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domingo, 22 de agosto de 2010

Dos distintos modelos de Iglesia


P. Gregorio Iriarte o.m.i. *
Publicado por Adital

ESQUEMA

Intr.
I.- El Concilio Vaticano II y sus propuestas novedosas.
II.- La resistencia de nuestro pueblo al cambio.
III.- Los temas de mayor importancia que expresan la división actual en la Iglesia.
IV.- Obstáculos actuales que impiden avanzar hacia el Cambio.
V.- Hacia un proyecto renovador de la Iglesia.

Actualmente existen entre los diversos movimientos y miembros de la Iglesia Católica distintas concepciones que no se limitan a cuestiones meramente disciplinares sino que también se refieren a temas fundamentales con relación a la doctrina y a las manifestaciones públicas de la fe cristiana.
Lamentablemente, podemos percibir así mismo que no se da un diálogo constructivo y fraternal entre estas distintas concepciones. Más bien parecería que se distancian más y más.

I.- El Concilio Vaticano II y sus propuestas renovadoras
El Concilio Vaticano II abrió un panorama muy amplio con cambios profundos en el interior de la Iglesia. Señalamos algunos de esos importantes temas teológicos:

- El Concilio Vaticano II dio por terminado el denominado "régimen de cristiandad" que a lo largo de 16 siglos mantuvo, en una relación muy estrecha y amigable, "al trono y al altar". Esto se expresaba en un apoyo mutuo entre el poder político y el poder religioso.
- El Concilio entra en diálogo con el mundo, asumiendo algunos valores de la modernidad (democracia, derechos humanos, libertad… etc.) Esto le lleva a una revisión de su función en la sociedad. La Iglesia post-conciliar quiere estar presente en este nuestro mundo secular y pluralista.
- La Iglesia deja de definirse como "sociedad perfecta" para considerarse "pueblo de Dios" y "comunidad de creyentes", en una eclesiología alejada de la concepción jerárquico-vertical.
- El concepto pleno de libertad es otra de las grandes conquistas conciliares: Toda persona humana es creada a imagen de Dios y tiene el derecho a ser reconocida como libre y responsable. El ejercicio de esa libertad la percibe como una exigencia de la dignidad de la persona humana.
- Por otro lado, el mundo no es visto como enemigo al que hay que enfrentar o dominar. La Iglesia se ve a sí misma "en el mundo y para el mundo" y desde ese escenario trata de ser "sacramento de salvación".
- Las realidades temporales gozan una verdadera "autonomía". La sociedad se rige por sus propias leyes

II.-Resistencia de nuestro pueblo católico al cambio

No ha sido nada fácil el que las corrientes renovadoras del Concilio se abran paso en la conciencia de nuestro pueblo católico. Esta resistencia al cambio está condicionada por varios factores:
- Predomina en nuestro pueblo aún un catolicismo predominantemente cultural-sociológico. Se da una especie de identidad entre lo boliviano y lo católico. Las fiestas populares son generalmente las fiestas patronales. Los símbolos religiosos, la devoción a los santos y, sobre todo, a la Santísima Virgen, forman parte fundamental de la cultura nacional.
"Tenemos, dice el Documento de Aparecida, un alto porcentaje de católicos sin conciencia de su misión de ser sal y fermento en el mundo, con una identidad cristiana débil y vulnerable (D. Ap. N.286)
- Frente al mundo secularizado europeo y de Estados Unidos, donde crece la increencia y el agnosticismo, en Bolivia, más bien, aparece un gran pluralismo religioso: junto a lo católico, podemos ver numerosos grupos evangélicos muy diferenciados, así como distintas expresiones de las religiones originarias.
- Un cierto número de fieles católicos ha pasado a integrar las filas protestantes, sobre todo en las de tendencia pentecostalista. Es muy posible que lo hayan hecho buscando en esos grupos religiosos lo que no encontraron en sus parroquias católicas: sentido de comunidad, acceso al estudio de la Biblia, mayor coherencia entre la fe y la ética personal (v.gr. huida del alcohol o de las drogas…etc.)
- Los sacramentos están presentes a lo largo de la vida del cristiano católico sobre todo, el bautismo, la confirmación, el matrimonio, así como los funerales…pero se convierten, con demasiada frecuencia, en actos sociales que no implican adhesión personal a una doctrina ni a unos compromisos morales.

III.-Temas de mayor importancia que expresan la división en la Iglesia.

Las diferencias que se dan dentro de nuestra Iglesia afectan, en muchos casos, a cuestiones fundamentales y de suma importancia para la legítima comprensión del mensaje evangélico:
- Una de las causas de ese grave distanciamiento entre los católicos es la distinta concepción sobre la naturaleza de la propia Iglesia. Sigue predominando en nuestro pueblo el modelo de Iglesia jerárquica y vertical, lejos de la concepción de la Iglesia como "pueblo de Dios" y de "comunión, participación y colegialidad".
- Los temas concernientes a la moral sexual, como ser: control de natalidad, el uso de preservativos, la comunión de los divorciados… etc.
- La concepción de la autoridad en la Iglesia no como servicio sino como poder y dignidad.
- La interpretación de la Biblia aferrada a un permanente literalismo empobrecedor.
- La presencia de los laicos y laicas considerados/as como simples colaboradores y receptores pasivos del mensaje. A este respecto nos dice el Documento de Aparecida.
"Los laicos son hombres y mujeres de la Iglesia en el corazón del mundo y hombres y mujeres del mundo en el corazón de la Iglesia" (D.Ap. n.209) y más adelante especifica: "los laicos deben participar en el discernimiento, la toma de decisiones, la planificación y la ejecución en las tareas pastorales (D.Ap.n.371).

