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lunes, 9 de agosto de 2010

9 de agosto, fiesta de Edith Stein, “mártir del amor”

El 9 de agosto es la festividad litúrgica de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), filósofa, de raza judía, monja carmelita descalza, mártir y compatrona de Europa

Lunes, 9 ago (RV).- El Santo Padre mencionó ayer durante el Ángelus en Castelgandolfo, a santa Teresa Benedicta de la Cruz que hoy recordamos. Teresa Benedicta de la Cruz junto a Santa Brígida de Suecia y Teresita del Niño Jesús es Patrona de Europa. De nombre, Edith Stein nació el 12 de octubre de 1891 en la entonces ciudad alemana de Breslau.
Proveniente de una familia judía, Edith era la menor de 11 hermanos. Siendo adolescente abandona la escuela y su religión porque no encuentra en ellas sentido para la vida. Edith, de personalidad tenaz y racional, recibió el titulo de Filosofía por la universidad de Friburgo, un gran logro para una mujer en la época.

Siendo una mujer de gran seguridad en si misma y completamente atea, en el fondo de su corazón sentía un profundo vacío existencial. Decidió enlistarse en la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial, la razón la escribió ella misma “si los que están en las trincheras tienen que sufrir calamidades, por qué he de ser yo una privilegiada?”

Años más tarde, la que se iba ganando fama de gran filosofa, acompañó a una amiga, Hedwig Conrad, en el entierro de su marido. Le impactó ver que su amiga no sólo no estaba desconsolada sino que tenía una gran paz y fe en Dios. Viéndola Edith desea conocer esa fuente de paz. Mientras estaba en casa de Hedwig descubre el libro de la biografía de Santa Teresa de Jesús. Después de leerlo durante a lo largo de toda una noche exclama “esta es la verdad”. Desde este momento la vida de Edith da un giro sustancial. Atraviesa crisis profundas a las que su voluntad se resiste, y finalmente, el 1 de enero de 1922 entra en una Iglesia y después de escuchar Misa le comunica a un sacerdote su deseo de ser bautizada.

Después de su conversión emerge en ella la seguridad de su vocación a la vida religiosa, en la que deseaba entrar casi inmediatamente, pero su director espiritual le aconseja seguir durante un tiempo más como laica, ya que consideraba que aún tenía mucho que hacer por medio de sus actividades en el mundo. Y así fue. Trabajó como profesora, escribió y tradujo textos religiosos y se convirtió en una reconocida conferenciante hasta que en 1933, el gobierno nazi decide expulsar de las escuelas a los profesores no arios. Momento en que Edith ve concluida su labor pastoral en el exterior y decide abrazar definitivamente la vida religiosa. Un año más tarde toma el hábito carmelitano y cambia su nombre por el de Teresa Benedicto de la Cruz.

Viendo las calamidades que sufrían los judíos perseguidos por los nazis en aquellos años, como católica, la hermana Teresa vive su realidad de judía en plenitud y quiere responder a favor de su pueblo, desea colaborar en la Pasión de Cristo y cargar con su propia cruz.

En 1942 empiezan las deportaciones de judíos. En este mismo año las SS invaden el convento Carmelo de Echt y se llevan a dos monjas judías conversas: Edith y su hermana Rosa, para conducirlas al campo de concentración de Auschwitz. Se cumple la petición que mucho tiempo antes la Hermana Teresa había dejado por escrito en un momento de oración “dígnate, Señor, coronar con el martirio la cabeza de tu indigna sierva”.

Durante los días que tuvo lugar el horrendo trayecto en los trenes, los prisioneros quedaban admirados de la serenidad de Edith. Muchos de los supervivientes la recordarían “consolando, ayudando y tranquilizando como un ángel lleno de paz”. Muchas madres, a punto de enloquecer, no se habían ocupado de sus hijos durante días. Edith se ocupaba inmediatamente de los pequeños, los lavaba, peinaba y buscaba alimento. Nada más llegar a Auschwitz, el 9 de agosto, los prisioneros son conducidos a la cámara de gas.

La hermana Teresa muere como mártir con la oración del Padrenuestro entre los labios. Edith Stein fue canonizada en octubre de 1998 por Juan Pablo II, quien le dio el nombre de “mártir del amor”. En 1999 fue declarada co-patrona de Europa.

1 comentarios:

Hernan Sanchez Rioja dijo...

Queridos amigos:
Una hermana mía religiosa con la cual comparto el empeño misionero me ha hecho llegar el artículo sobre Edith Stein, que me ha alegrado mucho, puesto que estoy haciendo mi licenciatura con un trabajo sobre ella y su investigación sobre la empatía. Pero siento el deber de señalar que en esa entrada del 9 de agosto hay dos datos equivocados:
• Santa Edith Stein (Santa Teresa Benedicta de la Cruz) es patrona de Europa junto con Santa Catalina de Siena y Santa Brígida de Suecia, pero no con Santa Teresita, que sí es Patrona de las misiones y fue proclamada Doctora de la Iglesia por Juan Pablo II. Pueden ver: proclamación de las tres co-patronas de Europa (1 de octubre de 1999): http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/motu_proprio/documents/hf_jp-ii_motu-proprio_01101999_co-patronesses-europe_sp.html. Proclamación de santa Teresita Doctora de la Iglesia (19 de octubre de 1997): http://www.vatican.va/holy_father/john_paul_ii/homilies/1997/documents/hf_jp-ii_hom_19101997_sp.html
• El segundo dato se refiere a la experiencia de la muerte asumida a la luz del misterio de la cruz de Cristo: quien sufre la pérdida de su esposo no es su amiga Edwig Conrad, que es su madrina de bautismo, sino Ana Reinach, que en la primera guerra mundial sufre la muerte de su esposo Adolf en el campo de batalla. El matrimonio Reinach era muy querido por los jóvenes discípulos de Husserl, ya que Adolf era el encargado de iniciarlos en la fenomenología, y tenía un don de gentes del que carecía el Maestro.
Aunque son detalles pequeños, no dejan de tener su importancia como partes de la vida de una persona: porque al dar a conocer el testimonio de los santos debemos ser fieles a la verdad histórica, ya que las existencias no son intercambiables; y ser fieles al dato es también una manera de ser fieles a Cristo mismo, que es la Verdad, origen de toda verdad.
Con mi afecto y mi bendición,
P. Hernán S. Sánchez
República Argentina


WebJCP | Abril 2007