LUGAR DE ENCUENTRO DE LOS MISIONEROS DE TODO EL MUNDO
MISIONEROS EN CAMINO: Evangelizar es dialogar
NO DEJES DE VISITAR
www.caminomisionero.blogspot.com
El blog donde encontrarás abundante material para orar y meditar sobre la liturgia del Domingo. Reflexiones teológicas y filosóficas. Videos y música para meditar. Artículos y pensamientos de los grandes guías de nuestra Iglesia y Noticias sobre todo lo que acontece en toda la vida eclesial
Fireworks Text - http://www.fireworkstext.com
BREVE COMENTARIO, REFLEXIÓN U ORACIÓN CON EL EVANGELIO DEL DÍA, DESDE LA VIVENCIA MISIONERA
SI DESEAS RECIBIR EL EVANGELIO MISIONERO DEL DÍA EN TU MAIL, DEBES SUSCRIBIRTE EN EL RECUADRO HABILITADO EN LA COLUMNA DE LA DERECHA

lunes, 31 de mayo de 2010

Evangelizar es dialogar



La Biblia no pretende hacer una narración histórica de la creación del hombre. Usa un lenguaje simbólico para presentarnos verdades profundamente humanas.

Nos dice que Dios bajaba todos los días a hablar con el hombre. Esto significa que pone a la persona humana a su nivel. La relación entre Dios y los hombres estará desde el principio basada en el diálogo, no en la imposición.

Dios ve que no es bueno que el varón esté solo y crea a la mujer. La Biblia afirma que la persona humana no puede llegar a su plenitud sino es a través del diálogo y la comunicación con quienes son sus semejantes.

Como afirma Nicolás Castellanos, quien fuera obispo de Palencia y dejó la diócesis para irse como misionero a América Latina: “El diálogo se impone en todas las direcciones: en el ámbito religioso, con el ‘Totalmente Otro’, con los creyentes, con los grupos eclesiales; en el ámbito ecuménico, con las otras confesiones y credos, y también con la increencia; en el ámbito civil, con las culturas, con la mujer y el hombre de hoy, con los grupos humanos diversos y hasta opuestos (las prostitutas os precederán en el Reino), con los marginados, con los indígenas… Ahí se revela la posibilidad de recrear una nueva humanidad, de alumbrar a la mujer y al hombre nuevos y despertar la esperanza de un mundo por venir”.

“El diálogo exige condiciones: el respeto y el reconocimiento del otro como igual; el salir del propio egocentrismo; el olvidarse un tanto de sí; el escuchar con humildad… Se reconoce el derecho a la diferencia y nos dejamos enseñar por el otro. Buscar juntos la verdad con libertad”.

La Iglesia sigue todavía anunciando un «sistema religioso» con la pretensión secreta de encuadrar a todos en la institución eclesial: exposición de una doctrina que se ha de aceptar obligatoriamente; catequesis totalizante que dicta a todos lo que se ha de creer, cumplir y practicar (sin escuchar a las personas, su trayectoria, sus posibilidades y necesidades); código de obligaciones y prohibiciones. Hemos de aprender un estilo nuevo de proponer la fe en la sociedad actual.

Sólo entonces podremos proponer algo a otras “instituciones” sociales.

En ningún momento Jesús impuso una doctrina. Propuso un mensaje y respetó en todo momento la libertad de sus interlocutores (Juan 6, 66-67).

La evangelización sólo puede hacerse desde el diálogo y a través del diálogo. Hemos de entrar decididamente por la vía del diálogo aunque no sabemos por tradición qué es una Iglesia dialogante (a no ser por estrategia). El documento «Diálogo y Misión» llega a afirmar que «el diálogo es la norma y el estilo indispensable de toda misión cristiana y de cada una de sus formas, ya se trate de la simple presencia y del testimonio, del servicio o del anuncio directo. Una misión que no estuviera impregnada del espíritu de diálogo sería contraria a las exigencias de la naturaleza humana y a las enseñanzas del Evangelio» (1984).

Los misioneros creemos en el diálogo como único cauce para anunciar la Buena Noticia del Evangelio, aunque tengamos que pedir perdón de muchos pecados a lo largo de la historia. Pero una de las realidades que nos dificulta más nuestro trabajo es la falta de diálogo dentro de la misma Iglesia, donde las cosas que son de todos deben ser tratadas por todos. Nadie tiene la exclusividad del mensaje evangélico.

El diálogo es posible, factible y realizable tanto en el ámbito de la Iglesia como en su tarea evangelizadora y misionera. Sólo hace falta fe y confianza en el Espíritu Santo y un poco más de creatividad.

0 comentarios:


WebJCP | Abril 2007