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MISIONEROS EN CAMINO: XXIX Domingo del T.O. (Marcos 10,35-45) - Ciclo B: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración
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jueves, 15 de octubre de 2009

XXIX Domingo del T.O. (Marcos 10,35-45) - Ciclo B: Liturgia, Reflexiones, Exégesis y Oración


Publicado por DABAR

¡Cómo nos tienta la gloria, el poder, el reconocimiento!: que me valoren por mis capacidades, por mi trabajo, por mi carácter, incluso por mi servicio al prójimo.

Santiago y Juan no sabían lo que pedían, pero nosotros, 2000 años después y conociendo el pago a Jesús por sus servicios y su postura de entrega, seguimos sin entender lo que supone “estar a su derecha” en gloria y poder; como el buen ladrón, así si.

Es difícil escapar a la tan humana satisfacción del reconocimiento; quizá nuestro pobre equilibrio psicológico necesita de vez en cuando recargar las pilas de la autoestima para mantenernos en medio de la vorágine emocional de la vida. Pero desde nuestro ser cristiano hay algo más.

“El que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos”

Servir y ser esclavo conlleva sufrimiento y sinsabores. No se limita a acudir dos días por semana a una residencia, ni a colaborar con Cáritas, ni a ejercer un voluntariado comprometido a tiempo parcial. Todo eso está muy bien y es necesario, pero nuestro “servir” debe ser constante y continuo, en el día a día, en la familia, el trabajo, el descanso… Jesús no era “el Señor” a tiempo parcial, sino que vivía cotidianamente su entrega a todos y en todo momento. He aquí la dificultad y la cruz.

Es más o menos sencillo acallar nuestra conciencia cristiana con una pequeña dedicación a quehaceres piadosos que nos hacen sentir “ganado” el derecho a estar a su lado en el trono de la gloria. ¿No es acaso eso lo dice él: el que sea el último, el servidor de todo, será el primero?

No nos engañemos, ¿estamos preparados para “beber su cáliz” y “bautizarnos con su mismo bautismo”? Todo esto implica insatisfacción, incomprensión, soledad, silencio, tristeza, angustia, dolor, sufrimiento y cruz.

“Santiago y Juan hablan en clave de poder; Jesús, en clave de Gólgota, donde a la derecha y a la izquierda de Jesús habrá definitivamente dos personas designadas por Pilato.”

Todo aquel que sirve y se entrega con alegría y desde el amor en Cristo Jesús sabe de la cruz que conlleva personalmente este servicio; que se lo pregunten a los misioneros, a los sanitarios, a los docentes, a los que trabajan por una persona con discapacidad, a los padres y madres del mundo que luchan por sus hijos, a mi tía con su marido enfermo de alzhéimer… y tantas y tantas personas anónimas que entregan su vida a servir.

Otro tema, y no menos importante, es la osadía (o más bien ignorancia) de pensar que por nuestros méritos podemos “ganarnos algo”. Jesús les dice a Juan y Santiago que sentarse a su lado no es algo que “me toca a mí concederlo”. Si ni el mismísimo Cristo puede decidir eso ¿podremos nosotros o nuestros méritos? Menos mal que no. Sólo el Amor con mayúsculas es quien nos eleva a esa gloria de su presencia por los méritos de su Hijo, y por su gran misericordia. Nuestros actos jamás serán ocasión de mérito sino fruto del amor de Dios en nosotros.

“Ama y haz lo que quieras” como decía San Agustín. Pues el auténtico amor nos lleva al servicio sin condiciones.

Pidamos el don del amor con todas nuestras fuerzas y dejemos obrar al Señor en nosotros.

CONCHA MORATA
concha@dabar.net



DIOS HABLA

ISAIAS 53, 10 11
El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación: verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos.

HEBREOS 4, 14 16
Hermanos: Mantengamos la confesión de la fe, ya que tenemos un sumo sacerdote grande, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios. No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

MARCOS 10, 35 45
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: «Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir». Les preguntó: «¿Qué queréis que haga por vosotros?» Contestaron: «Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda». Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar?» Contestaron: «Lo somos». Jesús les dijo: «El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo; está ya reservado». Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan. Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate de todos».