IV.- Obstáculos actuales que impiden avanzar hacia el cambio

- En el momento actual vivimos un proceso de endurecimiento del poder autoritario en la Iglesia.
- Se controla la investigación teológica.
- Se vigila el cumplimiento estricto de las normas litúrgicas.
- En el nombramiento de los Obispos se busca más la fidelidad a Roma y a las normas del Derecho Canónico que el sentido pastoral de servicio desinteresado al pueblo.
- Se promueven actos religiosos masivos tratando de impactar a la opinión pública y como compensación al debilitamiento de la presencia transformadora de la Iglesia en nuestra sociedad.
- Hay proliferación de prácticas devocionales, así como muchos mensajes que parten de revelaciones a personas particulares a los cuales se les da más importancia que a la Palabra de Dios.
- A la juventud actual le gusta exhibir símbolos religiosos como la Cruz, el Rosario y otros…pero no son pocos los que los llevan como amuletos. Por otro lado, el milagrerismo parecería estar de moda.
- La actividad pastoral está centrada en la preparación y la recepción de los sacramentos dentro de los moldes de una concepción conservadora no misionera.
El Documento de Aparecida nos dice, muy claramente, al respecto:
"No resistiría a los embates del tiempo una fe católica reducida a algunas normas y prohibiciones, a prácticas de devoción fragmentadas, a adhesiones selectivas y parciales de las verdades de la fe, a una participación ocasional en algunos sacramentos, a la repetición de principios doctrinales, a moralismos blandos o crispados que no convierten la vida de los bautizados" (D. Ap. n.12)
Todo ello tiende a favorecer el inmovilismo frente a un cambio que se lo ve como urgente, profundo y evangélico.

V. -Hacia un proyecto renovador de la Iglesia.

El elemento común que une a muchas personas y a muchos movimientos dentro de la Iglesia para lograr en ella un cambio profundo es su fidelidad al Concilio Vat. II. El Concilio significó un giro que abría horizontes de libertad, de creatividad y de auténtica conversión. Se dieran pasos muy importantes en cuanto a la libertad religiosa, la autonomía de lo temporal y a el dialogo con el mundo Estas corrientes renovadoras, siguen inspirando a muchos teólogos, exégetas comunidades de religiosos y religiosas, parroquias populares y a gran número de movimientos apostólicos especializados….

Señalamos algunos elementos teológico-pastorales que caracterizan a todos estos grupos dinámicos y renovadores dentro de la Iglesia:
- La centralidad del Jesús histórico, libre, crítico, amigo de los pobres, de los excluidos y de los pecadores que se constituye en buena noticia de salvación para todo el mundo. Hay que centrarse con fidelidad en su persona y en su proyecto del "reino de Dios". Esto exige una verdadera conversión que debe afectar a todo el "pueblo de Dios". Solo desde esa conversión será posible una auténtica renovación dinámica de toda la Iglesia.
- Nos dice Aparecida:
"No se comienza a ser cristiano por una idea o una decisión ética, sino por el encuentro con una Persona que da un nuevo horizonte a la vida, y con ello, una orientación decisiva" (D. Ap. n. 12).
"Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una gracia y trasmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado" (Ap.n.18)
- El conocimiento y la vivencia de la Palabra de Dios.
- La concepción de la Iglesia como "pueblo de Dios", así como las ideas fundamentales del Concilio ("Gaudim et Spes", "Lumen Gentium" etc.
- Centralidad de la experiencia, el compromiso y el testimonio en la vida personal, más allá de un mero legalismo.
- Sensibilidad con los pobres y marginados, superando las prácticas y actitudes asistencialistas y paternalistas.
- Compromiso socio-político a nivel personal y comunitario inspirado en la Doctrina Social de la Iglesia.
- Denuncia profética frente a la opresión, la injusticia y la crisis de valores que afectan a nuestra sociedad: individualismo, consumismo, egoísmo, falta de solidaridad, el relativismo moral… etc.
Pasos hacia una democratización de la Iglesia y la práctica de los derechos humanos en su seno.
- Protagonismo de los laicos y especialmente de las mujeres dentro de la Iglesia.
- Impulsar la perspectiva de género en la interpretación bíblica.
- Exponer los temas de la sexualidad desde una perspectiva liberadora.
- Impulsar el diálogo ecuménico e intercultural.
- Proponer los valores de la ética y de ciudadanía como horizonte del gran proyecto de sociedad.
- Impulsar una reforma constante de la Iglesia comenzando por la Curia Romana y por el sistema de nombramiento de los Obispos.
- Lectura constante de los signo dos tiempos.

Inspirados en el Documento de Aparecida, resumimos nuestras ideas de cambio en las siguientes propuestas:

- Pasar desde una Iglesia a la defensiva a una Iglesia propositiva.
- Desde una Iglesia clerical, a una Iglesia más laical.
- Desde una Iglesia pasiva, a una Iglesia misionera.
- Desde un Iglesia sacramentalista, a una Iglesia evangelizadora.
- Desde un Iglesia recelosa frente a la sociedad post-moderna, a una Iglesia trasformadora de esa misma realidad.

Cochabamba, Agosto del 2010.


* Teólogo, analista social e pol

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