”, que convocó (1959) e inauguró el Concilio Vaticano II el 11 de octubre de 1962.

- 12/10: Memoria de 4.966 mártires y confesores (+483) durante la persecución de los Vándalos del rey arriano Unerico en África del norte.

- 12/10: Fiesta de la Virgen “Aparecida”, patrona de Brasil, imagen muy querida por los afrobrasileños.

- 12/10: Recuerdo de Simón Kimbangu (+1951), fundador de la Iglesia kimbanguista en Congo.

- 15/10: S. Teresa de Jesús (Ávila, 1515-1582), reformadora del Carmelo y fundadora de nuevos monasterios; es doctora de la Iglesia por su profunda experiencia mística del misterio de Dios.

- 16/10: S. Margarita María Alacoque (1647-1690), del monasterio francés de la Visitación en Paray-le-Monial, donde tuvo especiales apariciones del S. Corazón, cuya fiesta también promovió.

- 16/10: B. Agustín Thevarparampil (India, 1891-1973), sacerdote conocido con el nombre popular de “Kunjachan” (pequeño sacerdote). Bautizó a m5.000 “dalits” (intocables), los últimos de la sociedad.

- 16/10: Día Mundial de la Alimentación (FAO, 1945). - Tema 2010: “Unidos contra el hambre”.

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WebJCP | Abril 2007