EXEGESIS

PRIMERA LECTURA

Si comenzamos leyendo el cuarto cántico del siervo, del que se extraen este par de versos, tan certeros, tan arriesgados, se verá que no convenía amputarle el versículo 12 a la breve selección del AT que suele dar telón de fondo al relato evangélico dominical. El v. 12 reza: “Por eso le asignaré una porción entre los grandes / y repartirá botín con los poderosos...” ¿No es eso precisamente lo que piden los Zebedeos? “... porque desnudó el cuello para morir y fue contado entre los pecadores...” concluye. Esto es lo que no lograban imaginar los Zebedeos, pese a haberlo escuhado seguramente en la sinagoga.

Un detalle de la Traduction Oecumenique de la Bible nos obliga a interrogar al hebreo: “Si tu fais de sa vie un sacrifice de réparation, il verra une descendance, il prolongera ses jours”: el que se sacrifica y el que ve la descendencia y prolonga sus días no son la misma persona. El verbo hebreo en liza no encaja muy bien, porque o bien es 2ª sg. , como hace la TOB, o bien el sujeto sería una 3ª sg fem! La mayoría de traductores se decantan por identificar al sujeto de ambas oraciones. Lo curioso es que la LXX presenta aquí una 2ª plural, y la recompensa adquiere otro cariz: “Si dais vuestra vida por el pecado, aparecerá un linaje duradero...”.

Una vez más alguna que otra frase hebrea que se las trae para entenderla a fondo; añadido a los problemas de identificación de la voz cantante en los poemas del siervo sufriente. La exégesis moderna ha dedicado mucho esfuerzo a tratar de responder (con dudoso éxito) a la pregunta ¿Quién es? Algunos proponen preguntarse : ¿a quién lo podemos comparar? La figura se parece a Moisés, el hombre más paciente del mundo; algunos reyes como Jeconías o Josías podrían ofrecer algún paralelismo; entre los profetas se parece, sobre todo, a Jeremías... Cualquier cristiano halla una melodía muy acorde con el tenor de los evangelios y no tiene ningún problema ni empacho por leerlos desde una óptica cristológica, como ya hizo Felipe cuando le preguntó el eunuco de Candaces. Asimilar, integrar esa lección, no es algo fácil: saber cargar con culpas ajenas, con el silencio y la humildad como armas.

Del v. 11a dice Alonso Shökel: “El texto hebreo es difícil y da pie a diversas interpretaciones : ‘saturado de afliciones, saciado de penas’, ‘pagando en persona, verá (una posteridad), se saciará (de días)” Y del 11b: “También es dudosa la frase que sigue”.

Por eso merece más la pena añadir el v.12


JEREMÍAS LERA BARRIENTOS
jeremias@dabar.net



SEGUNDA LECTURA

Estos versículos están en la segunda parte del escrito y representan el paso de la primera sección de esa parte sobre Jesús fiel, a la segunda, acerca de Jesús sumo sacerdote misericordioso.

El v. 4,14 termina esa primera sección con una conclusión/exhortación a confesar la fe, cosa que los cristianos han de hacer porque tienen un sumo sacerdote mediador cuya fidelidad nos garantiza a nosotros si estamos unidos a él por la confesión.

Y así se anuncia el motivo que empieza a desarrollarse ese tema de Jesús mediador misericordioso.

La motivación principal es la solidaridad de Cristo con nosotros, los seres humanos. Ello se dice con una expresión enormemente humana como la de la seguridad de que él se compadecerá de nosotros, nos comprenderá, por su experiencia personal. Esta segunda parte nos ha de hacer serrinos visceralmente unidos a él, que es como nosotros y nos entiende desde dentro. Jesús no es un extraño nuestra raza…

Nótese la flexibilidad del lenguaje bíblico, sobre todo cuando proviene de diversos autores. Aquí se dice que Jesús se ha hecho semejante en todo a nosotros excepto en el pecado, lo cual es fácilmente comprensible desde los presupuestos que normalmente tenemos. En cambio Pablo, en 2 Cor 5,21 dice que Jesús fue hecho pecado por nosotros. La diferencia no está en que Pablo considere a Cristo pecador, lo cual elimina en ese mismo texto al decir que Cristo no tuvo relación personal alguna con el pecado. Sino que el concepto de “pecado” es diferente, refiriéndose en el texto paulino al ambiente de pecado que hay en el mundo en el que el Hijo ha entrado.

FEDERICO PASTOR
federico@dabar.net



EVANGELIO

Texto. Repite la estructura bipartita de los domingos últimos, con la diferencia de que el planteamiento del tema no corre a cargo de alguien ajeno al grupo de discípulos, sino que parte del propio grupo de los doce. Circunstancia esta que da especial realce al texto, por cuanto que en el evangelio de Marcos son los doce quienes garantizan la continuidad de proclamación de la llegada del Reino de Dios.

En esta ocasión, los doce no ofrecen ninguna buena imagen, algo que ya sucedía hace cuatro domingos en 9,31-37, texto con el que el de hoy tiene grandes coincidencias, hasta el punto de parecer su doble.

Una vez más logra Marcos transmitir una escena de rasgos vivos y espontáneos, una escena nada estereotipada. Queremos que nos hagas lo que te vamos a pedir. ¿Qué queréis que os haga? Al enterarse, los otros diez se indignaron contra Santiago y Juan. Maniobras y estrategias al vivo por el poder.

No sabéis lo que pedís. Santiago y Juan hablan en clave de poder; Jesús, en clave de Gólgota, donde a la derecha y a la izquierda de Jesús habrá efectivamente dos personas designadas por Pilato (15,27).

Jesús toma la iniciativa para tratar el tema a fondo. Convoca a los doce. Al igual que hizo en 9,31-37. Realce e importancia de lo que va a seguir.

Sabéis que los jefes de los pueblos...Vosotros nada de eso. Jesús es exquisitamente judío en la formulación. Este detalle se pierde tal vez en la traducción sabéis que los jefes de los pueblos. Mejor traducción: Sabéis que entre los paganos...

Dos estilos de ser grande, de ser primero; dos talantes, dos ejercicios contrapuestos del poder.

Para refrendar su lección magistral Jesús concluye: Porque hasta el Hijo del Hombre ha venido no para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos. Con este paradigma, con este ejemplo, con este referente, queda fuera de toda duda y discusión cómo se es grande y cómo se es primero en el Reino de Dios.

Comentario. El tema ya lo ha tratado Marcos hace cuatro domingos. Cabe, pues, afirmar que la novedad no radica en el tema, sino en la insistencia en él. ¿Qué tendrá el poder que le ha forzado a Marcos a volver a llamar la atención sobre él?

¡Poder, poder! ¿Qué tienes que tanto gustas? ¡Dominar! ¡Estar por encima!

Pero sí que hay una novedad respecto a hace cuatro domingos: Jesús. No se trata de una elucubración teórica. Se trata de un ser humano, del paradigma de ser humano, del Hijo del Hombre. Jesús es la lección magistral que Marcos le tenía reservada al lector. Ahora ya no nos cabe duda: grande es el que está a disposición del otro, el que sirve al otro, el que no se sirve del otro. Éste es el ejemplo de Jesús.

ALBERTO BENITO
alberto@dabar.net



NOTAS PARA LA HOMILIA

Dos palabras sintetizan el evangelio de éste domingo: poder y servicio. Dos palabras que para los cristianos van unidas de manera inseparable.

En la escena, los doce no quedan bien parados. Por un lado, Santiago y Juan van pidiendo privilegios ‘concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda’. Por otro lado, los otros diez ‘se indignaron’, ¿sería porque ya no se podrían sentar ellos?. Pero resulta llamativo que el trato que dispensa Jesús a Santiago y a Juan es delicado, e incluso les reconoce valía, ya que ‘El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar’. Y sin embargo es ante la indignación de los diez cuando los reúne y una vez más ejerce de Maestro de vida. Un magisterio con la autoridad de la propia vida, de quien se pone por delante como ejemplo a seguir.

Este curso, en un equipo de Revisión de vida abordamos nuestro ejercicio del poder. Constatábamos una cosa curiosa: todos tenemos un poder. Tú también. Las raíces son distintas: el profesional sobre el usuario-cliente-paciente (conocimiento), los padres sobre los hijos (familia), el jefe sobre el empleado (autoridad), los novios (afectividad),… y en muchos casos se entrelazan. Pero también constatábamos el poder que tenemos como consumidores, hijos, empleados, alumnos, amigos,… del que normalmente hacemos dejación y sentíamos una llamada a vivir ambas facetas evangélicamente, no sólo a ejercer nuestras profesiones como servicio, sino también a asumir nuestra responsabilidad como consumidores, empleados, hijos, amigos,… desde el servicio, realizando un consumo responsable, trabajando lo justo, denunciando la tiranía y la opresión, amando con generosidad y sin llevar cuentas. Es decir, ejercer nuestro poder como servicio.

Querer ser grande, y querer ser primero, parece que no es criticado por Jesús. Eso sí, el camino que pone Jesús para alcanzarlo no tiene nada que ver con la dinámica de éste mundo ‘Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen’, sino que ofrece como camino el ser servidor de todos y esclavo de todos. Es la dinámica del Reino de Dios que nos trae Jesús y trastoca nuestra mentalidad del funcionamiento del poder. Muchos han entrado en ésta dinámica, pensemos en los santos, que lo son, no por haber querido ser grandes y primeros, que lo han querido, sino por ser servidores y esclavos.

Así, la pregunta que nos tendremos que plantear sinceramente, para evitarnos engaños no será ¿qué tengo que hacer para llegar a ser el primero? (equivale a ‘de quién me tengo que servir para alcanzar mis metas’), sino más bien que tengo que hacer ‘para servir más y mejor’ (equivale a ‘a quien puedo servir y no lo estoy haciendo, y cómo lo puedo hacer bien).

Por último un aspecto que vengo percibiendo en las comunidades cristianas, y que entiendo que la lectura de hoy puede iluminarnos para avanzar en la conversión, es el hecho de que algunos fieles entienden que como en la comunidad cristiana el servicio es una actitud fundamental, se indignan o molestan cuando no son servidos como ellos quieren (fieles que quieren una misa a una hora, feligreses que exigen los cantos regionales, solicitudes de sacramentos, sacerdotes que… hermanos de comunidad que…), es decir, el servicio se vive como algo a lo que yo tengo derecho, y en consecuencia puedo exigir, y no como expresión de generosidad y llamada a vivir. Conviene meditar esas palabras de Jesús: ‘Porque el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate de todos’.

Pues eso, que esta celebración nos ayude a no buscar que otros nos sirvan, sino a buscar cómo podemos servir.

JOSE ANGEL
joseangel@dabar.net



PARA LA ORACION

Dios, Padre nuestro, que caminas en la vida a nuestro lado, ayúdanos para que sepamos entregarnos a Ti de todo corazón y te sirvamos con toda fidelidad en nuestros hermanos los hom¬bres.
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Señor, haz que podamos ofrecerte estos dones con un co¬razón libre para que así podamos hacer real entre nosotros la fraternidad a la que Tú nos llamas.
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Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salva¬ción, glorificarte, Padre, y darte las gracias por los dones que has repartido entre nosotros, no para que abusemos de ellos y nos pongamos sobre nuestros hermanos, sino para que les sir¬vamos con todas nuestras fuerzas.
Y para que no quedara ninguna duda de que nuestra acti¬tud debe ser la del servicio, enviaste a tu Hijo que nos enseñó que no había venido a ser servido sino a servir y dar su vida en rescate por todos.
Y ante este gesto de tu amor, nosotros, unidos a toda la creación, entonamos un canto a tu gloria.
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Que la participación frecuente en la Eucaristía nos ayude, Señor, a disfrutar de tus beneficios en la tierra y crezca nues¬tro interés por la justicia, por la paz, la libertad y la fraterni¬dad hasta que disfrutemos de la plenitud de todo ello en tu Reino.




LA MISA DE HOY

MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos, amigos, a la celebración de la Eucaristía. Dios nuestro Padre nos convoca a reunirnos en torno a su mesa, para escuchar su Palabra y alimentarnos con su pan. Y para recor¬darnos, de nuevo, que entre nosotros nadie puede ser más para que nadie sea menos, que entre nosotros todos somos herma¬nos y como a tales debemos tratarnos. Y que, en todo caso si alguno quiere destacar lo que debe hacer es servir con m s entrega y con más dedicación que nadie a los demás, especial¬mente a aquellos a quienes nadie hace caso.
Si ésta es nuestra disposición, participemos en la celebra¬ción. Si no estamos dispuestos a ser servidores de todos, como lo fue Jesús, quizá sea mejor dejarlo para otra ocasión y pen¬sar mejor nuestra postura. En todo caso pidamos perdón por nuestros fallos de servicio a los hermanos.

SALUDO
Hermanos, la gracia y la paz de Dios Padre, de Jesucristo el Señor y del Espíritu Santo, estén siempre con todos vosotros.

ACTO PENITENCIAL
-Tú no has venido para servirte de los hombres sino para ser¬virnos y dar tu vida por nosotros. Señor, ten piedad.
-Tú no has venido para dominar, tiranizar ni imponerte a los hombres, sino para liberarnos de todas las esclavitudes. Cristo, ten piedad.
-Tú no has venido para destruir a los pecadores, sino para que nos convirtamos y vivamos. Señor, ten piedad.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA
El pequeño fragmento del libro del profeta Isaías que lee¬remos a continuación debemos escucharlo como referido ple¬namente a Jesucristo; as¡ es como le encontraremos pleno sen¬tido a estas palabras que nos hablan de una vida sufriente entregada por los demás.

SALMO RESPONSORIAL (Sal 32)
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Que la palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros...
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempos de hambre.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros...
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y nuestro escudo. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros.

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA
El texto de la Carta a los Hebreos nos habla de Jesús como único sumo sacerdote que ha establecido unos lazos definiti¬vos entre Dios y los hombres, que nos permite ahora a noso¬tros acercarnos con confianza a Dios y llamarlo Padre.

MONICIÓN A LA LECTURA EVANGÉLICA
La teoría cristiana sobre el poder, que nos enseña Jesus en el Evangelio que vamos a escuchar, es tan seductora que todo el mundo se la ha apropiado. La dificultad está en ponerla por obra, como lo hizo el mismo Jesús. Recordemos sus palabras y revisemos nuestras actitudes.

ORACIÓN DE LOS FIELES
Unidos en una misma fe, en un mismo amor y en una misma actitud de servicio, dirijamos nuestras súplicas a Dios Padre diciendo juntos: Señor, escucha y ten piedad
-Para que en la Iglesia haya menos personalidades y más ser¬vidores, menos privilegios y más participación y fraternidad. Oremos.
-Para que los pueblos que sufren la opresión y la tiranía de los dictadores se vean libres de sus yugos. Oremos.
-Para que todos los que ejercen cualquier forma de autori¬dad sean conscientes de que están realizando un servicio a la sociedad. Oremos.
-Para que nuestra comunidad (parroquial) no consienta si¬tuaciones de opresión ni de injusticia. Oremos.
Oración: Escucha, Padre, a quienes se dirigen a Ti con toda su confianza y enséñanos a vivir sirviendo a los hombres. Por Jesucristo.



CANTOS PARA LA CELEBRACION

Entrada. Juntos como hermanos; Himno del jubileo 2000; Reunidos en el nombre del Señor; Padre, me pongo en tus manos (de Kairoi); Cristo es el camino (del disco ‘Dios es Amor’).
Salmo. LdS.
Aleluya. Canta Aleluya al Señor; Aleluya (2 CLN-E 4).
Ofertorio. Señor, este pan te ofrecemos hoy (de Luna en el disco ‘Jesús eres genial’); Se acercaron los niños al Señor’ (del disco ‘12 canciones religiosas y litúrgicas para el siglo XXI)
Santo. de Palazón
Aclamación al memorial: (1 CLN-J 22)
Comunión. Beberemos la copa de Cristo (1 CLN-O 10); Tan cerca de mí (de Luis Alfredo); Dentro de mí (del disco ‘Cantos para participar y vivir la misa); Tú has venido a la orilla; La barca en la playa (Cantos para una comunidad evangelizadora).
Final: Hazme un instrumento de tu paz (de Sebastián Temple); Anunciaremos tu Reino, Señor.


Director: José Ángel Fuertes Sancho •Paricio Frontiñán, s/n• Tlf 976458529 Fax 976439635 • 50004 ZARAGOZA
Tlf. del Evangelio: 976.44.45.46 - Página web: www.dabar.net - Correo-e: dabar@dabar.net

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WebJCP | Abril 2007